“‘El hombre bueno,
del buen tesoro del corazón saca
buenas cosas; y el hombre
malo, del mal tesoro saca
malas cosas’. ¡Qué corriente de mal y desperdicios fluye por el talento
del habla! ¡Y cuántos niegan a Cristo
por sus palabras! En lugar de
hacer una buena confesión de Cristo por su conversación, dicen: ‘No conozco al Hombre’. Es
muy fácil tener una forma de santidad; pero hacer una completa confesión de nuestra fe en Cristo,
significa que nuestras palabras,
nuestra manera de vestir, y nuestro espíritu testificarán del hecho” (Carta 19, 1897; La voz: su educación y uso correcto,
pág. 65).
SIGUIENDO A LA DISTANCIA
1......Mientras las autoridades tenían a Jesús en la corte, ¿qué
estaban haciendo dos de sus discípulos?
Mateo 26:58.- Mas Pedro le seguía de lejos hasta
el patio del sumo sacerdote;
y entrando, se sentó con los
alguaciles, para ver el fin.
Juan 18:15, 16.- (15)
Y seguían a Jesús Simón Pedro
y otro discípulo. Y este
discípulo era conocido del sumo
sacerdote, y entró con Jesús al
patio del sumo sacerdote; (16) mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió,
pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro.
“Después
de abandonar a su Maestro en el huerto, dos de ellos se habían atrevido a seguir desde lejos a la
turba que se había apoderado de Jesús. Estos
discípulos eran Pedro y Juan. Los sacerdotes
reconocieron a Juan como discípulo
bien conocido de Jesús, y le
dejaron entrar en la sala esperando que, al presenciar la humillación de su Maestro, repudiaría la idea de que un ser tal fuese Hijo de Dios. Juan habló en favor de Pedro y
obtuvo permiso para que entrase también.
En el atrio, se había encendido un fuego; porque era la hora más fría de la
noche, precisamente antes del alba, Un
grupo se reunió en derredor del fuego, y Pedro se situó presuntuosamente entre los que lo formaban. No quería ser reconocido como discípulo
de Jesús. Y mezclándose negligentemente con la muchedumbre, esperaba pasar por alguno de aquellos
que habían traído a Jesús a la sala” (El Deseado de
todas las gentes, pág. 659).
INTENTOS PARA OCULTARSE
2......Viendo a Pedro en la multitud, ¿qué le dijo una joven que
estaba al servicio del sumo sacerdote? ¿Reconoció Pedro que era discípulo de
Jesús?
Juan 18:18, pp.- Y estaban en pie los siervos y los
alguaciles que habían encendido
un fuego; porque hacía frío, y se calentaban…
Marcos 14:66-68.- (66) Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de
las criadas del sumo sacerdote; (67) y
cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas
con Jesús el nazareno. (68) Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que
dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo.
“Pero al
resplandecer la luz sobre el rostro de Pedro, la mujer que cuidaba la puerta le echó una mirada escrutadora. Ella había notado que había entrado con
Juan, observó el aspecto de abatimiento que había en su cara y pensó que sería un discípulo de Jesús. Era una de las criadas de la casa de
Caifás, y tenía curiosidad por saber si estaba en lo cierto. Dijo a Pedro: ‘¿No eres tú también de los discípulos de este hombre?’ Pedro se sorprendió y confundió;
al instante todos los ojos del grupo se fijaron en él. El hizo como que no la comprendía, pero ella insistió y dijo a los que la rodeaban que ese hombre
estaba con Jesús. Pedro se vio obligado
a contestar, y dijo airadamente:
‘Mujer, no le conozco’.
“Pedro
no había querido que fuese conocido su verdadero carácter. Al asumir un aire de indiferencia, se había colocado en el terreno del
enemigo, y había caído fácil presa de la tentación. Si hubiese sido llamado a pelear por su
Maestro, habría sido un soldado valeroso; pero cuando el dedo del escarnio le señaló, se
mostró cobarde. Muchos
que no rehúyen una guerra activa por su Señor, son impulsados por el ridículo a negar su fe. Asociándose
con aquellos a quienes debieran evitar, se
colocan en el camino de la tentación” (El Deseado de
todas las gentes, págs. 658, 659).
3......Cuando otra mujer le reconoció como discípulo de Jesús,
¿qué respondió Pedro la segunda vez?
Mateo 26:71, 72.- (71)
Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el
nazareno. (72) Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre.
“Pedro
procuraba no mostrarse interesado en el juicio de su Maestro, pero su corazón estaba desgarrado por el pesar al oír las crueles burlas y ver los ultrajes que
sufría. Más aún, se sorprendía y
airaba de que Jesús se humillase a sí mismo y a sus seguidores sometiéndose
a un trato tal. A fin de ocultar sus
verdaderos sentimientos, trató
de unirse a los perseguidores de Jesús en sus bromas inoportunas, pero su apariencia no era natural. Mentía por sus actos, y mientras procuraba hablar
despreocupadamente no podía
refrenar sus expresiones de indignación por los ultrajes infligidos a su
Maestro” (El Deseado de
todas las gentes, págs. 659, 660).
OLVIDANDO EL CONSEJO DEL MAESTRO
4......En este momento, ¿recordó Pedro la advertencia que el
Señor le había dado precisamente pocas horas antes?
Lucas 22:31.- Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha
pedido para zarandearos como a trigo.
“Muchos
en la actualidad se encuentran donde se hallaba Pedro cuando con confianza propia afirmó que no iba a
negar a su Señor. Debido a su suficiencia
propia son presa fácil de los engaños de Satanás. Los que son conscientes de su debilidad confían en
un poder superior. Y mientras
miran a Dios, Satanás no
tiene poder sobre ellos. Pero los
que confían en sí mismos son fácilmente derrotados. Recordemos que si no prestamos atención a las
advertencias de Dios, caeremos.
Cristo no evitará las heridas de los que
se introduzcan por su cuenta en el terreno del enemigo. Deja que el autosuficiente avance
impulsado por su supuesta fortaleza, actuando como si supiera más que
su Señor. Entonces sobrevienen el
sufrimiento y una vida trunca, o tal
vez la derrota y la muerte” (Manuscrito 115,
1902; Seventh-day Adventist Bible Commentary, tomo 5, pág. 1102).
FALTA DE VALOR
5......Cuando Pedro fue interrogado por tercera vez sobre su
relación con Jesús, ¿tuvo valor de confesar su fe en el Maestro? Utilizando un
lenguaje ordinario, ¿cómo negó a su Señor otra vez?
Juan 18:26.- Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había
cortado la oreja, le dijo: ¿No te
vi yo en el huerto con él?
Marcos 14:70, sp. 71.- (70)
Y poco después, los que estaban
allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente
tú eres de ellos; porque eres
galileo, y tu manera de
hablar es semejante a la de ellos. (71) Entonces
él comenzó a maldecir, y a jurar:
No conozco a este hombre de quien
habláis.
“Le
fue dada otra oportunidad. Transcurrió
una hora, y uno de los criados
del sumo sacerdote, pariente
cercano del hombre a quien Pedro
había cortado una oreja, le preguntó: ‘¿No te vi yo en el huerto con él?’ ‘Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres Galileo, y tu habla es
semejante’. Al oír esto, Pedro se
enfureció. Los discípulos de
Jesús eran conocidos por la pureza de su lenguaje, y a fin de engañar plenamente a los que le
interrogaban y justificar la actitud que había asumido, Pedro negó ahora a su Maestro con
maldiciones y juramentos” (El Deseado de
todas las gentes, pág. 660).
EL MOMENTO FATÍDICO CUANDO EL GALLO CANTÓ
6......¿Qué se oyó mientras él estaba aún hablando y negando al
Maestro por tercera vez? ¿Qué efecto tuvo la mirada del Señor sobre él, incluso
cuando el canto del gallo estaba aún sonando en sus oídos?
Lucas 22:60 úp. 62.- (60)
Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó. (61) Entonces,
vuelto el Señor, miró a Pedro;
y Pedro se acordó de la palabra del
Señor, que le había dicho: Antes
que el gallo cante, me negarás
tres veces. (62) Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.
“Mientras
los juramentos envilecedores estaban todavía en los labios de Pedro y
el agudo canto del gallo repercutía
en sus oídos, el Salvador se
desvió de sus ceñudos jueces y miró
de lleno a su pobre discípulo. Al mismo tiempo, los ojos de Pedro fueron atraídos hacia su Maestro. En aquel amable semblante, leyó profunda compasión y pesar,
pero no había ira. Al ver ese rostro pálido y doliente,
esos labios temblorosos, esa mirada de compasión y perdón, su corazón fue atravesado como por una
flecha. Su conciencia se despertó.
Los recuerdos acudieron a su memoria
y Pedro rememoró la promesa
que había hecho unas pocas horas antes, de que iría con su Señor a la cárcel y a la muerte. Recordó su pesar cuando el
Salvador le dijo en el aposento alto que negaría
a su Señor tres veces esa misma noche. Pedro acababa de declarar que no conocía a Jesús, pero ahora comprendía, con amargo pesar, cuán bien su Señor lo
conocía a él, y cuán exactamente
había discernido su corazón, cuya
falsedad desconocía él mismo” (El Deseado de
todas las gentes, pág. 660).
LA PUERTA DE MISERICORDIA AÚN ABIERTA
7......¿Cerró Jesús la puerta de misericordia y la relación
fraternal en contra de Pedro después de su negación vergonzosa? ¿Qué lección
hay en esto para nosotros cuando enfrentamos la hora de tentación?
Lucas 22:32.- Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Mateo 26:41.- Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
“Pedro
negó a su Señor en la hora de la prueba, pero Jesús no dejó a su pobre discípulo. Aunque Pedro se odiaba a sí mismo, el Señor lo amaba; y después de su resurrección, lo llamó por su nombre, y le envió un amante mensaje. ¡Oh, qué Salvador bondadoso, amante y compasivo tenemos nosotros!
Y él nos ama aunque erremos” (A fin de conocerle, pág. 281).
“Después que Pedro fue inducido a negarse a sí mismo y a depender en absoluto del poder divino,
recibió su llamamiento a trabajar
como sub pastor. Cristo había
dicho a Pedro, antes que le negara: ‘Y
tú una vez vuelto, confirma a tus hermanos’ (Luc.22: 32). Estas
palabras indicaban la obra extensa y
eficaz que este apóstol debía hacer en lo futuro en favor de aquellos que aceptaban la fe. Su experiencia personal con el pecado,
el sufrimiento y el arrepentimiento,
lo habían preparado para esa obra. Mientras
no reconoció sus debilidades, no pudo conocer la necesidad que tenían
los creyentes de depender de Cristo. En
medio de la tormenta de la tentación había llegado a comprender que el hombre
solamente puede caminar seguro cuando pierde toda confianza en sí mismo y la deposita en el Salvador” (Los hechos de los apóstoles, pág.
414).
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
Considerando las experiencias que hayas
hecho en el pasado, ¿te sientes más o menos seguro/a que Pedro cuando tienes
que depender de ti mismo?
¿Fueron Pedro y Saulo los únicos que
debían renunciar a su confianza propia, o todos tenemos que hacer dicha
experiencia?
Si no podemos controlarnos más de lo
que pudo Pedro, ¿cómo lidiamos con aquellos que nos hieren, como Pedro hirió a
Cristo?
¿Estamos dispuestos y
preparados para lidiar con dichas circunstancias y personas en la manera que
Jesús hizo con Pedro?
PARA UN ESTUDIO ADICIONAL
“Se puede confiar en los que ponen a Cristo en primer lugar en todo.
Que no dependan de sí mismos,
ni ahoguen su interés religioso en su
negocio. ¿Ha confiado Dios intereses sagrados al hombre? Entonces él espera que sientan su propia
debilidad y dependencia de Dios. Es peligroso que los hombres confíen en su propio entendimiento;
por lo tanto debieran buscar diariamente
de arriba la fuerza y la sabiduría. Dios
debe estar en todos sus pensamientos; así todas las asechanzas y
sutilezas de la antigua serpiente no podrán inducirlos a un descuido pecaminoso
de su deber. Harán frente al adversario
con el simple instrumento que Dios usó: ‘Escrito está’. O bien lo reprenderán con un: ‘¡Vete Satanás!’
(Mateo
4:10). “El único camino seguro
lo señaló Jesús en su amonestación: ‘Velad y orad’ (Mateo
26:41). Hay necesidad de vigilancia. Nuestros propios corazones son engañosos; estamos rodeados de todas
las debilidades y flaquezas humanas, y Satanás está decidido a destruir. Nosotros podremos no estar en guardia, pero
nuestro adversario nunca está ocioso. Conociendo su infatigable vigilancia,
no durmamos, como lo hacen otros,
antes ‘sed, pues, sobrios, y velad en
oración’ (1 Pedro 4:7; 5:8). Hay
que hacer frente al espíritu y la influencia del mundo, pero no debiera permitirse que éstos se
posesionen de nuestra mente y corazón” (Testimonios para la iglesia, tomo
5, págs. 385, 386).
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