“En toda ocasión y lugar, en
todas las tristezas y aflicciones,
cuando la perspectiva parece sombría y
el futuro nos deja perplejos y nos
sentimos impotentes y solos, se
envía el Consolador en respuesta
a la oración de fe. Las circunstancias pueden separarnos de todo amigo
terrenal, pero ninguna circunstancia ni
distancia puede separarnos del Consolador celestial. Dondequiera que estemos, dondequiera que vayamos, está siempre a
nuestra diestra para apoyarnos, sostenernos y animarnos” (El Deseado de todas las gentes,
pág. 623).
LA PROMESA
1......¿Qué promesa sumamente importante y reconfortante dio
Jesús a sus discípulos antes de la gran prueba de la crucifixión? Pronto Él iba
a regresar al Padre, pero ¿qué haría el otro Consolador?
Juan 14:16.- Y yo rogaré al Padre,
y os dará otro Consolador,
para que esté con vosotros para siempre.
“Antes de ofrecerse como víctima para el sacrificio, Cristo buscó el don más esencial
y completo que pudiese otorgar a sus seguidores, un don que pusiese a su alcance los ilimitados recursos de la gracia…
Antes de esto, el
Espíritu había estado en el mundo; desde el mismo principio de la obra de
redención había estado moviendo los corazones humanos. Pero mientras Cristo estaba en la tierra, los
discípulos no habían deseado otro ayudador. Y antes de verse privados de su presencia no sentirían su necesidad del
Espíritu, pero entonces vendría” (El Deseado de todas las gentes, pág. 622).
“Cuando Cristo dio a sus discípulos la promesa
del Espíritu, se estaba
acercando al fin de su ministerio terrenal. Estaba a la sombra de la
cruz, con una comprensión plena de la carga de culpa que estaba por descansar
sobre él como portador del pecado. Antes
de ofrecerse a sí mismo como víctima destinada al sacrificio, instruyó a sus discípulos en cuanto a la
dádiva más esencial y completa
que iba a conceder a sus seguidores: el don que iba a poner al alcance de ellos los recursos inagotables de
su gracia” (Los hechos de los
apóstoles, pág. 39).
CON ELLOS Y EN ELLOS
2......En este contexto, ¿qué dijo Jesús acerca del Espíritu
Santo? De acuerdo a sus palabras, ¿quiénes recibirán este don especial? ¿Cuán
íntima sería la relación entre el Espíritu de verdad y los discípulos del
Señor?
Juan 14:17.- El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve,
ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
“Cristo estaba por irse a su hogar celestial, pero aseguró a sus discípulos que enviaría al
Consolador que habitaría con
ellos para siempre. Todos pueden confiar implícitamente en la dirección
de ese Consolador. Es el Espíritu de
verdad; pero el mundo no puede
ver ni recibir esa verdad…” (A fin de conocerle, pág. 171).
“El Consolador es llamado el ‘Espíritu de verdad’. Su obra consiste en definir y mantener la
verdad. Primero mora en el
corazón como el Espíritu de verdad, y así llega a ser el Consolador. Hay
consuelo y paz en la verdad, pero no
se puede hallar verdadera paz ni consuelo en la mentira. Por medio de falsas teorías y tradiciones es como
Satanás obtiene su poder sobre la mente. Induciendo a los hombres a adoptar normas falsas, tuerce el
carácter. Por medio de las
Escrituras, el Espíritu Santo habla a la mente y graba la verdad en el corazón.
Así expone el error, y lo expulsa del alma. Por el Espíritu de verdad, obrando por la Palabra de Dios, es como Cristo subyuga a sí mismo a sus
escogidos” (El Deseado de todas
las gentes, pág. 624).
ENSEÑANDO Y TRAYENDO A LA MEMORIA
3......La enseñanza del Consolador ¿sería restringida o
limitada? ¿Qué traerá a nuestra memoria?
Juan 14:26.- Más el Consolador, el
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
él os enseñará todas las cosas, y os
recordará todo lo que yo os he dicho.
“Los discípulos no comprendían todavía las
palabras de Cristo en su sentido espiritual, y él volvió a explicarles su significado. Por el Espíritu, dijo, se
manifestaría a ellos. ‘El
Consolador, el Espíritu Santo,
al cual el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas’. Ya no diréis: No puedo comprender. Ya no veréis obscuramente como por un espejo. Podréis ‘comprender con todos los santos cuál sea la
anchura y la longura y la profundidad y la altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento’.
“Los discípulos habían de dar testimonio de la vida y obra de Cristo.
Por sus palabras él había de hablar a todos los pueblos sobre la haz de la
tierra. Pero en la humillación y muerte
de Cristo iban a sufrir gran prueba y chasco. A fin de que después de esto la palabra de ellos fuese exacta, Jesús prometió respecto al Consolador:
‘Os recordará todas las cosas que os
he dicho’” (El Deseado de todas
las gentes, págs. 623, 624).
4......¿Estaban los discípulos en condición de entender todo lo
que el Maestro deseaba enseñarles? Por lo tanto, ¿qué considerable labor haría
el Espíritu Santo en el momento apropiado?
Juan 16:12, 13.- (12) Aún tengo muchas cosas
que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. (13) Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
él os guiará a toda la verdad;
porque no hablará por su propia cuenta,
sino que hablará todo lo que oyere,
y os hará saber las cosas que habrán de
venir.
“Jesús había abierto delante de sus discípulos una vasta extensión de la
verdad. Pero les era muy difícil
impedir que en sus mentes se mezclaran sus lecciones con las tradiciones y máximas de los escribas y
fariseos. Habían aprendido a
aceptar las enseñanzas de los rabinos como voz de Dios, y esto dominaba todavía sus mentes y
amoldaba sus sentimientos. Las ideas
terrenales y las cosas temporales ocupaban todavía mucho lugar en sus
pensamientos. No comprendían
la naturaleza espiritual del reino de Cristo, aunque él se la había explicado tantas veces. Sus mentes se habían confundido.
No comprendían el valor de las
Escrituras que Cristo presentaba. Muchas de sus lecciones parecían no
hallar cabida en sus mentes. Jesús
vio que no comprendían el verdadero significado de sus palabras. Compasivamente, les prometió que el
Espíritu Santo les recordaría esos dichos. Y había dejado sin decir
muchas cosas que no podían ser comprendidas por los discípulos. Estas también
les serían reveladas por el Espíritu. El
Espíritu había de vivificar su entendimiento, a fin de que pudiesen apreciar las cosas celestiales. ‘Cuando viniere aquel Espíritu de verdad –dijo
Jesús, – él os guiará a toda
verdad’” (El Deseado de todas
las gentes, pág. 624).
INSPIRACIÓN PARA TESTIFICAR DE JESÚS
5......¿Qué otra misión llevaría a cabo el Espíritu Santo en el
nombre de Jesús?
Juan 16:14; 15:26.- (16:14) Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y
os lo hará saber… (15:26) Pero cuando venga el Consolador,
a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual
procede del Padre, él dará testimonio
acerca de mí.
“Acerca del Espíritu
dijo Jesús: ‘El me glorificará’.
El Salvador vino para glorificar al
Padre demostrando su amor; así el
Espíritu iba a glorificar a Cristo revelando su gracia al mundo. La
misma imagen de Dios se ha de reproducir en la humanidad. El honor de Dios, el honor de Cristo, están comprometidos en la
perfección del carácter de su pueblo” (El Deseado de todas las gentes, pág. 625).
“El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la
Divinidad, poniendo de
manifiesto el poder de la gracia
divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal”
(El evangelismo, pág. 446).
CAMBIO Y REGENERACIÓN
6......¿Qué obra profunda y poderosa es necesaria para
convencer a las personas de pecado y darles el deseo y poder de ser
transformados?
Juan 16:8-11.- (8) Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de
justicia y de juicio. (9) De pecado, por cuanto no
creen en mí; (10) de justicia, por cuanto voy
al Padre, y no me veréis más;
(11) y de juicio, por cuanto el
príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
“‘Cuando él [el Espíritu de verdad] viniere redargüirá al mundo de pecado, y de
justicia, y de juicio’. La predicación
de la palabra sería inútil sin la continua presencia y ayuda del Espíritu
Santo. Este es el único
maestro eficaz de la verdad divina. Únicamente cuando la verdad vaya al corazón acompañada por el Espíritu vivificará
la conciencia o transformará la vida. Uno podría presentar la letra de la Palabra de Dios, estar
familiarizado con todos sus mandamientos y promesas; pero a menos que el Espíritu Santo grabe la verdad, ninguna alma caerá sobre la Roca y será
quebrantada. Ningún grado de
educación ni ventaja alguna, por grande que sea, puede hacer de uno un conducto de luz sin la cooperación del
Espíritu de Dios. La siembra de
la semilla del Evangelio no tendrá éxito a menos que esa semilla sea vivificada
por el rocío del cielo. Antes que un solo libro del Nuevo Testamento fuese
escrito, antes que se hubiese predicado un sermón evangélico después de la
ascensión de Cristo, el Espíritu Santo
descendió sobre los apóstoles que oraban. Entonces el testimonio de sus
enemigos fue: ‘Habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina’” (El Deseado de todas las gentes,
pág. 625).
PROMESA Y OBEDIENCIA
7......La gran promesa del Espíritu Santo dada por el Señor ¿fue
limitada sólo para los discípulos del primer siglo? ¿A quiénes ha dado este
don especial?
Hechos 2:39; 5:32.- (2:39) Porque para vosotros es la
promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos
el Señor nuestro Dios llamare... (5:32) Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha
dado Dios a los que le obedecen.
“Cristo prometió el don del Espíritu Santo a su iglesia, y la
promesa nos pertenece a nosotros
tanto como a los primeros discípulos. Pero como toda otra promesa, nos es dada bajo condiciones. Hay muchos que creen y profesan aferrarse
a la promesa del Señor; hablan
acerca de Cristo y acerca del Espíritu Santo, y sin embargo no reciben beneficio alguno. No entregan su alma para que sea guiada
y regida por los agentes divinos. No
podemos emplear al Espíritu Santo. El
Espíritu ha de emplearnos a nosotros. Por el Espíritu obra Dios en su pueblo ‘así el querer como el hacer, por su
buena voluntad’. Pero muchos no
quieren someterse a eso. Quieren
manejarse a sí mismos. Esta es la
razón por la cual no reciben el don celestial. Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan para tener su dirección y gracia,
se da el Espíritu. El poder de Dios aguarda
que ellos lo pidan y lo reciban. Esta bendición prometida, reclamada
por la fe, trae todas las demás bendiciones en su estela. Se da según las riquezas de la gracia de Cristo, y él está listo para
proporcionarla a toda alma según su capacidad para recibirla” (El Deseado de todas las gentes,
pág. 626).
“Dejemos de mirarnos a nosotros mismos, y miremos hacia Él,
de quien provienen todas las virtudes. Nadie
puede mejorarse a sí mismo, sino que hemos de acudir a Jesús como somos, deseando fervientemente ser limpiados de
toda mancha y suciedad de pecado, y recibir el don del Espíritu Santo.
Por medio de la fe viviente debemos
asirnos de su promesa…” (Reflejemos a Jesús, pág. 205).
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
¿Qué
condiciones espirituales predominaron en la iglesia primitiva cuando el Señor
concedió el don del Espíritu?
¿Qué
maravillosos efectos siguieron al descenso del Espíritu en la predicación del
mensaje?
¿Cuál es el propósito
divino de dar el Espíritu de verdad a su pueblo hoy?
PARA UN ESTUDIO ADICIONAL
El
Deseado de todas las gentes, págs. 668-672. “Cristo determinó que
cuando Él ascendiera de esta tierra impartiría un don sobre aquellos que habían
creído en Él y aquellos que iban a creer en Él. ¿Qué don podría impartir que
fuera lo suficientemente rico para distinguir y adornar su ascensión al trono
mediador? Debería ser digno de su grandeza y realeza. Determinó dar su
representante, la tercera persona de la divinidad. Este don no podría ser
superado. Él daría todos los dones en uno, y por lo tanto el Espíritu divino,
ese poder convertidor, iluminador, y santificador, sería su donación” (My Life Today, pág. 36).
“Hay
quienes se han preguntado, ¿qué debo hacer para recibir el Espíritu Santo?
Pídele a Dios que examine tu alma como bajo la luz de un candil. No hagas nada
por satisfacción egoísta... Supongamos que los profesos seguidores de Cristo
son sus representantes en la tierra. ¿Acaso no verían esto los mundanos y
tomarían conocimiento de lo que habrían aprendido de Jesús? ¿No sería esto un
poder? Queremos la religión de Cristo. Pero ella debe manifestar los frutos del
amor, el gozo y la paz” (El Cristo triunfante, pág. 302).
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