miércoles, 1 de febrero de 2012

05 | Bienaventurados los misericordiosos


“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” Mateo 5:7.

INTRODUCCIÓN
“El corazón del hombre es por naturaleza frío, sombrío y sin amor. Siempre que alguien manifieste un espíritu de misericordia o de perdón, no se debe a un impulso propio, sino al influjo del Espíritu divino que lo conmueve. ‘Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero’ (1 Juan 4:19)” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 23).

DIOS ES MISERICORDIOSO
1. ¿Qué está presente en una persona en la que Cristo ha hecho su habitación? 1 Juan 4:16.
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
Los misericordiosos son ‘participantes de la naturaleza divina’, y en ellos se expresa el amor compasivo de Dios. Todos aquellos cuyos corazones estén en armonía con el corazón de Amor infinito procurarán salvar y no condenar. Cristo en el alma es una fuente que jamás se agota. Donde mora Él, sobreabundan las obras de bien.
Al oír la súplica de los errantes, los tentados, de las míseras víctimas de la necesidad y el pecado, el cristiano no pregunta: ¿Son dignos?, sino: ¿Cómo puedo ayudarlos? Aun en la persona de los más cuitados y degradados ve almas por cuya salvación murió Cristo, y por quienes confió a sus hijos el ministerio de la reconciliación” (El Discurso Maestro de Jesucristo, págs. 23, 24).

2.   ¿Por qué Dios se ocupa tanto de nosotros? Éxodo 34:6, 7.
Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.
Dios mismo es la fuente de toda misericordia. Se llama ‘misericordioso, y piadoso’. No nos trata según lo merecemos. No nos pregunta si somos dignos de su amor; simplemente derrama sobre nosotros las riquezas de su amor para hacernos dignos. No es vengativo. No quiere castigar, sino redimir. Aun la severidad que se ve en sus providencias se manifiesta para salvar a los descarriados. Ansía intensamente aliviar los pesares del hombre y ungir sus heridas con su bálsamo. Es verdad que ‘de ningún modo tendrá por inocente al malvado’, pero quiere quitarle su culpabilidad” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 23).

LA MISERICORDIA EN LA PRÁCTICA
3.   ¿Cómo definen y describen las Escrituras los actos de misericordia? Job 29:12-16; Proverbios 19:17.
Porque yo libraba al pobre que clamaba, Y al huérfano que carecía de ayudador. La bendición del que se iba a perder venía sobre mí, Y al corazón de la viuda yo daba alegría. Me vestía de justicia, y ella me cubría; Como manto y diadema era mi rectitud. Yo era ojos al ciego, Y pies al cojo. A los menesterosos era padre, Y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia. A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.
Los misericordiosos son aquellos que manifiestan compasión para con los pobres, los dolientes y los oprimidos(D.M.J., pág. 24).
Nunca como hoy en día hubo una época cuando hubiera mayor necesidad de ejercer la misericordia. Nos rodean los pobres, los angustiados, los afligidos, los dolientes y los que están por perecer(El Ministerio de la Bondad, pág. 17).
“¡Cuántos de los que profesan ser seguidores de Cristo se sientan en el banquillo del juez y pronuncian una condena, magnificando alguna falta que a los seres finitos parece ser una ofensa contra Dios! Pero esta obra, que agrada tanto a los adversarios de las almas, cesaría por completo si el Espíritu de Cristo estuviese en el corazón. La misericordia no se goza en la iniquidad(The Signs of the Times, 19 de Septiembre 1895).

4.   ¿Cómo muestra Dios su amor y misericordia a los pecadores perdidos? Juan 3:16; Romanos 5:5.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
“Para muchos, la vida es una lucha dolorosa; se sienten deficientes, desgraciados y descreídos: piensan que no tienen nada que agradecer. Las palabras de bondad, las miradas de simpatía, las expresiones de gratitud, serían para muchos que luchan solos como un vaso de agua fría para un alma sedienta. Una palabra de simpatía, un acto de bondad, alzaría la carga que doblega los hombros cansados. Cada palabra y obra de bondad abnegada es una expresión del amor que Cristo sintió por la humanidad perdida(Discurso Maestro Jesucristo, pág. 24).

SEMBRANDO Y COSECHANDO
5.   Para bien o para mal, cosechamos lo que sembramos. Describir alguna experiencia vital real que demuestre esta ley. Salmo 41:1-3.
Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad.
Hay dulce paz para el espíritu compasivo, una bendita satisfacción en la vida de servicio desinteresado por el bienestar ajeno. El Espíritu Santo que mora en el alma y se manifiesta en la vida ablandará los corazones endurecidos y despertará en el los simpatía y ternura. Lo que sembremos, eso segaremos(El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 24).
Jesús mostró a sus discípulos que sólo cuando participaran de su Espíritu y asimilaran su carácter misericordioso, serían dotados de discernimiento espiritual y de poder milagroso. Todo su poder y sabiduría debe venir de Él. Al tratar con miembros obstinados y ofensivos, los santos miembros de la iglesia deberían seguir las instrucciones dadas por Cristo. Éste, que es el único curso seguro para la iglesia fue trazado paso a paso por los apóstoles con la pluma de la inspiración” (Spirit of Prophecy, tomo 3, pág. 246).

6. ¿Qué dijo el apóstol Pablo sobre los que son misericordiosos y generosos? ¿Cómo son satisfechas sus necesidades? Filipenses 4:19; Salmo 112:4-6.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; Es clemente, misericordioso y justo. El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio, Por lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo.
El que ha entregado su vida a Dios para socorrer a los hijos de Él se une a Aquel que dispone de todos los recursos del universo. Su vida queda ligada a la vida de Dios por la áurea cadena de promesas inmutables. El Señor no lo abandonará en la hora de aflicción o de necesidad. ‘Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús’. Y en la hora de necesidad final, los compasivos se refugiarán en la misericordia del clemente Salvador y serán recibidos en las moradas eternas” (D.M.J., p. 24, 25).

7.   ¿Cómo se aplica esta ley aún a nuestros pensamientos? ¿Cuál será el efecto de los pensamientos pecaminosos? Proverbios 23:7.
Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.
Los misericordiosos hallarán misericordia, y los puros de corazón verán a Dios. Cada pensamiento impuro en el alma, deteriora el sentido moral y tiende a destruir las impresiones del Espíritu Santo. Nubla la visión espiritual para que el hombre no pueda ver a Dios. El Señor puede perdonar al pecador arrepentido y lo hace; pero aunque haya sido perdonado, el alma está manchada. Toda impureza de palabra y pensamiento debe ser evitada por el que quiere tener un claro discernimiento de la verdad espiritual” (Relejemos a Jesús, pág. 299).

SOLO JESÚS SALVA
8. ¿Cuál es el resultado de tratar de encubrir el pecado? ¿Cuál es el resultado de confesarlo y abandonarlo? Proverbios 28:13.
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
“Las condiciones para obtener la misericordia de Dios son sencillas, justas y razonables. El Señor no nos exige que hagamos alguna cosa penosa para obtener el perdón de los pecados. No necesitamos hacer largas y cansadoras peregrinaciones, ni ejecutar duras penitencias, para encomendar nuestras almas al Dios de los cielos o para expiar nuestra transgresión; mas el que confiesa su pecado y se aparta de él, alcanzará misericordia.
“El apóstol dice: ‘Confesad pues vuestros pecados los unos a los otros, y orad los unos por los otros, para que seáis sanados’ (Santiago 5:16). Confesad vuestros pecados a Dios, quien sólo puede perdonarlos, y vuestras faltas unos a otros. Si has dado motivo de ofensa a tu amigo o vecino, debes reconocer tu falta, y es su deber perdonarte libremente” (El Camino a Cristo, pág. 37).

CONCLUSIÓN
“¿No apreciaremos la misericordia de Dios? ¿Qué más podía hacer? Pongámonos en perfecta relación con Aquel que nos ha amado con estupendo amor. Aprovechemos los medios que nos han sido provistos para que seamos transformados conforme a su semejanza y restituidos a la comunión de los ángeles ministradores, a la armonía y comunión del Padre y el Hijo” (El Camino a Cristo, pág. 21).

Lección 05 - Bienaventurados los misericordiosos

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