“Se necesita grandemente labor personal.
Muchas, muchas almas podrían salvarse
si aquellos que pretenden ser
seguidores de Cristo trabajaran como Él lo hizo sin complacerse a sí mismos,
sino glorificando a Dios,
actuando como misioneros
mostrando amor genuino por el Maestro,
haciendo todo uso posible de los
talentos confiados. Por la naturaleza
misma de la obra en las líneas de Cristo, los que la hagan perderán la vista de sí mismos. Se nos llama a amar a las almas como Cristo las ama y para
poder sentir el peso de las almas para que los pecadores se conviertan. Presente el incomparable amor de Cristo.
Ocúltense a sí mismo de la vista” (Review
and Herald, 21 de Junio 1898).
EL MAESTRO AMA
PROFUNDAMENTE A SUS DISCÍPULOS
1.....¿Qué fuertes vínculos tiene Jesús con sus
discípulos? ¿Cuán grande era su amor por ellos y aún lo es hoy?
Juan 13:34; 15:12, 13.- (13:34) Un mandamiento nuevo os doy: Que os
améis unos a otros; como yo
os he amado, que también os améis unos a otros. (15:12) Este es mi mandamiento:
Que os améis unos a otros, como yo os
he amado. (15:13) Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
“Su primer mandato, cuando estuvo
a solas con ellos en el aposento alto, fué: ‘Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros: como
os he amado, que también os
améis los unos a los otros.’ Para los discípulos, este mandamiento era nuevo; porque no se habían amado unos a otros como Cristo los había amado.
El veía que nuevas ideas e impulsos
debían gobernarlos; que debían practicar
nuevos principios; por su vida y
su muerte iban a recibir un nuevo
concepto del amor. El mandato
de amarse unos a otros tenía nuevo significado a la luz de su abnegación.
Toda la obra de la gracia es un continuo
servicio de amor, de esfuerzo
desinteresado y abnegado. Durante toda
hora de la estada de Cristo en la tierra, el amor de Dios fluía de él en raudales incontenibles. Todos
los que sean dotados de su Espíritu
amarán como él amó. El mismo
principio que animó a Cristo los animará en todo su trato mutuo” (El
Deseado de Todas las Gentes, pág. 631).
2.....¿Qué nos relatan las Sagradas Escrituras acerca
del amor del Salvador por sus discípulos poco antes de su terrible agonía en
Getsemaní?
Juan 13:1.- Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de
este mundo al Padre, como había amado
a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
“Cristo sabía que para él había llegado el tiempo de partir del mundo
e ir a su Padre. Y habiendo
amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Estaba
ahora en la misma sombra de la cruz, y el dolor torturaba su corazón. Sabía que sería abandonado en la hora de su entrega. Sabía que se le daría muerte por el más
humillante procedimiento aplicado a los criminales. Conocía la ingratitud y crueldad de
aquellos a quienes había venido a salvar. Sabía cuán grande era el
sacrificio que debía hacer, y para cuántos sería en vano. Sabiendo todo lo que le esperaba, habría sido natural que estuviese abrumado por el pensamiento de su
propia humillación y sufrimiento. Pero miraba como suyos a los doce que habían estado con él y que,
pasados el oprobio, el pesar
y los malos tratos que iba a soportar, habían
de quedar a luchar en el mundo. Sus
pensamientos acerca de lo que él mismo debía sufrir estaban siempre relacionados con sus discípulos.
No pensaba en sí mismo. Su cuidado por ellos era lo que predominaba
en su ánimo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 599).
EL AMOR DE LOS
DISCÍPULOS POR SU MAESTRO
3.....¿Qué podemos decir acerca del amor de una
persona hacia su Maestro, si le coloca en segundo o tercer lugar? ¿Qué amor,
únicamente, es digno de Él? ¿Podemos decir que nuestro amor supremo es para el
Señor?
Mateo 10:37.- El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.
Lucas 14:26.- Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
“Pero para aceptar la invitación a la fiesta del Evangelio, debían subordinar sus intereses mundanos
al único propósito de recibir a Cristo y su justicia. Dios lo dio todo por el hombre,
y le pide que coloque el servicio del
Señor por encima de toda consideración terrenal y egoísta. No puede
aceptar un corazón dividido. El corazón
que se halla absorto en los afectos terrenales no puede rendirse a Dios.
“La lección es para todos los tiempos. Hemos de seguir al Cordero de Dios dondequiera que vaya. Ha de
escogerse su dirección y avaluarse su compañía por sobre toda compañía de amigos mundanos.
Cristo dice: ‘El que ama padre o madre más que a mí, no es digno de mí; y el
que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí’ Mateo 10:37” (Palabras
de Vida del Gran Maestro, pág. 176).
4.....¿Cuál es una clara señal que una persona ama al
Maestro con todo su corazón? ¿Qué seguirá automáticamente?
Juan 14:21.- El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
“Nadie puede amar supremamente a Dios, y transgredir uno de sus mandamientos. El corazón suavizado y subyugado por la
belleza del carácter de Cristo, y controlado por las puras y elevadas normas que él nos ha dado,
pondrá en práctica lo que ha aprendido del amor, y seguirá a Jesús en humilde obediencia.
El poder vivo de la fe se revelará a sí mismo en actos de amor.
“¿Qué evidencia tenemos de que poseemos el amor puro, sin mezcla?
Dios ha establecido una norma: sus
mandamientos. ‘El que tiene mis mandamientos, y los guarda, es el que
me ama’ Juan 14:21. Las palabras de
Dios deben tener una morada en nuestros corazones” (Nuestra
Elevada Vocación, pág. 75).
5.....¿Qué pregunta hizo el Señor al discípulo que le
negó en la tentación? ¿Cuál fue la respuesta?
Juan 21:15.- Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le
respondió: Sí, Señor; tú sabes que te
amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.
“Esta pregunta escudriñadora del corazón era necesaria en el caso de Pedro y es necesaria en nuestro
caso. La obra de restauración
nunca puede ser completa a menos que se llegue a las raíces del mal. Una y otra vez los brotes han sido cortados, mientras
se ha dejado la raíz de la amargura
para que crezca y contamine a muchos;
pero hay que ir a la misma raíz del
mal escondido…” (Conflicto y Valor, pág. 322).
“Después que Pedro fué inducido a negarse a sí mismo y a depender en absoluto del
poder divino, recibió su
llamamiento a trabajar como subpastor. Cristo había dicho a Pedro,
antes que le negara: ‘Y tú, una vez
vuelto (convertido, V.T.A.), confirma
a tus hermanos’ Lucas 22:32. Estas palabras
indicaban la obra extensa y eficaz que este apóstol debía hacer en lo futuro en favor de aquellos que aceptaban la fe.
“Su experiencia personal con el pecado,
el sufrimiento y el arrepentimiento,
lo habían preparado para esa obra.
Mientras no reconoció sus debilidades,
no pudo conocer la necesidad que
tenían los creyentes de depender de Cristo. En medio de la tormenta de la tentación había llegado a comprender que el hombre solamente puede caminar seguro cuando
pierde toda confianza en sí mismo y la deposita en el Salvador” (Los
Hechos de los Apóstoles, pág. 410).
6.....¿Qué le confió Jesús a Pedro después que
firmemente confirmó su amor? ¿Qué misión similar confía el Señor a todos
aquellos que le aman?
Juan 21:16.- Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me
amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo.
Le dijo: Pastorea mis ovejas.
“Cristo mencionó a
Pedro solamente una condición de servicio: ‘¿Me amas?’ Esa es la calificación indispensable.... El amor de Cristo no es una emoción
intermitente, sino un principio
viviente, el cual se manifestará
como poder permanente en el corazón...
“La manera en que el Salvador trató con Pedro tenía una lección para él y sus hermanos.
Aunque Pedro había negado a su Señor,
el amor que Jesús tenía hacia él nunca
vaciló. Y al aceptar el
apóstol la responsabilidad de ministrar la palabra a otros, debía reprender al transgresor con
paciencia, simpatía y amor
perdonador. Recordando su
propia debilidad y fracaso, debía tratar
a las ovejas y corderos encomendados a su cuidado con tanta ternura como Cristo le había
tratado a él” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 411).
LA PRUEBA DE AMOR
7.....¿Por qué el Señor le preguntó a Pedro tres
veces lo mismo? ¿Cuál sería nuestra respuesta en similares circunstancias? Como
sus discípulos, ¿cómo nos sentiríamos si alguien nos conduce a un lugar al que
no queremos ir?
Juan 21:17-19.- (17) Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me
amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. (18) De cierto, de cierto te
digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro,
y te llevará a donde no quieras.
(19) Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de
glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió:
Sígueme.
“Cuando por tercera vez Cristo preguntó a Pedro: ‘¿Me amas?’ la sonda llegó al fondo del alma. Reprendido por su propia conciencia,
Pedro cayó sobre la Roca, diciendo:
‘Señor, tú lo sabes todo; tú sabes
que te amo’.
“Esta es la obra que está delante de cada alma que
ha deshonrado a Dios y entristecido
el corazón de Cristo al negar la verdad y la justicia. Si el alma examinada soporta el proceso de prueba
sin que el yo despierte a la vida sintiéndose herido y ultrajado bajo la
prueba, ese cuchillo agudo revela que
el alma está realmente muerta al yo, mas viva para Dios....
“Pedro tenía ahora la humildad suficiente para comprender las
palabras de Cristo, y sin
dudar más, el discípulo que
había sido inquieto, jactancioso, presuntuoso se volvió sumiso y contrito.
Siguió de veras a su Señor:
el Señor al cual había negado.
El pensamiento de que Cristo no lo
había negado ni rechazado era para Pedro
luz, consuelo y bendición. Sintió
que podía elegir ser crucificado, pero debía serlo cabeza abajo. Y aquel
que tan estrechamente fue participante de los sufrimientos de Cristo será también participante de su gloria
cuando él ‘se sentará en su trono de gloria’” (Conflicto
y Valor, pág. 322).
ESTUDIO ADICIONAL
“A cada miembro de iglesia que se ha
convertido verdaderamente se le debe dar algún trabajo. Job declaró,
‘la causa que no conocía, indagaba’. Debe
darse consideración a lo que significa el servicio a Dios. Significa
que debemos hacer el mismo ministerio de
Cristo cuando estaba en este mundo. En esta obra, seamos ricos o pobres, somos llamados a llevar el yugo de
Cristo y aprender de Él a ser mansos y humildes de corazón. Debe dedicarse más a la obra de
presentar a Cristo desde el púlpito, abriendo los oráculos de Dios a
las iglesias. No deben aislarse, sino
visitar familias, hablando, orando, exhortando, animando aquellos que
necesitan valor y presentándoles un ‘así dice el Señor’ para enfrentar
cualquier causa de deficiencia. En general muy poco de esta obra se ha hecho.
Se necesita grandemente labor personal” (Review and Herald, 21
de Junio 1898).
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