miércoles, 14 de enero de 2015

Lección 03 | El Espíritu de verdad


“El santo y educador Espíritu de Dios está en su Palabra. Una luz nueva y precio­sa resplandece en cada página. Allí se revela la verdad, y mientras les habla la voz de Dios, las palabras y las frases resultan brillantes y apropiadas para la ocasión. “Necesitamos reconocer al Espíritu Santo como nuestro iluminador(Consejos para los Maestros, pág. 163)

EL ESPÍRITU SANTO EDUCA
1.....¿Qué otro nombre se le da al Consolador? ¿Cuál es su mi­nisterio?
Juan 15:26.- Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
1 Juan 5:6.- Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no me­diante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.
El Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas.’ Ya no di­réis: No puedo comprender. Ya no veréis obscuramente como por un espe­jo. Podréis ‘comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad y la altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento.’ Efesios 3:18, 19.
El Espíritu Santo exalta y glorifica al Salvador. Es su ministerio presen­tar a Cristo, la pureza de su justicia, y la gran salvación que tenemos por medio de él. Jesús dice, ‘por­que tomará de lo mío y os lo hará saber’ (Juan 16:14). El Espíritu de ver­dad es el único maestro eficaz de la verdad divina. ¿Cómo debe estimar Dios a la raza humana, ya que dio a su Hijo para morir por ellos, y de­signa a su Espíritu para ser el Maes­tro y guía continua del hombre?” (Christian Education, pág. 59).

2.....¿Por qué era tan importante para Jesús enviar el Espíritu Santo a sus discípulos?
Juan 14:26.- Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre envia­rá en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Juan 16:12-15.- (12) Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. (13) Pero cuando ven­ga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. (14) Él me glo­rificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. (15) Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
“… Jesús había abierto delante de sus discípulos una vasta extensión de la verdad. Pero les era muy difícil im­pedir que en sus mentes se mezcla­ran sus lecciones con las tradiciones y máximas de los escribas y fariseos. Habían aprendido a aceptar las en­señanzas de los rabinos como voz de Dios, y esto dominaba todavía sus mentes y amoldaba sus sentimien­tos. Las ideas terrenales y las cosas temporales ocupaban todavía mucho lugar en sus pensamientos. No com­prendían la naturaleza espiritual del reino de Cristo, aunque él se la había explicado tantas veces. Sus mentes se habían confundido. No comprendían el valor de las Escrituras que Cristo presentaba. Muchas de sus lecciones parecían no hallar cabida en sus men­tes. Jesús vió que no comprendían el verdadero significado de sus palabras. Compasivamente, les prometió que el Espíritu Santo les recordaría esos di­chos. Y había dejado sin decir muchas cosas que no podían ser comprendi­das por los discípulos. Estas también les serían reveladas por el Espíritu. El Espíritu había de vivificar su entendi­miento, a fin de que pudiesen apreciar las cosas celestiales. ‘Cuando viniere aquel Espíritu de verdad–dijo Jesús, – él os guiará a toda verdad’(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 624).

EL ESPÍRITU SANTO GRABA LA VERDAD EN EL CORAZÓN DE UNO
3.....¿Qué sucede en los corazones sinceros cuando el Espíritu de verdad ilumina la mente para discernir la verdad del error?
Salmos 51:6.- He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Salmos 40:8.- El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
Salmos 143:10.- Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
El Consolador es llamado el ‘Espíritu de verdad’. Su obra consiste en de­finir y mantener la verdad. Primero mora en el corazón como el Espíritu de verdad, y así llega a ser el Consola­dor. Hay consuelo y paz en la verdad, pero no se puede hallar verdadera paz ni consuelo en la mentira. Por me­dio de falsas teorías y tradiciones es como Satanás obtiene su poder so­bre la mente. Induciendo a los hom­bres a adoptar normas falsas, tuerce el carácter. Por medio de las Escritu­ras, el Espíritu Santo habla a la mente y graba la verdad en el corazón. Así expone el error, y lo expulsa del alma. Por el Espíritu de verdad, obrando por la Palabra de Dios, es como Cristo subyuga a sí mismo a sus escogidos” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 624).
Sin el Espíritu de Dios, un conoci­miento de su Palabra no tiene valor. La teoría de la verdad, cuando no va acompañada del Espíritu Santo, no puede avivar el alma o santificar el corazón. Uno puede estar familiariza­do con los mandamientos y las pro­mesas de la Biblia, pero a menos que el Espíritu de Dios grabe la verdad, el carácter no será transformado. Sin la iluminación del Espíritu, los hombres no podrán distinguir la verdad del error, y caerán bajo las tentaciones maestras de Satanás” (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 337).

4.....¿Qué efecto produce el Espíri­tu de Dios en el entendimien­to? ¿Qué verdad queda con­firmada por el Espíritu Santo?
Daniel 5:11.- En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos
Daniel 5:14.- Yo he oído de ti que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló luz, entendimiento y mayor sabiduría.
Juan 17:17.- Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Salmos 119:160.- La suma de tu pala­bra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia.
La obra del Espíritu Santo al hacer que los hombres se arrepientan, no es re­velar nuevas verdades, sino presentar ante la mente las preciosas lecciones que Cristo ha dado en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, y grabar en la conciencia esas mismas lecciones” (Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, tomo. 6, pág. 1068).
El Espíritu Santo nos ha sido dado como una ayuda en el estudio de la Biblia. Jesús prometió: “Más el Con­solador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os en­señará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26. Cuando se hace de la Biblia un libro de texto, y se suplica fervientemente la dirección del Espíritu, y al mismo tiempo se entrega completamente el corazón para que sea santificado por la verdad, se logrará todo lo que Cristo ha prometido. Tal estudio de la Biblia producirá mentes bien equili­bradas. Vivificará el entendimiento y despertará las sensibilidades. La con­ciencia se sensibilizará; las simpatías y los sentimientos se purificarán; se creará una mejor atmósfera moral; y se impartirá un nuevo poder para re­sistir a la tentación(Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 343).

EL ESPÍRITU SANTO GUÍA A LA VERDAD
5.....¿Cómo se debería estudiar la verdad de las Sagradas Escri­turas para recibir beneficios? ¿Qué debemos pedir al Se­ñor mientras estudiamos su palabra?
Salmos 25:4.- Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas.
Salmos 25:5.- Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he espera­do todo el día…
Salmos 139:23.- Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos.
Salmos 139:24.- Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno
Salmos 51:10.- Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espí­ritu recto dentro de mí… 12 Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.
“Los creyentes que se vistan con toda la armadura de Dios y que dediquen algún tiempo diariamente a la meditación, la oración y el estudio de las Escrituras, se vincularán con el cielo y ejercerán una influencia salvadora y transformadora sobre los que los rodean(Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, pág. 105).
Nunca se debería estudiar la Biblia sin oración. Sólo el Espíritu Santo puede hacernos sentir la importancia de lo que es fácil comprender, o impedir que nos apartemos del sentido de las verdades de difícil comprensión. Hay santos ángeles que tienen la misión de influir en los corazones para que com­prendan la Palabra de Dios, de suerte que la belleza de ésta nos embelese, sus advertencias nos amonesten y sus promesas…. Muchas veces las tenta­ciones parecen irresistibles, y es por­que se ha descuidado la oración y el estudio de la Biblia, y por ende no se pueden recordar luego las promesas de Dios ni oponerse a Satanás con las armas de las Santas Escrituras. Pero los ángeles rodean a los que tienen deseos de aprender cosas divinas, y en situaciones graves traerán a su memo­ria las verdades que necesitan…
Pero primero es preciso que las ense­ñanzas de Cristo hayan sido atesora­das en el entendimiento, si queremos que el Espíritu de Dios nos las recuer­de en el momento de peligro. ‘En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti(Salmos 119:11)(El Con­flicto de los Siglos, pág. 658).

6.....¿Es suficiente un simple cono­cimiento de la Palabra de Dios para beneficiar la vida de una persona? ¿Qué es necesario para recibir al Consolador, el Espíritu de verdad?
Juan 14:15-17.- Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Una mera comprensión intelectual de la Palabra de Dios no bastará para ejercer influencia sobre los hábitos de la vida, porque la vida es regulada por la condición del corazón. Cuando los maestros de la escuela sabática hayan enseñado las lecciones de la revela­ción externa, su obra apenas ha co­menzado, y no deberían cesar en su labor hasta tener evidencia de que los preceptos del cielo no sólo han sido aceptados por el entendimiento del alumno, sino que se hallan escritos en el corazón(Testimonies on Sabbath School Work 57) (Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabática, pág. 39).
“La circunstancia de haber revelado Dios su voluntad a los hombres por su Palabra, no anuló la necesidad que tienen ellos de la continua presencia y dirección del Espíritu Santo. Por el contrario, el Salvador prometió que el Espíritu facilitaría a sus siervos la inte­ligencia de la Palabra; que iluminaría y daría aplicación a sus enseñanzas. Y como el Espíritu de Dios fue quien inspiró la Biblia, resulta imposible que las enseñanzas del Espíritu estén ja­más en pugna con las de la Palabra. “El Espíritu no fue dadoni puede ja­más ser otorgadopara invalidar la Biblia; pues las Escrituras declaran ex­plícitamente que la Palabra de Dios es la regla por la cual toda enseñanza y toda manifestación religiosa debe ser probada(El Conflicto de los Siglos, pág. 11).

7.....¿Qué promesas dadas por Je­sús a sus discípulos son dadas a cada persona para iluminar su mente y abrir su corazón a las verdades de su palabra?
Mateo 28:20 Up.- ...Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Juan 14:16.- Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre
Juan 17:19-20.- Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.
Jesús prometió a sus discípulos ‘el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recor­dará todas las cosas que os he dicho’. ‘Cuando viniere aquel Espíritu de ver­dad, él os guiará a toda verdad;... y os hará saber las cosas que han de venir’ (Juan 14:26; 16:13). Las Sagradas Escrituras enseñan claramente que estas prome­sas, lejos de limitarse a los días apostó­licos, se extienden a la iglesia de Cristo en todas las edades. El Salvador asegu­ra a los discípulos: ‘Estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo(Mateo 28:20). San Pablo declara que los dones y manifestaciones del Espíritu fueron dados a la iglesia “para el per­feccionamiento de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del co­nocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo’ (Efesios 4:12, 13)(El Conflicto de los Siglos, pág. 12).
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Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan para tener su dirección y gracia, se da el Espíritu. El poder de Dios aguarda que ellos lo pidan y lo reciban. Esta bendición prometida, reclamada por la fe, trae todas las demás bendiciones en su estela. Se da según las riquezas de la gracia de Cristo, y él está listo para proporcionarla a toda alma según su capacidad para recibirla(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 626).
Dios invita a aquellos que conocen su voluntad a ser hacedores de su palabra. La debilidad, la tibieza y la indecisión provocan los asaltos de Satanás; y los que permiten el desarrollo de estos defectos serán arrastrados, impotentes, por las violentas olas de la ten­tación. De cada uno de los que profesan el nombre de Cristo se requiere que crezca hasta la plena estatura de Cristo, cabeza viviente del cristiano” (Testimo­nios para la Iglesia, tomo 5, pág. 244).




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