martes, 24 de diciembre de 2013

CREENCIAS

I
Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios y que Él mismo es el Autor, habiéndonos revelado su voluntad en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Son inspiradas directamente por Dios. En la Biblia se nos muestra el conocimiento necesario y el camino para la salvación de nuestra alma. Las Sagradas Escrituras, como la verdadera y completa revelación de Dios, son la única regla infalible de nuestra fe.
Base Bíblica: 1 Tesalonicenses 2:13; Salmo 119:105; Jeremías 15:16. / 2 Pedro 1:19-21; 2 Timoteo 3:15-17.
II
Creemos en un Dios eterno, omnipotente, omnipresente y omnisapiente. Él es el Creador, Gobernante y Sustentador de todo el universo. Creemos que “Dios es Espíritu” y un Ser personal. A través de la creación del ser humano según “su imagen” se reveló como un Dios personal.  La fe en Cristo es el único camino por medio del cual podemos llegar a Dios.
Base Bíblica: Génesis 17:1; Salmos 90:1, 2; 91:1, 2; 139:1-12; Isaías 44:6; 45:5, 6, 18; 1 Timoteo 6:16. / Juan 4:24. /  Génesis 1:26, 27; Daniel 7:9, 10. / Hebreos 11:6.
III
Creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios; es la imagen misma de su Padre. Creemos que Jesucristo ya existía en forma de Dios en el cielo, antes de venir a la tierra. Por medio de Él creó Dios todas las cosas. “Como ser personal, Dios se ha revelado en su Hijo. Jesús, el resplandor de la gloria del Padre, ‘y la misma imagen de su sustancia’. Mediante su encarnación, crucifixión y resurrección, Jesús se reveló como el Salvador. Es el único Mediador entre Dios y la humanidad caída. Su vida es un ejemplo singular para toda la humanidad y especialmente para todos sus seguidores. Es hoy nuestro Sumo Sacerdote en el Lugar Santísimo del santuario celestial, y realiza la obra final de reconciliación.
Base Bíblica: Hebreos 1:1-3, 8; Colosenses 1:15; 2:9; 1 Timoteo 3:16. / Juan 1:1, 2; Filipenses 2:5, 6; Colosenses 2:9; Juan 1:14; Miqueas 5:2. / Juan 1:1-3; Colosenses 1:16, 17. / Hechos 4:12; Filipenses 2:5-8; 1 Timoteo 2:5, 6; Hebreos 2:17; 1 Pedro 2:21; Deuteronomio 18:15; Juan 18:37. / Hebreos 8:1, 2; 7:24, 25; 4:15, 16; 9:24-26.
IV
Creemos que el Espíritu Santo se encontró en acción desde el principio, y se encuentra constantemente en acción en la salvación. La Biblia nos informa ya en sus primeras páginas sobre su actuación en los corazones de los seres humanos. Creemos que el Espíritu Santo es el representante de Cristo en la tierra. Él convence de pecado, lleva al arrepentimiento y a la conversión. Renueva y transforma al ser humano. Además, guía a la verdad, lleva al conocimiento de la voluntad divina, y da fuerza para la obediencia y la victoria sobre el pecado.
Base Bíblica: Génesis 1:2; Salmo 51:11; Isaías 63:10, 11. / Génesis 6:3 / Juan 3:5, 6; 14:16, 17; 16:13.
V
Creemos que Dios, en el sexto día de la creación, creó al hombre a su imagen, perfecto y con  libre albedrío. Su naturaleza estaba en armonía con la voluntad de Dios. Su mente era capaz de comprender las cosas divinas. Sus afectos eran puros, sus apetitos y pasiones estaban bajo el dominio de la razón. Era santo y se sentía feliz…” No existe fundamento alguno para la suposición de que el hombre llegó a existir mediante un lento proceso evolutivo de las formas bajas de la vida animal o vegetal. Tales enseñanzas rebajan la obra sublime del Creador al nivel de las mezquinas y terrenales concepciones humanas.
Base Bíblica: Génesis 1:26-28.
VI
Creemos que por su desobediencia al mandamiento divino el ser humano introdujo el pecado en el mundo y por ello su naturaleza se hizo mala. La consecuencia del pecado es la muerte.  Pero Dios es amor. Este amor insondable había previsto un camino de salvación para la humanidad perdida. No existía otra posibilidad, sino que Jesús tomase sobre sí la culpa y el castigo del pecado. Sólo mediante la muerte vicaria de Jesús y su vida justa, es posible obtener el perdón de los pecados y la justificación... Jesucristo es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, ya previsto por Dios antes que el mundo fuese. Mediante la fe en Jesús como Salvador personal, la cual se revela en la fiel obediencia, el pecador recibe la vida eterna. La obediencia es el verdadero fruto de la salvación. Por amor y agradecimiento al inconmensurable don de Dios el creyente es obediente a todos sus requerimientos mediante el poder del Espíritu Santo.
Base Bíblica: Génesis 2:16, 17; 3:6. / Romanos 5:12; 6:23; Salmo 14:3; Job 14:4 / 1 Juan 4:16; Juan 3:16; Isaías 53:4-6; 1 Pedro 2:24. / Romanos 4:25; 5:1; 3:24 / Juan 1:29; 1 Pedro 1:18-20. / Romanos 8:1-4; Juan 14:15, 21. / Efesios 2:8, 9; Juan 15:10; 1 Juan 5:3.
VII
Creemos que los Diez Mandamientos son perfectos y como norma de vida y práctica tienen vigencia para todos los seres humanos. La Biblia enseña que Dios mismo proclamó los Diez Mandamientos sobre el monte Sinaí y los escribió con su propio dedo en las dos tablas de piedra. Mediante el reconocimiento y la observancia de los sagrados Diez Mandamientos del Señor, manifestamos que amamos a Dios el Padre y a su Hijo. La Ley de Dios es una revelación de su voluntad y carácter. Es una imagen de la perfección divina y refleja el verdadero carácter de Dios. En la Ley se muestra especialmente el principio de amor, justicia y orden divino. Como ella es espiritual sólo puede ser observada mediante el poder de Dios y la fe en Jesucristo.
Base Bíblica: Eclesiastés 12:13; Mateo 5:17, 18; Romanos 3:28, 31; 7:12; Apocalipsis 12:17; 14:12; Éxodo 31:18; 32:15, 16; Deuteronomio 4:12, 13. Romanos 13:10; 1 Juan 5:3. Éxodo 20:2-17.
VIII
Creemos que el cuarto mandamiento es inmutable, igual que todos los demás, y es válido para todos los seres humanos. El sábado fue instituido por Dios después de los seis días de la creación, quien lo bendijo y santificó; y distinguió mediante su descanso. Fue dado como memorial de la creación y como día de reposo para los seres humanos; por lo tanto, es llamado también día del Señor. Dios nos ordena santificar este día por medio del descanso del trabajo, empleando su tiempo en la adoración y el servicio religioso. El sábado es al mismo tiempo símbolo de salvación, una señal de santificación, un testimonio de obediencia y una anticipación de lo que será la vida eterna en el reino de Dios. El día de reposo divino es la señal especial de sus hijos obedientes en el tiempo del fin.
Dios ha mandado que se atienda a los que sufren y a los enfermos; el trabajo necesario para darles bienestar es una obra de misericordia, y no es una violación del sábado; pero todo trabajo innecesario debe evitarse.
Según el orden de la creación el día empieza y concluye a la puesta del sol. Así pues, el sábado se inicia el viernes por la tarde con la puesta del sol y finaliza el sábado por la tarde con la puesta del sol
Base Bíblica: Génesis 2:1-3; Éxodo 20:8-11; 31:15; Levítico 23:3; Marcos 2:27, 28; Lucas 16:17. Génesis 1:5; Levítico 23:32; Lucas 4:31, 40.
IX
Creemos que Dios instituyó el matrimonio en el Paraíso y lo bendijo y santificó. “De manera que la institución del matrimonio tiene como su autor al Creador del Universo. … Fue una de las primeras dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que, después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso.” –PP, pág. 27. El matrimonio fue instituido: a) para que el hombre y la mujer se ayuden y complementen uno a otro en amor (Génesis 2:18); b) para que se reproduzca la raza humana (Génesis 1:27, 28). 1 Corintios 7:1-9.
El matrimonio es un pacto que debe ser basado en el amor y la fidelidad de por vida entre un hombre y una mujer. Dios estableció el matrimonio en los principios de la abnegación, el amor, el aprecio, el respeto, la disposición al sacrificio y la responsabilidad. El hombre fue creado primero; él es el guía natural y soporte de la familia. La esposa debe respetar el liderazgo del esposo, pero éste debe amar a su esposa como Cristo amó a su iglesia, por la cual dio su vida.
El matrimonio verdadero constituye, por lo tanto, una unidad espiritual, mental y corporal: armonía de fe, corazón y cuerpo. La mujer y el hombre forman una carne. Creemos que los cristianos deben observar el principio de la temperancia, de modo que sus fuerzas físicas y mentales no sean sacrificadas en el altar de la pasión y las bajas concupiscencias carnales. Los consejos dados en este sentido, en la Palabra de Dios, nos indican el camino de la pureza y de una vida agradable al Señor. Creemos que los miembros de iglesia no deben contraer matrimonio con miembros de otras denominaciones o incrédulos, ya que las Sagradas Escrituras consideran tal matrimonio como pecado. Creemos que el divorcio no está en conformidad con la voluntad de Dios.
Base Bíblica: Mateo 19:4; Malaquías 2:14 ÚP. Efesios 5:23, 25. Génesis 2:24; Mateo 19:5, 6. 1 Tesalonicenses 4:3-5. Deuteronomio 7:3, 4, 6; 2 Corintios 6:14, 15. Mateo 19:3-9; Marcos 10:9-12; Romanos 7:1-3; 1 Corintios 7:10, 11.
X
Creemos que la profecía de Daniel 7:25, “… y pensará en cambiar los tiempos y la ley;…”, se ha cumplido. Se anuló de los Diez Mandamientos el segundo que prohíbe la veneración y adoración de las imágenes. El sábado, establecido en el cuarto mandamiento, se cambió por la introducción injustificada del primer día de la semana, el domingo, como día de reposo del estado y de la iglesia. El décimo mandamiento fue dividido en dos para restablecer de nuevo el número “diez”.