“…Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare… a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe...” Mateo 24:48-50.
OLVIDO DE LAS RESPONSABILIDADES PROPIAS
1. ¿Qué hizo el último rey de Babilonia? ¿Qué causan el vino y las bebidas fuertes? Daniel 5:1; Proverbios 20:1.
El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino. El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio.
“Se nos da la advertencia: ‘Y estas cosas les acontecieron en figura; y son escritas para nuestra admonición, en quienes los fines de los siglos han parado’. Notad la influencia de sus extremismos y fanatismo en el servicio del gran obrero maestro que es Satanás. Tan pronto como el malvado tenía al pueblo bajo su dominio, hubo exhibiciones de carácter satánico. El pueblo comió y bebió sin un pensamiento de Dios y de su misericordia, sin un pensamiento relativo a la necesidad de resistir al diablo, que los estaba guiando a los actos más vergonzosos. El mismo espíritu se manifestó cuando se realizó el sacrílego banquete de Belsasar. Había júbilo y danzas, hilaridad y cantos, y se llegó a una infatuación que seducía los sentidos; luego la complacencia de afectos desordenados y licenciosos –todo esto se mezcló en la lamentable escena. Dios había sido deshonrado; su pueblo se había convertido en una vergüenza a la vista de los paganos. Los juicios estaban por caer sobre esa multitud infatuada y entontecida. Sin embargo, Dios en su misericordia les dio una oportunidad para perdonarles sus pecados” (Testimonios para Ministros, págs. 100, 101).
2. ¿Qué advertencia se nos da? Proverbios 23:29-35.
¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; Mas al fin como serpiente morderá, Y como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar, O como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando despertare, aún lo volveré a buscar.
“Recuerde cada alma que tiene la sagrada obligación ante Dios de hacer lo mejor por sus semejantes. ¡Cuán cuidadoso debería ser cada uno de no crear el deseo de estimulantes! Al aconsejar a amigos y vecinos a tomar licores para su salud, están en peligro de convertirse en agentes de la destrucción de sus amigos. Han llamado mi atención muchos incidentes en los cuales por un simple consejo hombres y mujeres se han convertido en esclavos del hábito de la bebida…
“Teniendo a la vista los terribles resultados de la complacencia en las bebidas embriagantes, ¿cómo es posible que haya hombre o mujer que pretende creer en la Palabra de Dios que se aventure a tocar, probar o manejar vino o licores? Una práctica tal está ciertamente en desacuerdo con la fe que profesan” (La Temperancia, pág. 39).
UN HUÉSPED NO INVITADO OBSERVA LOS SUCESOS
3. ¿Qué orden dio el ebrio rey Belsasar? ¿Cómo reveló su presencia el Huésped no invitado? Daniel 5:2-6.
Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre había traído del templo de Jerusalén, para que bebiesen en ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas. Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas. Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra. En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía. Entonces el rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una contra la otra.
“Poco se imaginaba Belsasar que un Testigo celestial presenciaba su desenfreno idólatra; pero un Vigía divino, aunque no reconocido, miraba la escena de profanación y oía la alegría sacrílega” (Profetas y Reyes, pág. 386).
“Los habitantes del mundo del tiempo de Noé fueron destruidos porque se corrompieron mediante la complacencia del apetito pervertido. Sodoma y Gomorra fueron destruidas debido a la gratificación del apetito antinatural, lo que entorpeció tanto el intelecto que no pudieron discernir la diferencia entre las demandas sagradas de Dios y el clamor del apetito, el cual los esclavizó. Se volvieron tan feroces y audaces en sus abominaciones detestables que Dios no los toleró sobre la tierra. Dios atribuye la maldad de Babilonia a su glotonería y embriaguez” (Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 182).
4. ¿Qué experiencia hizo el rey? ¿Quién recordó a alguien que podía ayudar? Daniel 5:7-12.
El rey gritó en alta voz que hiciesen venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de Babilonia: Cualquiera que lea esta escritura y me muestre su interpretación, será vestido de púrpura, y un collar de oro llevará en su cuello, y será el tercer señor en el reino. Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni mostrar al rey su interpretación. Entonces el rey Belsasar se turbó sobremanera, y palideció, y sus príncipes estaban perplejos. LA REINA, por las palabras del rey y de sus príncipes, entró a la sala del banquete, y dijo: Rey, vive para siempre; no te turben tus pensamientos, ni palidezca tu rostro. En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos, por cuanto fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento, para interpretar sueños y descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación.
“El terror se apoderó del rey, porque su conciencia lo acusaba. Aunque no sabía leer, lo escrito, comprendía que no era un mensaje de paz ni de bendición el que había sido trazado en caracteres resplandecientes sobre la pared de su palacio. La descripción que hace el profeta del efecto que sobre el rey producía el temor es insuperable. Se demudó el rostro del rey, su corazón desfalleció en él, dolores se apoderaron de él, y tan violento era su temblor que sus rodillas se entrechocaban. Se olvidó de sus jactancias y su orgía.
Se olvidó de su dignidad. Y clamó en alta voz que viniesen sus astrólogos y adivinadores a revelarle el significado de la inscripción misteriosa” (Uriah Smith, Las Profecías de Daniel y el Apocalipsis, pág. 70).
“Pero de nada valió la súplica que dirigió a sus consejeros de confianza ni su ofrecimiento de ricas recompensas. La sabiduría celestial no puede comprarse ni venderse.
‘Todos los sabios del rey… no pudieron leer la escritura, ni mostrar al rey su declaración.’ Les era tan imposible leer los caracteres misteriosos como lo había sido para los sabios de una generación anterior interpretar los sueños de Nabucodonosor” (Profetas y Reyes,
págs. 387, 388).
INTERPRETANDO LA SENTENCIA
5. ¿Qué promesa fue hecha a Daniel? ¿Qué impresión hizo en él la promesa de grandes dones y distinción? Daniel 5:13-17.
Dijo el Rey: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea? Yo he oído de ti que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló luz, entendimiento y mayor sabiduría. Y ahora fueron traídos delante de mí sabios y astrólogos para que leyesen esta escritura y me diesen su interpretación; pero no han podido mostrarme la interpretación del asunto. Yo, pues, he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, y un collar de oro llevarás en tu cuello, y serás el tercer señor en el reino. Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey: Tus dones sean para ti, y da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey, y le daré la interpretación.
“Ante aquella muchedumbre aterrorizada, estaba Daniel en pie, imperturbable frente a la promesa del rey, con la tranquila dignidad de un siervo del Altísimo, no para hablar palabras de adulación, sino para interpretar un mensaje de condenación” (Profetas y Reyes, pág. 388).
6. ¿Cómo inició Daniel la explicación de la escritura en la pared? ¿Cuál era el mensaje del cielo? Daniel 5:18-28.
El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad. Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones… temblaban y temían delante de él. A quien quería mataba, y daba vida; engrandecía y humillaba a quien quería. Cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria. Fue echado de entre los hijos de los hombres, su mente se hizo semejante a la de las bestias, su morada con los asnos monteses, hierba comía como buey, y su cuerpo mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place. Y TÚ, SU HIJO BELSASAR, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto; sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste. Entonces de su presencia fue enviada la mano que trazó esta escritura. Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas.
“El profeta recordó primero a Belsasar asuntos que le eran familiares, pero que no le habían enseñado la lección de humildad que podría haberle salvado. Habló del pecado de Nabucodonosor, de su caída y de como el Señor había obrado con él, del dominio y la gloria que se le habían concedido, así como del castigo divino que mereció su orgullo y del subsiguiente reconocimiento que había expresado acerca del poder y la misericordia del Dios de Israel. Después, en palabras audaces y enfáticas, reprendió a Belsasar por su gran impiedad. Hizo resaltar el pecado del rey y le señaló las lecciones que podría haber aprendido, pero que no aprendió. Belsasar no había leído correctamente lo experimentado por su abuelo, ni prestado atención a las advertencias que le daban acontecimientos tan significativos para él mismo. Se le había concedido la oportunidad de conocer al verdadero Dios y de obedecerle, pero no le había prestado atención,…” (Profetas y Reyes, pág. 389).
RÁPIDA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA
7. ¿Qué sucedió esa noche? ¿Qué había profetizado ya Jeremías más de cien años antes? Daniel 5:29-31; Jeremías 51:9.
Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino. La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.
Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio, y se ha alzado hasta las nubes.
“Aun mientras él y sus nobles bebían de los vasos sagrados de Jehová, y alababan a sus dioses de plata y de oro, los medos y persas, habiendo desviado el curso del Éufrates, penetraban en el corazón de la ciudad desprevenida.... sus gritos de triunfo podían oírse sobre los clamores desesperados de los asombrados disolutos” (Profetas y Reyes, pág. 390).
ESTUDIO PERSONAL:
· Éxodo 32.
· Isaías 22:13, 14.
· El Hogar Cristiano, págs. 43, 44.
Lección 16 - El Sacrilegio de Belsasar
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