INTRODUCCIÓN
- La evidencia que somos creación de Dios es tan visible para toda la humanidad.
- Reflejamos que somos la semejanza de Dios en nuestro cuerpo y mente.
I.
A
IMAGEN DE DIOS
- "El hombre había de llevar la imagen de Dios, tanto en la semejanza exterior, como en el carácter" Gn. 1:27.
- Esa imagen se hacía más evidente en términos de su naturaleza espiritual. Vino a ser un "ser viviente", dotado de libre albedrío, una personalidad autoconsciente. [1]. Gn. 2:7, 16-17.
- Cuando el Señor lo creó a su imagen, el hombre era perfecto o recto en todo sentido, pero no tenía vida. Ec. 7:29.
- Sólo al hombre, corona de la creación divina, Dios ha dado una conciencia que comprende las demandas sagradas de la ley divina, y un corazón capaz de amarla como santa, justa y buena. [2]. Gn. 2:17.
- Entonces un Dios personal y que existe por sí mismo sopló en esa forma el aliento vital, y el hombre llegó a ser un ser viviente, inteligente y que respiraba. Ex. 3:14, Gn. 2:7.
- Todas las piezas de la maquinaria humana se pusieron en movimiento. Se sometió a las leyes físicas el corazón, las arterias, las venas, la lengua, las manos, los pies, las percepciones mentales y los sentidos. Entonces el hombre llegó a ser alma viviente. [3].
- El hombre fue el acto culminante de la creación de Dios, hecho a la imagen de Dios, y destinado a ser una contraparte de Dios… El hombre es muy querido para Dios, porque fue formado a su propia imagen. [4]. Gn. 1:26, 31.
- Su naturaleza estaba en armonía con la voluntad de Dios. Su mente era capaz de comprender las cosas divinas. Sus afectos eran puros, sus apetitos y pasiones estaban bajo el dominio de la razón. [5].
II.
A
SEMEJANZA DE DIOS
- Al principio, el hombre fue creado a la semejanza de Dios, no sólo en carácter, sino también en lo que se refiere a su forma y fisonomía. Jn. 1:14, 18. [6].
- Cuando Adán salió de las manos del Creador, llevaba en su naturaleza física, mental y espiritual, la semejanza de su Hacedor. [7].
- El hombre, su mente y su cuerpo fueron creados a la semejanza misma de Dios, y por lo tanto, debe estar activo a fin de ocupar el lugar que se le ha designado. [8]. Gn. 1:1, 2:15.
CONCLUSIÓN
- ¿Cómo era el hombre cuando fue creado a la imagen de Señor?
- ¿Por qué fue el hombre muy querido para Dios?
- ¿En dónde llevaba el hombre la semejanza de su Hacedor?
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