“No hay nada que inspire tan prestamente
fe como el ejercicio de ella. El
rey de Judá se había preparado para la tormenta que se avecinaba; y ahora, confiando en que la profecía pronunciada
contra los asirios se iba a cumplir, fortaleció su alma en Dios. ‘Y afirmóse el pueblo sobre las palabras de Ezequías’ (2
Crónicas 32:8). ¿Qué
importaba que los ejércitos de Asiria, que acababan de conquistar las mayores naciones de la tierra, y de triunfar sobre Samaria en Israel,
volviesen ahora sus fuerzas contra Judá?
¿Qué importaba que se jactasen: ‘Como halló mi mano los reinos de los
ídolos, siendo sus imágenes más que Jerusalén y Samaria; como hice a
Samaria y a sus ídolos, ¿no haré
también así a Jerusalén y a sus ídolos?’? (Isaías 10:10, 11). Judá no tenía motivos de temer, porque confiaba en Jehová…
“Con infalible exactitud el Infinito
sigue llevando cuenta con las naciones. Mientras ofrece su misericordia, y llama al arrepentimiento, esta cuenta permanece abierta;
pero cuando las cifras llegan a
cierta cantidad que Dios ha fijado, el ministerio de su ira comienza. La cuenta se cierra. Cesa
la paciencia divina. La misericordia
ya no intercede en favor de aquellas naciones” (Profetas y reyes, págs. 261, 269).
ATAQUES ASIRIOS
CONTRA JUDÁ
1.....¿Qué campaña militar emprendió el rey asirio Senaquerib
en el año 701 a. C. contra el reino de Judá? ¿Qué amenaza hizo su general
Rabsaces?
2 Reyes 18:13, 29-31.- (13) A los catorce años del rey
Ezequías, subió Senaquerib
rey de Asiria contra todas las ciudades
fortificadas de Judá, y las tomó… (29) Así ha dicho el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mi mano. (30) Y no os haga Ezequías
confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente
nos librará Jehová, y esta ciudad no
será entregada en mano del rey de Asiria. (31) No escuchéis a Ezequías,
porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí,
y coma cada uno de su vid y de su
higuera, y beba cada uno las aguas
de su pozo.
“Llegó finalmente la crisis que se esperaba desde hacía mucho. Las fuerzas de Asiria, avanzando de un triunfo a otro,
se hicieron presentes en Judea.
Confiados en la victoria, los
caudillos dividieron sus fuerzas en
dos ejércitos, uno de los cuales había de encontrarse con el ejército egipcio hacia el sur,
mientras que el otro iba a sitiar a
Jerusalén.
“Dios era ahora la única esperanza de Judá. Este se veía cortado de toda ayuda que pudiera
prestarle Egipto, y no había otra
nación cercana para extenderle una mano amistosa” (Profetas y reyes, pág. 261).
2.....¿Sembraron las palabras intimidantes de Rabsaces semillas
de duda sólo contra el rey Ezequías, o fue mucho más allá de eso?
2 Reyes 18:34, 35.- (34) ¿Dónde está el dios de Hamat
y de Arfad? ¿Dónde está el dios
de Sefarvaim, de Hena, y de Iva?
¿Pudieron éstos librar a Samaria de
mi mano? (35) ¿Qué dios de todos los
dioses de estas tierras ha librado
su tierra de mi mano, para que Jehová
libre de mi mano a Jerusalén?
“Los oficiales asirios, seguros de la fuerza de sus tropas
disciplinadas, dispusieron
celebrar con los príncipes de Judá una conferencia durante la cual exigieron insolentemente la entrega de
la ciudad. Esta exigencia fue acompañada
por blasfemias y vilipendios contra el Dios de los hebreos. A causa de la debilidad y la apostasía
de Israel y de Judá, el nombre
de Dios ya no era temido entre las naciones, sino que había llegado a ser motivo de continuo
oprobio (Isaías 52:5)” (Profetas y
reyes, pág. 261).
EFECTOS SOBRE EL
REY Y EL PUEBLO
3.....¿Intentó el pueblo judío discutir con el general asirio
cuando oyeron estas horribles amenazas? ¿Cómo fueron afectados los oficiales
del rey Ezequías?
2 Reyes 18:36, 37.- (36) Pero el pueblo calló,
y no le respondió palabra;
porque había mandamiento del rey,
el cual había dicho: No le respondáis. (37) Entonces Eliaquim hijo
de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.
“Al oír estos desafíos, los hijos de Judá ‘no le respondieron palabra’. La conferencia terminó. Los representantes judíos volvieron a Ezequías, ‘rotos sus vestidos, y contáronle las palabras de Rabsaces’ (Vers.
21, 22). Al imponerse del reto blasfemo, el rey ‘rasgó sus vestidos, y cubrióse de saco, y entróse en la casa de Jehová’ (2
Reyes 19:1)” (Profetas y reyes,
pág. 262).
4.....¿Cómo se sintió el rey Ezequías sobre estas terribles
amenazas contra su pueblo? No obstante, ¿qué sabia decisión hizo?
2 Reyes 19:1-4.- (1) Cuando el rey Ezequías
lo oyó, rasgó
sus vestidos y se cubrió de cilicio, y entró en la casa de Jehová. (2) Y envió a Eliaquim mayordomo,
a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz, (3)
para que le dijesen: Así ha dicho Ezequías:
Este día es día de angustia,
de reprensión y de blasfemia;
porque los hijos están a punto de nacer,
y la que da a luz no tiene fuerzas. (4)
Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras
del Rabsaces, a quien el rey de los asirios su señor ha enviado para
blasfemar al Dios viviente, y para vituperar
con palabras, las cuales Jehová
tu Dios ha oído; por tanto, eleva
oración por el remanente que aún queda.
“Se mandó un mensajero a Isaías para informarle del resultado de la conferencia. El mensaje enviado por el rey fue éste: ‘Este día es día de angustia, y de reprensión, y de blasfemia’…
“‘Mas el rey Ezechías, y el profeta Isaías hijo de Amós, oraron por esto, y
clamaron al cielo’ (2 Crónicas 32:20)” (Profetas y reyes, pág. 263).
5.....¿Qué respuesta inmediata y reconfortante envió el profeta
al rey Ezequías a través de los mensajeros? Sin embargo, ¿qué otra blasfemia
fue dicha contra Dios por los enemigos crueles y amenazantes?
2 Reyes 19:5-7, 10-13.- (5) Vinieron, pues, los
siervos del rey Ezequías a Isaías. (6) E Isaías les respondió:
Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho
Jehová: No temas por las palabras
que has oído, con las cuales me
han blasfemado los siervos del rey de Asiria. (7) He aquí pondré yo en él un
espíritu, y oirá rumor, y volverá
a su tierra; y haré que en su tierra caiga a espada… (10) Así diréis a Ezequías rey de
Judá: No te engañe tu Dios en
quien tú confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del
rey de Asiria. (11) He aquí tú has oído lo que han
hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas; ¿y escaparás tú? (12) ¿Acaso libraron sus dioses a
las naciones que mis padres destruyeron, esto es, Gozán, Harán, Resef, y los hijos de Edén que estaban en Telasar? (13)
¿Dónde
está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de
Hena y de Iva?
SEGUNDA SÚPLICA
HACIA DIOS
6.....¿En dónde buscó nuevamente ayuda el rey Ezequías? ¿Qué
respuesta clara dio el Señor a su siervo respecto a los asirios orgullosos?
2 Reyes 19:14, 15, 20-22.- (14) Y tomó Ezequías las cartas de mano
de los embajadores; y después que las hubo
leído, subió a la casa de
Jehová, y las extendió Ezequías
delante de Jehová. (15) Y oró Ezequías delante de
Jehová, diciendo: Jehová Dios
de Israel, que moras entre los
querubines, sólo tú eres Dios de
todos los reinos de la tierra; tú
hiciste el cielo y la tierra... (20) Entonces Isaías hijo de Amoz
envió a decir a Ezequías: Así ha
dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de
Asiria, he oído. (21) Esta es
la palabra que Jehová ha pronunciado acerca de él: La virgen hija de Sion te
menosprecia, te escarnece;
detrás de ti mueve su cabeza la hija de Jerusalén. (22)
¿A
quién has vituperado y blasfemado? ¿Y contra quién has alzado la voz, y levantado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel.
“Cuando el rey de Judá recibió la carta desafiante, la llevó al templo, y extendiéndola ‘delante de Jehová’
(Vers. 14), oró con fe enérgica
pidiendo ayuda al Cielo para que las naciones de la tierra supiesen que todavía vivía y reinaba el Dios de
los hebreos. Estaba en juego
el honor de Jehová; y él solo
podía librarlos” (Profetas y
reyes, pág. 263).
7.....¿Qué prevaleció: la fuerza de las armas asirias o la
palabra de Dios que ellos habían blasfemado? ¿Qué terrible crisis terminó? ¿Qué
gran motivación puede encontrar el pueblo de Dios hoy en esta experiencia?
2 Reyes 19:32-37.- (32) Por tanto, así dice Jehová
acerca del rey de Asiria: No
entrará en esta ciudad, ni
echará saeta en ella; ni
vendrá delante de ella con escudo, ni
levantará contra ella baluarte. (33) Por el mismo camino que vino,
volverá, y no entrará en esta
ciudad, dice Jehová. (34) Porque yo ampararé esta ciudad
para salvarla, por amor a mí
mismo, y por amor a David mi siervo. (35) Y aconteció que aquella misma
noche salió el ángel de Jehová, y mató
en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí
que todo era cuerpos de muertos. (36) Entonces Senaquerib rey de
Asiria se fue, y volvió a
Nínive, donde se quedó. (37) Y aconteció que mientras él
adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus
hijos lo hirieron a espada, y huyeron
a tierra de Ararat.
“La tierra de Judá había sido asolada por el ejército ocupante; pero
Dios había prometido atender milagrosamente
las necesidades del pueblo…
“Pronto llegaron a Senaquerib, que estaba todavía guardando el
camino de Judea a Egipto, las
noticias referentes a ese terrible castigo del ejército que había sido
enviado a tomar Jerusalén. Sobrecogido
de temor, el rey asirio apresuró su partida, y ‘volvióse por tanto con vergüenza de rostro a su tierra’.
Pero no iba a reinar mucho más tiempo.
De acuerdo con la profecía que había sido pronunciada acerca de su fin
repentino, fue asesinado por los de
su propia casa, ‘y reinó en su
lugar Esar-hadón su hijo’ (Isaías 37:38).
“El Dios de los hebreos había prevalecido contra el orgulloso asirio.
El honor de Jehová había quedado
vindicado en ojos de las naciones circundantes. En Jerusalén el corazón del pueblo se llenó de santo gozo. Sus fervorosas súplicas por liberación
habían sido acompañadas de la confesión
de sus pecados y de muchas lágrimas. En su gran necesidad, habían
confiado plenamente en el poder de Dios para salvarlos, y él no los había abandonado. Repercutieron entonces en los atrios del
templo cantos de solemne alabanza” (Profetas y
reyes, págs. 266, 267).
PARA UN ESTUDIO
ADICIONAL
2 Reyes
capítulos 18 y 19.
2
Crónicas capítulo 32.
Isaías
capítulos 36 y 37.
Profetas
y reyes, Capítulo 30 (“Librados de Asiria”), págs. 259-270.
“Pero los gobernantes de Asiria, en vez de emplear sus bendiciones
extraordinarias para beneficio de la humanidad, llegaron a ser el azote de muchas tierras. Despiadados, sin consideración para Dios ni
para sus semejantes, se dedicaron con terquedad a obligar a todas las naciones a reconocer la supremacía de los dioses de
Nínive, a los cuales ensalzaban por sobre el Altísimo. Dios les había enviado a Jonás con un mensaje de amonestación,
y durante un tiempo se humillaron delante de Jehová de los ejércitos, y
procuraron su perdón. Pero pronto volvieron a adorar los ídolos y a tratar de
conquistar el mundo…
“El orgullo de Asiria y su caída habían
de servir como lección objetiva hasta el fin del tiempo. Acerca de las
naciones de la tierra que hoy se levantan con arrogancia y orgullo contra él, Dios
pregunta: ‘¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los
árboles de Edén? Pues derribado serás con los árboles de Edén en la tierra
baja’ (vers. 18)” (Profetas y reyes,
págs. 268, 270).
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