“Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre,
en pie sobre el mar de vidrio, con
las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés
siervo de Dios, y el cántico del
Cordero, diciendo: Grandes y
maravillosas son tus obras, Señor Dios Todo-poderoso; justos y verdaderos
son tus caminos, Rey de los santos” Apocalipsis 15:2, 3.
VICTORIA SOBRE LA BESTIA Y SU IMAGEN
1.
¿A quién vio Juan en visión entonando el himno de victoria en el río de
cristal mezclado con fuego? Apocalipsis 15:2, 3; 14:1-3.
Vi también
como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían
alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre,
en pie sobre el mar de vidrio, con las
arpas de Dios. Y cantan el
cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y
verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte
de Sion, y con él ciento
cuarenta y cuatro mil, que tenían
el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. Y oí una voz del cielo como estruendo de
muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de
arpistas que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico nuevo delante del
trono, y delante de los
cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro
mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.
2. ¿Qué tipo de guerra iniciarán la bestia y su imagen contra los 144.000? Apocalipsis
13:5, 15.
También se le
dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses (1260 años).
Y se le permitió infundir aliento a la
imagen de la bestia, para que la imagen
hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.
“La guerra contra la ley de Dios, que
empezó en el cielo, continuará hasta el fin del tiempo. Cada hombre será probado. El mundo entero ha de decidir si quiere
obedecer o desobedecer. Todos serán llamados a elegir entre la ley de Dios y las leyes de los hombres. En
esto se trazará la línea divisoria. Habrá solamente dos clases. Todo
carácter quedará plenamente definido; y todos demostrarán si han elegido el lado de la lealtad o el de
la rebelión” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 712).
“Sólo los
que, mediante la fe en Cristo,
obedecen todos los mandamientos de Dios, alcanzarán la condición de
impecabilidad en que vivía Adán antes de su transgresión. Testifican de
su amor a Cristo obedeciendo todos sus preceptos” (Comentario Bíblico Adventista,
tomo 6, pág. 1118).
EL DESAFIO DE SATANÁS A LA LEY DE DIOS
3.
Queriendo ser igual a Dios, ¿cómo desafió Satanás la autoridad del Creador?
¿Cómo sedujo Satanás al hombre para rebelarse contra Dios? Isaías14:12-14;
Proverbios 28:4.
¡Cómo
caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú
que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré
al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi
trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre
las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Los
que dejan la ley alaban a los impíos; Mas los que la guardan contenderán con
ellos.
“Desde el principio, el gran conflicto giró
en derredor de la ley de Dios. Satanás
había procurado probar que Dios era injusto, que su ley era defectuosa, y que el bien del universo, requería que
fuese cambiada. Al atacar la
ley, procuró derribar la autoridad de su Autor” (Patriarcas y Profetas, pág. 55).
“Una vez suprimido lo que descubría el error,
Satanás hizo lo que quiso. La
profecía había declarado que el papado pensaría ‘mudar los tiempos y la ley.’
(Daniel 7: 25.) No tardó en iniciar
esta obra… “Sólo adulterando la
ley de Dios podía el papado elevarse sobre Dios…” (El Conflicto de los Siglos,
págs. 55, 56, 499).
4.
Aunque está escrito que la ley de Dios no es gravosa, ¿cuál es el constante
engaño de Satanás? Salmo 119:92; 1 Juan 5:3; Mateo 11:30; Proverbios 28:4.
Si tu ley no hubiese sido mi delicia, Ya en mi aflicción hubiera
perecido. Pues este
es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Los que dejan la ley alaban a los impíos; Mas los que la guardan contenderán con ellos.
“Satanás había aseverado que era
imposible para el hombre obedecer los mandamientos de Dios; y es cierto que con nuestra propia fuerza no
podemos obedecerlos. Pero Cristo
vino en forma humana, y por
su perfecta obediencia probó que la humanidad y la divinidad combinadas pueden
obedecer cada uno de los preceptos de Dios” (PVGM, pág. 225).
“Al principio de la gran controversia,
Satanás había declarado que la ley de Dios no podía ser obedecida, que la justicia no concordaba con la
misericordia y que, si la ley había sido violada, era imposible que el
pecador fuese perdonado” (El Deseado de
Todas las Gentes, págs. 709, 710).
5.
¿Quién desmintió el engaño a través de su vida y enseñanza? Juan 14:30;
15:10.
CRISTO. No hablaré ya
mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene
en mí. Si guardareis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y
permanezco en su amor.
“‘Viene el
príncipe de este mundo-dice Jesús;-mas no tiene nada en mí.’ No había en Él nada que respondiera a
los sofismas de Satanás. Él
no consintió en pecar. Ni
siquiera por un pensamiento cedió a la tentación. Así también podemos hacer nosotros. La humanidad de Cristo estaba unida con la divinidad. Fue hecho idóneo para el conflicto mediante la
permanencia del Espíritu Santo en Él. Y Él vino para hacernos participantes de la naturaleza divina. Mientras estemos unidos con Él por la
fe, el pecado no tendrá dominio sobre nosotros. Dios extiende su mano
para alcanzar la mano de nuestra fe y dirigirla a asirse de la divinidad de
Cristo, a fin de que nuestro carácter pueda alcanzar la perfección” (El
Deseado de Todas las Gentes, págs. 98, 99).
“Este
manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana.
Cristo, en su humanidad, desarrolló
un carácter perfecto, y ofrece impartirnos a nosotros este carácter. ‘Como trapos asquerosos son todas nuestras
justicias’. Todo cuanto podamos hacer por nosotros mismos está manchado por
el pecado. Pero el Hijo de Dios
‘apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en Él’. Se
define el pecado como ‘la transgresión de la ley’. Pero Cristo fue obediente a todo requerimiento de la ley. Él dijo de sí
mismo: ‘Me complazco en hacer tu
voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón’. Cuando
estaba en la tierra dijo a sus discípulos: ‘He guardado los mandamientos de mi
Padre’. Por su perfecta obediencia ha
hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios. Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón
se une con su corazón, la voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente,
los pensamientos se sujetan a Él; vivimos su vida” (PVGM, pág. 253).
LA ENCARNACIÓN DE CRISTO
6.
¿Qué naturaleza tomó Cristo cuando vino a esta tierra para salvar a los
seres humanos? ¿Cómo demostró que el ser humano también puede guardar la ley? Juan
1:14, primera parte; Romanos 8:3; Hebreos 2:14, primera parte.
Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado
y a causa del pecado, condenó al
pecado en la carne. Así que, por
cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo
mismo.
“Satanás había señalado el pecado de Adán
como prueba de que la ley de Dios era injusta, y que no podía ser acatada. En nuestra
humanidad, Cristo había de
resarcir el fracaso de Adán. Pero cuando
Adán fue asaltado por el tentador, no pesaba sobre Él ninguno de los efectos
del pecado. Gozaba de una plenitud de fuerza y virilidad, así como del perfecto vigor de la mente y el
cuerpo. Estaba rodeado por las glorias del Edén, y se hallaba en comunión diaria con los seres
celestiales. No sucedía lo mismo
con Jesús cuando entró en el desierto para luchar con Satanás. Durante cuatro
mil años, la familia humana había
estado perdiendo fuerza física y mental, así como valor moral; y Cristo tomó
sobre sí las flaquezas de la humanidad degenerada…
“Muchos sostienen
que era imposible para Cristo ser vencido por la tentación. En tal caso, no
podría haberse hallado en la posición de Adán; no podría haber obtenido la
victoria que Adán dejó de ganar. Si en algún sentido tuviésemos que soportar
nosotros un conflicto más duro que el que Cristo tuvo que soportar, Él no
podría socorrernos. Pero nuestro
Salvador tomó la humanidad con todo su pasivo. Se vistió de la naturaleza humana, con la posibilidad de ceder a la
tentación” (Deseado Todas las Gentes, págs. 91, 92).
7.
¿Por qué era necesario que Cristo se hiciera hombre? Hebreos 2:14, última
parte, 17.
Él también
participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el
imperio de la muerte, esto es,
al diablo. Por lo cual debía ser en
todo semejante a sus hermanos, para
venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se
refiere, para expiar los pecados
del pueblo.
“Satanás representa la divina ley de amor
como una ley de egoísmo. Declara que nos es imposible obedecer sus preceptos. Imputa al Creador la caída de nuestros primeros padres, con toda la
miseria que ha provocado, e induce a
los hombres a considerar a Dios como autor del pecado, del sufrimiento y de la muerte. Jesús había de desenmascarar este engaño.
Como uno de nosotros, había de dar un
ejemplo de obediencia. Para esto
tomó sobre sí nuestra naturaleza, y pasó por nuestras vicisitudes. ‘Por
lo cual convenía que en todo fuese
semejado a sus hermanos.’ Si tuviésemos
que soportar algo que Jesús no soportó, en este detalle Satanás representaría
el poder de Dios como insuficiente para nosotros. Por lo tanto, Jesús fue ‘tentado en todo punto, así
como nosotros’. Soportó toda
prueba a la cual estemos sujetos. Y no ejerció en favor suyo poder alguno
que no nos sea ofrecido generosamente. Como
hombre, hizo frente a la tentación, y venció en la fuerza que Dios le daba.
Él dice: ‘Me complazco en hacer tu
voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón.’ Mientras
andaba haciendo bien y sanando a todos los afligidos de Satanás, demostró
claramente a los hombres el carácter de la ley de Dios y la naturaleza de su
servicio. Su vida testifica que para
nosotros también es posible obedecer la ley de Dios” (El
Deseado de Todas las Gentes, págs. 15, 16).
EVIDENCIA PERFECTA
8.
¿Quién testificará acerca de la victoria de Cristo en la naturaleza humana
como evidencia de poder obedecer perfectamente la ley de Dios? Apocalipsis
14:1; 15:2, 3.
Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil,
que tenían el nombre de él y el de su
Padre escrito en la frente. Vi también
como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la
victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su
nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios,
y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes
y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son
tus caminos, Rey de los santos.
“Pero no
sucederá así cuando la gran controversia termine. Entonces, habiendo sido completado el plan de la
redención, el carácter de Dios
quedará revelado a todos los seres creados. Se verá que los preceptos de su ley son perfectos e inmutables.
El pecado habrá manifestado entonces
su naturaleza; Satanás, su
carácter. Entonces el exterminio
del pecado vindicará el amor de Dios y rehabilitará su honor delante de un
universo compuesto de seres que se deleitarán en hacer su voluntad y en cuyo
corazón estará su ley” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 713).
“A
nadie se le impide alcanzar, en su esfera, la perfección de un carácter
cristiano. Por el sacrificio de
Cristo se ha provisto para que los creyentes reciban todas las cosas que
pertenecen a la vida y la piedad. Dios nos invita a que alcancemos la
norma de perfección y pone como
ejemplo delante de nosotros el carácter de Cristo. En su humanidad, perfeccionada por una vida
de constante resistencia al mal, el Salvador mostró que cooperando con la
Divinidad los seres humanos pueden alcanzar la perfección de carácter en esta
vida. Esa es la seguridad que nos da Dios de que nosotros también
podemos obtener una victoria completa…
“‘Y vi… los que habían alcanzado la
victoria… estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios. Y
cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y
verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.’ (Apoc. 15:2, 3.)” (Los
Hechos de los Apóstoles, págs. 424, 471).
REPASO Y MEDITACIÓN
· ¿Quién
perseguirá a los 144.000?
· ¿Qué método
utilizó Satanás para intentar ser igual a Dios?
· ¿Qué
garantiza la naturaleza humana de Cristo?
09 | Los 144.000 - Lucha en Defensa de la Ley
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