jueves, 9 de febrero de 2012

06 | Bienaventurados los de limpio corazón


“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” Mateo 5:8.

INTRODUCCIÓN
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi’ (Salmo 51:10). Esta pureza de corazón y gracia del espíritu son más preciosas que el oro, tanto para este tiempo como para la eternidad. Solo los puros de corazón verán a Dios(La Conducción del Niño, pág. 392).

EL CORAZÓN ES ENGAÑOSO
1.   ¿Cuál es el estado natural del corazón del hombre según las Escrituras? Jeremías 17:9; Génesis 6:5; Proverbios 6:14.
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo; Siembra las discordias.
Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo’ (2 Tim. 2:19). ¿Por qué existe esta debilidad? Es porque las propensiones animales han sido fortalecidas por el ejercicio, hasta que han prevalecido sobre las facultades superiores. A los hombres y mujeres les faltan principios. Están muriendo espiritualmente porque han condescendido durante tanto tiempo con sus apetitos naturales que su dominio propio parece haber desaparecido. Las pasiones inferiores de su naturaleza han empuñado las riendas, y la que debiera ser la facultad dominante se ha convertido en la sierva de la pasión corrupta.
Se mantiene al alma en la servidumbre más abyecta. La sensualidad ha apagado el deseo de santidad y ha agotado la prosperidad espiritual(La Conducción del Niño, págs. 419, 420). 

2.  Por lo tanto, ¿qué es natural en el corazón humano? Mateo 15:19; Marcos 7:21-23.
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
El hombre, en su estado de inocencia, gozaba de completa comunión con Aquel ‘en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia’ (Colosenses 2:3). Mas después de su caída, no pudo encontrar gozo en la santidad y procuró ocultarse de la presencia de Dios” (El Camino a Cristo, pág. 15).
“Una vida verdaderamente cristiana es un poder para el bien. Pero, por otro lado, los que se asocian con hombres y mujeres de moral dudosa, de malos principios y costumbres, no tardarán en andar en la misma senda. Las tendencias del corazón natural son hacia abajo. El que se asocia con los escépticos no tardará en llegar a ser escéptico; el que elija la compañía de los viles, llegará seguramente a ser vil…” (Testimonios Selectos, tomo 1, pág. 585).

3.   ¿Qué dice el apóstol Pablo que debemos vestir y de qué despojarnos? Colosenses 3:5, 12-14; Hebreos 11:5.
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
“… Pero el corazón de Enoc estaba puesto en los tesoros eternos. Había contemplado la ciudad celestial. Había visto al Rey en su gloria en medio de Sión. Su mente, su corazón y su conversación se concentraban en el cielo. Cuanto mayor era la iniquidad prevaleciente, tanto más intensa era su nostalgia del hogar de Dios. Mientras estaba aún en la tierra, vivió por la fe en el reino de luz.
Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán a Dios’ (Mat. 5:8). Durante trescientos años Enoc buscó la pureza del alma, para estar en armonía con el Cielo. Durante tres siglos anduvo con Dios. Día tras día anheló una unión más íntima; esa comunión se hizo más y más estrecha, hasta que Dios lo llevó consigo. Había llegado al umbral del mundo eterno, a un paso de la tierra de los bienaventurados; se le abrieron los portales, y continuando su andar con Dios, tanto tiempo proseguido en la tierra, entró por las puertas de la santa ciudad. Fue el primero de los hombres que llegó allí” (Patriarcas y Profetas, pág. 75). “Dios nos llama a una comunión tal” (Obreros Evangélicos, pág. 55).

UN CORAZÓN PURO
4.   ¿Podemos saber qué hay en el corazón humano? ¿Qué reconoció el rey David? Jeremías 17:10; Salmo 139:1-4; Romanos 8:27; Apocalipsis 2:23, parte media.
NO. Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón.
El hombre ve lo que aparece, mas el Señor ve el corazón’ (1 Samuel 16:7),  el corazón humano con sus encontradas emociones de gozo y de tristeza, el extraviado y caprichoso corazón, morada de tanta impureza y engaño. Él sabe sus motivos, sus mismos intentos y miras. Id a Él con vuestra alma manchada como está. Como el salmista, abrid sus cámaras al ojo que todo lo ve, exclamando ‘¡Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón: ensáyame, y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí algún camino malo, y guíame en el camino eterno!’ (Salmo 139:23, 24).
“Muchos aceptan una religión intelectual, una forma de santidad, sin que el corazón esté limpio. Sea vuestra oración: ‘¡Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!’ (Salmo 51:10). Sed leales con vuestra propia alma. Sed tan diligentes, tan persistentes, como lo seríais si vuestra vida mortal estuviera en peligro. Este es un asunto que debe arreglarse entre Dios y vuestra alma; arreglarse para la eternidad.
Una esperanza supuesta, y nada más, llegará a ser vuestra ruina” (El Camino a Cristo, págs. 33, 34).

5.   ¿Qué sucederá con la persona que recibe un corazón puro? Proverbios 22:11.
El que ama la limpieza de corazón, Por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey.
“Sin embargo, para los corazones que han sido purificados por el Espíritu Santo al morar éste en ellos, todo queda cambiado. Ellos pueden conocer a Dios. Moisés estaba oculto en la hendidura de la roca cuando se le reveló la gloria del Señor; del mismo modo, tan sólo cuando estamos escondidos en Cristo vemos el amor de Dios.
“El que ama la limpieza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey’. Por la fe lo contemplamos aquí y ahora. En las experiencias diarias percibimos su bondad y compasión al manifestarse su providencia. Lo reconocemos en el carácter de su Hijo. El Espíritu Santo abre a la mente y al corazón la verdad acerca de Dios y de Aquel a quien envió. Los de puro corazón ven a Dios en un aspecto nuevo y atractivo, como su Redentor; mientras disciernen la pureza y hermosura de su carácter, anhelan reflejar su imagen. Para ellos es un Padre que anhela abrazar a un hijo arrepentido; y sus corazones rebosan de alegría indecible y de gloria plena(Discurso Maestro Jesucristo, págs. 26, 27).

QUÉ SE NECESITA PARA VER A DIOS
6.  ¿Qué cambio de corazón reciben los hijos de Dios? 1 Crónicas 28:9; 1 Samuel 2:30, segunda parte.
Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.  Más ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco
Prefiramos la pobreza, el oprobio, la separación de nuestros amigos o cualquier sufrimiento, antes que contaminar el alma con el pecado. La muerte antes que el deshonor o la transgresión de la ley de Dios, debiera ser el lema de todo cristiano. Como pueblo que profesa ser constituido por reformadores que atesoran las más solemnes y purificadoras verdades de la Palabra de Dios, debemos elevar la norma mucho más alto de lo que está puesta actualmente. El pecado y los pecadores que hay en la iglesia deben ser eliminados prestamente, a fin de que no contaminen a otros. La verdad y la pureza requieren que hagamos una obra más cabal para limpiar de Acanes el campamento. No toleren el pecado en un hermano de los que tienen cargos de responsabilidad. Muéstrenle que debe dejar sus pecados o ser separado de la iglesia” (Consejos sobre la Salud, pág. 628).

7.   ¿De quién toma Jesús especial cuidado? Lucas 4:18; Salmo 34:18; Isaías 57:15.
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobresMe ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados
“Jesús dijo, describiendo su misión terrenal: Jehová ‘me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar a los cautivos libertad, y a los ciegos vista, para poner en libertad a los oprimidos’ (Lucas 4:18), esta era su obra. Pasó haciendo bien y sanando a todos los oprimidos de Satanás…
No podemos arrepentirnos sin que el Espíritu de Cristo despierte la conciencia,  más de lo que podemos ser perdonados sin Cristo. Cristo es la fuente de todo buen impulso” (El Camino a Cristo, págs. 10, 23).

Lección 06 - Bienaventurados los de limpio corazón

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