“Y al que puede confirmaros según mi
evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio
que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado
ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios
eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” Romanos
16:25, 26.
NACIDO DE MUJER
1. Siendo la simiente de la mujer, ¿cómo nació
el Hijo de Dios en este mundo? ¿Por qué se gozó Satanás? Génesis 3:15; Gálatas
4:4.
Y pondré
enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la
simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Pero cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y
nacido bajo la ley.
“Regocijóse Satanás cuando Jesús, prescindiendo de su poder y gloria,
dejó el cielo, pues se figuraba que con ello el Hijo de
Dios había caído bajo su dominio. Su tentación había vencido con tanta
facilidad a la inocente pareja del Edén que esperaba vencer también con su
influencia y astucia satánica al Hijo de Dios, y salvar así su vida
y su reino. Con sólo inducir a Jesús a desviarse de la voluntad de su Padre,
habría logrado su objeto” (Primeros Escritos, pág. 157).
2. ¿Qué significa que el Hijo de Dios vendría a
esta tierra como la simiente de la mujer? ¿Qué dejó a un lado para convertirse
en hombre? Filipenses 2:6, 7.
El cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres.
“Jesús era el Comandante del cielo, igual a Dios, y sin
embargo condescendió en desprenderse de su corona real, su manto real, y cubrió
su divinidad con humanidad. La encarnación de Cristo en carne humana
es un misterio…
“La doctrina de la encarnación de Cristo en carne humana es un
misterio, ‘el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades’. Es
el grande y profundo misterio de la piedad. ‘Aquel Verbo fue hecho carne, y
habitó entre nosotros’. Cristo tomó sobre Él la naturaleza
humana, una naturaleza inferior a su naturaleza celestial. No hay
nada como esto que muestre la maravillosa condescendencia de Dios... “Cristo no
aparentó que tomaba la naturaleza humana; la tomó de verdad” (Comentario
Bíblico Adventista, tomo 5, págs. 1104, 1105).
LA HUMANIDAD DE
CRISTO
3. ¿Por qué debía venir Cristo a esta tierra
como ser humano? ¿Hasta qué punto llegó a ser Él como nosotros? Juan 1:14;
Hebreos 2:14.
Y aquel
Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Así que, por
cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo
mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo.
“… nuestro Salvador cubrió su divinidad con
humanidad; empleó las facultades humanas, pues sólo
adoptando éstas podía ser comprendido por la humanidad. Sólo
la humanidad podía llegar hasta la humanidad. Él ejemplificó en su
vida el carácter divino mediante el cuerpo humano que Dios le había preparado. Bendijo
al mundo viviendo en la carne humana la vida de Dios…” (Comentario
Bíblico Adventista, tomo 7, pág. 936).
“Habría sido una humillación casi infinita para el Hijo de Dios
revestirse de la naturaleza humana, aun cuando Adán poseía la
inocencia del Edén. Pero Jesús aceptó la humanidad cuando la especie
se hallaba debilitada por cuatro mil años de pecado. Como cualquier hijo de
Adán, aceptó los efectos de la gran ley de la herencia. Y la historia
de sus antepasados terrenales demuestra cuáles eran aquellos efectos. Mas Él
vino con una herencia tal para compartir nuestras penas y tentaciones, y darnos
el ejemplo de una vida sin pecado” (El Deseado de Todas las Gentes,
pág. 32).
4. ¿Por qué vino Jesús a la tierra para tomar la
naturaleza humana degradada por 4.000 años de pecado? Hebreos 2:15-17.
Y librar
a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos
a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino
que socorrió
a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a
sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo
sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
“Satanás había señalado el pecado de Adán como prueba de que la
ley de Dios era injusta, y que no podía ser acatada. En nuestra
humanidad, Cristo había de resarcir el fracaso de Adán…
“Satanás representa la divina ley de amor como una ley de egoísmo.
Declara que nos es imposible obedecer sus preceptos. Imputa al
Creador la caída de nuestros primeros padres, con toda la miseria que ha
provocado, e induce a los hombres a considerar a Dios como autor del pecado,
del sufrimiento y de la muerte. Jesús había de desenmascarar este engaño.
Como
uno de nosotros, había de dar un ejemplo de obediencia. Para esto tomó sobre sí
nuestra naturaleza, y pasó por nuestras vicisitudes. ‘Por lo cual
convenía que en todo fuese asemejado a sus hermanos.’… Y no ejerció en favor suyo poder
alguno que no nos sea ofrecido generosamente… Su vida testifica que para
nosotros también es posible obedecer la ley de Dios” (El
Deseado de Todas las Gentes, págs. 15, 16, 91).
EJEMPLO Y EVIDENCIA
5. Si la humanidad de Cristo hubiera sido
diferente o hubiera tenido ventajas que nosotros no tenemos, ¿podría ser
nuestro ejemplo y evidenciar que también nosotros podemos guardar la ley
divina? Juan 13:15; 1 Pedro 2:21.
NO. Porque ejemplo os he dado,
para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Pues para esto fuisteis
llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que
sigáis sus pisadas.
“Los que piensan que no era posible que Cristo pecara, no pueden creer
que realmente tomó sobre sí la naturaleza humana. ¿Acaso no fue Cristo realmente
tentado por Satanás no sólo en el desierto sino a través de toda su vida,
desde la niñez hasta la virilidad? En todas las cosas fue tentado como lo
somos nosotros, y como resistió con éxito toda clase de tentaciones, dio un
perfecto ejemplo al hombre, y por medio de la amplia provisión que
Cristo ha hecho podemos llegar ‘a ser participantes de la naturaleza divina,
habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia’” (CBA, tomo 7, pág. 370).
6. Contrariamente a la declaración de Satanás
que a causa del pecado no podemos guardar la ley de Dios, ¿quién provee la
evidencia que puede guardarse? Considera este asunto en relación con la
humanidad de Cristo. Romanos 3:10; Juan 8:46; 14:30.
Como
está escrito: No hay justo, ni aun uno. ¿Quién de vosotros me redarguye de
pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?. No
hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él
nada tiene en mí.
“Me han llegado cartas que afirman que Cristo no podría haber
tenido la misma naturaleza que el hombre, pues si la hubiera tenido, habría
caído bajo tentaciones similares. Si no hubiera tenido la naturaleza del
hombre, no podría ser nuestro ejemplo. Si no hubiera sido
participante de nuestra naturaleza, no podría haber sido tentado como lo ha
sido el hombre. Si no le hubiera sido posible rendirse ante
la tentación, no podría ser nuestro ayudador.
Fue
una solemne realidad que Cristo vino para reñir las batallas como hombre, en
lugar del hombre. Su tentación y victoria nos dicen que la
humanidad debe copiar el Modelo. El hombre debe llegar a ser
participante de la naturaleza divina” (Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 477, 478).
7. ¿Cómo califica la Biblia a los que niegan la
naturaleza humana de Cristo? 1 Juan 4:2, 3; 2 Juan 1:7.
En esto
conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo
ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del
anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya
está en el mundo. Porque muchos engañadores han salido por el
mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es
el engañador y el anticristo.
“Tened en cuenta que la victoria y la obediencia de Cristo es la de
un verdadero ser humano. En nuestras conclusiones cometemos muchos
errores debido a nuestras opiniones equivocadas acerca de la naturaleza humana
de nuestro Señor. Cuando nosotros le damos a su naturaleza humana un poder que es
imposible que el hombre tenga en sus conflictos con Satanás, destruimos el
carácter completo de su humanidad. Él da a todos los que lo reciben por
la fe, su gracia y su poder que les atribuye.
“La obediencia de Cristo a su Padre era [y es] la misma
obediencia que se requería del hombre. El hombre no puede vencer las
tentaciones de Satanás sin que el poder divino se combine con su capacidad. Tal
ocurría también con Cristo Jesús: Él podía echar mano del poder divino.
Él
no vino a nuestro mundo para prestar obediencia como un dios menor a otro mayor,
sino
como un hombre que debía obedecer la santa ley de Dios. Y
de esta manera Él es nuestro ejemplo” (MS, tomo 3, pág. 158).
8. ¿Qué revela la vida y el cargo celestial de
Jesús? Hebreos 4:15.
Porque
no tenemos
un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado.
“La tentación no es tentación a menos que haya una posibilidad de
rendirse. Se resiste la tentación cuando se influye poderosamente sobre el
hombre para que haga una mala acción, y éste sabiendo que puede ceder, por fe
se resiste a cometerla, aferrándose firmemente del poder divino. Esta fue la
angustiosa prueba por la que pasó Cristo. Si no hubiera habido la posibilidad de su
caída, no podría haber sido tentado en todo como el hombre es tentado.
Era
un ser libre, puesto a prueba como lo fue Adán y como lo es cada hombre. En sus
horas finales, mientras colgaba de la cruz, experimentó en toda su plenitud lo
que el hombre experimenta cuando lucha contra el pecado. Comprendió
cuán malo puede llegar a ser un hombre cuando se rinde al pecado. Se dio cuenta
de las terribles consecuencias de la transgresión de la ley de Dios, pues
pesaba sobre Él la iniquidad de todo el mundo” (Comentario Bíblico Adventista,
tomo 5, pág. 1058).
“Aunque tenía que soportar las más terribles tentaciones Cristo no
falló ni se desanimó. Estaba librando la batalla en
nuestro favor, y si hubiera fallado, si hubiese sucumbido frente a la
tentación, la familia humana se habría perdido…
“¡Qué acontecimiento fue el instante cuando Cristo se puso a sí
mismo en el lugar de Adán, y soportó la prueba donde éste había fracasado,
poniendo al hombre, mediante ese acto, en terreno ventajoso, en
situación favorable ante Dios, de manera que pudiera vencer por sí mismo
gracias a los méritos de Jesús! En su nombre, por su gracia, el hombre puede
ser vencedor, así como Cristo lo fue. En Jesús la divinidad y la humanidad se
unieron, y la única forma por la cual el hombre puede
ser vencedor es convirtiéndose en participante de la naturaleza divina…
La divinidad y la humanidad se combinan en el que tiene el espíritu de Cristo” (Hijos
e Hijas de Dios, pag. 26).
REPASO Y MEDITACIÓN
· ¿Qué
secreto de Dios estaba oculto desde la fundación del mundo?
· ¿Cómo es
la naturaleza humana de Cristo la misma que la nuestra?
· ¿Cuál es
la diferencia principal entre nuestra experiencia y la de Cristo?
REFLEXIÓN
“Cuando deseemos estudiar un problema profundo, concentremos
nuestra mente en lo más maravilloso que jamás haya acontecido en la tierra o en
el cielo: la encarnación del Hijo de Dios. Dios dio a su Hijo para que muriera
una muerte de ignominia y de vergüenza por los seres humanos pecadores. Él, que
era el Comandante en los atrios celestiales, se quitó su manto real y su corona
regia, y revistiendo su divinidad con humanidad vino a este mundo para estar a
la cabeza de la raza humana como el hombre modelo. Se humilló a sí mismo para
sufrir con la raza humana, para ser afligido en todas las tribulaciones de los
seres humanos…”…‘por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él
también participó de lo mismo’. No podía venir en la forma de un ángel, pues a
menos que se encontrara con el hombre como hombre y testificara mediante su
relación con Dios que no le había sido dado poder divino en una forma diferente
a como nos es dado a nosotros, no podía ser un ejemplo perfecto para nosotros.
Vino en humildad para que el más humilde ser sobre la tierra no pudiera tener
ninguna excusa por causa de su pobreza o su ignorancia, y dijera: ‘Estas cosas
me impiden obedecer la ley de Jehová’. Cristo revistió su divinidad con
humanidad para que la humanidad pudiera aproximarse a la humanidad, para que Él
pudiera vivir con la humanidad y llevar todas las pruebas y aflicciones del
hombre. Fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. En su
humanidad comprendió todas las tentaciones que sobrevendrían al hombre” (Comentario
Bíblico Adventista, tomo 7, págs. 936, 937).
Lección 05 - El Secreto Oculto por Generaciones
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