“Confesad los pecados que habéis
acariciado en particular; arrepentíos
de ellos, y erradicadlos…
El poderoso Conquistador ha presentado gran esfuerzo y lucha como el precio de
la victoria. Aquellos que deseen ganar
la corona deben levantar y llevar la cruz…
“Por fe debemos mantener nuestra vista en
Jesús nuestro Sumo Sacerdote, quien ministra en el cielo por nosotros. Ninguna otra luz ha brillado o brillará
alguna vez sobre la raza caída, salvo aquella que ha sido y será comunicada
mediante el Cordero sacrificado desde la fundación del mundo. Debemos siempre contar nuestras
bendiciones. Debemos reunirlas y
colgarlas en el salón del recuerdo” (Review and
Herald, 26 de marzo, 1889).
UNA VERDAD MUY
IMPORTANTE
1.....Considerando el santuario y sus servicios, ¿qué es lo más
importante para el hombre? ¿En qué santuario está ministrando Jesús por su
pueblo?
Hebreos 4:14; 8:1-3.- (4:14) Por tanto, teniendo un gran
sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión… (8:1) Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el
cual se sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los cielos, (8:2) ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. (8:3) Porque todo sumo sacerdote
está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es
necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
“Como sacerdote, Cristo
está sentado ahora con el Padre en su trono. En el trono, en compañía
del Dios eterno que existe por sí mismo, está Aquel que ‘ha llevado nuestros padecimientos, y con
nuestros dolores… se cargó’ (Isaías 53:4), quien fue ‘tentado en
todo punto, así como nosotros, mas sin pecado’ (Hebreos 4:15)… ‘Si alguno pecare, abogado tenemos para con
el Padre, a saber, a Jesucristo
el Justo’ (1 Juan 2:1, VM). Su intercesión es la de un cuerpo traspasado
y quebrantado y de una vida inmaculada. Las
manos heridas, el costado abierto, los pies desgarrados, abogan en favor del
hombre caído, cuya redención fue comprada a tan infinito precio” (La maravillosa gracia de Dios, pág. 69).
OFRECIENDO SU
PROPIA SANGRE
2.....¿Es Jesús como los sacerdotes levitas, quienes en el
sistema expiatorio ofrecían sangre que no era la suya? A diferencia del
sacerdocio levita que en el ministerio nunca sufrió dolor o muerte, ¿cuál fue
la experiencia del Hijo de Dios al dar el más grande de todos los sacrificios?
Hebreos 9:11, 12; 2:18.- (9:11) Pero estando ya presente
Cristo, sumo sacerdote de los
bienes venideros, por el más
amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta
creación, (9:12) y no por sangre de machos
cabríos ni de becerros, sino por
su propia sangre, entró una
vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna
redención… (2:18) Pues en cuanto él mismo
padeció siendo tentado, es
poderoso para socorrer a los que son tentados.
“El mismo sistema de sacrificios fue establecido por Cristo,
y dado a Adán como tipificando a un Salvador que debía venir, que llevaría los
pecados del mundo, y moriría por su
redención…
“La sangre del Hijo de Dios era simbolizada por la de las víctimas
inmoladas, y Dios quería que tuvieran ideas claras y definidas para
distinguir entre lo sagrado y lo común. La
sangre era sagrada, porque sólo
mediante el derramamiento de la del Hijo de Dios podía haber expiación por el
pecado” (La maravillosa
gracia de Dios, pág. 55).
“Gracias a Dios contamos con un gran Sumo Sacerdote que ascendió a los cielos: Jesús, el Hijo de Dios. Cristo no entró a lugares santos hechos por
mano del hombre, sino en la misma morada de Dios para comparecer ante él
por nosotros. En virtud de su propia sangre
ocupó los lugares celestiales una
vez para siempre para obtener eterna redención para los suyos” (Recibiréis poder, pág. 51).
EL SERVICIO DIARIO
EN SÍMBOLO Y EN REALIDAD
3.....¿Qué incluía el servicio diario de los sacerdotes
levitas? ¿Qué ministerio respectivo ha realizado el gran Sumo Sacerdote en el
cielo desde su ascensión?
Hebreos 9:6.- Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios
del culto.
Números 28:3, 4; 15:27, 28.- (23:3) Y les dirás: Esta es la
ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová: dos corderos sin tacha de un año, cada día, será el holocausto continuo. (23:4) Un cordero ofrecerás por la
mañana, y el otro cordero
ofrecerás a la caída de la tarde… (15:27) Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año para
expiación. (15:28) Y el sacerdote hará
expiación por la persona que haya pecado por yerro; cuando pecare por
yerro delante de Jehová, la
reconciliará, y le será perdonado.
Hebreos 9:24.- Porque no entró Cristo en el
santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por
nosotros ante Dios.
“… Los sacerdotes ministraban diariamente
en el lugar santo,… Día tras
día el pecador arrepentido
llevaba su ofrenda a la puerta del tabernáculo, y poniendo la mano sobre la cabeza de la víctima, confesaba sus pecados, transfiriéndolos así figurativamente de sí mismo
a la víctima inocente. Luego se mataba el animal… La sangre, que representaba la vida comprometida del
pecador, cuya culpa cargaba la víctima, la llevaba el sacerdote al lugar santo y la salpicaba ante el velo,
detrás del cual estaba el arca que contenía la ley que el pecador había
transgredido. Mediante esta
ceremonia, el pecado era transferido figurativamente, por intermedio de la
sangre, al santuario” (El conflicto
de los siglos, pág. 413).
“Después de su ascensión, nuestro Salvador iba a principiar su obra
como nuestro Sumo Sacerdote. El apóstol Pablo dice: ‘No entró Cristo en
el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para
presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios’ (Hebreos 9:24)” (Patriarcas y profetas, pág. 371).
JESÚS Y LA PURIFICACIÓN
DEL SANTUARIO
4.....¿Qué purificación tomó lugar el Día de Expiación en el
servicio típico? ¿Qué santa obra ha realizado el Sumo Sacerdote antitipo en el
santuario celestial desde el fin de los 2,300 días proféticos de Daniel 8:14?
Levítico 16:33.- Y hará la expiación por el
santuario santo, y el tabernáculo
de reunión; también hará expiación
por el altar, por los sacerdotes
y por todo el pueblo de la congregación.
Hebreos 9:7, 23.- (7) Pero en la segunda parte,
sólo el sumo sacerdote una vez al año,
no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de
ignorancia del pueblo… (23) Fue, pues, necesario que las figuras
de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas
celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.
Daniel 8:14.- Y él dijo: Hasta dos mil
trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.
“Así como en la antigüedad los pecados del pueblo eran
puestos por fe sobre el holocausto, y por la sangre de éste transferidos
figurativamente al santuario terrenal, así también, en el nuevo pacto, los pecados
de los que se arrepienten son puestos por fe sobre Cristo, y transferidos, de hecho, al santuario
celestial. Y así como la purificación
simbólica de lo terrenal se efectuaba quitando los pecados con los cuales había
sido contaminado, así también la
purificación real de lo celestial debe
efectuarse quitando o borrando los pecados registrados en el cielo.
Pero, antes de que esto pueda cumplirse deben
examinarse los registros para determinar quiénes son los que, por medio del arrepentimiento del pecado y
de la fe en Cristo, tienen derecho a los beneficios de su expiación” (La fe por la cual vivo, pág. 208).
“La fe… debe
centrarse en Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, quien ha entrado velo adentro
por nosotros. Sin importar las nubes que cubren el cielo, sin importar las
tormentas que surjan alrededor del alma, esta ancla se mantiene firme, y
podemos estar seguros de la victoria” (In Heavenly
Places, pág. 127).
UN TABERNÁCULO MÁS
GRANDIOSO, MÁS PERFECTO
5.....¿Cómo se compara el tabernáculo celestial donde Jesús
ministra con el tabernáculo terrenal, el cual era sólo un símbolo? ¿Qué está
logrando Jesús en su ministerio celestial?
Hebreos 8:5; 9:9, primera parte, 11, 12.- (8:5) Los cuales sirven a lo
que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole:
Mira, haz todas las cosas conforme al
modelo que se te ha mostrado en el monte… (9:9) Lo cual es símbolo para el tiempo presente…
(11) Pero estando ya presente
Cristo, sumo sacerdote de los
bienes venideros, por el más
amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, (12) y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido
eterna redención.
“Tal era el servicio que se efectuaba como ‘mera representación y sombra de las
cosas celestiales’. Y lo que se hacía
típicamente en el santuario terrenal, se
hace en realidad en el santuario celestial. Después de su ascensión, nuestro Salvador
empezó a actuar como nuestro Sumo
Sacerdote. San Pablo dice: ‘No entró Cristo en un lugar santo hecho de
mano, que es una mera representación del verdadero, sino en el cielo mismo,
para presentarse ahora delante de Dios por nosotros’ (Hebreos 9:24, VM)” (El conflicto de los siglos, pág. 415).
“’Aun no estaba descubierto el camino para el santuario, entre tanto que el primer tabernáculo
estuviese en pie… Mas estando
ya presente Cristo, pontífice
de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos… por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención’ ” (El Deseado de todas las gentes, pág. 138).
UN SUMO SACERDOTE
COMO NUNCA HUBO
6.....¿Qué queda claro cuando comparamos el antiguo sacerdocio
levita con el de Jesús? Por lo tanto, ¿con qué fe deberíamos acercarnos al
trono de gracia celestial?
Hebreos 7:26; 4:15, 16.- (7:26) Porque tal sumo sacerdote nos
convenía: santo, inocente,
sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. (4:15) Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno
que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado.
(4:16) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar
gracia para el oportuno socorro.
“Mediante figuras y sombras se enseñaban diariamente al pueblo las grandes verdades relativas a la venida
de Cristo como Redentor,
Sacerdote y Rey; y una vez al
año se le inducía a contemplar los acontecimientos finales de la gran
controversia entre Cristo y Satanás, la purificación final del universo del pecado y de los pecadores.
Los sacrificios y ofrendas del ritual
mosaico siempre estuvieron señalando
un mejor servicio, incluso uno celestial” (La fe por la cual vivo, pág. 197).
“Tan pronto como un hijo de Dios se acerca al
propiciatorio, llega a ser
cliente del gran Abogado. Cuando pronuncia su primera expresión de
penitencia y súplica de perdón, Cristo
acepta su caso y lo hace suyo, presentando
la súplica ante su Padre como su propia súplica” (La maravillosa gracia de Dios, pág. 68).
7.....Considerando la fidelidad y amor del Salvador, ¿a quién
le estaremos eternamente agradecidos? Sabiendo que tenemos un Sumo Sacerdote
así ministrando a nuestro favor, ¿qué sentiremos?
Hebreos 3:1, 2; 6:19; 2:17.- (3:1) Por tanto, hermanos santos,
participantes del llamamiento
celestial, considerad al
apóstol y sumo sacerdote de nuestra
profesión, Cristo Jesús; (3:2) el cual es fiel al que le
constituyó, como también lo fue
Moisés en toda la casa de Dios… (6:19) La cual tenemos como segura
y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,… (2:17) Por lo cual debía ser en
todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a
Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
“‘Si alguno pecare, abogado tenemos para con el Padre, a
saber, a Jesucristo el Justo’
(1
Juan 2:1, VM). Su intercesión
es la de un cuerpo traspasado y quebrantado y de una vida inmaculada. Las manos heridas, el costado abierto, los pies desgarrados, abogan en favor del hombre caído,
cuya redención fue comprada a tan
infinito precio” (La maravillosa
gracia de Dios, pág. 69).
“Sin importar cuáles sean tus ansiedades y pruebas, presenta tu caso delante del Señor.
Tu espíritu estará preparado para resistir. El camino estará abierto para ti para librarte de la vergüenza y la
dificultad. Mientras más
débil y desvalido sepas que eres, más
fuerte te volverás en su fuerza. Mientras más pesadas sean tus cargas, más bendecido será el descanso al echarlas sobre Aquel que
lleva tus cargas” (My Life Today,
pág. 297).
“Debemos tener libre acceso a la sangre expiatoria de Cristo.
Debiéramos considerar esto el
privilegio más precioso, la mayor
bendición jamás concedida al hombre pecador” (Hijos e hijas de Dios, pág. 226).
PARA ESTUDIO
ADICIONAL
“Nuestro
gran Sumo Sacerdote completó la ofrenda expiatoria de sí mismo cuando sufrió fuera
de la puerta. Entonces se hizo una perfecta expiación por los pecados de la
gente. Jesús es nuestro Abogado, nuestro Sumo Sacerdote, nuestro Intercesor;
por lo tanto, nuestra situación actual es como la de los israelitas que estaban
en el atrio exterior, esperando y buscando esa bendita esperanza, la gloriosa
aparición de nuestro Señor y Salvador Jesucristo…
“Aquí
vemos al gran Intercesor presentando su petición ante su Padre. Ningún
intermediario humano está entre el pecador y Cristo. No se ve a ningún profeta
fallecido, a ningún santo sepultado. Cristo mismo es nuestro Abogado. Todo lo
que el Padre es para su Hijo lo es él para aquellos a quienes su Hijo
representó en su humanidad. Cristo procedió como representante del Padre en
cada aspecto de su obra. Vivió como nuestro sustituto y fiador. Trabajó como
quiere que trabajen sus seguidores, apreciando desinteresadamente el valor de
cada ser humano por quien sufrió y murió” (Manuscrito
128, 1897; Comentario bíblico adventista, tomo 7, págs. 926, 927).
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