En
la mañana de este día, un niño se acercó,
a
una joven angustiada, una sonrisa le
mostró,
ella
triste y agobiada, furiosa se mostró,
ante
el gesto de este niño, que casi le pegó.
El
niño tuvo miedo, así que se alejó,
pasó
15 minutos y a la joven la buscó
ella
no entendía, porque se regresó,
solo
observaba, hasta que el niño exclamó.
Recuerde
señorita, si usted se molestó
no
fue mi intención, perdone aclamó
la
joven más tranquila, disculpas le pidió,
y
le dijo a ese niño que un trauma hoy vivió
el
niño asombrado, con timidez la abrazó,
y
le dijo que a él, alguien lo ayudó.
¿Sabes?
Amiguita, Dios me consoló,
cuando
creí que estaba solo, el me protegió,
también
sediento estaba, y mi sed se la sació,
con
gotas de agua viva, el me restauró,
la
chica sonriendo, al niño lo besó
y
le dijo muchas gracias, un ángel te envió
pues
sanaste mis heridas, yo sé que te dolió
que
comportara muy cruel, que hasta lloró
el
niño tan pequeño, sus lágrimas secó
Y
le dijo que a los dos, Cristo los unió
la
joven con el niño, a la iglesia asistió,
experiencia
inolvidable, aquella que vivió,
pues
los dos reconocieron que Cristo los salvó
y el niño muy contento junto a ella se quedó.
(Rosa Beatriz Moreno Dávalos)
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