“Se nos
presenta el trato de Cristo con el joven como una lección objetiva. Dios nos dio la regla de conducta que debe
seguir cada uno de sus siervos. Es la obediencia a su ley, no sólo una
obediencia legal, sino una obediencia
que penetra en la vida y se ejemplifica en el carácter. Dios fijó su
propia norma de carácter para todos los que quieren llegar a ser súbditos de su
reino. Únicamente aquellos que lleguen a
ser colaboradores con Cristo, únicamente
aquellos que digan: Señor, todo
lo que tengo y soy te pertenece, serán reconocidos como hijos e hijas de Dios.
Todos deben considerar lo que significa desear el cielo, y sin embargo
apartarse de él por causa de las condiciones impuestas. Pensemos en lo que
significa decir no a Cristo” (DTG, pág. 481).
MOSTRANDO INTERÉS Y HUMILDAD
1.. ¿Qué pregunta hizo un joven gobernante al Salvador del mundo?
¿Qué tan respetuoso fue su discurso y conducta?
Mateo 19:16.- Entonces vino
uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
Lucas 18:18.- Un hombre
principal le preguntó, diciendo: Maestro
bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Marcos 10:17.- Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él,
le preguntó: Maestro bueno, ¿qué
haré para heredar la vida eterna?
“Era miembro del honorable
concilio de los judíos… El joven
que hizo esta pregunta era uno de los gobernantes. Tenía grandes posesiones y ocupaba un cargo de responsabilidad.
Había visto el amor que Cristo
manifestara hacia los niños que le trajeran; cuán tiernamente los recibiera
y alzara en sus brazos, y su corazón
ardía de amor por el Salvador. Sentía
deseo de ser su discípulo. Se
había conmovido tan profundamente que mientras Cristo iba por su camino, corrió tras él y arrodillándose a sus pies,
le hizo con sinceridad y fervor esa pregunta de suma importancia para su alma y
la de todo ser humano: “Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida
eterna?” (El Deseado de Todas
las Gentes, págs. 480, 478).
2.
¿A quién Jesús dirigió la mente del gobernante? ¿Cómo respondió
a la pregunta del hombre?
Marcos 10:180- Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.
Mateo 19:17.- Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Más
si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
“Jesús estuvo libre de todo
pecado y error; no había ni
un vestigio de imperfección en su vida o carácter. Mantuvo una pureza inmaculada en las más difíciles circunstancias. Es cierto que declaró que ‘Ninguno hay
bueno sino uno: Dios’; pero también
dijo: ‘Yo y el Padre uno somos’.Jesús
habla de sí mismo y del Padre como Dios, y afirma para sí perfecta justicia
(MS 141, 1901)” (Comentario Bíblico
Adventista, material suplementario, pág. 941).
¿Por qué me llamas bueno? —Dijo Cristo—, Ninguno es bueno sino uno, es a saber,
Dios’. Jesús deseaba probar
la sinceridad del joven, y conseguir que expresara la manera en que lo
consideraba bueno. ¿Se daba
cuenta de que Aquel a quien hablaba era el Hijo de Dios? ¿Cuál era el
verdadero sentimiento de su corazón?” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 478).
FUNDAMENTO Y META DE LOS DIEZ
MANDAMIENTOS
3.
¿Qué tienen en común los cinco mandamientos que Jesús mencionó?
¿Por qué puso Él al final de su respuesta el mandamiento de amar al prójimo como
a sí mismo?
Mateo 19:18, 19.- Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso
testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti
mismo.
Romanos 13:8, 9.- No debáis a nadie
nada, sino el amaros unos a otros; porque el
que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no
codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos’ (Mateo 19:17). Muchos que profesan ser discípulos de
Cristo pasarán aparentemente con toda facilidad por este mundo, considerados
como hombres rectos y piadosos, en circunstancias que en lo íntimo de su
ser encierran una plaga que mancha todo su carácter y corrompe toda su
experiencia religiosa. ‘Amarás a tu
prójimo como a ti mismo’. Esto
nos prohíbe aprovecharnos de nuestro prójimo en beneficio personal. Se nos prohíbe perjudicar a nuestro
prójimo, no importa en qué sea.
No debemos observarlas cosas desde el
punto de vista de los mundanos. Tratará
nuestro prójimo en toda circunstancia tal como nos gustaría que nos trataran a nosotros,
es una regla que debemos aplicar
prácticamente. Las leyes de Dios
deben ser literalmente obedecidas. En
todas nuestras relaciones y nuestros tratos con nuestros semejantes, ya sean
creyentes o incrédulos, debemos aplicar esta regla: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’ ” (TI, tomo 2, pág. 20).
UNA COSA TE FALTA
4.
Por su respuesta, ¿Podríamos decir que el joven estaba satisfecho
con su vida? ¿Entendió realmente el mensaje profundo de Jesús?
Marcos 10:20.- El entonces,
respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado
desde mi juventud.
Mateo 19:20.- El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
“Este príncipe tenía en alta
estima su propia justicia. No
suponía, en realidad, que fuese deficiente en algo, pero no estaba completamente satisfecho. Sentía la necesidad de algo que no poseía.
¿Podría Jesús bendecirle como había
bendecido a los niñitos y satisfacer la necesidad de su alma?…
“Su aserto de que había guardado
la ley de Dios era falso. Demostró
que las riquezas eran su ídolo. No
podía guardar los mandamientos de Dios mientras el mundo ocupaba el primer
lugar en sus afectos. Amaba los
dones de Dios más que al Dador” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 478, 481).
5.
¿No era la obediencia a los diez mandamientos, a través
de la gracia y ayuda de Dios, suficiente para darle a uno vida eterna? ¿Porque
añadió Jesús un requerimiento adicional?
Mateo 19:21.- Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
Mateo 10:21.- El hermano entregará a la muerte al hermano,
y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán
morir.
“Cristo se sentía atraído a este
joven. Sabía que era sincero en
su aserto: ‘Todo esto guardé
desde mi juventud’. El Redentor
anhelaba crear en él un discernimiento que le habilitara para ver la necesidad
de una devoción nacida del corazón y de la bondad cristiana. Anhelaba ver en él un corazón humilde y
contrito, que, consciente del
amor supremo que ha de dedicarse a Dios, ocultara su falta en la perfección
de Cristo… Una cosa te falta’, dijo
Jesús. ‘Si quieres ser
perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en
el cielo; y ven, sígueme’. Cristo
leyó el corazón del príncipe. Una
sola cosa le faltaba, pero ésta era un principio vital. Necesitaba el amor de Dios en el alma.
Esta sola falta, si no era suplida, le
resultaría fatal; corrompería toda su naturaleza. Tolerándola, el egoísmo
se fortalecería. A fin de que pudiese
recibir el amor de Dios, debía renunciar a su supremo amor a sí mismo. (El Deseado de Todas las Gentes, pág.
479).
IMPORTANCIA DE LA DECISIÓN DEL
GOBERNANTE
6. ¿Qué revela la decisión hecha por el joven cuando escuchó
la respuesta del Salvador? ¿No estamos haciendo lo mismo cuando nos aferramos a
nuestras propias ideas y actitudes?
Mateo 19:22.- Oyendo el joven
esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Lucas 18:23.- Entonces él, oyendo
esto, se puso muy triste, porque era muy
rico.
“Cristo dio a este hombre una
prueba. Le invitó a elegir
entre el tesoro celestial y la grandeza mundanal. El tesoro celestial le era asegurado si quería seguir a Cristo.
Pero debía renunciar al yo; debía confiar su voluntad al dominio de
Cristo. La santidad misma de Dios
le fue ofrecida al joven príncipe. Tuvo
el privilegio de llegar a ser hijo de Dios y coheredero con Cristo del tesoro
celestial. Pero debía tomar la
cruz y seguir al Salvador con verdadera abnegación” (DTG, págs. 479, 480).
“Las palabras de Cristo fueron en
verdad para el príncipe la invitación: ‘Escogeos hoy a quién sirváis’ (Josué 24:15). Le fue dejada a
él la decisión. Jesús anhelaba que se
convirtiera. Le había mostrado la
llaga de su carácter, y con profundo interés vigilaba el resultado
mientras el joven pesaba la cuestión. Si
decidía seguir a Cristo, debía obedecer sus palabras en todo. Debía apartarse de sus proyectos
ambiciosos. Con qué anhelo
ferviente, con qué ansia del alma, miró el Salvador al joven, esperando que
cediese a la invitación del Espíritu de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 480).
7.
¿Cuál es el problema serio de la gente rica? ¿Qué consejo
dio Jesús para que uno pueda sobreponerse a esto y otros obstáculos en el
camino al cielo?
Mateo 19:23.- Entonces Jesús
dijo a sus discípulos: De cierto
os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
Lucas 18:24, 25.- Al ver
Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen
riquezas! Porque es más fácil
pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de
Dios.
Mateo 6:20, primera parte, 21.- Sino haceos tesoros en el cielo,…
Porque donde esté vuestro tesoro, allí
estará también vuestro corazón.
Mateo 6:33, primera parte.- Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia.
“Cristo
presentó las únicas condiciones que pondrían al príncipe donde desarrollaría un
carácter cristiano. Sus palabras
eran palabras de sabiduría, aunque
parecían severas y exigentes. En
su aceptación y obediencia estaba la única esperanza de salvación del príncipe.
Su posición exaltada y sus bienes ejercían sobre su carácter una sutil
influencia para el mal. Si los prefiriese, suplantarían a Dios en sus afectos. El guardar poco o mucho sin entregarlo a
Dios sería retener aquello que reduciría su fuerza moral y eficiencia;
porque si se aprecian las cosas de
este mundo, por inciertas e indignas que sean, llegan a absorberlo todo…
“Cuando los discípulos de Cristo
devuelven lo suyo al Señor, acumulan tesoros que se les darán cuando oigan las
palabras: ‘Bien, buen siervo y
fiel;… entra en el gozo de tu señor’. ‘El cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz,
menospreciando la vergüenza, y sentóse a la diestra del trono de Dios’ (Mateo 25:23; Hebreos 12:2)” (El
Deseado de Todas las Gentes, págs. 480, 482).
PARA MEDITAR
“Cristo
había ofrecido su comunión al joven. ‘Sígueme’, le dijo. El
Salvador no significaba tanto para él como sus bienes o su propia fama entre los
hombres. Renunciar al visible tesoro
terrenal por el invisible y celestial era un riesgo demasiado grande. Rechazó el ofrecimiento de la vida
eterna y se fue, y desde
entonces el mundo había de recibir su culto. Millares están pasando por esta prueba y pesan a Cristo contra el
mundo; y muchos eligen el
mundo. Como el joven príncipe,
se apartan del Salvador diciendo en su corazón: No quiero que este hombre me
dirija” (El Deseado de Todas
las Gentes, pág. 481).
No hay comentarios:
Publicar un comentario