“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” Mateo 5:10.
INTRODUCCIÓN
“El mundo ama el pecado y aborrece la justicia, y ésta era la causa de su hostilidad hacia Jesús. Todos los que rechazan su amor infinito hallarán en el cristianismo un elemento perturbador. La luz de Cristo disipa las tinieblas que cubren sus pecados, y les manifiesta la necesidad de una reforma. Mientras los que se entregan a la influencia del Espíritu Santo empiezan a guerrear contra sí mismos, los que se aferran al pecado combaten la verdad y a sus representantes” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 271).
REFLEJANDO A JESÚS
1. Según Jesús, ¿a quién se le promete la vida y el reino celestial? Mateo 5:10; Marcos 10:29, 30; 2 Timoteo 2:10-12.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.
“Jesús no ofrece a sus discípulos la esperanza de obtener gloria y riquezas mundanales ni vivir sin tribulaciones. Les presenta el privilegio de andar con su Maestro por senderos de abnegación y vituperio, porque el mundo no los conoce” (D.M.J., pág. 28).
“Jesús no le ha abandonado a Ud. para que se asombre en las pruebas y las dificultades que encuentra. Él se lo ha expuesto todo, como también le ha dicho que no se quede abatido ni oprimido cuando vienen las pruebas. Mire a Jesús, su Redentor, tenga ánimo y regocíjese. Las pruebas más duras de soportar son aquellas que provienen de nuestros hermanos, de nuestros amigos cercanos; pero aun estas pruebas pueden ser soportadas con paciencia. Jesús no está en la tumba nueva de José. Resucitó y ascendió al cielo, para interceder allí en nuestro favor. Tenemos un Salvador que nos amó de tal manera que murió por nosotros, a fin de que por Él pudiésemos tener esperanza, fuerza y valor, y un lugar con Él en su trono. Él puede y quiere ayudarnos cuando le invoquemos” (Joyas Testimonios, tomo 3, pág. 233).
2. ¿Qué pueden sufrir los hijos de Dios? Pero, ¿qué no les pueden hacer los impíos? Mateo 10:28; Lucas 12:4.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no puede matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.
“En todas las épocas Satanás persiguió al pueblo de Dios. Torturó a sus hijos y los entregó a muerte, pero en su muerte llegaron a ser vencedores. Testificaron del poder de Uno que es más fuerte que Satanás. Hombres perversos pueden torturar y matar el cuerpo, pero no pueden destruir la vida que está escondida con Cristo en Dios. Pueden encerrar a hombres y mujeres dentro de las paredes de una cárcel, pero no pueden amarrar el espíritu.
“Al ser participantes de los sufrimientos de Cristo, pueden ver la gloria más allá de las tinieblas, y dirán: ‘Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada’” (Los Hechos de los Apóstoles, págs. 461, 462).
CRISTO NUESTRA JUSTICIA
3. ¿Cómo trató el mundo a Jesucristo? ¿Son sus seguidores tratados de modo distinto hoy? 1 Pedro 3:14; 4:13, 14; Juan 15:20; Lucas 23:31.
Más también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis. Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?
“El que vino a redimir al mundo perdido tuvo la oposición de las fuerzas unidas de los enemigos de Dios y del hombre. En una confederación despiadada, los hombres y los ángeles malos se alinearon en orden de batalla contra el Príncipe de paz. Aunque la compasión divina se notaba en cada una de sus palabras y acciones, su diferencia del mundo provocó una hostilidad amarguísima. Porque no daba licencia a la manifestación de las malas pasiones de nuestra naturaleza, excitó la más cruel oposición y enemistad. Así será con todos los que vivan piadosamente en Cristo Jesús. Entre la justicia y el pecado, el amor y el odio, la verdad y el engaño, hay una lucha imposible de suprimir. Cuando se presentan el amor de Cristo y la belleza de su santidad, se le restan súbditos al reino de Satanás, y esto incita al príncipe del mal a resistir. La persecución y el oprobio esperan a quienes están dominados por el Espíritu de Cristo” (Discurso Maestro Jesucristo, págs. 28, 29).
4. ¿Qué hará el mundo a los que obedezcan los mandamientos de Dios? Mateo 21:33-36.
Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.
“El carácter de la persecución cambia con el transcurso del tiempo, pero el principio o espíritu fundamental es el mismo que dio muerte a los elegidos de Dios desde los días de Abel.
“Siempre que el hombre procure ponerse en armonía con Dios, sabrá que la afrenta de la cruz no ha cesado. Principados, potestades y huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, todos se alistan contra los que consienten en obedecer la ley del cielo. Por eso, en vez de producirles pesar, la persecución debe llenar de alegría a los discípulos de Cristo; porque es prueba de que siguen los pasos de su Maestro” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 29).
EL PRIVILEGIO DE SUFRIR POR AMOR A CRISTO
5. ¿Qué promesa hay para todos los que sufran por amor a la justicia? Mateo 28:20, segunda parte. ¿Quién estaba con los tres hombres justos en el horno de fuego? Daniel 3:17, 18, 25.
He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. (Jesús)
“Si somos llamados a entrar en el horno de fuego por amor de Jesús, Él estará a nuestro lado, así como estuvo con los tres fieles en Babilonia. Los que aman a su Redentor se regocijarán por toda oportunidad de compartir con Él la humillación y el oprobio. El amor que sienten hacia su Señor dulcifica el sufrimiento por su causa” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 29).
6. ¿Qué deberíamos aprender de los patriarcas fieles? Hebreos 11:25, 26, 13-16.
Escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
LOS JUSTOS SERÁN GLORIFICADOS
7. ¿Qué recompensa les espera a los que sufren por amor a la justicia? Apocalipsis 7:13-17; Juan 16:33; 1 Pedro 1:5.
Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
“Los justos vivos son mudados ‘en un momento, en un abrir y cerrar de ojos’ (vers. 52). A la voz de Dios fueron glorificados; ahora son hechos inmortales, y juntamente con los santos resucitados son arrebatados para recibir a Cristo, su Señor, en los aires. Los ángeles ‘juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro’ (Mat. 24:31).
“Cuando los niñitos salen dotados de inmortalidad de sus lechos de polvo, inmediatamente vuelan hacia los brazos de sus madres. “Amigos, a quienes la muerte tenía separados desde largo tiempo, se reúnen para no separarse más, y con cantos de alegría suben juntos a la ciudad de Dios” (Dios Nos Cuida, pág. 368).
CONCLUSIÓN
“Mientras menos cosas dignas de estima veamos en nosotros, más encontraremos que estimar en la pureza y santidad infinitas de nuestro Salvador. Una idea de nuestra pecaminosidad nos puede guiar a Aquel que nos puede perdonar; y cuando, comprendiendo nuestra impotencia, nos esforcemos en seguir a Cristo, Él se nos revelará con poder. Cuanto más nos guíe la necesidad a Él y a la Palabra de Dios, tanto más elevada visión tendremos de su carácter y más plenamente relejaremos su imagen” (Dios Nos Cuida, pág. 323).
“Cristo es la fuente de todo buen impulso. Él es el único que puede implantar en el corazón enemistad contra el pecado. Todo deseo de verdad y de pureza, toda convicción de nuestra propia pecaminosidad, es una prueba de que su Espíritu está obrando en nuestro corazón” (El Camino a Cristo, pág. 24).
Lección 08 - Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia
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