“El que estará más cerca de Cristo será el que en la tierra haya bebido más
hondamente del espíritu de su amor desinteresado —amor que ‘no hace
sin razón, no se ensancha;… no busca lo
suyo, no se irrita, no piensa el mal’,— amor que mueve al discípulo como movía al Señor, a dar todo, a vivir, trabajar y
sacrificarse, aun hasta la muerte, para la salvación de la humanidad” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 504).
LA AMBICIÓN HUMANA ENTRE LOS DISCÍPULOS
1.
¿Qué debate tuvieron los discípulos más de
una vez? ¿Se resolvió el asunto o sus especulaciones se extendían más allá de
esta tierra al reino del cielo?
Lucas 9:46.- Entonces entraron
en discusión sobre quién de ellos sería el mayor.
Mateo 18:1.- En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
“Tenían
estas palabras una solemnidad y un carácter impresionante que los discípulos
distaban mucho de comprender. Ellos
no podían verlo que Cristo discernía. No percibían la naturaleza del reino de Cristo, y esta ignorancia era la causa aparente de su
disputa. Pero la verdadera causa era más profunda. Explicando la naturaleza del reino, Cristo podría haber apaciguado su
disputa por el momento; pero esto no habría alcanzado la causa fundamental.
Aun después de haber recibido el
conocimiento más completo, cualquier
cuestión de preferencia podría renovar la dificultad, y el desastre podría amenazar a la iglesia
después de la partida de Cristo. La
lucha por el puesto más elevado era la manifestación del mismo espíritu que
diera origen a la gran controversia en los mundos superiores e hiciera bajar a
Cristo del cielo para morir” (Deseado de Todas las Gentes,
pág. 403).
2.. ¿Cómo estaba preparando Jesús a sus discípulos
para los días difíciles que vendrían? ¿Entendían ellos la prueba por la que
irían a pasar?
Marcos 10:32-34.- Iban por el camino
subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante, y ellos se asombraron, y le seguían con miedo.
Entonces volviendo a tomar a los doce
aparte, les comenzó a decir las
cosas que le habían de acontecer: He
aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales
sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; y le escarnecerán,
le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará.
Lucas 18:34.- Pero ellos nada
comprendieron de estas cosas, y esta
palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía.
“No habían
proclamado poco antes por doquiera: ‘¿El reino de los cielos se ha acercado’?
¿No había prometido Cristo mismo que
muchos se sentarían con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de Dios? ¿No
había prometido a cuantos lo habían dejado todo por su causa cien veces tanto
en esta vida y una parte en su reino? ¿Y
no había hecho a los doce la promesa especial de que ocuparían puestos de alto
honor en su reino, a saber que se sentarían en tronos para juzgar a las doce
tribus de Israel? Acababa de
decir que debían cumplirse todas las cosas escritas en los profetas concernientes
a Él. ¿Y no habían predicho los
profetas la gloria del reino del Mesías? Frente a estos pensamientos, sus palabras tocante a su entrega, persecución
y muerte parecían vagas y confusas. Ellos creían que a pesar de cualesquiera
dificultades que pudieran sobrevenir, el reino se establecería pronto” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 502).
SOLICITUD DE UNA POSICIÓN
3....Mientras el Señor los iba guiando para que
pudieran enfrentarse a lo que iba a venir ¿qué tenían en mente algunos discípulos?
¿Qué petición especial hizo la madre dedos discípulos presentes?
Mateo 20:20, 21.- Entonces se
le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante Él y pidiéndole algo. Él
le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo:
Ordena que en tu reino se sienten
estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
Marcos 10:35-37.- Entonces Jacobo
y Juan, hijos de Zebedeo, se le
acercaron, diciendo: Maestro,
querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. Él les dijo: ¿Qué queréis que
os haga? Ellos le dijeron: Concédenos
que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
“Juan,
hijo de Zebedeo, había sido uno de los dos primeros discípulos que
siguieran a Jesús. El y su hermano
Santiago habían estado entre el primer grupo que había dejado todo por servirle.
Alegremente habían abandonado su familia
y sus amigos para poder estar con él; habían caminado y conversado con él;
habían estado con él en el retiro del hogar y en las asambleas públicas. Él había aquietado sus temores, aliviado
sus sufrimientos y confortado sus pesares, los había librado de peligros y con
paciencia y ternura les había enseñado, hasta que sus corazones parecían unidos al suyo, y en su ardor y amor anhelaban
estar más cerca de él que nadie en su reino. En toda oportunidad posible,
Juan se situaba junto al Salvador, y Santiago anhelaba ser honrado con una estrecha relación con él.
La madre de ellos era discípula de
Cristo y le había servido generosamente con sus recursos. Con el amor y la ambición de una madre por
sus hijos, codiciaba para ellos el lugar más honrado en el nuevo reino.
Por esto, los animó a hacer una petición.
“La madre
y sus hijos vinieron a Jesús para pedirle que les otorgara algo que anhelaban
en su corazón” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 502, 503).
4.
¿Qué clarificó y enseñó Jesús al dar
respuesta a esta pregunta? ¿Qué tenían que enfrentar los discípulos antes
detener el privilegio de sentarse en el trono de gloria?
Mateo 20:22.- Entonces Jesús
respondiendo, dijo: No sabéis lo
que pedís. ¿Podéis beber del
vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy
bautizado? Y ellos le dijeron:
Podemos.
“Jesús
los trató con ternura y no censuró su egoísmo por buscar preferencia sobre sus
hermanos. Leía sus corazones y
conocía la profundidad de su cariño hacia Él. El amor de ellos no era un afecto meramente humano; aunque
fluía a través de la terrenidad de sus conductos humanos, era una emanación de
la fuente de su propio amor redentor. Él
no lo criticó, sino que lo ahondó y purificó. Dijo: ‘¿Podéis beber el vaso que yo he de beber, y ser bautizados
del bautismo de que yo soy bautizado?’ Ellos recordaron sus misteriosas
palabras, que señalaban la prueba y el sufrimiento, pero contestaron
confiadamente: ‘Podemos’. Consideraban que
sería el más alto honor demostrar su lealtad compartiendo todo lo que
aconteciera a su Señor. “A la
verdad mi vaso beberéis, y del bautismo de que yo soy bautizado, seréis
bautizados’, dijo Él. Delante
de Él, había una cruz en vez de un trono, y por compañeros suyos, a su
derecha y a su izquierda, dos malhechores. Juan y Santiago tuvieron que participar de los sufrimientos con su
Maestro; uno fue el primero de
los hermanos que pereció a espada; el otro, el que por más tiempo hubo de soportar trabajos, vituperio y persecución” (El Deseado de
Todas las Gentes, págs. 503, 504).
5... ¿Qué debemos aprender de la segunda parte de
Su respuesta? ¿Se concederá un lugar en el cielo como resultado de
recomendación o favoritismo hacia alguno?
Mateo 20:23.- Él les dijo: A
la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado,
seréis bautizados; pero el
sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para
quienes está preparado por mi Padre.
“Más el sentaros a mi mano derecha y a mi izquierda
—continuó Jesús no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está aparejado de
mi Padre’. En el reino de los cielos,
no se alcanza la posición por favoritismo. No se la gana ni se la recibe como un regalo arbitrario. Es el resultado del carácter. La corona y el trono son las prendas de
una condición alcanzada; son las arras de la victoria sobre sí mismo por medio
de nuestro Señor Jesucristo” (El Deseado de Todas las
Gentes, pág. 504).
PRINCIPIOS DEL REINO CELESTIAL
6....¿En qué principios divinos está fundado el
reino de Cristo? Por lo tanto ¿qué ejemplo debemos seguir?
Mateo 20:25-28.- Entonces Jesús,
llamándolos, dijo: Sabéis que los
gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas
potestad. Mas entre vosotros no
será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro
servidor, y el que quiera ser
el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,
y para dar su vida en rescate por muchos.
“En los
reinos del mundo, la posición significaba engrandecimiento propio. Se obligaba al pueblo a existir para
beneficio de las clases gobernantes. La influencia, la riqueza y la
educación eran otros tantos medios de dominar al vulgo para que sirviera a los
dirigentes. Las clases superiores debían
pensar, decidir, gozar y gobernar; las inferiores debían obedecer y servir.
La religión, como todas las demás
cosas, era asunto de autoridad. Se
esperaba que el pueblo creyera y practicara lo que indicaran sus superiores.
Se desconocía totalmente el derecho
del hombre como hombre, de pensar y obrar por sí mismo. “Cristo estaba estableciendo un reino
sobre principios diferentes. El llamaba a los hombres, no a asumir autoridad,
sino a servir, a sobre llevarlos
fuertes las flaquezas de los débiles. El poder, la posición, el talento y la educación, colocaban a su
poseedor bajo una obligación mayor de servir a sus semejantes.”… El principio por el cual Cristo se regía
debe regir a los miembros de la iglesia, la cual es su cuerpo. El plan y fundamento de la salvación es
el amor. En el reino de
Cristo los mayores son los que siguen el ejemplo dado por Él y actúan como
pastores de su rebaño” (El Deseado de Todas
las Gentes, pág. 505).
7...
¿Qué fue revelado posteriormente a Juan en
relación a aquellos que tendrán el privilegio de sentarse en el trono de
Cristo?
Apocalipsis 3:21.- Al que venciere,
le daré que se siente conmigo en mi trono, así
como yo he vencido, y me
he sentado con mi Padre en su trono.
“Largo
tiempo después, cuando se había unido en simpatía con Cristo por la
participación de sus sufrimientos, el
Señor le reveló a Juan cuál es la condición de la proximidad en su reino.
‘Al que venciere —dijo Cristo, yo le
daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he
sentado con mi Padre en su trono’. ‘Al
que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá
fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios,… y mi nombre nuevo’. El apóstol Pablo escribió: ‘Porque yo ya estoy para ser ofrecido, y
el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Por lo demás, me está guardada la
corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día’
(2 Timoteo 4:6-8)” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 503).
PARA MEDITAR
“Los
principios y las palabras mismas de la enseñanza del Salvador, en su divina
hermosura, permanecieron en la memoria del discípulo amado. En sus últimos
días, el pensamiento central del
testimonio de Juan a las iglesias era: ‘Porque este es el mensaje que
habéis oído desde el principio: Que
nos amemos unos a otros’. ‘En
esto hemos conocido el amor, porque Él puso su vida por nosotros: también
nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos’”
(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 506).
POR FAVOR SI PUDIERAN ACTUALIZAR DE UNA VEZ LA LECCION PARA EL SÁBADO 31 DE AGOSTO PARA PODER ESTUADIARLA.
ResponderEliminarY GRACIAS POR FACILITARNOS EL ESTUDIO DE LA PALABRA DE DIOS.
DIOS LOS BENDIGA