“Cuando aceptamos a Cristo como nuestro
Redentor, aceptamos la condición
de convertirnos en obreros juntamente con Dios. Hemos hecho un pacto con él para dedicarnos enteramente al Señor; como mayordomos fieles de la gracia de Cristo nos hemos comprometido a trabajar por la
edificación de su reino en el mundo. Cada seguidor de Cristo ha hecho
la promesa de dedicar todas sus facultades, de la mente, el alma y el cuerpo,
a Aquel que ha pagado el precio del
rescate por nuestras almas. Nos
hemos comprometido a ser soldados, a entrar
en el servicio activo, a soportar las pruebas, la salvación” (Evangelismo, pág. 448).
UN CONFLICTO
PERSONAL
1.....¿Qué consejo impartió el apóstol Pablo a Timoteo válido
también para cada cristiano?
1 Timoteo 6:12; 1:18, 19.- (6:12) Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna,
a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo
hecho la buena profesión delante de muchos testigos. (1:18) Este mandamiento, hijo
Timoteo, te encargo, para
que conforme a las profecías que se
hicieron antes en cuanto a ti, milites
por ellas la buena milicia, (1:19) manteniendo la fe y buena
conciencia, que algunos han
rechazado y naufragaron en lo que toca a la fe.
“La vida cristiana es una batalla y una marcha. En esta
guerra no hay descanso; el esfuerzo ha de ser continuo y
perseverante. Sólo mediante un esfuerzo
incansable podemos asegurarnos la victoria contra las tentaciones de Satanás. Debemos procurar la integridad
cristiana con energía irresistible, y conservarla con propósito firme y resuelto.
“Nadie llegará a las alturas sin esfuerzo perseverante en su propio
beneficio. Todos deben empeñarse
por sí mismos en esta guerra; nadie
puede pelear por nosotros. Somos
individualmente responsables del desenlace del combate; aunque Noé, Job y Daniel estuviesen en la
tierra, no podrían salvar por su
justicia a un hijo ni a una hija” (El Ministerio
de Curación, pág. 359).
2.....¿Qué conflicto debe enfrentar inevitablemente cada alma
que decide abandonar el campo del enemigo? ¿Cuánto tiempo durará este conflicto?
1 Pedro 5:8.- Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
“Nadie puede servir a Dios sin tener que resistir a los malos hombres
y a los malos ángeles. Los malos
espíritus serán enviados a perseguir
a toda alma que procure unirse a las filas de Cristo pues Satanás
desea recuperar la presa que le fue arrebatada. Los hombres malos se rendirán ante grandes engaños, creerán en ellos y se perderán. Estos
hombres se cubrirán con vestiduras de
sinceridad, y engañarán, si
fuese posible, a los mismos escogidos” (Testimonios para la Iglesia, tomo 4, pág. 588).
“Si Satanás ve que está en peligro de perder un
alma, se esfuerza hasta lo
infinito por conservarla. Y cuando el individuo se percata del peligro, y con aflicción y fervor mira a Jesús para obtener fuerza, Satanás teme perder un cautivo y
pide un refuerzo de sus ángeles
para cercar al pobre ser humano y formar
a su alrededor un muro de tinieblas con el fin de que no reciba la luz
del cielo. Pero si el que está en
peligro persevera, y en su
impotencia y debilidad confía en
los méritos de la sangre de Cristo, Jesús escucha la ferviente oración de fe y envía un refuerzo de sus ángeles,
que sobresalen en fuerza, para librarlo.
“Y cuando los ángeles todopoderosos, vestidos con la toda la armadura del cielo,
acuden en ayuda del ser desfalleciente,
perseguido, Satanás y su hueste
retroceden, pues saben bien que su
batalla está perdida” (The Review and
Herald, 13 de mayo 1862; Mensajes para los Jóvenes, pág. 37).
FUERZA Y GRACIA
INDISPENSABLES PARA DEFENDER LA VERDAD
3.....¿Cuál es la doble naturaleza de esta batalla?
Filipenses 3:12-14.- (12) No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto;
sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual
fui también asido por Cristo Jesús. (13) Hermanos, yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
(14) prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
1 Timoteo 4:10.- Que por esto mismo trabajamos
y sufrimos oprobios, porque esperamos
en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de
los que creen.
“No es suficiente el simple hecho de profesar creer la verdad.
Todos los soldados de la cruz de Cristo
se obligan virtualmente a entrar en
la cruzada contra el adversario de las almas, a condenar lo malo y
sostener la justicia” (Testimonios
para la Iglesia, tomo 3, pág. 254).
“Cuando las almas se convierten, su salvación todavía no se ha realizado. Tienen todavía que disputar una carrera; la ardua lucha está ante ellos para
hacer, ¿qué? ‘Pelear la buena batalla
de la fe’ y extenderse hacia
delante para alcanzar el
premio de nuestra elevada vocación en Cristo Jesús. No hay armisticio en esta batalla;
la batalla dura la vida entera,
y debe llevarse adelante con una
energía proporcional al valor
del objeto que se persigue, que es la vida
eterna. Intereses eternos se encuentran comprometidos. Somos hechos participantes del sacrificio
de Cristo en esta vida, y entonces se
nos asegura que seremos participantes de todos sus beneficios en la vida
inmortal futura, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra
confianza del principio. En esto pensad” (My Life Today,
pág. 313).
4.....¿Qué es absolutamente indispensable?
Hebreos 11:1.- Es, pues, la fe la certeza de
lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve.
1 Juan 5:4.- Porque todo lo que es nacido de Dios vence al
mundo; y esta es la victoria
que ha vencido al mundo, nuestra fe.
“Lo que usted necesita es fe. No permita que su fe vacile. Libre
la buena batalla de la fe y eche mano de la vida eterna. Será una batalla tremenda, pero líbrela a cualquier costo,
porque las promesas de Dios son sí y
amén en Cristo Jesús. Ponga
su mano en la de Cristo. Habrá
dificultades que vencer, pero ángeles
que sobresalen en fortaleza cooperarán con el pueblo de Dios. Dirija su mirada hacia Sion, ábrase paso hacia la ciudad de las
solemnidades. Una gloriosa
corona y una túnica tejida en
el telar del cielo aguardan al vencedor. Aunque Satanás proyecte su sombra
infernal sobre su senda, y trate
de ocultar de su vista la mística
escalera que se extiende entre
la tierra y el trono de Dios, por la cual ascienden y descienden los ángeles que son espíritus ministradores para los que
serán herederos de la salvación, ábrase
paso hacia las alturas, ponga firmemente su pie en un peldaño tras
otro, y avance en dirección del trono del Infinito” (Manuscrito 66, 1895; Mente, Carácter y Personalidad, tomo 2, pág. 479).
5.....Para poder permanecer, ¿qué impartirá Dios a cada
cristiano?
Salmos 27:1; 28:7.- (27:1) Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida;
¿de quién he de atemorizarme? (28:7) Jehová es mi fortaleza y mi
escudo; en él confió mi corazón,
y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré.
2 Timoteo 2:1.- Tú, pues,
hijo mío, esfuérzate en la gracia que
es en Cristo Jesús.
“Si el cristiano siente su debilidad, su incapacidad, encontrará
que la gracia de Cristo es suficiente para toda emergencia si pone su confianza en Dios.
“El soldado de Cristo debe hacer frente a
muchas formas de tentación, resistirlas
y vencerlas. Mientras más fiero
sea el conflicto, mayor provisión de gracia se requerirá para hacer frente
a la necesidad del alma... El verdadero
cristiano comprenderá lo que
significa pasar por serios conflictos y por pruebas; pero crecerá firme y constantemente en la
gracia de Cristo para hacer frente con buen éxito al enemigo de su
alma... Por momentos las tinieblas le
oprimirán el alma; pero la luz
verdadera resplandecerá, los brillantes
rayos del Sol de justicia disiparán la oscuridad; y... por medio de la gracia de Cristo será
capacitado para ser un fiel
testigo de las cosas que ha escuchado del inspirado mensajero de
Dios... Al comunicar de este modo la
verdad a otros, el obrero de
Cristo obtendrá una visión más clara de las abundantes provisiones
hechas a todos, de la suficiencia de la gracia de Cristo para toda ocasión de
conflicto, pesar y prueba” (La Maravillosa
Gracia de Dios, pág. 260).
“Todas nuestras facultades mentales, físicas y espirituales deben ser
empleadas en la lucha cristiana. Debemos mirar a Cristo para recibir fuerza y gracia, y ganaremos la victoria tan ciertamente como que Jesús murió
por nosotros” (Mensajes para los Jóvenes,
pág. 80).
EJEMPLOS DEL PASADO
6.....¿Qué nos recuerdan algunos ejemplos del Antiguo
Testamento? ¿Qué alcanzaron los fieles por la firme fe en Dios?
Hebreos 11:29-32.- (29) Por la fe pasaron el Mar Rojo
como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron
ahogados. (30) Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.
(31) Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes,
habiendo recibido a los espías en paz. (32) ¿Y qué más digo? Porque el
tiempo me faltaría contando de Gedeón,
de Barac, de Sansón, de Jefté, de David,
así como de Samuel y de los profetas.
“La experiencia de los que trabajaron para
Dios en generaciones pasadas
tiene lecciones que debemos aprender
los que vivimos en este tiempo. Cuán
poco conocemos los conflictos, las pruebas
y las labores que soportaron estos hombres mientras se equipaban para hacer frente a los ejércitos de Satanás. Poniéndose toda la armadura de Dios,
fueron capaces de hacer frente a las astucias de Satanás.
“Estos hombres que en tiempo pasado se entregaron a Dios y al
engrandecimiento de su causa eran
tan firmes en los principios
como el acero. Eran hombres que no
decaían ni se desanimaban; hombres que, como Daniel, estaban llenos de reverencia y celo por Dios, llenos de propósitos y aspiraciones nobles.
Eran tan débiles e impotentes
como cualesquiera de los que hoy están
ocupados en la obra, pero ponían
toda su confianza en Dios. Tenían
riqueza, pero consistía esta en
la cultura de la mente y el espíritu. Y puede tenerla cualquiera que dé a
Dios el primero, el último y el mejor lugar en todas las cosas. Aunque estemos destituidos de sabiduría,
conocimiento, virtud y poder, podemos
recibir todo esto si queremos aprender de Cristo las lecciones que es
nuestro privilegio aprender” (Mensajes para
los Jóvenes, pág. 24).
7.....Para aquellos, que como el apóstol Pablo permanecerán
fieles hasta el fin, ¿cuál será el resultado de la batalla de la fe?
2 Timoteo 4:7, 8.- (7) He peleado la buena batalla, he acabado la carrera,
he guardado la fe. (8) por lo demás, me está
guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a
mí, sino también a todos los que aman su venida.
“Hay una promesa rica y abundante para los vencedores. No es suficiente entrar en la guerra contra
el mal, debemos continuar en ella
hasta el fin. No pensemos en
ceder. Debemos pelear la
buena batalla de la fe hasta el mismo fin. Al vencedor se le promete la victoria triunfal. ‘Al que venciere, le daré a comer del árbol de
la vida, el cual está en medio
del paraíso de Dios’” (Recibiréis
Poder, pág. 363)
“Si hemos de ser vencedores, habrá batallas que pelear y descubriremos que la carne lucha contra el espíritu y el
espíritu contra la carne. Está
en nosotros decir quién triunfará” (Manuscrito 16,
1886; Cristo Triunfante, pág. 213).
ESTUDIO ADICIONAL
“Nos
espera un conflicto, el conflicto de siempre, con Satanás y sus seductoras
tentaciones. El enemigo usará todo argumento, todo engaño, para enredar al ser
humano; y debemos hacer esfuerzos fervientes, perseverantes, para ganar la
corona de la vida. No debemos deponer la armadura ni dejar el campo de batalla
hasta que hayamos ganado la victoria y podamos triunfar en nuestro Redentor.
Mientras tengamos la mirada fija en el Autor y Consumador de nuestra fe,
estaremos seguros. Pero debemos colocar nuestros afectos en las cosas de
arriba, no en las de la tierra. Por medio de la fe debemos elevarnos cada vez
más en la adquisición de las gracias de Cristo. Contemplando diariamente sus
incomparables encantos, debemos crecer más y más a la semejanza de su imagen
gloriosa. Mientras vivamos así en comunión con el cielo, Satanás nos tenderá en
vano sus redes” (Mensajes para
los Jóvenes, pág. 72).
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