“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mateo 5:9.
INTRODUCCIÓN
“Los hombres no pueden fabricar la paz. Los planes humanos, para la purificación y elevación de los individuos o de la sociedad, no lograrán la paz, porque no alcanzan al corazón. El único poder que puede crear o perpetuar la paz verdadera es la gracia de Cristo. Cuando ésta esté implantada en el corazón, desalojará las malas pasiones que causan luchas y disensiones” (Deseado de Todas las Gentes, pág. 270).
PRÍNCIPE DE PAZ
1. ¿Qué significa ser un pacificador? Isaías 52:7.
¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!
“Los seguidores de Cristo son enviados al mundo con el mensaje de paz. Quienquiera que revele el amor de Cristo por la influencia inconsciente y silenciosa de una vida santa; quienquiera que incite a los demás, por palabra o por hechos, a renunciar al pecado y entregarse a Dios, es un pacificador” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 28).
2. ¿Por qué los pacificadores son llamados hijos de Dios? Mateo 5:9; Lucas 6:35.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios’. El espíritu de paz es prueba de su relación con el cielo. El dulce sabor de Cristo los envuelve. La fragancia de la vida y la belleza del carácter revelan al mundo que son hijos de Dios. Sus semejantes reconocen que han estado con Jesús” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 28).
3. ¿De quién viene la paz? ¿Es gratis o se debe comprar? Efesios 2:14; Romanos 5:1; Isaías 53:5.
Porque él (CRISTO) es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
“Cristo es el ‘Príncipe de paz’, y su misión es devolver al cielo y a la tierra la paz destruida por el pecado. ‘Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo’. Quien consienta en renunciar al pecado y abra el corazón al amor de Cristo participará de esta paz celestial” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 27).
4. ¿Qué significado incluye el nombre Príncipe de Paz? Isaías 9:6.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
“El germen que se halla en la semilla crece en virtud del desarrollo del principio de vida que Dios ha implantado en él. Su desarrollo no depende del poder humano. Tal ocurre con el reino de Cristo. Es una nueva creación. Sus principios de desarrollo son opuestos a los que rigen los reinos de este mundo. Los gobiernos terrenales prevalecen por la fuerza física; mantienen su dominio por la guerra; pero el Fundador del nuevo reino es el Príncipe de Paz. El Espíritu Santo representa a los reinos del mundo bajo el símbolo de bestias fieras de rapiña; pero Cristo es el ‘Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo’. En su plan de gobierno no hay empleo de fuerza bruta para forzar la conciencia. Los judíos esperaban que el reino de Dios se estableciese de la misma forma que los reinos del mundo.
Para promover la justicia ellos recurrieron a las medidas externas. Trazaron métodos y planes. Pero Cristo implanta un principio. Inculcando la verdad y la justicia, contrarresta el error y el pecado” (Palabras de Vida del Gran Maestro, págs. 54, 55).
5. ¿Qué reciben los que aman la ley de Dios? Salmo 119:165; Proverbios 3:2; Juan 14:27; Filipenses 4:7.
Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo. Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
“Bienaventurados los pacificadores’. La paz de Cristo nace de la verdad. Está en armonía con Dios. El mundo está en enemistad con la ley de Dios; los pecadores están en enemistad con su Hacedor; y como resultado, están en enemistad unos con otros. Pero el salmista declara: ‘Mucha paz tienen los que aman tu ley; y no hay para ellos tropiezo’ Salmo 119:165” (Deseado Todas Gentes, pág. 269).
CADA CUAL NECESITA UN CORAZÓN SIN EGOÍSMO
6. ¿Qué hará posible que una persona vea a Dios? Hebreos 12:14; Mateo 5:9.
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
“El egoísmo nos impide contemplar a Dios. El espíritu que trata de complacerse a sí mismo juzga a Dios como enteramente igual a sí. A menos que hayamos renunciado a esto, no podemos comprender a Aquel que es amor. Únicamente el corazón abnegado, el espíritu humilde y confiado, verá a Dios como ‘misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 270).
7. ¿Con quién deseamos estar en paz? Job 22:21; Romanos 12:18; Hebreos 12:14.
Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
“Quien consienta en renunciar al pecado y abra el corazón al amor de Cristo participará de esta paz celestial. “No hay otro fundamento para la paz. La gracia de Cristo, aceptada en el corazón, vence la enemistad, apacigua la lucha y llena el alma de amor. El que está en armonía con Dios y con su prójimo no sabrá lo que es la desdicha. No habrá envidia en su corazón ni su imaginación albergará el mal; allí no podrá existir el odio. El corazón que está de acuerdo con Dios participa de la paz del cielo y esparcirá a su alrededor una influencia bendita.
El espíritu de paz se asentará como rocío sobre los corazones cansados y turbados por la lucha del mundo. Los seguidores de Cristo son enviados al mundo con el mensaje de paz” (El Discurso Maestro de Jesucristo, págs. 27, 28).
CONCLUSIÓN
“El pecador convicto tiene algo que hacer. Debe arrepentirse y manifestar verdadera fe. “Cuando Cristo habla del nuevo corazón, se refiere a la mente, a la vida, al ser entero. Experimentar un cambio de corazón es apartar los afectos del mundo y fijarlos en Cristo. Tener un nuevo corazón es tener una mente nueva, nuevos propósitos, nuevos motivos. ¿Cuál es la señal de un corazón nuevo? Una vida cambiada. Se produce día tras día, hora tras hora, una muerte del orgullo y el egoísmo” (Mensajes para los Jóvenes, pág. 70).
“Hay paz en creer y gozo en el Espíritu Santo. ¡Crean! ¡Crean! Mi alma clama: ¡Crean! Descansen en Dios. Él es capaz de mantener lo que le hemos consagrado, y nos hará más que vencedores mediante Aquel que nos amó” (Recibiréis Poder, pág. 373).
Lección 07 - Bienaventurados los pacificadores
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