viernes, 16 de diciembre de 2011

25 | De las tinieblas a la luz


Mediante la fe en el poder de Dios, es admirable cuán fuerte puede llegar a ser un hombre débil, cuán decididos sus esfuerzos, cuán prolífico en grandes resultados. El que empieza con poco conocimiento, de una manera humilde, y dice lo que sabe, mientras busca diligentemente un conocimiento mayor, hallará  todo el  tesoro celestial que espera su demanda.
Cuanto más trate de impartir luz, más luz recibirá. Cuanto más procure uno explicar la Palabra de Dios a otros, con amor por las almas, más clara se le presentará ésta. Cuanto más usemos nuestro conocimiento y ejercitemos nuestras facultades, más conocimiento y poder tendremos” (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 289).

RAZONES PARA LA CEGUERA
1.   ¿Qué preguntaron  los discípulos a Jesús cuando vieron a un hombre que había nacido ciego? Juan 9:1-3.
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él
Se creía generalmente entre los judíos que el pecado era castigado en esta vida. Se consideraba que cada aflicción era castigo de alguna falta cometida por el mismo que sufría o por sus padres. Es verdad que todo sufrimiento es resultado de la transgresión de la ley de Dios, pero esta verdad había sido falseada. Satanás, el autor del pecado y de todos sus resultados, había inducido a los hombres a considerar la enfermedad y la muerte como procedentes de Dios, como un castigo arbitrariamente infligido por causa del pecado. Por lo tanto, aquel a quien le sobrevenía una gran aflicción o calamidad debía soportar la carga adicional de ser considerado un gran pecador
“Dios había dado una lección destinada a prevenir esto. La historia de Job había mostrado que el sufrimiento es infligido por Satanás, pero que Dios predomina sobre él con fines de misericordia. Pero Israel no entendía la lección. Al  rechazar a Cristo,  los judíos repetían el mismo error por el cual Dios había reprobado a los amigos de Job.
Los discípulos compartían la creencia de los judíos concerniente a la relación del pecado y el sufrimiento. Al corregir Jesús el error, no explicó la causa de la aflicción del hombre, sino que les dijo cuál sería el resultado” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 436, 437).

SACADO DE LAS TINIEBLAS
2.   ¿Con qué palabras concernientes a usar las oportunidades presentes dio Jesús luz al ciego? ¿Qué comparación entre la ceguera física y espiritual se puso de manifiesto en este incidente? Juan 9:4, 6, 7, 14.
Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. 
Los fariseos esperaban hacer aparecer a Jesús como pecador, y que por lo tanto no era el Mesías. No sabían que el que había sanado al ciego había hecho el sábado y conocía todas sus obligaciones. Aparentaban tener admirable celo por la observancia del día de reposo, pero en ese mismo día estaban planeando un homicidio. Sin embargo, al enterarse de este milagro muchos quedaron muy impresionados y convencidos de que Aquel que había abierto los ojos del ciego era más que un hombre común…
Los rabinos volvieron a dirigirse al ciego: ‘¿Tú, qué dices del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.’ Los fariseos aseguraron entonces que no había nacido ciego ni recibido la vista. Llamaron a sus padres, y les preguntaron, diciendo: ‘¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego?’
Allí estaba el hombre mismo declarando que había sido ciego y que se le había dado la vista; pero los fariseos preferían negar la evidencia de sus propios sentidos antes que admitir que estaban en el error. Tan poderoso es el prejuicio, tan torcida es la justicia farisaica” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 437, 438).

3.   ¿A qué conclusión llegaron los fariseos solamente porque Jesús había sanado al hombre en sábado? ¿De qué manera esto les llevó a no aceptar lo que era obvio? Juan 9:16-18.
Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista.
El dilema en el cual fueron puestos los fariseos, sus dudas y prejuicios, su incredulidad en los hechos del caso, fueron revelados a la multitud, especialmente al pueblo común.
Jesús había realizado frecuentemente sus milagros en plena calle, y sus obras servían siempre para aliviar el sufrimiento. La pregunta que estaba en muchas mentes era: ¿Haría Dios esas obras poderosas mediante un impostor como afirmaban los fariseos que era Jesús? La discusión se había vuelto encarnizada por ambas partes.
Procuraron confundirlo con muchas palabras, a fin de que él se juzgase engañado. Satanás y sus ángeles malos estaban de parte de los fariseos, y unían sus fuerzas y argucias al razonamiento de los hombres a fin de contrarrestar la influencia de Cristo. Embotaron las convicciones hondamente arraigadas en muchas mentes. Los ángeles de Dios también estaban presentes para fortalecer al hombre cuya vista había sido restaurada” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 438, 439).

4.   ¿Qué contraste se podía ver claramente entre la fe de los que habían estudiado y enseñado la palabra de Dios por muchos años y  la del ciego que nunca había tenido la oportunidad de leer las Escrituras? Juan 9:24-27.
Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oir; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos
La luz divina brillaba en las cámaras del alma del ciego. Mientras aquellos hipócritas procuraban hacerle descreído, Dios le ayudó a demostrar, por el vigor y la agudeza de sus respuestas, que no había de ser entrampado. Replicó: ‘Ya os lo he dicho, y no habéis atendido: ¿por qué lo queréis otra vez oír? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos? Y le ultrajaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros discípulos de Moisés somos. Nosotros sabemos que a Moisés habló Dios: mas éste no sabemos de dónde es.’
“El Señor Jesús conocía la prueba por la cual estaba pasando el hombre, y  le dio gracia y palabras, de modo que llegó a ser un testigo por Cristo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 439).

5.   ¿Con qué claridad de razonamiento presentó el ciego la manera en que Dios obra?  Juan 9:30-33.
Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. 
Respondió a los fariseos con palabras que eran una hiriente censura a sus preguntas.
Aseveraban ser los expositores de las Escrituras y los guías religiosos de la nación; sin embargo, había allí Uno que hacía milagros, y ellos confesaban ignorar tanto la fuente de su poder, como su carácter y pretensiones.
El hombre había hecho frente a sus inquisidores en su propio terreno. Su razonamiento era incontestable. Los fariseos estaban atónitos y  enmudecieron, hechizados ante sus palabras penetrantes y resueltas. Durante un breve momento guardaron silencio. Luego esos ceñudos sacerdotes y rabinos recogieron sus mantos, como si hubiesen temido contaminarse por el trato con él, sacudieron el polvo de sus pies, y lanzaron denuncias contra él: ‘En pecados eres nacido todo, ¿y tú nos enseñas?’ Y le excomulgaron” (Deseado Todas Gentes, págs. 439, 440).

DOBLE LUZ
6.   ¿Qué hizo Jesús después que los sacerdotes rechazaron al hombre a quién había dado la luz? ¿Qué otra luz había sido derramada sobre él? Juan 9:35-38.
Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró
Por primera vez el ciego miraba el rostro de Aquel que le sanara. Delante del concilio había visto a sus padres turbados y perplejos; había mirado los ceñudos rostros de los rabinos; ahora sus ojos descansaban en el amoroso y pacífico semblante de Jesús. Antes de eso, a gran costo para él, le había reconocido como delegado del poder divino; ahora se le concedió una revelación mayor.
“A la pregunta del Salvador: ‘¿Crees tú en el Hijo de Dios?’ el ciego respondió: ‘¿Quién es, Señor, para que crea en Él?’ Y Jesús dijo: ‘Y le has visto, y el que habla contigo, Él es.’ El hombre se arrojó a los pies del Salvador para adorarle. No solamente había recibido la vista natural, sino que habían sido abiertos  los ojos de su entendimiento. Cristo había sido revelado a su alma, y le recibió como el Enviado de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 440).

7.   ¿Cómo describió Jesús su misión? ¿Cuál fue el resultado para los que rechazaron la luz del cielo?  Juan 9:39-41.
Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegosJesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; más ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.
Cristo había venido para abrir los ojos ciegos, para dar luz a los que moran en tinieblas. Había declarado ser la luz del mundo y el milagro que acababa de realizar era un testimonio de su misión. El pueblo que contempló al Salvador en su venida fue favorecido con una manifestación más abundante de la presencia divina que la que el mundo jamás había gozado antes. El conocimiento de Dios fue revelado más perfectamente. Pero por esta misma revelación, los hombres fueron juzgados. Su carácter fue probado, y determinado su destino” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 440, 441).

PARA MEDITAR
“La manifestación del poder divino que le había dado al ciego vista natural tanto como espiritual, había sumido a los fariseos en tinieblas más profundas. Algunos de sus oyentes, al sentir que  las palabras de Cristo se aplicaban a ellos, preguntaron: ‘¿Somos nosotros también ciegos?’ Jesús respondió: ‘Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado.’ Si Dios hubiese hecho imposible para vosotros ver la verdad, vuestra ignorancia no implicaría culpa. ‘Más ahora… decís, Vemos.’ Os creéis capaces de ver, y rechazáis el único medio por el cual podríais recibir la vista. A todos los que percibían su necesidad, Jesús les proporcionaba ayuda infinita. Pero los fariseos no confesaban necesidad alguna; rehusaban venir a Cristo, y por  lo  tanto fueron dejados en una ceguedad de  la cual ellos mismos eran culpables. Jesús dijo: ‘Vuestro pecado permanece’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 441).

PARA UN ESTUDIO ADICIONAL: Lucas 12:35-48; Palabras de Vida del Gran Maestro, págs. 302, 303; El Deseado de Todas las Gentes, pág. 440.

HACIENDO UNA RELACIÓN: ¿Qué relación ves entre Ezequiel 18:4, 20 y esta lección?

Lección 25 - De las tinieblas a la luz

2 comentarios:

  1. excelente las diapositivas para las lecciones sabáticas. Ojalá se pueda hacer más temas pues en Tacna este mes compraremos proyector y nos gustaría tener este tipo de recursos. Gracias

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