“Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo” Mateo 5:11.
INTRODUCCIÓN
“Pero es la comunión con Dios lo que les trae la enemistad del mundo. Ellos llevan el oprobio de Cristo, andan por la senda en que anduvieron los más nobles de la tierra. Deben, pues, arrostrar la persecución, no con tristeza, sino con regocijo. Cada prueba de fuego es un agente que Dios usa para reinarlos. Cada una de ellas los prepara para su obra de colaboradores suyos. Cada conflicto tiene su lugar en la gran batalla por la justicia, y aumentará el gozo de su triunfo final” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 271, 272).
ENFRENTANDO ATAQUES
1. ¿Qué es lo que caracteriza a los que no mantienen comunión con el Señor? 2 Pedro 2:10, 11; 2 Timoteo 3:3, parte media; Judas 8.
Y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. Sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno. No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.
“No debemos considerar como cosa baladí (superficial) el hablar mal de los demás, ni constituirnos nosotros mismos en jueces de sus motivos o acciones. ‘El que murmura del hermano, y juzga a su hermano, este tal murmura de la ley, y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres guardador de la ley, sino juez’ (Sant. 4:11.) Sólo hay un juez, ‘el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones’ (1 Cor. 4:5.) Y todo el que se encargue de juzgar y condenar a sus semejantes usurpa la prerrogativa del Creador” (Patriarcas y Profetas, pág. 405).
2. ¿Qué pueden esperar los que viven por la fe? Mateo 10:22; 1 Pedro 2:12; 3:16.
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. Teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.
“Cuando los mensajeros que Dios envía para amonestar tocan a la conciencia, Satanás induce a los hombres a que se justifiquen y a que busquen la simpatía de otros en su camino de pecado. En lugar de enmendar sus errores, despiertan la indignación contra el que los reprende, como si éste fuera la única causa de la dificultad. Desde los días del justo Abel hasta los nuestros, tal ha sido el espíritu que se ha manifestado contra quienes osaron condenar el pecado” (El Conflicto de los Siglos, pág. 554).
“Así como Satanás acusaba a Josué y su pueblo, en todas las edades ha acusado a aquellos que buscan la misericordia y el favor de Dios. En el Apocalipsis, se le declara ser ‘el acusador de nuestros hermanos, el cual los acusaba delante de nuestro Dios día y noche’ (Apoc. 12:10). La controversia se repite acerca de cada alma rescatada del poder del mal, y cuyo nombre se registra en el libro de la vida del Cordero. Nunca se recibe a alguno de la familia de Satanás en la familia de Dios sin que ello excite la resuelta resistencia del maligno” (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 173).
PRUEBAS PURIFICADORAS
3. ¿Qué bendición se promete a los que son acusados falsamente y sufren por la causa de Dios y por Dios mismo? Mateo 5:11; Lucas 6:22; 1 Pedro 4:14.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.
“Aunque la calumnia puede ennegrecer el nombre, no puede manchar el carácter. Éste es guardado por Dios. Mientras no consintamos en pecar, no hay poder humano o satánico que pueda dejar una mancha en el alma. El hombre cuyo corazón se apoya en Dios es, en la hora de las pruebas más aflictivas y en las circunstancias más desalentadoras, exactamente el mismo que cuando se veía en la prosperidad, cuando parecía gozar de la luz y el favor de Dios. Sus palabras, sus motivos, sus hechos, pueden ser desfigurados y falseados, pero no le importa; para él están en juego otros intereses de mayor importancia. Como Moisés, se sostiene ‘como viendo al Invisible’…” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 31).
4. ¿Qué ejemplos son dados de individuos que sufrieron por hacer la voluntad de Dios? Santiago 5:10; Hebreos 11:35-38.
Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
“Cristo sabe todo lo que los hombres han entendido mal e interpretado erróneamente. Con buena razón, por aborrecidos y despreciados que se vean, sus hijos pueden esperar llenos de confianza y paciencia, porque no hay nada secreto que no se haya de manifestar, y los que honran a Dios serán honrados por Él en presencia de los hombres y de los ángeles” (Hijos e Hijas de Dios, pág. 310).
‘Cuando por mi causa os vituperen y os persigan –dijo Jesús–, gozaos y alegraos’. Señaló a sus oyentes que los profetas que habían hablado en el nombre de Dios habían sido ejemplos ‘de aflicción y de paciencia’. Abel, el primer cristiano entre los hijos de Adán, murió mártir. Enoc anduvo con Dios y el mundo no lo reconoció. Noé fue escarnecido como fanático y alarmista. ‘Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles’. ‘Unos fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección’” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 31).
EL CARÁCTER ESPECIAL DEL CRISTIANO
5. ¿A quién debemos mirar si sufrimos persecución mientras trabajamos para el Señor? Hebreos 12:2, 3; 1 Pedro 2:21; Filip. 2:8, 9.
Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas. Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.
“Desde su caída, Satanás obró por medios engañosos. Así como calumnió a Dios, calumnia a sus hijos mediante sus agentes. El Salvador dice: ‘Los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí’. De igual manera caen sobre sus discípulos.
“Nadie, entre los hombres, fue calumniado más cruelmente que el Hijo del hombre. Se lo ridiculizó y escarneció a causa de su obediencia inalterable a los principios de la santa ley de Dios. Lo odiaron sin razón. Sin embargo, se mantuvo sereno delante de sus enemigos, declaró que el oprobio es parte de la heredad del cristiano y aconsejó a sus seguidores que no temiesen las lechas de la malicia ni desfalleciesen bajo la persecución” (El Discurso Maestro de Jesucristo, págs. 30, 31).
6. ¿Por qué escogió Dios a Saulo, quien participó en el apedreamiento de Esteban, como apóstol para los gentiles? Hechos 8:1, primera parte; 9:15, 16; 7:58; 22:20; Romanos 1:1.
Y Saulo consentía en su muerte (Esteban). El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios.
“¡Cuán frecuentemente se ha visto este resultado en la historia de los mensajeros de Dios! Cuando apedrearon al elocuente y noble Esteban por instigación del Sanedrín, no hubo pérdida para la causa del Evangelio. La luz del cielo que glorificó su rostro, la compasión divina que se expresó en su última oración, llegaron a ser como una flecha aguda de convicción para el miembro intolerante del Sanedrín que lo observaba, y Saulo, el fariseo perseguidor, se transformó en el instrumento escogido para llevar el nombre de Cristo a los gentiles, a los reyes y al pueblo de Israel” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 32).
“El Salvador había hablado a Saulo mediante Esteban, cuyo claro razonamiento no podía ser refutado. El erudito judío vio el rostro del mártir reflejando la luz de la gloria de Cristo, de modo que parecía ‘como el rostro de un ángel’ (Hech. 6:15). Presenció la longanimidad de Esteban para con sus enemigos y el perdón que les concedió. Presenció también la fortaleza y la alegre resignación de muchos a quienes él había hecho atormentar y afligir. Hasta vio a algunos entregar la vida con regocijo por causa de su fe.
“Todas estas cosas impresionaron mucho a Saulo, y a veces casi abrumaron su mente con la convicción de que Jesús era el Mesías prometido. En esas ocasiones luchó noches enteras contra esa convicción, y siempre terminó por creer que Jesús no era el Mesías, y que sus seguidores eran ilusos fanáticos” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 95).
ADVERSIDADES Y LA CORONA DE VIDA
7. ¿Cómo respondió Jesús a las falsas acusaciones en su contra? ¿Qué seguridad les da a los que sufren por su causa? Mateo 26:62, 63; Apocalipsis 2:10.
Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Más Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
“El que está lleno del Espíritu de Cristo mora en Cristo. El golpe que se le dirige a él, cae sobre el Salvador, que lo rodea con su presencia. Todo cuanto le suceda viene de Cristo. No tiene que resistir el mal, porque Cristo es su defensor. Nada puede tocarlo sin el permiso de nuestro Señor; y ‘todas las cosas’ cuya ocurrencia es permitida ‘a los que aman a Dios les ayudan a bien’” (Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 63).
CONCLUSIÓN
“La palabra es: Avanzad, cumplid vuestro deber individual y dejad todos los resultados en las manos de Dios. Si avanzamos donde Jesús nos guía, veremos el triunfo de Él y compartiremos su gozo. Debemos participar en los conflictos si queremos llevar la corona de victoria. Como Jesús, debemos ser hechos perfectos mediante el sufrimiento.
Si la vida de Cristo hubiese sido cómoda, entonces podríamos fácilmente rendirnos a la pereza. Puesto que su vida fue señalada por la abnegación, el sufrimiento y el sacrificio propio continuos, no nos quejaremos si somos participantes con Él. Podemos caminar seguros en la senda más oscura si la Luz del mundo es nuestro guía…” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 32).
Lección 09 - Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen
No hay comentarios:
Publicar un comentario