“Temeroso
de perder su poder y autoridad, consintió
Pilato en la muerte de Jesús. No obstante, puso su sangre sobre los acusadores, y la multitud la aceptó exclamando a voz en cuello: ‘Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos’. Sin
embargo, Pilato no fue inocente,
y resultó culpable de la sangre de
Cristo. Por interés egoísta,
por el deseo de ser honrado por los
grandes de la tierra, entregó a la
muerte a un inocente. Si Pilato
hubiese obedecido a sus convicciones, nada
hubiese tenido que ver con la condena de Jesús” (Primeros escritos, pág. 174).
CORONA DE ESPINAS
1......¿Qué tenía puesto el Hijo de Dios cuando Pilato lo
presentó ante la multitud junto al ladrón? ¿Qué testimonio positivo incluso dio
sobre Él?
Juan 19:4, 5.- (4) Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo:
Mirad, os lo traigo fuera,
para que entendáis que ningún delito
hallo en él. (5) Y salió Jesús, llevando
la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí
el hombre!
Marcos 15:15, pp.- Y Pilato, queriendo
satisfacer al pueblo, les soltó a
Barrabás.
“Pilato mandó entonces que se trajese a Barrabás al tribunal.
Presentó luego los dos presos,
uno al lado del otro, y señalando al
Salvador dijo con voz de solemne súplica: ‘He aquí el hombre’. ‘Os le traigo fuera, para que entendáis
que ningún crimen hallo en él’.
Allí estaba el Hijo de Dios, llevando el manto de burla y la corona
de espinas. Desnudo hasta la
cintura, su espalda revelaba los
largos y crueles azotes, de los cuales la sangre fluía copiosamente. Su rostro manchado de sangre
llevaba las marcas del agotamiento y el dolor; pero nunca había parecido más hermoso que en ese momento.
El semblante del Salvador no estaba
desfigurado delante de sus enemigos. Cada rasgo expresaba bondad y resignación y la más tierna compasión
por sus crueles verdugos. Su porte
no expresaba debilidad cobarde, sino la fuerza y dignidad de la longanimidad. En sorprendente contraste, se destacaba el preso que estaba a su lado.
Cada rasgo del semblante de Barrabás
le proclamaba como el empedernido
rufián que era. El contraste hablaba a toda persona que lo contemplaba.
Algunos de los espectadores lloraban.
Al mirar a Jesús, sus corazones se
llenaron de simpatía. Aun los sacerdotes
y príncipes estaban convencidos de que era todo lo que aseveraba ser” (El Deseado de todas las gentes, pág. 684).
ENTREGADO EN SUS
MANOS
2......¿Qué privilegio dio Pilato a los sacerdotes y oficiales
para evitar ser responsable de la muerte del Salvador?
Juan 19:6.- Cuando le vieron los principales sacerdotes y los
alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
“La paciencia del Salvador, que no exhalaba una queja, llenó a Pilato de asombro. No dudaba de que la vista de este hombre,
en contraste con Barrabás, habría de
mover a simpatía a los judíos. Pero no comprendía el odio fanático que sentían los sacerdotes hacia Aquel que, como luz del mundo, había hecho manifiestas sus tinieblas y
error. Habían incitado a la turba
a una furia loca, y nuevamente los sacerdotes,
los príncipes y el pueblo elevaron aquel terrible clamor: ‘¡Crucifícale! ¡Crucifícale!’ Por
fin, perdiendo toda paciencia con su
crueldad irracional, Pilato exclamó
desesperado: ‘Tomadle vosotros, y
crucificadle; porque yo no hallo en él crimen’” (El Deseado de todas las gentes, pág. 685).
3......¿Qué acusación fue considerada suficiente para lograr la
sentencia de muerte? ¿Qué sintió Pilato cuando escuchó que Jesús se había
declarado a sí mismo Hijo de Dios?
Juan 19:7, 8.- (7) Los judíos le respondieron:
Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir,
porque se hizo a sí mismo Hijo de
Dios. (8) Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más
miedo.
“El gobernador romano, aunque familiarizado con escenas de crueldad,
se sentía movido de simpatía
hacia el preso doliente que, condenado y azotado, con la frente ensangrentada y la espalda
lacerada, seguía teniendo el
porte de un rey sobre su trono. Pero los sacerdotes declararon: ‘Nosotros
tenemos ley, y según nuestra
ley debe morir, porque se
hizo Hijo de Dios’.
Pilato se sorprendió. No tenía idea correcta de Cristo y de su
misión; pero tenía una fe vaga en
Dios y en los seres superiores a la humanidad. El pensamiento que una vez antes cruzara por su mente cobró ahora una forma más definida.
Se preguntó si no sería un ser divino
el que estaba delante de él cubierto
con el burlesco manto purpúreo y coronado de espinas” (El Deseado de todas las gentes, pág. 685).
EL PECADO MÁS
GRANDE
4......¿Era consciente de que la autoridad que tenía en aquel
tiempo no era su propiedad exclusiva sino con el propósito de justicia?
Juan 19:9-11.- (9) Y entró otra vez en el pretorio, y
dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Más Jesús
no le dio respuesta. (10) Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No
sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? (11) Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí,
si no te fuese dada de arriba;
por tanto, el que a ti me ha
entregado, mayor pecado tiene.
“…El Salvador había hablado abiertamente a Pilato
explicándole su misión como testigo de la verdad. Pilato había despreciado la luz. Había abusado del alto cargo de juez renunciando a sus principios y autoridad bajo las exigencias de la turba. Jesús no tenía ya más luz para él…
‘El que a ti me ha entregado –dijo Jesús– mayor pecado tiene’. Con estas palabras, Cristo indicaba a Caifás, quien,
como sumo sacerdote, representaba a la nación judía.
Ellos conocían los principios que
regían a las autoridades romanas. Habían
tenido luz en las profecías que testificaban de Cristo y en sus propias
enseñanzas y milagros. Los jueces
judíos habían recibido pruebas inequívocas de la divinidad de Aquel
a quien condenaban a muerte. Y según
la luz que habían recibido, serían juzgados” (El Deseado de todas las gentes, págs. 685, 686).
AMENAZANDO AL
GOBERNADOR
5......¿Cómo amenazaron los judíos a Pilato cuando vieron que
aún deseaba poner en libertad a Jesús? Mientras acusaban a Pilato, ¿tenían un
interés verdadero en César?
Juan 19:12-14.- (12) Desde entonces procuraba
Pilato soltarle; pero los judíos
daban voces, diciendo: Si a
éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. (13) Entonces
Pilato, oyendo esto, llevó fuera
a Jesús, y se sentó en el
tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. (14) Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!
“Así pretendían estos hipócritas ser celosos por la autoridad de César. De entre todos los que se oponían al gobierno
romano, los judíos eran los
más encarnizados. Cuando no
había peligro en ello, eran los
más tiránicos en imponer sus propias exigencias nacionales y religiosas;
pero cuando deseaban realizar algún propósito
cruel exaltaban el poder de
César. A fin de lograr la
destrucción de Cristo, profesaban
ser leales al gobierno extranjero que odiaban.
‘Cualquiera que se hace rey –continuaron–
a César contradice’. Esto tocaba a Pilato en un punto débil.
Era sospechoso para el gobierno romano, y sabía que un informe tal le arruinaría. Sabía que si estorbaba a los judíos, volverían su ira contra él. Nada descuidarían para lograr su
venganza…
“Al escoger así a un gobernante pagano, la nación judía se retiraba de la teocracia.
Rechazaba a Dios como su Rey.
De ahí en adelante no tendría
libertador. No tendría otro
rey sino a César. A esto habían
conducido al pueblo los sacerdotes y maestros. Eran responsables de esto y de los temibles resultados que siguieron.
El pecado de una nación y su ruina
se debieron a sus dirigentes
religiosos” (El Deseado de todas
las gentes, págs. 686, 687).
FINALIDAD DETRÁS
DEL JUICIO
6......¿Qué hizo Pilato cuando no pudo ver otra salida? ¿Es posible
en algunas situaciones hacer un compromiso entre las circunstancias y la voz de
la conciencia? ¿Qué consecuencias sufrió Pilato por sacrificar la verdad?
Mateo 27:24.- Viendo Pilato que nada adelantaba, sino
que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este
justo; allá vosotros.
“Volviéndose a la multitud,
declaró: Limpio estoy de su sangre,
tomadle y crucificadle. Pero notad, sacerdotes y príncipes, que yo lo
declaro justo. Y Aquel a
quien él llama su Padre os juzgue a vosotros y no a mí por la obra de este día. Luego dijo a Jesús: Perdóname
por este acto; no puedo
salvarte. Y cuando le hubo hecho
azotar otra vez, le entregó para
ser crucificado.
Pilato anhelaba librar a Jesús. Pero vio
que no podría hacerlo y conservar su
puesto y sus honores. Antes
que perder su poder mundanal, prefirió
sacrificar una vida inocente. ¡Cuántos,
para escapar a la pérdida o al sufrimiento, sacrifican igualmente los buenos principios! La conciencia y el deber señalan un camino,
y el interés propio señala otro.
La corriente arrastra fuertemente en
la mala dirección, y el que transige
con el mal es precipitado a las densas tinieblas de la culpabilidad.
Pilato cedió a las exigencias de la turba. Antes
que arriesgarse a perder su puesto entregó a Jesús para que fuese
crucificado, pero a pesar de sus precauciones aquello mismo que temía le aconteció después. Fue despojado de sus honores,
fue derribado de su alto cargo
y, atormentado por el remordimiento y
el orgullo herido, poco después
de la crucifixión se quitó la vida. Asimismo, todos los que transigen con el pecado no tendrán sino pesar y ruina”
(El Deseado de todas las gentes, pág. 687).
ASUMIENDO LA
RESPONSABILIDAD
7......Mientras Pilato procuraba de todos modos librarse de su
responsabilidad, ¿qué terrible maldición estuvieron dispuestos a tomar sobre
sí los líderes, sus descendientes y el pueblo judío? ¿Qué los indujo a desear
una condenación terrible tal sobre sí mismos y su nación?
Mateo 27:25.- Y respondiendo todo el pueblo,
dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y
sobre nuestros hijos.
“Cuando Pilato se declaró inocente de la sangre de Cristo, Caifás contestó desafiante: ‘Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros
hijos…’
“Mirando al herido Cordero de Dios, los judíos habían
clamado: ‘Su sangre sea sobre nosotros,
y sobre nuestros hijos’. Este
espantoso clamor ascendió al trono de Dios. Esa sentencia, que pronunciaron
sobre sí mismos, fue escrita
en el cielo. Esa oración fue
oída. La sangre del Hijo de Dios
fue como una maldición perpetua sobre sus hijos y los hijos de sus hijos.
“Esto se cumplió en forma espantosa en la
destrucción de Jerusalén y durante dieciocho siglos en la condición de la nación judía que fue como un sarmiento cortado de la vid,
una rama muerta y estéril, destinada a ser juntada y quemada.
¡De país a país a través del mundo,
de siglo a siglo, muertos, muertos en delitos y pecados!”
(El Deseado de todas las gentes, pág.
688).
PREGUNTAS DE
REFLEXIÓN
Si los judíos estuvieron tan errados en preferir a Barrabás antes
que a Cristo, ¿hay una posibilidad que podamos cometer errores similares?
¿Cómo?
Si el pueblo profeso de Dios hubiese pedido guía divina, ¿habrían
hecho las elecciones que hicieron?
¿Qué naturaleza debe predominar en nosotros a fin de poder
reconocer y aceptar al Hijo de Dios plenamente como nuestro Maestro y Salvador?
¿Qué se puede decir sobre aquella justicia humana que condenó al
inocente y absolvió al culpable?
PARA UN ESTUDIO
ADICIONAL
“Así hicieron su elección los dirigentes judíos. Su decisión fue
registrada en el libro que Juan vio en la mano de Aquel que se sienta en el
trono, el libro que ningún hombre podía abrir. Con todo su carácter vindicativo
aparecerá esta decisión delante de ellos el día en que este libro sea abierto
por el León de la tribu de Judá. “Los judíos abrigaban la idea de que eran los
favoritos del cielo, y que siempre habían de ser exaltados como iglesia de
Dios. Eran los hijos de Abrahán, declaraban, y tan firme les parecía el
fundamento de su prosperidad, que desafiaban al cielo y a la tierra a que los
desposeyeran de sus derechos. Sin embargo, mediante sus vidas de infidelidad,
se estaban preparando para la condenación del cielo y su separación de Dios” (Palabras de vida del gran Maestro, pág. 236).
No hay comentarios:
Publicar un comentario