“Satanás le atacó [a Cristo]
en todo punto, sin embargo, Él
no pecó en pensamiento, en palabra, o en acción. No cometió violencia, ni engaño fue hallado en su boca. Caminando en medio del pecado, fue santo,
inocente e inmaculado. Fue acusado injustamente, pero no abrió su boca para defenderse.
¿Cuántos ahora, cuando son acusados de
algo que no son culpables, sienten que hay un momento en el que la
paciencia deja de ser una virtud, y perdiendo su temperamento, hablan palabras
que contristan al Espíritu Santo?” (Manuscrito 42, 1901;
Seventh-day Adventist Bible Commentary, tomo 4, pág. 1148).
DE UNA CORTE A OTRA
1......Después de condenar y atar a Jesús, ¿A dónde le llevaron
los principales sacerdotes y ancianos? ¿Quiénes rodearon al divino Maestro
cuando fue llevado del tribunal judío a la corte de Pilato?
Marcos 15:1.- Muy de mañana, habiendo tenido consejo los
principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato.
Mateo 27:2.- Y le llevaron atado, y le
entregaron a Poncio Pilato, el
gobernador.
Lucas 23:1.- Levantándose entonces toda la muchedumbre de
ellos, llevaron a Jesús a Pilato.
Juan 18:28.- Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de
mañana, y ellos no entraron en el
pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua.
“En
el tribunal de Pilato, el gobernador
romano, Cristo estaba atado como
un preso. En derredor de él
estaba la guardia de soldados, y el tribunal se llenaba rápidamente de espectadores. Afuera, cerca de la entrada, estaban los jueces del
Sanedrín, los sacerdotes, los
príncipes, los ancianos y la turba.
“Después
de condenar a Jesús, el concilio
del Sanedrín se había dirigido a Pilato para que confirmase y ejecutase la sentencia. Pero estos funcionarios judíos no querían entrar en el
tribunal romano. Según su ley
ceremonial, ello los habría
contaminado y les habría impedido
tomar parte en la fiesta de la Pascua. En su ceguera, no veían que
el odio homicida había contaminado sus corazones. No veían que Cristo era el verdadero Cordero pascual, y que,
por haberle rechazado, para ellos la gran fiesta había perdido su significado” (El Deseado de todas las gentes, pág.
671).
ACUSACIONES
2......Cuando Pilato vio al Inocente, ¿qué preguntó a los
acusadores de Jesús?
Juan 18:29.- Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
“Pilato
miró a los hombres que custodiaban a Jesús, y luego su mirada descansó escrutadoramente en Jesús. Había tenido que tratar con toda clase de
criminales; pero nunca antes
había comparecido ante él un hombre que llevase rasgos de tanta bondad y
nobleza. En su cara no vio
vestigios de culpabilidad, ni
expresión de temor, ni audacia o desafío. Vio a un hombre de porte sereno y digno, cuyo semblante no llevaba los estigmas de un
criminal, sino la firma del cielo.
La apariencia de Jesús hizo una
impresión favorable en Pilato. Su
naturaleza mejor fue despertada. Había oído hablar de Jesús y de sus obras.
Su esposa le había contado algo de
los prodigios realizados por el profeta galileo, que sanaba a los
enfermos y resucitaba a los muertos. ¿Quién
es este hombre, y por qué le habéis traído? dijo. ¿Qué acusación presentáis contra él? Los judíos quedaron desconcertados. Sabiendo que no podían comprobar sus acusaciones contra Cristo, no deseaban un examen público. Respondieron que era un impostor llamado
Jesús de Nazaret” (El Deseado de
todas las gentes, págs. 671, 672).
3......¿Qué respondieron los acusadores judíos al gobernador
romano? ¿Qué era tácito en su respuesta?
Juan 18:30.- Respondieron
y le dijeron: Si éste no fuera malhechor,
no te lo habríamos entregado.
“Cuando los
miembros del Sanedrín, los
primeros hombres de la nación, te
traen un hombre que consideran digno de muerte, ¿es necesario pedir una acusación contra él? Esperaban hacer sentir a Pilato su
importancia, y así inducirle a
acceder a su petición sin muchos preliminares. Deseaban ansiosamente que su sentencia fuese ratificada;
porque sabían que el pueblo que había
presenciado las obras admirables de Cristo podría contar una historia muy
diferente de la que ellos habían fraguado y repetían ahora. Los sacerdotes pensaban que con el débil y vacilante Pilato podrían
llevar a cabo sus planes sin dificultad. En ocasiones anteriores había firmado apresuradamente sentencias
capitales, condenando a la
muerte a hombres que ellos sabían que no eran dignos de ella. En su
estima, la vida de un preso era de poco
valor; y le era indiferente que
fuese inocente o culpable. Los sacerdotes
esperaban que Pilato impusiera ahora la pena de muerte a Jesús sin darle
audiencia. Lo pedían como favor
en ocasión de su gran fiesta nacional” (El Deseado de
todas las gentes, pág. 672).
4......¿Convenció esto a Pilato de la culpabilidad del Acusado? ¿Qué
les dijo él?
Juan 18:31.- Entonces les dijo Pilato: Tomadle
vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A
nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie.
“Si
vuestro juicio es suficiente, dijo, ¿para qué traerme el preso? ‘Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley’. Así
apremiados, los sacerdotes dijeron que
ya le habían sentenciado, pero debían
tener la aprobación de Pilato para hacer válida su condena. ¿Cuál es vuestra sentencia? preguntó
Pilato. La muerte, contestaron,
pero no nos es lícito darla a nadie.
Pidieron a Pilato que aceptase su
palabra en cuanto a la culpabilidad de Cristo, e hiciese cumplir su sentencia. Ellos estaban dispuestos a asumir la responsabilidad
del resultado.
“Pilato
no era un juez justo ni concienzudo; pero aunque débil en fuerza moral, se negó a conceder lo pedido. No quiso condenar a Jesús hasta que se hubiese sostenido una acusación contra él” (El Deseado de todas las gentes, pág.
673).
5......Cuando los judíos vieron que no podían lograr la
sentencia de muerte sin una acción judicial, ¿qué falsas acusaciones comenzaron
a hacer?
Lucas 23:2.- Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un
rey.
“Tan sólo unos días antes de esto, los fariseos habían tratado de entrampar a Cristo
con la pregunta: ‘¿Nos es lícito
dar tributo a César o no?’ Pero Cristo
había desenmascarado su hipocresía. Los romanos que estaban presentes habían visto el completo fracaso de los
maquinadores, y su desconcierto al oír su respuesta: ‘Dad a César lo que es de César’ Ahora los sacerdotes pensaron hacer aparentar que en esa ocasión Cristo había
enseñado lo que ellos esperaban que enseñara. En su extremo apremio, recurrieron a falsos testigos, y
‘comenzaron a acusarle,
diciendo: A éste hemos hallado que
pervierte la nación, y que veda
dar tributo a César, diciendo
que él es el Cristo, el rey’. Eran
tres acusaciones, pero cada una
sin fundamento. Los sacerdotes lo
sabían, pero estaban dispuestos a
cometer perjurio con tal de obtener sus fines”
(El Deseado de todas las gentes, pág. 673).
DIRIGIÉNDOSE AL ACUSADO
6......Después de oír las acusaciones, ¿qué preguntó Pilato a
Jesús? ¿Qué respuesta dio el Salvador a uno de estos alegatos?
Juan 18:33.- Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Lucas 23:3.- Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres
tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole
él, dijo: Tú lo dices.
“Pilato
discernió su propósito. No creía
que el preso hubiese maquinado contra el gobierno. Su apariencia mansa y humilde no concordaba en manera alguna con la
acusación. Pilato estaba
convencido de que un tenebroso complot había sido tramado para destruir a un hombre inocente que estorbaba a los dignatarios judíos.
Volviéndose a Jesús, preguntó: ‘¿Eres tú el Rey de los Judíos?’ El Salvador contestó: ‘Tú lo dices’. Y mientras hablaba, su semblante se iluminó como si un rayo de sol resplandeciese sobre él” (El Deseado de todas las gentes, pág.
674).
MANSO COMO UN CORDERO
7......¿Qué actitud mantuvo Jesús cuando los sacerdotes
levantaron todo tipo de objeciones y acusaciones? ¿Qué profecía había predicho
esto?
Marcos 15:3-5.- (3) Y los principales sacerdotes le acusaban
mucho. (4) Otra vez le preguntó Pilato,
diciendo: ¿Nada respondes?
Mira de cuántas cosas te acusan. (5) Más Jesús ni aun con eso respondió;
de modo que Pilato se maravillaba.
Isaías 53:7.- Angustiado él, y
afligido, no abrió su boca;
como cordero fue llevado al matadero;
y como oveja delante de sus trasquiladores,
enmudeció, y no abrió su boca.
“Cuando oyeron
su respuesta, Caifás y los que
con él estaban invitaron a Pilato a reconocer que Jesús había admitido el
crimen que le atribuían. Con ruidosos
clamores, sacerdotes, escribas y
gobernantes exigieron que fuese
sentenciado a muerte. A esos
clamores se unió la muchedumbre, y el
ruido era ensordecedor. Pilato estaba
confuso. Viendo que Jesús no contestaba
a sus acusadores, le dijo: ‘¿No
respondes algo? Mira de cuántas cosas
te acusan. Mas Jesús ni aun con
eso respondió’. De pie, detrás
de Pilato, a la vista de todos
los que estaban en el tribunal, Cristo
oyó los insultos; pero no contestó
una palabra a todas las falsas acusaciones presentadas contra él. Todo su porte daba evidencia de una
inocencia consciente. Permanecía
inconmovible ante la furia de
las olas que venían a golpearle. Era como si una enorme marejada de ira, elevándose siempre más alto, se
volcase como las olas del bullicioso océano en derredor suyo, pero sin tocarle. Guardaba silencio, pero su silencio era elocuencia. Era como
una luz que resplandeciese del hombre
interior al exterior” (El Deseado de
todas las gentes, pág. 674).
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
¿Fue solo la exigencia de Pilato la que
indicó que el acusado necesitaba ser examinado, o las Sagradas Escrituras
exigen procesos adecuados en dichos casos?
¿Cómo puede uno explicar el hecho que
los líderes judíos, quienes conocían las Escrituras y tenían las instrucciones
concernientes a la justicia en sus manos, llegaron a una conclusión equivocada,
mientras un pagano, Pilato, pudo entender quién era Jesús y qué simbolizaba?
¿Somos capaces de
sufrir la falsa acusación y aún mantener un espíritu calmado e inofensivo, como
Jesús?
PARA UN ESTUDIO ADICIONAL
“Jesús guardó silencio. ‘Angustiado él,
y afligido, no abrió su boca: como cordero fue llevado al matadero; y como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca’” (El Deseado de todas las gentes,
pág. 653).
“Ha surgido gente sin dominio propio;
no han puesto freno a su genio ni a su lengua; y algunos de los tales pretenden
ser seguidores de Cristo, pero no lo son. Jesús no les dio tal ejemplo...
Algunos son… irrazonables y no es fácil persuadirlos o convencerlos. No están
sanos; momentáneamente Satanás los domina en forma plena. Cada una de estas
manifestaciones de ira debilita el sistema nervioso y las facultades morales, y
hace más difícil el dominio de la pasión frente a otra provocación.
“Para esta gente hay
sólo un remedio: un dominio propio positivo en toda circunstancia. El esfuerzo
tendiente a colocarse en lugares favorables, donde la voluntad propia no sea
molestada, puede tener éxito por un tiempo; pero Satanás sabe dónde encontrar a
esas pobres almas, y las atacará en sus puntos débiles una y otra vez. Se
sentirán continuamente perturbadas mientras sigan pensando en sí mismas. Llevan
la carga más pesada que puede llevar un mortal, a saber, el yo no santificado
ni subyugado. Pero hay esperanza para ellos. Poned esta vida, tan tormentosa
debido a sus conflictos y dificultades, en relación con Cristo, y el yo no
pretenderá más tener la supremacía” (Hijos e hijas de Dios, pág. 144).
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