jueves, 22 de marzo de 2012

12 | Bienaventurado eres, Simón


“Respondiendo, Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielosMateo 16:16, 17.

INTRODUCCIÓN
No hay verdad que la Biblia presente tan claramente como la del peligro de apartarse, aunque sea una vez, de la justicia, peligro que afecta tanto al culpable de la mala acción como a todos los que están al alcance de su influencia. El ejemplo tiene un poder extraordinario y cuando se pone del lado de las malas tendencias de nuestra naturaleza, su poder llega a ser casi irresistible” (La Educación, pág. 150).

EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE
1.   ¿Qué pregunta hizo Jesús un día a sus discípulos? Mateo 16:13, 14.
Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del HombreEllos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
Con tristeza, los discípulos se vieron obligados a confesar que Israel no había sabido reconocer a su Mesías. En verdad, al ver sus milagros, algunos le habían declarado Hijo de David. Las multitudes que habían sido alimentadas en Betsaida habían deseado proclamarle rey de Israel. Muchos estaban listos para aceptarle como profeta; pero no creían que fuese el Mesías(D.T.G., pág. 379).

2.   Viniendo al punto, ¿qué más preguntó? ¿Qué respondió Pedro? Mateo 16:15, 16.
El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Desde el principio, Pedro había creído que Jesús era el Mesías. Muchos otros que habían sido convencidos por la predicación de Juan el Bautista y que habían aceptado a Cristo, empezaron a dudar en cuanto a la misión de Juan cuando fue encarcelado y ejecutado; y ahora dudaban que Jesús fuese el Mesías a quien habían esperado tanto tiempo.
Muchos de los discípulos que habían esperado ardientemente que Jesús ocupase el trono de David, le dejaron cuando percibieron que no tenía tal intención. Pero Pedro y sus compañeros no se desviaron de su fidelidad(Deseado Todas las Gentes, págs. 379, 380).

UNA GRAN BENDICIÓN
3.   ¿Qué muestra la respuesta de Jesús a la confesión de Pedro sobre la limitación humana para comprender la divinidad de Cristo? Mateo 16:17.
Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos
La verdad que Pedro había confesado es el fundamento de la fe del creyente. Es lo que Cristo mismo ha declarado ser vida eterna. Pero la posesión de este conocimiento no era motivo de engreimiento. No era por ninguna sabiduría o bondad propia de Pedro por lo que le había sido revelada esa verdad. Nunca puede la humanidad de por sí alcanzar un conocimiento de lo divino. ‘Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?’ Únicamente el espíritu de adopción puede revelarnos las cosas profundas de Dios, que ‘ojo no vio, ni oído oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano.’ ‘Pero a nosotros nos las ha revelado Dios por medio de su Espíritu; porque el Espíritu escudriña todas las cosas, y aun las cosas profundas de Dios’. ‘El secreto de Jehová es para los que le temen;’ y el hecho de que Pedro discernía la gloria de Dios era evidencia de que se contaba entre los que habían sido ‘enseñados de Dios’ Salmo 25:14; Juan 6:45” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 380, 381).

4.   ¿Sobre qué fundamento sólido construyó Jesús su iglesia? ¿Es posible encontrar un fundamento mejor? Mateo 16:18; Efesios 2:20; 1 Corintios 3:11.
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca (Cristo) edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ellaEdificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo
Siglos antes del advenimiento del Salvador, Moisés había señalado la roca de la salvación de Israel. El salmista había cantado acerca de ‘la roca de mi fortaleza’. Isaías había escrito: ‘Por tanto, el Señor Jehová dice así: He aquí que yo fundo en Sión una piedra, piedra de fortaleza, de esquina, de precio, de cimiento estable Pedro mismo, escribiendo por inspiración, aplica esta profecía a Jesús. Dice: ‘Si habéis gustado y probado que es bueno el Señor. Allegándoos a Él, como a piedra viva, rechazada en verdad de los hombres, mas para con Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sois edificados en un templo espiritual’.
“‘Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo’. ‘Sobre esta piedra –dijo Jesús, edificaré mi iglesia’. En la presencia de Dios y de todos los seres celestiales, en la presencia del invisible ejército del infierno, Cristo fundó su iglesia sobre la Roca viva. Esa Roca es Él mismosu propio cuerpo quebrantado y herido por nosotros. Contra la iglesia edificada sobre ese fundamento, no prevalecerán las puertas del infierno(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 381).

BENDICIÓN, PRUEBA Y CONVERSIÓN
5.   ¿Después que Jesús fue traicionado, lo confesó Pedro como el Hijo de Dios en la hora de prueba? ¿Qué lección es importante que aprendamos ahora en vista de las circunstancias venideras que pondrán a prueba su causa? Mateo 26:69-75.
Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileoMas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dicesSaliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno. Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombreUn poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubreEntonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el galloEntonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente
Pedro siguió a su Señor después de la entrega, pues anhelaba ver lo que iban a hacer con Jesús; pero cuando lo acusaron de ser uno de sus discípulos, temió por su vida y declaró que no conocía al hombre. Se distinguían los discípulos de Jesús por la honestidad de su lenguaje, y para convencer a sus acusadores de que no era discípulo de Cristo, Pedro negó la tercera vez lanzando imprecaciones y juramentos. Jesús, que estaba a alguna distancia de Pedro, le dirigió una mirada triste de reconvención. Entonces el discípulo se acordó de las palabras que le había dirigido Jesús en el cenáculo, y también recordó que él había contestado diciendo: ‘Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré’ (Mat. 26:33)” (Primeros Escritos, pág. 169).

6.   Antes de la prueba de Pedro, ¿qué dijo Jesús a sus discípulos? ¿Cómo causó su conversión esta experiencia? Lucas 22:32.
Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Había negado a su Señor con maldiciones y juramentos; pero la mirada del Maestro suavizó el corazón de Pedro y lo salvó. Lloró amargamente y se arrepintió de su gran pecado, se convirtió, y entonces estuvo preparado para fortalecer a sus hermanos” (La Historia de la Redención, pág. 221).
El que en ese momento no podía evitar la angustia de su discípulo, no lo dejó librado a la amargura. Su amor no falla ni abandona. “Los seres humanos, entregados al mal, se sienten inclinados a tratar severamente a los tentados y a los que yerran. No pueden leer el corazón, no conocen su lucha ni dolor. Necesitan aprender a reprender con amor, a herir para sanar, a amonestar con palabras de esperanza” (La Educación, pág. 90). 

7.   ¿Cómo animó Jesús a sus discípulos después de la resurrección? ¿Qué preciosa lección contiene para el pueblo de Dios hoy? Juan 21:15-17.
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas
El Señor Jesús le dijo a Pedro: ‘Y tú, vuelto a mí, fortalece a tus hermanos’ (Luc. 22:32, VM). Y después de su resurrección, justamente antes de su ascensión dijo a su discípulo: ‘Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstosLe respondió: Sí Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos(Juan 21:15).
Esta era una obra en la que Pedro tenía poca experiencia; pero no podía tener una vida cristiana plena a menos que aprendiese a alimentar a los corderos, a aquellos que son jóvenes en la fe. Esto requeriría mucho cuidado y mucha paciencia y perseverancia, a fin de dar a los que las ignoran las verdades adecuadas, a fin de abrir ante ellos las Escrituras y de educarlos para que lleguen a ser útiles en el cumplimiento de sus deberes. Esta es la obra que hoy debe efectuarse en la iglesia, porque en caso contrario los abogados de la verdad tendrán una experiencia inferior y estarán expuestos a la tentación y el engaño. La comisión dada a Pedro debería ser tomada a pecho por cada pastor. Una vez tras otra la voz de Cristo se oye repitiendo la comisión dada a los subpastores: ‘Apacienta mis corderos’ y ‘Apacienta mis ovejas’(El Evangelismo, pág. 254).

CONCLUSIÓN
No sólo hemos de contemplar la gloria de Cristo, sino también hablar de su excelencia. Isaías no se limitó a contemplar la gloria de Cristo, sino que también habló de Él. Mientras David meditaba, el fuego ardía; y luego habló con su lengua. Cuando pensaba en el amor maravilloso de Dios, no podía menos que hablar de lo que veía y sentía. ¿Quién puede mirar, por la fe en el plan maravilloso de la salvación, la gloria del Hijo unigénito de Dios, sin hablar de ella? El amor insondable que se manifestó en la cruz del Calvario por la muerte de Cristo para que no nos perdiésemos mas tuviésemos vida eterna, ¿quién lo puede contemplar y no hallar palabras para ensalzar la gloria del Señor?” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 39).

Lección 12 - Bienaventurado eres, Simón

No hay comentarios:

Publicar un comentario