“La influencia del Espíritu Santo es la
vida de Cristo en el alma. No
vemos a Cristo ni hablamos con él, pero su Espíritu Santo está igual de cerca
de nosotros en un lugar como en otro. Obra en todo aquel que recibe a
Cristo. Los que permanecen en el
Espíritu revelan los frutos del Espíritu, amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe” (Manuscript 41, 1897) (Comentario
Bíblico Adventista del Séptimo Día, tomo 6, pág. 1112).
EL ÁRBOL CRISTIANO Y SU FRUTO
1.....¿A
qué se compara el cristiano en las Sagradas Escrituras? ¿Quién es el árbol de
la vida cuyas ramas se extienden hacia nuestro mundo?
Salmos 1:1-3.- (1)
Bienaventurado el varón que no anduvo en
consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de
escarnecedores se ha sentado; (2) Sino que en la
ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. (3) Será como
árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su
tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.
“El hombre que ama a Dios medita en la ley
de Dios día y noche. Insta a tiempo y fuera de tiempo. Lleva fruto de una rama conectada vitalmente con la Vid. Cuando tiene oportunidad, hace el bien;
y en todas partes, en todo momento y en todo lugar, encuentra oportunidad de
trabajar para Dios. Es uno de los
árboles perennes del Señor; y lleva la fragancia con él donde quiera que vaya.
Un ambiente sano rodea su alma. La belleza de su vida bien ordenada y
una conversación piadosa inspira fe, esperanza y valor en los demás. Este es el cristianismo en la práctica.
Tratar de ser un árbol de hoja
perenne. Utiliza el ornamento de un espíritu afable y apacible, que es
de gran precio ante los ojos de Dios. Aprecia
la gracia del amor, gozo, paz, paciencia, benignidad. Este es el fruto del
árbol cristiano. Plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su
tiempo…
“Para todos los que creen, Él [Cristo] es
como el árbol de vida en medio del paraíso de Dios. Sus ramas llegan a este mundo, para que así
las bendiciones que Él ha comprado para nosotros puedan ser puestas a nuestro
alcance... Él nos ha dado un Consolador, el Espíritu Santo, que nos
presentará el precioso fruto del árbol de la vida. De este árbol podemos arrancar y comer, y entonces podemos guiar a
otros al mismo, para que ellos también puedan comer” (My Life Today, p. 50).
2.....Mencione
los frutos del Espíritu Santo.
Gálatas 5:22-23 pp.- (22)
Más el fruto
del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, (23) mansedumbre,
templanza.
“Cuando uno ha quedado completamente
despojado del yo, cuando todo
falso dios es excluido del alma, el
vacío es llenado por el influjo del Espíritu de Cristo. El tal tiene la
fe que purifica el alma de la contaminación. Queda conformado con el Espíritu, y obedece a las cosas del Espíritu.
No tiene confianza en si mismo.
Para él, Cristo es todo y está en
todo. Recibe con mansedumbre la
verdad que le es constantemente revelada, y da al Señor toda la gloria,
diciendo: ‘Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu’. ‘Y nosotros hemos
recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que
conozcamos lo que Dios nos ha dado’ (1 Corintios 2:10, 12).
“El Espíritu revelador también obra en él
los frutos de justicia. Cristo
está en él, como ‘fuente de agua que salte para vida eterna’ (Juan
4:14). El es un sarmiento de
la Vid verdadera y produce ricos racimos de fruta para gloria de Dios.
¿Cuál es el carácter del fruto producido? El
fruto del Espíritu es ‘caridad’, no odio; ‘gozo’, no descontento y aflicción;
‘paz’, no irritación, ansiedad y pruebas fabricadas. Es ‘tolerancia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza’ (Gálatas 5:22, 23)” (Obreros Evangélicos, pág. 304).
LLEVANDO FRUTO EN ABUNDANCIA
3.....¿Qué
hace posible que el pecador sea capaz de producir los frutos del Espíritu?
Salmos 143:10.- Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú
eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
Jeremías 17:7-8.- (7)
Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya
confianza es Jehová. (8) Porque será
como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus
raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará
verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
“El
hombre, el hombre caído puede ser
transformado por la renovación de la mente, para que pueda experimentar
‘cuál sea la voluntad de Dios, agradable y perfecta.’ ¿Cómo puede experimentar esto? Mediante el Espíritu Santo que toma posesión de su mente, espíritu,
corazón y carácter. ¿De dónde
viene esta experimentación? ‘Hemos
llegado a ser un espectáculo ante el mundo, los ángeles y ante los hombres.’
Los frutos de la verdadera obra
realizada por el Espíritu Santo son evidentes en el carácter.
“Así como un buen árbol da buenos frutos,
también el árbol que sea plantado en el huerto del Señor producirá frutos para
vida eterna. Los pecados
dominantes son abandonados, los malos pensamientos no tienen cabida en la
mente, y los hábitos pecaminosos son desalojados del templo interior. Las
tendencias orientadas en un rumbo equivocado son encaminadas en la dirección
correcta. Las propensiones y los malos
sentimientos son desarraigados, nuevos
principios de acción son puestos en obra y hay una nueva norma de carácter...
Los frutos que produce el árbol
cristiano son un temperamento santo y emociones santificadas, los
cuales son el resultado de una
transformación completa. Esta es la obra que debe realizarse” (Seventh-day Adventist Bible Commentary, vol. 6, p. 1080).
4.....¿Qué
es esencial para llevar el fruto del Espíritu y así glorificar a Dios?
Juan 15: 5.- Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo
en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer…
Juan 15: 7-8.- (7)
Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. (8) En esto es glorificado
mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
“El estar en Cristo significa recibir
constantemente de su Espíritu, una
vida de entrega sin reservas a su servicio. El conducto de comunicación debe mantenerse continuamente abierto
entre el hombre y su Dios. Como
el sarmiento de la vid recibe constantemente la savia de la vid viviente, así hemos de aferrarnos a Jesús
y recibir de él por la fe la fuerza y la perfección de su propio carácter.
“La raíz envía su nutrición por el sarmiento
a la ramificación más lejana. Así
comunica Cristo la corriente de su fuerza vital a todo creyente. Mientras el alma esté unida con Cristo,
no hay peligro de que se marchite o decaiga.
“La
vida de la vid se manifestará en el fragante fruto de los sarmientos…
“Cuando vivamos por la fe en el Hijo de
Dios, los frutos del Espíritu se verán en nuestra vida; no faltará uno solo”
(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 630).
“Los que tienen esa unión con Cristo lo
manifestarán en espíritu, en palabras y en obras. La profesión no es
nada a menos que de palabra y de hecho se revele el buen fruto. La unidad, comunión de unos con otros y
con Cristo: ése es el fruto que lleva cada pámpano de la vid viviente.
El alma purificada, nacida de nuevo, tiene un testimonio claro y distinto para
dar” (Alza Tus Ojos, pág. 295).
5.....¿Cómo
podemos llevar fruto en abundancia?
Colosenses 1:10-11.- (10)
Para que andéis como es digno del Señor, agradándole
en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de
Dios; (11) Fortalecidos
con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y
longanimidad.
“Dios toma a los hombres como son, y los
educa para su servicio, si quieren
entregarse a él. El Espíritu de
Dios, recibido en el alma, vivificará todas sus facultades. Bajo la dirección del Espíritu Santo, la
mente consagrada sin reserva a Dios, se desarrolla armoniosamente y se fortalece para comprender y cumplir
los requerimientos de Dios. El
carácter débil y vacilante se transforma en un carácter fuerte y firme.
La devoción continua establece una relación tan íntima entre Jesús y su
discípulo, que el cristiano llega a
ser semejante a Cristo en mente y carácter. Mediante su relación con Cristo, tendrá miras más claras y más amplias.
Su discernimiento será más penetrante,
su juicio mejor equilibrado. El que anhela servir a Cristo queda tan
vivificado por el poder del Sol de justicia, que puede llevar mucho fruto para
gloria de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág.
216).
FRUTO Y CARÁCTER
6.....¿Qué
se revela mediante los frutos que produce una persona?
Mateo 7:16-17.- (16)
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se
recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? (17) Así, todo
buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
“Cristo anhela recibir de su viña el fruto
de santidad y abnegación. Busca
los principios de amor y bondad. Toda
la belleza del arte no puede compararse con la belleza del temperamento y del
carácter que se han de revelar en los que son representantes de Cristo.
La atmósfera de la gracia que rodea el alma del creyente, el Espíritu Santo que
trabaja en la mente y el corazón, son los que hacen de él un sabor de vida para
vida, y permiten que Dios bendiga su obra” (Palabras de Vida
del Gran Maestro, pág. 239).
“El Salvador declaró: “Por sus frutos los conoceréis”. Todos los que sigan verdaderamente a
Cristo llevarán frutos para su gloria. Su
vida testifica que el Espíritu de Dios ha realizado una buena obra en ellos, y
dan frutos para la santidad. Su
vida es elevada y pura. Las
acciones correctas son el fruto inequívoco de la verdadera piedad, y
los que no llevan frutos de esta clase revelan que no tienen experiencia en las
cosas de Dios. No son uno con la Vid” (Mensajes para los Jóvenes, pág.
267).
“Hablemos y obremos para que nuestros
frutos puedan ser de justicia, y dejemos brillar nuestra luz en buenas obras.
La profesión no significa nada. Dios aprobará solamente una vida piadosa…”
(Alza tus ojos, pág. 152).
7.....¿Por
cuánto tiempo dará fruto el árbol cristiano?
Salmos 92:12-15.- (12)
El justo florecerá como la palmera; crecerá
como cedro en el Líbano. (13) Plantados en la
casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. (14) Aun en la
vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, (15) Para anunciar
que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.
“Vuestra experiencia no debería consistir
en diez, veinte o treinta años de edad, sino que deberíais tener una experiencia diaria y vital a fin de
poder dar a cada uno su porción de comida a su debido tiempo. Mirad hacia adelante y no hacia atrás.
Que nunca os veáis obligados a forzar vuestra memoria a fin de referir alguna
experiencia ocurrida en el pasado. ¿Qué valor tendría hoy para vosotros o
para los demás? Si bien es cierto que apreciáis todo lo bueno de vuestra
experiencia pasada, también deseáis una experiencia más brillante y fresca a
medida que avanza vuestra edad. No os
jactéis de lo que habéis hecho en el pasado, sino demostrad lo que podéis hacer ahora. Dejad que os alaben vuestras
obras y no vuestras palabras. Poned
a prueba la promesa de Dios, según la cual los que están ‘plantados en la casa
de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán;
estarán vigorosos y verdes, para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y
que en él no hay injusticia’ (Salmos 92:13- 15). Mantened jóvenes vuestro corazón y
vuestra mente mediante el ejercicio continuo. –The Review and Herald, 6 de abril de 1886. Mensajes Selectos, Tomo 2,
pág. 253.
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“Si os acercáis a Jesús, y tratáis de adornar vuestra profesión con
una vida bien ordenada y una conversación piadosa, vuestros pies serán
guardados de extraviarse en sendas prohibidas. Si tan sólo queréis velar, velar continuamente en oración, y tan
sólo hacéis todo como si estuvieseis en la presencia inmediata de Dios, seréis
salvados de caer en la tentación, y podréis esperar llevar hasta el fin una
vida pura, sin mancha ni contaminación. Si
mantenéis firme hasta el fin el principio de vuestra confianza, vuestros caminos serán afirmados en Dios,
y lo que la gracia empezó, lo coronará
la gloria en el reino de nuestro Dios. Los
frutos del Espíritu son amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. Si Cristo está en nosotros
crucificaremos la carne con sus afectos y concupiscencias” (El Hogar Cristiano, pág.
307).
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