“Nadie sabe hasta qué abismos de degradación puede llegar a hundirse una vez que rechazó las restricciones de la Palabra de Dios y de su Espíritu. Un pecado secreto o una pasión dominante pueden mantener a un cautivo…
“El medio por el cual se puede vencer al maligno, es aquel por el cual Cristo venció: el poder de la Palabra. Dios no domina nuestra mente sin nuestro consentimiento; pero si deseamos conocer y hacer su voluntad, se nos dirige su promesa: ‘Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.’ ‘Si alguno quisiere hacer su voluntad, conocerá de mi enseñanza.’ Apoyándose en estas promesas, cada uno puede quedar libre de las trampas del error y del dominio del pecado” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 223, 224).
RECIBIENDO LUZ
1. ¿Qué declaró Jesús sobre sí mismo y sus seguidores? ¿Qué podía ver la gente que se había cumplido de la profecía de Isaías 49:6? Juan 8:12.
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
“Dios es luz; y en las palabras: ‘Yo soy la luz del mundo,’ Cristo declaró su unidad con Dios, y su relación con toda la familia humana. Era Él quien al principio había hecho ‘que de las tinieblas resplandeciese la luz’… Él era la luz espiritual que mediante símbolos, figuras y profecías, había resplandecido sobre Israel. Pero la luz no era dada solamente para los judíos. Como los rayos del sol penetran hasta los remotos rincones de la tierra, así la luz del Sol de justicia brilla sobre toda alma…
“Como la luna y los planetas del sistema solar brillan por la luz relejada del sol, así, hasta donde su enseñanza es verdadera, los grandes pensadores del mundo relejan los rayos del Sol de justicia. Toda gema del pensamiento, todo destello de la inteligencia, procede de la Luz del mundo…
“Se entendía generalmente que esta profecía se refería al Mesías, y cuando Jesús dijo: ‘Yo soy la luz del mundo,’ el pueblo no pudo dejar de reconocer su aserto de ser el Prometido” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 429, 430).
2. ¿Cuál fue la razón por la cual los fariseos y dirigentes le preguntaron a Jesús: “¿Quién eres tú?”? Si hubiesen sido honestos y espirituales, ¿qué verdad hubiesen reconocido en su respuesta? Juan 8:25-27.
Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho. Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo. Pero no entendieron que les hablaba del Padre.
“Para los fariseos y gobernantes este aserto parecía una arrogante presunción. No podían tolerar que un hombre semejante a ellos tuviera tales pretensiones. Simulando ignorar sus palabras, preguntaron: ‘¿Tú quién eres?’ Estaban empeñados en forzarle a declararse el Cristo. Su apariencia y su obra eran tan diferentes de las expectativas del pueblo que, como sus astutos enemigos creían, una proclama directa de sí mismo como el Mesías, hubiera provocado su rechazamiento como impostor.
“Pero a su pregunta: ‘¿Tú quién eres?’ Él replicó: ‘El que al principio también os he dicho.’ Lo que se había revelado por sus palabras se revelaba también por su carácter. Él era la personificación de las verdades que enseñaba… No procuró probar su pretensión mesiánica, sino que mostró su unión con Dios. Si sus mentes hubiesen estado abiertas al amor de Dios, hubieran recibido a Jesús” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 430, 431).
OPINIONES TRÁGICAMENTE ERRÓNEAS
3. Cuando Jesús habló de ser libres, ¿qué creyeron los fariseos y dirigentes – de acuerdo con su mentalidad - que quería decir? ¿Qué maravilloso mensaje tenía para aquellos que ansiaban ser liberados del pecado? Juan 8:31-34.
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
“Ellos estaban en la peor clase de servidumbre: regidos por el espíritu del maligno. “Todo aquel que rehúsa entregarse a Dios está bajo el dominio de otro poder. No es su propio dueño. Puede hablar de libertad, pero está en la más abyecta esclavitud. No le es dado ver la belleza de la verdad, porque su mente está bajo el dominio de Satanás. Mientras se lisonjea de estar siguiendo los dictados de su propio juicio, obedece la voluntad del príncipe de las tinieblas. Cristo vino a romper las cadenas de la esclavitud del pecado para el alma…
“Bajo la influencia del Espíritu de Dios, el hombre está libre para elegir a quien ha de servir. En el cambio que se produce cuando el alma se entrega a Cristo, hay la más completa sensación de libertad. La expulsión del pecado es obra del alma misma. Por cierto, no tenemos poder para librarnos a nosotros mismos del dominio de Satanás; pero cuando deseamos ser libertados del pecado, y en nuestra gran necesidad clamamos por un poder exterior y superior a nosotros, las facultades del alma quedan dotadas de la fuerza divina del Espíritu Santo y obedecen los dictados de la voluntad, en cumplimiento de la voluntad de Dios.
“La única condición bajo la cual es posible la libertad del hombre, es que éste llegue a ser uno con Cristo. ‘La verdad os libertará;’ y Cristo es la verdad. El pecado puede triunfar solamente debilitando la mente y destruyendo la libertad del alma” (D.T.G., págs. 431, 432).
4. ¿Cuál es la diferencia entre ser un pariente de sangre y un hijo espiritual de Abraham? Juan 8:37-40.
Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.
“Los fariseos se habían declarado a sí mismos hijos de Abrahán. Jesús les dijo que solamente haciendo las obras de Abrahán podían justificar esta pretensión. Los verdaderos hijos de Abrahán vivirían como Él una vida de obediencia a Dios. No procurarían matar a Aquel que hablaba la verdad que le había sido dada por Dios. Al conspirar contra Cristo, los rabinos no estaban haciendo las obras de Abrahán. La simple descendencia de Abrahán no tenía ningún valor. Sin una relación espiritual con Él, la cual se hubiera manifestado poseyendo el mismo espíritu y haciendo las mismas obras, ellos no eran sus hijos.
“Este principio se aplica con igual propiedad a una cuestión que ha agitado por mucho tiempo al mundo cristiano: la cuestión de la sucesión apostólica. La descendencia de Abrahán no se probaba por el nombre y el linaje, sino por la semejanza del carácter. La sucesión apostólica tampoco descansa en la transmisión de la autoridad eclesiástica, sino en la relación espiritual. Una vida movida por el espíritu de los apóstoles, el creer y enseñar las verdades que ellos enseñaron: ésta es la verdadera evidencia de la sucesión apostólica.
Es lo que constituye a los hombres sucesores de los primeros maestros del Evangelio” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 432).
LA NATURALEZA Y PRE-EXISTENCIA DEL REDENTOR
5. A pesar de todas las tentaciones con las que Satanás, los fariseos y los dirigentes bajo su control trataban de atrapar a Jesús, ¿qué era un hecho? Juan 8:46, 47.
¿Quién de vosotros me redarguye (objeta) de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
“Día tras día, durante tres años los enemigos de Cristo le habían seguido, procurando hallar alguna mancha en su carácter. Satanás y toda la confederación del maligno habían estado tratando de vencerle; pero nada habían hallado en Él de lo cual sacar ventaja. Hasta los demonios estaban obligados a confesar: ‘Sé quién eres, el Santo de Dios.’ Jesús vivió la ley a la vista del cielo, de los mundos no caídos y de los hombres pecadores. Delante de los ángeles, de los hombres y de los demonios, había pronunciado sin que nadie se las discutiese palabras que, si hubiesen procedido de cualesquiera otros labios, hubieran sido blasfemia: ‘Yo, lo que a Él agrada, hago siempre.’
“El hecho de que, a pesar de que no podían hallar pecado en Él, los judíos no recibían a Cristo probaba que no estaban en comunión con Dios. No reconocían la voz de Dios en el mensaje de su Hijo. Pensaban que estaban condenando a Cristo; pero al rechazarlo estaban sentenciándose a sí mismos. ‘El que es de Dios –dijo Jesús, –las palabras de Dios oye: por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios’” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 431, 433).
6. ¿Qué privilegio le fue concedido a Abraham muchos siglos antes? ¿Qué visión tuvo del futuro Redentor? Juan 8:55, 56.
Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. Abraham vuestro padre se gozó que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.
“Por su propio sufrimiento, Abrahán fue capacitado para contemplar la misión de sacrificio del Salvador. Pero los hijos de Israel no podían entender lo que era tan desagradable para su corazón orgulloso” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 435).
7. ¿Qué declaración hizo el Señor sobre su preexistencia? ¿Dónde y bajo qué circunstancias apareció este sagrado nombre en las Escrituras? Juan 8:58; Éxodo 3:13, 14.
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
“Con solemne dignidad Jesús respondió: ‘De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, YO SOY.’ “Cayó el silencio sobre la vasta concurrencia. El nombre de Dios, dado a Moisés para expresar la presencia eterna había sido reclamado como suyo por este Rabino galileo. Se había proclamado a sí mismo como el que tenía existencia propia, el que había sido prometido a Israel, ‘cuya procedencia es de antiguo tiempo, desde los días de la eternidad.’….
“Su pretensión de ser uno con Dios los había incitado antes a quitarle la vida, y pocos meses más tarde declararon lisa y llanamente: ‘Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.’…
“La Luz estaba brillando en las tinieblas, ‘más las tinieblas no la comprendieron’” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 435, 436).
PARA MEDITAR
“La lección es verdadera para todos los tiempos. Muchos hombres que se deleitan en sutilizar, criticar y buscar en la Palabra de Dios algo que poner en duda, piensan que de esa manera están dando muestras de independencia de pensamiento y agudeza mental.
Suponen que están condenando la Biblia, cuando en verdad se están condenando a sí mismos. Ponen de manifiesto que son incapaces de apreciar las verdades de origen celestial y de alcance eterno. En presencia de la gran montaña de la justicia de Dios, su espíritu no siente temor reverencial. Se ocupan en buscar pajas y motas, con lo cual revelan una naturaleza estrecha y terrena, un corazón que pierde rápidamente su capacidad para comprender a Dios. Aquel cuyo corazón ha respondido al toque divino, buscará lo que aumente su conocimiento de Dios, y reine y eleve su carácter. Como una flor se torna al sol para que sus brillantes rayos le den bellos colores, así se tornará el alma al Sol de justicia, para que la luz del cielo embellezca el carácter con las gracias del carácter de Cristo” (D.T.G., p. 433, 434).
PARA UN ESTUDIO ADICIONAL: Juan 3:19-21; 8:12-59; 1:7-10; El Deseado de Todas las Gentes, págs. 429-442.
PARA UNA CONSIDERACIÓN ESPIRITUAL: Después de haber solicitado la guía de Dios, considera el profundo significado de estas frases:
· “Todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”.
· “… La verdad os hará libres”.
Lección 24 - Verdad y libertad
No hay comentarios:
Publicar un comentario