viernes, 6 de julio de 2018

Lección 01 | La Buena Batalla


Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Redentor, aceptamos la condición de convertirnos en obreros juntamente con Dios. Hemos hecho un pacto con él para dedi­carnos enteramente al Señor; como mayordomos fieles de la gracia de Cristo nos hemos comprometido a trabajar por la edificación de su reino en el mundo. Cada seguidor de Cristo ha hecho la promesa de dedicar todas sus facultades, de la mente, el alma y el cuerpo, a Aquel que ha pagado el precio del rescate por nuestras almas. Nos hemos com­prometido a ser soldados, a entrar en el servicio activo, a soportar las pruebas, la sal­vación(Evangelismo, pág. 448).

UN CONFLICTO PERSONAL
1.....¿Qué consejo impartió el apóstol Pablo a Timoteo válido también para cada cristiano?
1 Timoteo 6:12; 1:18, 19.- (6:12) Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. (1:18) Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, (1:19) manteniendo la fe y buena conciencia, que algunos han rechazado y naufragaron en lo que toca a la fe.
La vida cristiana es una batalla y una marcha. En esta guerra no hay descanso; el esfuerzo ha de ser continuo y perseverante. Sólo mediante un esfuerzo incansable podemos asegurarnos la victoria contra las tentaciones de Satanás. Debemos procu­rar la integridad cristiana con energía irresistible, y conservarla con propósito firme y resuelto.
Nadie llegará a las alturas sin esfuerzo perseverante en su propio beneficio. Todos deben empeñarse por sí mismos en esta guerra; nadie puede pelear por nosotros. Somos individualmente responsables del desenlace del combate; aunque Noé, Job y Daniel estuviesen en la tierra, no podrían salvar por su justicia a un hijo ni a una hija(El Ministerio de Curación, pág. 359).

2.....¿Qué conflicto debe enfrentar inevitablemente cada alma que decide abandonar el campo del enemigo? ¿Cuánto tiempo durará este con­flicto?
1 Pedro 5:8.- Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
Nadie puede servir a Dios sin tener que resistir a los malos hombres y a los malos ángeles. Los malos espíritus serán enviados a perseguir a toda alma que pro­cure unirse a las filas de Cristo pues Satanás desea recuperar la presa que le fue arrebatada. Los hombres malos se rendirán ante grandes engaños, creerán en ellos y se perderán. Estos hombres se cubrirán con vestiduras de sinceridad, y engañarán, si fuese posible, a los mismos escogidos(Testimonios para la Iglesia, tomo 4, pág. 588).
“Si Satanás ve que está en peligro de perder un alma, se esfuerza hasta lo infinito por conservarla. Y cuando el individuo se percata del peligro, y con aflicción y fervor mira a Jesús para obtener fuerza, Satanás teme perder un cautivo y pide un refuerzo de sus ángeles para cercar al pobre ser humano y formar a su alrededor un muro de tinieblas con el fin de que no reciba la luz del cielo. Pero si el que está en peligro per­severa, y en su impotencia y debilidad confía en los méritos de la sangre de Cristo, Jesús escucha la ferviente oración de fe y envía un refuerzo de sus ángeles, que sobresalen en fuerza, para librarlo.
“Y cuando los ángeles todopoderosos, vestidos con la toda la armadura del cielo, acuden en ayuda del ser desfalleciente, perseguido, Satanás y su hueste retroceden, pues saben bien que su batalla está perdida(The Review and Herald, 13 de mayo 1862; Mensajes para los Jóvenes, pág. 37).

FUERZA Y GRACIA INDISPENSABLES PARA DEFENDER LA VERDAD
3.....¿Cuál es la doble naturaleza de esta batalla?
Filipenses 3:12-14.- (12) No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. (13) Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, (14) prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
1 Timoteo 4:10.- Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque espe­ramos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
No es suficiente el simple hecho de profesar creer la verdad. Todos los soldados de la cruz de Cristo se obligan virtualmente a entrar en la cruzada contra el adver­sario de las almas, a condenar lo malo y sostener la justicia” (Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 254).
Cuando las almas se convierten, su salvación todavía no se ha realizado. Tienen todavía que disputar una carrera; la ardua lucha está ante ellos para hacer, ¿qué? ‘Pelear la buena batalla de la fe’ y extenderse hacia delante para alcanzar el premio de nuestra elevada vocación en Cristo Jesús. No hay armisticio en esta batalla; la batalla dura la vida entera, y debe llevarse adelante con una energía proporcional al valor del objeto que se persigue, que es la vida eterna. Intereses eternos se encuentran comprometidos. Somos hechos participantes del sacrificio de Cristo en esta vida, y entonces se nos asegura que seremos participantes de todos sus beneficios en la vida inmortal futura, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del prin­cipio. En esto pensad” (My Life Today, pág. 313).

4.....¿Qué es absolutamente indispensable?
Hebreos 11:1.- Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
1 Juan 5:4.- Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la vic­toria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
Lo que usted necesita es fe. No permita que su fe vacile. Libre la buena batalla de la fe y eche mano de la vida eterna. Será una batalla tremenda, pero líbrela a cualquier costo, porque las promesas de Dios son sí y amén en Cristo Jesús. Ponga su mano en la de Cristo. Habrá dificultades que vencer, pero ángeles que sobresalen en fortaleza cooperarán con el pueblo de Dios. Dirija su mirada hacia Sion, ábrase paso hacia la ciudad de las solemnidades. Una gloriosa corona y una túnica tejida en el telar del cielo aguardan al vencedor. Aunque Satanás proyecte su sombra infernal sobre su senda, y trate de ocultar de su vista la mística escalera que se extiende entre la tierra y el trono de Dios, por la cual ascienden y descienden los ángeles que son espíritus ministradores para los que serán herederos de la salvación, ábrase paso hacia las alturas, ponga firmemente su pie en un peldaño tras otro, y avance en direc­ción del trono del Infinito” (Manuscrito 66, 1895; Mente, Carácter y Personalidad, tomo 2, pág. 479).

5.....Para poder permanecer, ¿qué impartirá Dios a cada cristiano?
Salmos 27:1; 28:7.- (27:1) Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? (28:7) Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré.
2 Timoteo 2:1.- Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
Si el cristiano siente su debilidad, su incapacidad, encontrará que la gracia de Cristo es suficiente para toda emergencia si pone su confianza en Dios.
“El soldado de Cristo debe hacer frente a muchas formas de tentación, resistir­las y vencerlas. Mientras más fiero sea el conflicto, mayor provisión de gracia se requerirá para hacer frente a la necesidad del alma... El verdadero cristiano compren­derá lo que significa pasar por serios conflictos y por pruebas; pero crecerá firme y constantemente en la gracia de Cristo para hacer frente con buen éxito al enemigo de su alma... Por momentos las tinieblas le oprimirán el alma; pero la luz verdadera resplandecerá, los brillantes rayos del Sol de justicia disiparán la oscuridad; y... por medio de la gracia de Cristo será capacitado para ser un fiel testigo de las cosas que ha escuchado del inspirado mensajero de Dios... Al comunicar de este modo la verdad a otros, el obrero de Cristo obtendrá una visión más clara de las abundantes provisiones hechas a todos, de la suficiencia de la gracia de Cristo para toda ocasión de conflicto, pesar y prueba” (La Maravillosa Gracia de Dios, pág. 260).
Todas nuestras facultades mentales, físicas y espirituales deben ser empleadas en la lucha cristiana. Debemos mirar a Cristo para recibir fuerza y gracia, y ganare­mos la victoria tan ciertamente como que Jesús murió por nosotros” (Mensajes para los Jóvenes, pág. 80).

EJEMPLOS DEL PASADO
6.....¿Qué nos recuerdan algunos ejemplos del Antiguo Testamento? ¿Qué alcanzaron los fieles por la firme fe en Dios?
Hebreos 11:29-32.- (29) Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados. (30) Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. (31) Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. (32)  ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas.
“La experiencia de los que trabajaron para Dios en generaciones pasadas tiene lecciones que debemos aprender los que vivimos en este tiempo. Cuán poco conocemos los conflictos, las pruebas y las labores que soportaron estos hombres mientras se equipaban para hacer frente a los ejércitos de Satanás. Poniéndose toda la armadura de Dios, fueron capaces de hacer frente a las astucias de Satanás.
Estos hombres que en tiempo pasado se entregaron a Dios y al engrandeci­miento de su causa eran tan firmes en los principios como el acero. Eran hombres que no decaían ni se desanimaban; hombres que, como Daniel, estaban llenos de reverencia y celo por Dios, llenos de propósitos y aspiraciones nobles. Eran tan débiles e impotentes como cualesquiera de los que hoy están ocupados en la obra, pero ponían toda su confianza en Dios. Tenían riqueza, pero consistía esta en la cul­tura de la mente y el espíritu. Y puede tenerla cualquiera que dé a Dios el primero, el último y el mejor lugar en todas las cosas. Aunque estemos destituidos de sabiduría, conocimiento, virtud y poder, podemos recibir todo esto si queremos aprender de Cristo las lecciones que es nuestro privilegio aprender” (Mensajes para los Jóvenes, pág. 24).

7.....Para aquellos, que como el apóstol Pablo permanecerán fieles hasta el fin, ¿cuál será el resultado de la batalla de la fe?
2 Timoteo 4:7, 8.- (7) He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. (8) por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Hay una promesa rica y abundante para los vencedores. No es suficiente entrar en la guerra contra el mal, debemos continuar en ella hasta el fin. No pensemos en ceder. Debemos pelear la buena batalla de la fe hasta el mismo fin. Al vencedor se le promete la victoria triunfal. ‘Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios’(Recibiréis Poder, pág. 363)
Si hemos de ser vencedores, habrá batallas que pelear y descubriremos que la carne lucha contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Está en nosotros decir quién triunfará(Manuscrito 16, 1886; Cristo Triunfante, pág. 213).

ESTUDIO ADICIONAL
“Nos espera un conflicto, el conflicto de siempre, con Satanás y sus seducto­ras tentaciones. El enemigo usará todo argumento, todo engaño, para enredar al ser humano; y debemos hacer esfuerzos fervientes, perseverantes, para ganar la corona de la vida. No debemos deponer la armadura ni dejar el campo de batalla hasta que hayamos ganado la victoria y podamos triunfar en nuestro Redentor. Mientras ten­gamos la mirada fija en el Autor y Consumador de nuestra fe, estaremos seguros. Pero debemos colocar nuestros afectos en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Por medio de la fe debemos elevarnos cada vez más en la adquisición de las gracias de Cristo. Contemplando diariamente sus incomparables encantos, debemos crecer más y más a la semejanza de su imagen gloriosa. Mientras vivamos así en comunión con el cielo, Satanás nos tenderá en vano sus redes” (Mensajes para los Jóvenes, pág. 72).




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