miércoles, 3 de junio de 2015

Lección 23 | Preparación para la lluvia tardía, Parte 1


Debemos orar fervientemente por la venida del Espíritu Santo así como los discípulos oraron en el Día de Pentecostés. Si ellos lo necesitaban en ese momento, lo necesitamos aún más hoy(Eventos de los últimos Días, pág. 193).

EL DON DEL ESPÍRITU SANTO
1.....¿Qué deseo debe tener cada creyente?
Salmos 143:10.- Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
Otras versiones traducen este versículo de la siguiente manera: Enséñame a hacer tu voluntad, por­que tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra firme.” Biblia de las Américas (1995). “Enséñame a hacer tu voluntad; porque tú eres mi Dios: que tu buen Espíritu me guíe en un país llano” – Biblia Darby. “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Tu buen Espíritu me guiará a la tierra derecha– Biblia Douay-Valera.
2 Reyes 2:9.- Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.
Ruego a los miembros de cada igle­sia que busquen ahora la mayor ben­dición que el Cielo puede otorgar, el Espíritu Santo. Si buscan con fe una medida mayor del Espíritu de Dios, estarán constantemente recibiéndola y comunicándola. Diariamente recibi­rán una provisión fresca, su experien­cia cotidiana será enriquecida con la abundante corriente del amor. Delan­te de ustedes yacen vastos campos de verdad, vastas fuentes de poder. Que la oración diaria sea: “Quita de noso­tros lo que quieras quitar, pero no nos prives de tu Santo Espíritu”. Debemos tener el don del Espíritu Santo”. Alza tus Ojos, pág. 141.

CELOSOS Y ASTUTOS
2.....¿Qué está dispuesto a dar el Señor a los que le pidan con todo su corazón? ¿Para quién pidió Jesús el bautismo diario del Espíritu?
Mateo 7:11.- Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
Cristo estaba continuamente reci­biendo del Padre a fin de poder impar­tírnoslo…. no para sí mismo, sino para los demás. De las horas pasadas en comunión con Dios él volvía mañana tras mañana, para traer la luz del cie­lo a los hombres. Diariamente recibía un nuevo bautismo del Espíritu Santo”. –Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 105.
Puesto que éste es el medio por el cual hemos de recibir poder, ¿por qué no tener más hambre y sed del don del Espíritu? ¿Por qué no ha­blamos de él, oramos por él y predi­camos respecto a él?... Cada obre­ro debiera elevar su petición a Dios por el bautismo diario del Espíritu”. La Maravillosa Gracia de Dios, pág. 219.

UNIDAD PERFECTA
3.....¿Qué hizo posible que los discípulos recibieran el Espí­ritu Santo? ¿Y cuál fue el re­sultado?
Hechos 2:1.- Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos
Hechos 5:42.- Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo
Hechos 8:25.- Y ellos, habiendo tes­tificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anun­ciaron el evangelio.
1 Corintios 1:10.- Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
1 Corintios 12:12.- Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
“Notemos que el Espíritu fue derrama­do después que los discípulos hubie­ron llegado a la unidad perfecta, cuan­do ya no contendían por el puesto más elevado. Eran unánimes. Habían desechado todas las diferencias. Y el testimonio que se da de ellos después que les fue dado el Espíritu es el mis­mo. Notemos la expresión: “Y la multi­tud de los que habían creído era de un corazón y un alma...’ (Hechos 4:32). El Es­píritu de Aquel que había muerto para que los pecadores vivieran animaba a toda la congregación de los creyentes.
Los discípulos no pidieron una bendi­ción para ellos mismos. Sentían preocu­pación por las almas. El evangelio había de ser proclamado hasta los confines de la tierra y solicitaban la medida de poder que Cristo había prometido. Entonces fue cuando se derramó el Espíritu Santo y miles se convirtieron en un día”. Testi­monios para la Iglesia, Tomo 8, pág. 27, 28.

4.....¿Por qué debe luchar hoy la iglesia en particular?
Romanos 15:6.- Para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Efesios 4:1-6.- (1) Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, (2) con toda humildad y manse­dumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, (3) solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; (4) un cuerpo, y un Espí­ritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra voca­ción; (5) un Señor, una fe, un bautismo, (6) un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
La respuesta puede venir con celeri­dad repentina y con poder abrumador, o puede demorarse por días y semanas, y nuestra fe ser probada. Pero Dios sabe cómo y cuándo contestar nuestra ora­ción. Nuestra parte del trabajo es poner­nos en conexión con el canal divino. Dios es responsable por su parte del trabajo. Fiel es el que ha prometido. El asunto grande, e importante para nosotros es ser de un corazón y mente, desechando toda envidia y malicia y, como humildes suplicantes, velar y esperar. Jesús, nues­tro Representante y Cabeza, está listo para hacer por nosotros lo que hizo por los que estaban orando y velando en el Día de Pentecostés”. The Spirit of Prophecy 3:272 (1878); Eventos de los Últimos Días, pág. 165.
Así puede suceder ahora. Desechen los cristianos todas las disensiones, y entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición prometida, y ella les vendrá”. Testimonios para la Iglesia, Tomo 8, pág. 28.

CONSAGRACIÓN, FE Y SINCERIDAD
5.....¿Qué otras condiciones de­ben cumplirse para que el Se­ñor conceda las peticiones de su pueblo?
Romanos 12:11.- En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.
1 Corintios 15:58.- Así que, herma­nos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
“Cuando tengamos una consagración completa y sincera al servicio de Cristo, Dios reconocerá el hecho mediante un derramamiento de su Espíritu sin medi­da; pero esto no ocurrirá mientras la ma­yor parte de la iglesia no esté trabajando juntamente con Dios. –The Review and He­rald, 21 de julio de 1896. Evangelismo, pág. 507.
Cada individuo tiene la obligación de dar a otros la verdad que posee. No debe permitirse nada que impida que el sier­vo de Cristo haga brillar su luz sobre sus conciudadanos... Debiéramos crecer diariamente en nuestra capacidad de hacer la preciosa obra de ganar almas para Cristo. ¡Es una obra tan preciosa y satisfactoria! Y todo el Cielo está espe­rando que haya canales por medio de los cuales pueda derramar el aceite ce­lestial para refrescar y fortalecer las almas necesitadas. El Señor protegerá y guiará a los que permitan que la plenitud de El fluya de sus labios en alabanza agradeci­da, y que trabajen por medio de obras de caridad y amor, para bendecir a la huma­nidad. Tales obreros serán agentes con­sagrados a Dios”… Reflejando a Jesús, pág. 94.

6.....¿Qué otro factor es esencial para recibir el don del Espíritu Santo? ¿En qué medida será recibido?
Mateo 21:22.- Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
1 Corintios 2:5.- Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Hebreos 11:6.- Pero sin fe es imposi­ble agradar a Dios; porque es nece­sario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan
La medida del Espíritu Santo que reci­bamos estará en proporción a la me­dida de nuestro deseo de recibirlo y de la fe que ejerzamos para ello, y del uso que hagamos de la luz y el cono­cimiento que se nos dé. No estamos suficientemente dispuestos a importu­nar al Señor con nuestras peticiones y pedirle el don del Espíritu Santo. El Se­ñor quiere que lo importunemos con este asunto. Quiere que insistamos con nuestras peticiones ante el trono”. –Eventos de los Últimos Días, pág. 161.
Que los cristianos... pidan con fe la bendición prometida, y la recibirán. El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue la lluvia temprana, y gloriosos fueron los resultados. Pero la lluvia tardía será aún más abundan­te. –The Signs of the Times, 17 de febrero de 1914; Evangelismo, pág. 508.

7.....¿Qué podemos esperar si pe­dimos fervorosa y sincera­mente el Espíritu Santo?
Salmos 145:18.- Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras.
Proverbios 15:29.- Jehová está lejos de los impíos; pero él oye la oración de los justos.
A Jesús, quien se entregó por ente­ro para la salvación de la humanidad perdida, se le dio sin medida el Es­píritu Santo. Así será dado también a cada seguidor de Cristo siempre que le entregue su corazón como mora­da. Nuestro Señor mismo nos ordenó: “Sed llenos de Espíritu”, y este man­damiento es también una promesa de su cumplimiento. Era la voluntad del Padre que en Cristo “habitase toda la plenitud”; y “vosotros estáis completos en él’ (Colosenses 1:19; 2:10). –DMJ, pág. 22.
*******
El descenso del Espíritu Santo sobre la iglesia es esperado como si se tratara de un asunto del futuro; pero es el privilegio de la iglesia tenerlo ahora mismo. Buscadlo, orad por él, creed en él. Debemos tenerlo, y el cielo está esperando concederlo”. –Evangelismo, pág. 508.
“Se me mostró que si el pueblo de Dios no hace ningún esfuerzo de su parte, sino que esperan que el refrigerio venga sobre ellos y les quite sus defectos y corrija sus errores; si dependen de eso para ser limpiados de contaminación de la carne y el espíritu y ser preparados para participar en el fuerte clamor del tercer ángel, serán hallados faltos. El refrigerio o poder de Dios viene únicamente sobre los que se han preparado para recibir­lo, al hacer la obra que Dios les ordena; a saber, limpiarse de toda impureza de la carne y el espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. Testimonios para la Iglesia, Tomo 1, pág. 536.




No hay comentarios:

Publicar un comentario