“… ¡cuánto se debe a las labores de Pablo y
sus colaboradores cuando, con el Evangelio del Hijo de Dios,
hicieron su viaje inadvertido de Asia a las costas de Europa!
“¿Cuánto vale para cualquier vida el haber
sido instrumento de Dios para poner en movimiento semejantes
influencias benéficas? ¿Cuánto valdrá en la eternidad poder ver
los resultados de semejante obra?” (La Educación, pág. 70).
PABLO EN ANTIOQUÍA Y EFESO
1.
¿Cuál fue el tema de la predicación de Pablo en sus diferentes viajes misioneros?
¿Qué repercusión tuvo este mensaje en los judíos y en el procónsul? Hechos
18:5, 12-15.
Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia,
Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando
a los judíos que Jesús era el Cristo. Pero siendo Galión
procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo
contra Pablo, y le llevaron al tribunal, diciendo:
Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley. Y al
comenzar Pablo a hablar, Galión dijo a los judíos: Si
fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os
toleraría. Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres,
y de
vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no
quiero ser juez de estas cosas.
“Les
habló de la vida de Cristo en esta tierra, y de su cruel muerte de ignominia.
Les
dijo cómo el Señor de la vida había roto las barreras de la tumba,
y se
había levantado triunfante de la muerte. Repitió la comisión del
Salvador a sus discípulos: ‘Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra. Por tanto id, y doctrinad a todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo’ (Mat.28:18, 19). Les
habló también de la promesa de Cristo de enviar el Consolador, por cuyo
poder se realizarían poderosas señales y prodigios, y describió
cuán gloriosamente esta promesa se había cumplido el día de Pentecostés”
(Hechos
de los Apóstoles, pág. 229).
“Como
resultado de estas acusaciones, los discípulos fueron conducidos
repetidas veces ante las autoridades; pero su defensa era tan clara y
sensata, y su exposición de lo que enseñaban era tan serena y amplia,
que
se ejerció una poderosa influencia en favor de ellos” (Hechos
de los Apóstoles, pág. 144).
2.
¿De qué iba acompañada la predicación de Pablo? Hechos 20:9-12.
Un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la
ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente,
vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue
levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él,
y abrazándole,
dijo: No os alarméis, pues está vivo. Después de haber
subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así
salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados.
“‘Hacía
Dios singulares maravillas por manos de Pablo: de tal manera que aun
se llevaban sobre los enfermos los sudarios y los pañuelos de su cuerpo, y las
enfermedades se iban de ellos, y los malos espíritus salían de ellos’.
Estas
manifestaciones de poder sobrenatural eran mayores que todas las que se habían
visto alguna vez en Efeso, y eran de tal carácter que no
podían ser imitadas por la habilidad de los prestidigitadores o los
encantamientos de los hechiceros. Como estos milagros eran hechos en
el nombre de Jesús de Nazaret, el pueblo tenía oportunidad de ver que el
Dios del cielo era más poderoso que los magos que adoraban a la diosa Diana. Así exaltaba el Señor a su siervo, aun
delante de los idólatras mismos, inmensurablemente por encima del más poderoso
y favorecido de los magos” (Hechos de los Apóstoles, págs. 232, 233).
UN TUMULTO CONTRA PABLO
3.
¿Por qué fue denunciado Pablo ante las autoridades de Éfeso? Hechos
19:24-27.
Porque un platero llamado Demetrio, que
hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los
artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio,
dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;
pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda
Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo
que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no
solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse,
sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y
comience
a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo
entero.
“Estas
palabras despertaron las excitables pasiones del pueblo. ‘Llenáronse
de ira, y dieron alarido, diciendo: ¡Grande es Diana de los Efesios!’ “Rápidamente
se difundió un informe de este discurso. ‘Y la ciudad se llenó de confusión’.
Se
buscó a Pablo, pero el apóstol no pudo ser hallado. Sus hermanos,
siendo advertidos del peligro, le hicieron salir apresuradamente del lugar. Fueron
enviados ángeles de Dios para guardar al apóstol; el tiempo en que
había de morir como mártir todavía no había llegado.
“Ya que no
podía encontrar el objeto de su ira, la turba se apoderó de ‘Gayo y Aristarco,
Macedonios, compañeros de Pablo’, y con éstos, ‘unánimes
se arrojaron al teatro’” (Hechos de los Apóstoles, pág. 237).
“Para
los que creen, Cristo es un fundamento seguro. Sobre esta piedra viva, pueden
edificar igualmente judíos y gentiles. Es bastante ancho para todos, y
bastante fuerte para sostener el peso y la carga de todo el mundo. Este es un
hecho claramente reconocido por Pablo mismo. En los días finales de su
ministerio, cuando al dirigirse a un grupo de gentiles creyentes que habían
permanecido firmes en su amor a la verdad del Evangelio, el apóstol escribió
que estaban ‘edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo
la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo’ (Efe. 2:19, 20)” (Hechos de los
Apóstoles, pág. 142).
4.
¿Qué opinión tuvo el escribano del caso? Hechos 19:35-37.
Entonces el escribano, cuando había apaciguado a
la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y
quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del
templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? Puesto
que esto no puede contradecirse, es necesario que os
apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente. Porque
habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra
diosa.
“La
decisión del escribano y de otros que ocupaban puestos de honor en la ciudad,
había
puesto a Pablo delante del pueblo como una persona inocente de acto ilegal
alguno. Este fue otro triunfo del cristianismo sobre el error y la superstición.
Dios había levantado a un gran magistrado para vindicar a su apóstol y detener
a la turba tumultuosa. El corazón de Pablo se llenó de gratitud
a Dios porque su vida había sido conservada y el cristianismo no
había cobrado mala fama a causa del tumulto de Éfeso” (Hechos de los Apóstoles pág.
239).
PABLO EN JERUSALÉN
5.
¿Qué fue profetizado en cierto momento acerca del apóstol Pablo? Hechos
21:10, 11. ¿Desistió el apóstol de viajar a Jerusalén? Hechos 21:15, 17, 18,
20.
Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió
de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó
el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo:
Esto
dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al
varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los
gentiles. Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a
Jerusalén. Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron
con gozo. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros
a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos;
Cuando
ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos
millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.
“Por
medio del Espíritu Santo, estos discípulos fueron advertidos de los peligros
que esperaban a Pablo en Jerusalén, e insistieron que ‘no subiese a
Jerusalén’. Pero el apóstol no permitió que el temor a las
aflicciones y el encarcelamiento le hicieran desistir de su propósito.
“Al final de la semana pasada en Tiro, todos los hermanos, con sus esposas e
hijos, fueron con Pablo hasta el barco, y antes que él subiese a bordo, todos
se arrodillaron en la costa y oraron, él por ellos y ellos por él” (Los
Hechos de los Apóstoles, págs. 317, 318).
“Cuando
Pablo recibió el Evangelio de Jesucristo, ese Evangelio lo convirtió en una
nueva criatura. Fue transformado; la verdad plantada
en su alma le dio tal fe y coraje como seguidor de Cristo que ninguna oposición
pudo moverlo, ningún sufrimiento acobardarlo” (Fe y Obras, pág. 33).
6.
¿Cómo se cumplió la profecía en Pablo? Hechos 21:28, 31, 36. ¿Qué maravillosa
promesa ha hecho Jesús para casos similares? Mateo 5:11, 12.
Dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este
es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y
este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado
este santo lugar. Y procurando ellos matarle, se le avisó
al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada.
Porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: ¡Muera!
“Hogaño
como antaño, la predicación de una verdad que reprueba los pecados y los errores
del tiempo, despertará oposición. ‘Porque todo aquel que obra el
mal, odia la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas’
(S. Juan 3:20, V.M.). Cuando los hombres ven que no pueden sostener su actitud
por las Sagradas Escrituras, muchos resuelven sostenerla a todo trance, y con
espíritu malévolo atacan el carácter y los motivos de los que defienden las
verdades que no son populares. Es la misma política que se siguió
en todas las edades. Elías fue acusado de turbar a Israel,
Jeremías
lo fue de traidor, y San Pablo de profanador del templo. Desde
entonces hasta ahora, los que quisieron ser leales a la verdad fueron
denunciados como sediciosos, herejes o cismáticos.
Multitudes que son demasiado descreídas para aceptar la palabra segura de la
profecía, aceptarán con ilimitada credulidad la acusación dirigida contra los
que se atreven a reprobar los pecados de moda. Esta tendencia irá
desarrollándose más y más. Y la Biblia enseña a las claras que se va
acercando el tiempo en que las leyes del estado estarán en tal contradicción
con la ley de Dios, que quien quiera obedecer a todos los preceptos divinos
tendrá que arrostrar censuras y castigos como un malhechor” (Conflicto
Siglos, págs. 511, 512).
DEFENSA Y ESPERANZA DE PABLO
7.
¿Cuál fue la defensa del siervo del cielo? Hechos 22:1-4. ¿Con qué
seguridad se defendió?
Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante
vosotros. Y al
oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y él les
dijo: Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero
criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente
conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo
sois todos vosotros. Perseguía yo este Camino hasta la muerte,
prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres.
“Pedro,
Santiago y Juan confiaban en que Dios los había apartado para que predicaran a
Cristo entre sus propios compatriotas en su país. Pero Pablo había recibido su
comisión de Dios mientras oraba en el templo, y su vasto campo misionero
apareció delante de él con notable nitidez. Con el fin de prepararlo para su
amplia e importante tarea, Dios lo puso en íntima relación con Él y presentó
ante sus asombrados ojos una vislumbre de la belleza y la gloria del cielo”
(La Historia de la Redención, pág. 317).
“...Pablo,
en sus múltiples labores, fue sostenido por el poder sustentador de la
presencia de Cristo. ‘Todo lo puedo –dijo él– en Cristo que me
fortalece’. ‘¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o
angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... Antes,
en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro’” (La Educación, págs. 69, 70).
8.
¿Qué otras verdades presentaba este hombre de Dios? Hechos 26:6-8; 23:6.
Ahora, por la esperanza de la promesa que hizo
Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; promesa cuyo
cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo
constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy
acusado por los judíos. ¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble
que Dios resucite a los muertos? Entonces Pablo, notando que una parte era
de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones
hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la
resurrección de los muertos se me juzga.
“Y San
Pablo dice: ‘Porque si los muertos no resucitan, tampoco
Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana;
aun estáis
en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en
Cristo son perdidos’ (1
Corintios 15:16-18). Si desde hace cuatro mil años los justos al morir hubiesen
ido directamente al cielo, ¿cómo habría podido decir San Pablo que si no hay
resurrección, ‘también los que durmieron en Cristo, son perdidos?’ No habría
necesidad de resurrección” (El Conflicto de los Siglos, pág. 602).
“En el
curso de su ministerio ulterior, Pablo nunca perdió de vista la fuente de su
sabiduría y fuerza. Oídlo años más tarde declarar todavía: ‘Para
mí el vivir es Cristo’ (Fil. 1:21). Y otra vez: ‘Y ciertamente, aun
reputo todas las cosas pérdidas por el eminente conocimiento de Cristo Jesús,
mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo,... para ganar a Cristo, y ser
hallado en Él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la
fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y la
virtud de su resurrección, y la participación de sus padecimientos’ (Fil.
3:8-10)” (Hechos de los Apóstoles, págs. 104, 105).
“Las
palabras del apóstol Pablo llegan a ser el lenguaje del alma: ‘Y
ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor... a fin de conocerle, y el poder
de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser
semejante a Él en su muerte’” (La Educación, pág. 192)
MEDITACIÓN
“Usted necesita comprender ahora, como nunca antes, el
poder suavizador y subyugador de la verdad, el carácter semejante a Cristo. Necesita
comprender la guerra en la cual está participando. El
poder de una vida santa está bien adelante de todos los sermones doctrinales...
Necesitamos como nunca antes orar con
el corazón y la voz del Espíritu de Cristo para que Él nos use en su
servicio, mediante la santificación del Espíritu. Necesitamos orar para que podamos
edificar el reino de Dios, junto con nuestros compañeros. Nunca debemos estar satisfechos
con nosotros mismos, sino siempre avanzar hacia arriba, tratando de
obtener un fervor superior, y un mayor celo. El deseo más grande de nuestro
corazón, debiera ser encontrarnos entre el pueblo manso y humilde de Dios.
Entonces
podremos encontrar almas, y ganar almas” (La Voz, su Educación y su Uso
Correcto, págs. 335, 336).
Lección 13 - Adelante, a pesar de las dificultades
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