viernes, 23 de junio de 2017

Lección 25 | Yo soy la resurrección y la vida


Cristo ha resucitado de la muerte: las primicias de los muertos. La esperanza y la fe fortalecen al alma para que pase por las negras sombras de la tumba, con plena fe de surgir a la vida inmortal en la mañana de la resurrección. ¡El paraíso de Dios, el hogar de los salvados! Allí toda lágrima será quitada de todos los rostros. Cuando Cristo venga por segunda vez, para “ser admirado en todos los que creyeron” (2 Tesalonicenses 1:10), la muerte será sorbida con victoria, y no habrá más enfermedad, más aflicción, más muerte(A fin de conocerle, pág. 360).

EL TEMOR DE LOS SACERDOTES EN SÁBADO
1......Aunque Jesús estaba descansando en la tumba, ¿qué temor atormentaba al sumo sacerdote y fariseos al día siguiente? ¿Por lo tanto, qué le pidieron al gobernador romano hacer?
Mateo 27:62-64.- (62) Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato, (63) diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré. (64) Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.
Poco pudieron descansar el sábado. Aunque no querían cruzar el umbral de un gentil por temor a la contami­nación, celebraron un concilio acer­ca del cuerpo de Cristo. La muerte y el sepulcro debían retener a Aquel a quien habían crucificado. ‘Se junta­ron los príncipes de los sacerdotes y los fariseos a Pilato, diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré. Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el día terce­ro; porque no vengan sus discípulos de noche, y le hurten, y digan al pue­blo: Resucitó de los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. Y Pilato les dijo: Tenéis una guardia: id, aseguradlo como sabéis’” (El Deseado de todas las gentes, pág. 723).

2......¿Concedió el gobernador su pe­tición? ¿Qué colocaron frente a la tumba para asegurarse de que nadie pudiese llevarse el cuerpo de Jesús?
Mateo 27:65, 66.- (65) Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, asegu­radlo como sabéis. (66) Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
Los verdugos de Cristo temían que todavía pudiese volver a la vida y es­capárseles de las manos, por lo que pidieron a Pilato una guardia de sol­dados para que cuidase el sepulcro hasta el tercer día. Esto les fue conce­dido y fue sellada la losa de la entrada del sepulcro, a fin de que los discípu­los no vinieran a llevarse el cuerpo y decir después que había resucitado de entre los muertos…
Al llegar la noche, vinieron los sol­dados a guardar el sepulcro del Sal­vador, mientras los ángeles se cernían invisibles sobre el sagrado lugar(Primeros escritos, págs. 180, 181).
Los sacerdotes dieron instrucciones para asegurar el sepulcro. Una gran piedra había sido colocada delante de la abertura. A través de esta piedra pusieron sogas, sujetando los extre­mos a la roca sólida y sellándolos con el sello romano. La piedra no podía ser movida sin romper el sello. Una guardia de cien soldados fue entonces colocada en derredor del sepulcro a fin de evitar que se le tocase. Los sacerdotes hicieron todo lo que podían para conservar el cuerpo de Cristo donde había sido puesto. Fue sellado tan seguramente en su tumba como si hubiese de permanecer allí para siem­pre(Deseado de todas las gentes, pág. 724).

LOS SOLDADOS PRESENCIAN EL EVENTO MÁS GRANDIOSO
3......¿Qué sucedió mientras todavía era oscuro? ¿En quién se con­virtió el ángel después de reti­rar la piedra?
Mateo 28:2, 3.- (2) Y hubo un gran terre­moto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. (3) Su aspecto era como un relám­pago, y su vestido blanco como la nieve.
Transcurría lentamente la noche, y aunque todavía era obscuro, los vigi­lantes ángeles sabían que se acercaba el momento de libertar a su Caudillo, el amado Hijo de Dios. Mientras ellos aguardaban con profundísima emo­ción la hora del triunfo, un potente ángel llegó del cielo en velocísimo vuelo. Su rostro era como el relám­pago y su vestidura como la nieve. Su fulgor iba desvaneciendo las tinieblas por donde pasaba, y su brillante es­plendor ahuyentaba aterrorizados a los ángeles malignos que habían pre­tendido triunfalmente que era suyo el cuerpo de Jesús. Un ángel de la hues­te que había presenciado la humilla­ción de Cristo y vigilaba la tumba, se unió al ángel venido del cielo y juntos bajaron al sepulcro. Al acercarse am­bos, se estremeció el suelo y hubo un gran terremoto(Primeros escritos, pág. 181).
Este mensajero es el que ocupa la posición de la cual cayó Satanás. Es aquel que en las colinas de Belén proclamó el nacimiento de Cristo. La tierra tiembla al acercarse, huyen las huestes de las tinieblas y, mientras hace rodar la piedra, el cielo parece haber bajado a la tierra. Los soldados le ven quitar la piedra como si fuese un canto rodado, y le oyen clamar: Hijo de Dios, sal fuera; tu Padre te llama. Ven a Jesús salir de la tumba, y le oyen proclamar sobre el sepulcro abierto: ‘Yo soy la resurrección y la vida’. Mientras sale con majestad y gloria, la hueste angélica se postra en adoración delante del Redentor y le da la bienvenida con cantos de ala­banza.
Un terremoto señaló la hora en que Cristo depuso su vida, y otro terre­moto indicó el momento en que triun­fante la volvió a tomar. El que había vencido la muerte y el sepulcro salió de la tumba con el paso de un vence­dor, entre el bamboleo de la tierra, el fulgor del relámpago y el rugido del trueno(El Deseado de todas las gentes, págs. 725, 726).

4......¿Qué efecto tuvo la aparición del ángel en los guardias? ¿Qué suceso vieron los ángeles?
Mateo 28:4.- Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.
2 Timoteo 2:8.- Acuérdate de Jesu­cristo, del linaje de David, resuci­tado de los muertos conforme a mi evangelio.
Al morir Jesús, los soldados habían visto la tierra envuelta en tinieblas al mediodía; pero en ocasión de la resu­rrección vieron el resplandor de los ángeles iluminar la noche, y oyeron a los habitantes del cielo cantar con grande gozo y triunfo: ¡Has vencido a Satanás y las potestades de las tinieblas; has absorbido la muerte por la victoria!
Cristo surgió de la tumba glorifica­do, y la guardia romana lo contem­pló. Sus ojos quedaron clavados en el rostro de Aquel de quien se ha­bían burlado tan recientemente. En este ser glorificado, contemplaron al prisionero a quien habían visto en el tribunal, a Aquel para quien habían trenzado una corona de espinas. Era el que había estado sin ofrecer resis­tencia delante de Pilato y de Hero­des, Aquel cuyo cuerpo había sido lacerado por el cruel látigo, Aquel a quien habían clavado en la cruz, ha­cia quien los sacerdotes y príncipes, llenos de satisfacción propia, habían sacudido la cabeza diciendo: ‘A otros salvó, a sí mismo no puede salvar’ (Mateo 27:42). Era Aquel que había sido puesto en la tumba nueva de José. El decreto del Cielo había libra­do al cautivo. Montañas acumuladas sobre montañas y encima de su se­pulcro, no podrían haberle impedido salir” (El Deseado de todas las gentes, pág. 726).

TERGIVERSANDO LA VERDAD
5......¿A quién informaron los guar­dias inmediatamente sobre la sorprendente noticia de la re­surrección de Jesús? ¿Cómo reaccionaron los sacerdotes y ancianos ante esto?
Mateo 28:11, 12.- (11) Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. (12) Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados.
Al ver a los ángeles y al glorificado Salvador, los guardias romanos se ha­bían desmayado y caído como muer­tos. Cuando el séquito celestial que­dó oculto de su vista, se levantaron y tan prestamente como los podían llevar sus temblorosos miembros se encaminaron hacia la puerta del jardín. Tambaleándose como borra­chos, se dirigieron apresuradamen­te a la ciudad contando las nuevas maravillosas a cuantos encontraban. Iban a donde estaba Pilato, pero su informe fue llevado a las autoridades judías, y los sumos sacerdotes y prín­cipes ordenaron que fuesen traídos primero a su presencia. Estos sol­dados ofrecían una extraña aparien­cia. Temblorosos de miedo, con los rostros pálidos, daban testimonio de la resurrección de Cristo. Contaron todo como lo habían visto; no habían tenido tiempo para pensar ni para decir otra cosa que la verdad, Con dolorosa entonación dijeron: Fue el Hijo de Dios quien fue crucificado; hemos oído a un ángel proclamarle Majestad del cielo, Rey de gloria(El Deseado de todas las gentes, pág. 726).

6......¿Qué hicieron los líderes judíos para minimizar la propagación de la noticia más grandiosa de todos los tiempos?
Mateo 28:13-15.- (13) Diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. (14) Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. (15) Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instrui­do. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.
Hechos 2:25-27, 30-32.- (25) Porque Da­vid dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. (26) Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansa­rá en esperanza; (27) porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción(30) Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, (31) viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. (32) A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Los rostros de los sacerdotes parecían como de muertos. Caifás procuró hablar. Sus labios se movieron, pero no expresaron sonido alguno. Los soldados estaban por abandonar la sala del concilio, cuando una voz los detuvo. Caifás había recobrado por fin el habla. Esperad, esperad –exclamó– No digáis a nadie lo que habéis visto.
Un informe mentiroso fue puesto entonces en boca de los soldados. ‘Decid –ordenaron los sacerdotes– Sus discípulos vinieron de noche, y le hurtaron, durmiendo nosotros”. En esto los sacerdotes se excedieron. ¿Cómo podían los soldados decir que mientras dormían los discípulos habían robado el cuerpo? Si estaban dormidos, ¿cómo podían saberlo? Y si los discípulos hubiesen sido culpables de haber robado el cuerpo de Cristo, ¿no habrían tratado primero los sacerdotes de condenarlos? O si los centinelas se hubiesen dormido al lado de la tumba, ¿no habrían sido los sacerdotes los primeros en acusarlos ante Pilato?
Los soldados se quedaron horrorizados al pensar en atraer sobre sí mismos la acusación de dormir en su puesto. Era un delito punible de muerte. ¿Debían dar falso testimonio, engañar al pueblo y hacer peligrar su propia vida? ¿Acaso no habían cumplido su penosa vela con alerta vigilancia? ¿Cómo podrían soportar el juicio, aun por el dinero, si se perjuraban?” (El Deseado de todas las gentes, pág. 727).

LAS PROMESAS CUMPLIDAS
7......¿Cómo se cumplieron las pala­bras de Jesús y muchas profe­cías mediante la resurrección? ¿Qué efecto tuvo este evento, el más grandioso de todos, en los discípulos? ¿Cómo afecta esto nuestra fe?
Juan 10:17, 18; 11:25.- (10:17) Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. (10:18) Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre… (11:25) Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Mateo 16:21.- Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Lucas 9:22.- Y diciendo: Es necesa­rio que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.
“Cuando la voz del poderoso ángel fue oída junto a la tumba de Cristo, diciendo: ‘Tu Padre te llama’, el Sal­vador salió de la tumba por la vida que había en él. Quedó probada la verdad de sus palabras: ‘Yo pongo mi vida, para volverla a tomar.... Ten­go poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar’. Entonces se cumplió la profecía que había hecho a los sacerdotes y príncipes: ‘Destruid este templo, y en tres días lo levan­taré’” (El Deseado de todas las gentes, pág. 729).
Sobre la tumba abierta de José, Cris­to había proclamado triunfante: ‘Yo soy la resurrección y la vida’. Única­mente la Divinidad podía pronunciar estas palabras. Todos los seres crea­dos viven por la voluntad y el poder de Dios. Son receptores dependientes de la vida de Dios. Desde el más subli­me serafín hasta el ser animado más humilde, todos son renovados por la Fuente de la vida. Únicamente el que es uno con Dios podía decir: Tengo poder para poner mi vida, y tengo poder para tomarla de nuevo. En su divinidad, Cristo poseía el poder de quebrar las ligaduras de la muerte(El Deseado de todas las gentes, pág. 729).

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
Jesús no descendió de la cruz, como algunos le desafiaron a hacer; pero resuci­tó de la tumba. ¿Cuál de estos dos eventos es más convincente de su divinidad?
Considerando las falsedades difundidas por los líderes judíos, ¿es verdad que las personas creerían en la resurrección si vieran a alguien que murió, resucitó otra vez, y apareció a muchos?
Después de estudiar este evento extraordinario, ¿qué seguridad te brinda la resurrección de Jesús?

PARA UN ESTUDIO ADICIONAL
“Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de aquellos que dormían. Estaba representado por la gavilla agitada, y su resurrección se realizó en el mismo día en que esa gavilla era presentada delante del Señor. Durante más de mil años, se había reali­zado esa ceremonia simbólica. Se juntaban las primeras espigas de grano maduro de los campos de la mies, y cuando la gente subía a Jerusalén para la Pascua, se agitaba la gavilla de primicias como ofrenda de agradecimiento delante de Jehová. No podía ponerse la hoz a la mies para juntarla en gavillas antes que esa ofrenda fuese presen­tada. La gavilla dedicada a Dios representaba la mies. Así también Cristo, las primi­cias, representaba la gran mies espiritual que ha de ser juntada para el reino de Dios. Su resurrección es símbolo y garantía de la resurrección de todos los justos muertos. ‘Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús’” (El Deseado de todas las gentes, pág. 729).





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