“Los fariseos habían exaltado los cuatro
primeros mandamientos, que señalaban
el deber del hombre para con su Hacedor, como si fuesen de mucho mayor consecuencia que los otros seis,
que definen los deberes del hombre para
con sus semejantes. Como resultado, les faltaba piedad práctica. Jesús había demostrado a la gente su gran
deficiencia y había enseñado la necesidad de las buenas obras, declarando
que se conoce el árbol por sus frutos.
Por esta razón, le habían acusado de exaltar los últimos seis mandamientos más que
los primeros cuatro” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 559, 560).
OTRA PRUEBA
1.....¿Estaban convencidos los fariseos de que el
mensaje de Jesús vino del cielo? ¿Qué pregunta le hizo un experto en la ley
para probarlo nuevamente?
Marcos
12:28.- Acercándose
uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que
les había respondido bien, le preguntó:
¿Cuál es el primer mandamiento de
todos?
Mateo 22:34, 35.- Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley,
preguntó por tentarle.
EL FUNDAMENTO DE LOS MANDAMIENTOS
2.....¿Cómo respondió el Señor a esta pregunta?
Explica el texto sobre el cual basó su respuesta.
Marcos
12:29.- Jesús le
respondió: El primer
mandamiento de todos es: Oye,
Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Deuteronomio
6:4.- Oye, Israel: Jehová
nuestro Dios, Jehová uno es.
Éxodo
20:2, 3.- Yo soy
Jehová tu Dios, que te
saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
“Los mandamientos
de Dios son abarcantes y de gran amplitud. En unas pocas palabras, despliegan todo el deber del hombre”
(Mensajes
Selectos, tomo 1, pág. 377).
Pregunta para meditar: ¿Qué es evidente cuando se compara este
versículo con el primero de los Diez Mandamientos?
“El que proclamó la ley desde el Sinaí, y entregó a Moisés los preceptos de la ley
ritual, es el mismo que pronunció
el sermón sobre el monte. Los grandes
principios del amor a Dios, que
él proclamó como fundamento de la ley y los profetas, son sólo una
reiteración de lo que él había dicho por medio de Moisés al pueblo hebreo:
‘Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová
uno es. Y amarás a Jehová tu
Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder’. Y ‘amarás a tu prójimo como a ti mismo’
(Deuteronomio 6:4, 5; Levítico 19:18.) El
Maestro es el mismo en las dos dispensaciones. Las demandas de Dios son las mismas. Los principios de su gobierno son los mismos. Porque todo procede
de Aquel ‘en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación’ (Santiago 1:17)” (Patriarcas y Profetas, pág. 390).
3.....Según la Biblia, ¿cuál es el resultado de
aceptar al Señor como el único Dios verdadero? Dado que este es el primer mandamiento,
¿qué lugar debería tener el Señor en nuestras vidas?
Deuteronomio
6:4-5.- Oye, Israel: Jehová
nuestro Dios, Jehová uno es. Y
amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas.
“Pero se chasquearán los que esperan
contemplar un cambio mágico en su carácter sin que haya un esfuerzo decidido de
su parte para vencer el pecado. Mientras
contemplemos a Jesús, no
tendremos razón para temer, no
tendremos razón para dudar que Cristo es capaz de salvar hasta lo último a
todos los que acuden a él. Pero podemos temer constantemente, para que
nuestra vieja naturaleza no gane otra vez la supremacía, no sea que el enemigo
invente alguna trampa por la cual seamos otra vez sus cautivos. Hemos de ocuparnos de nuestra salvación
con temor y temblor, pues Dios es
el que obra en vosotros el querer y el hacer su buena voluntad. Con nuestras facultades limitadas, hemos
de ser tan santos en nuestra esfera como Dios es santo en la suya. Hasta donde alcance nuestra capacidad, hemos de manifestar la verdad, el amor y
la excelencia del carácter divino. Así
como la cera recibe la impresión del sello, así el alma ha de recibir la impresión del Espíritu de Dios y ha de
retener la imagen de Cristo. Hemos de crecer diariamente en belleza
espiritual” (Mensajes
Selectos, tomo 1, págs. 395, 396).
4.....En armonía con estos versículos, ¿cómo
deberíamos amara Dios? ¿Lo tenemos realmente a Él como el más grande y el
primero en nuestra vida diaria?
Marcos
12:30.- Y amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Mateo
22:37.- Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
“Los primeros cuatro de los Diez Mandamientos
delinean nuestro deber hacia nuestro Creador. El que obra con falsedad en su relación con Dios, no puede obrar con verdad en su relación
con su prójimo. El que ama a
Dios supremamente, amará a su prójimo como a sí mismo. El orgullo se transforma en vanidad y conduce al agente humano a hacer un dios
de sí mismo. El Evangelio de
Cristo santifica el alma y expele el amor a sí mismo” (Testimonios
Iglesia, tomo 9, pág. 170).
“Así también se pide a
los cristianos que presenten sus cuerpos en ‘sacrificio vivo, santo, acepto a
Dios.’ Para ello, todas sus facultades deben conservarse en la mejor condición
posible. Toda costumbre que tienda a
debilitar la fuerza física o mental incapacita al hombre para el servicio de su
Creador. ¿Y se complacerá
Dios con menos de lo mejor que podamos ofrecerle? Cristo dijo: ‘Amarás
al Señor tu Dios de todo tu corazón.’ Los
que aman a Dios de todo corazón desearán darle el mejor servicio de su vida
y tratarán siempre de poner todas las facultades de su ser en armonía con las
leyes que aumentarán su aptitud para hacer su voluntad. No debilitarán ni mancharán la ofrenda que presentan a su Padre
celestial abandonándose a sus apetitos o pasiones” (El Conflicto de
los Siglos, pág. 528).
LAS CONSECUENCIAS DE PONER A DIOS PRIMERO
5.....¿A quién también amará alguien sinceramente
si ama al Señor con todo su corazón?
Mateo
22:39.- Y el segundo es
semejante: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo.
Marcos
12:31.- Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que
éstos.
Pregunta para meditar: ¿En qué sentido no hay otro mandamiento
mayor que este?
“Los primeros cuatro mandamientos del Decálogo están resumidos en
el primer gran precepto: ‘Amarás
al Señor tu Dios de todo tu corazón.’ Los últimos seis están incluidos en el otro: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’.
Estos dos mandamientos son la
expresión del principio del amor. No
se puede guardar el primero y violar el segundo, ni se puede guardar el segundo mientras se viola el primero.
Cuando Dios ocupe en el trono del corazón su lugar legítimo, nuestro prójimo recibirá
el lugar que le corresponde. Le amaremos como a nosotros mismos. Únicamente cuando amemos a Dios en forma
suprema, será posible amar a nuestro prójimo imparcialmente” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 560).
6.....¿Cuánto depende de estos dos mandamientos? ¿Qué
quiere decir esto?
Mateo
22:40.- De estos dos
mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Pregunta para meditar: Al dar estos dos grandes mandamientos, ¿enseñó
el Señor que todos los demás mandamientos están abolidos, como algunos piensan?
“Y puesto que todos los mandamientos están resumidos
en el amor a Dios y al prójimo, se
sigue que ningún precepto puede quebrantarse sin violar este principio.
Así enseñó Cristo a sus oyentes que la
ley de Dios no consiste en cierto número de preceptos separados, algunos de los cuales son de gran
importancia, mientras otros tienen poca y pueden ignorarse con impunidad. Nuestro
Señor presenta los primeros cuatro y los últimos seis mandamientos como un
conjunto divino, y enseña que el amor a Dios se manifestará por la
obediencia a todos sus mandamientos” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 560).
7.....En este punto, ¿qué reconoció el experto en
la ley al compararlos dos grandes mandamientos y el sistema de sacrificios? Por
lo tanto, ¿cuál debería ser el motivo de cada acción en la vida?
Marcos
12:32-34.- Entonces el
escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él;
y el amarle con todo el corazón, con
todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo
como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido
sabiamente, le dijo: No estás
lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
“El escriba que había interrogado a Jesús estaba bien instruido en la
ley y se asombró de sus palabras. No
esperaba que manifestase un conocimiento tan profundo y cabal de las Escrituras.
Obtuvo una visión más amplia de los
principios básicos de los preceptos sagrados. Delante de los sacerdotes y gobernantes congregados, reconoció honradamente que Cristo había
dado la debida interpretación a la ley” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 561).
PARA MEDITAR
“El escriba estaba cerca del reino de
Dios porque reconocía que las obras de justicia son más aceptables para Dios
que los holocaustos y sacrificios. Pero necesitaba reconocer el carácter divino de Cristo, y por la fe en él recibir el poder para
hacer las obras de justicia. El servicio
ritual no tenía ningún valor a menos que estuviese relacionado con Cristo por
una fe viva. Aun la ley moral no cumple su propósito a menos que se
entienda en su relación con el Salvador. Cristo
había demostrado repetidas veces que la ley de su Padre contenía algo más
profundo que sólo órdenes autoritarias. En la ley se encarnaba el mismo principio revelado en el Evangelio.
La ley señala su deber al hombre y le
muestra su culpabilidad. Este debe buscar en Cristo perdón y poder para
hacer lo que la ley ordena” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 561, 562).
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