“En aquel entonces había una fe que
atraía respuestas del Cielo a las oraciones, una fe que se atenía a la recompensa. Como los aguaceros que caen en tierra sedienta, el Espíritu de gracia descendió sobre los que le buscaban con
sinceridad. Los que esperaban verse pronto cara a cara con su Redentor
sintieron una solemnidad y un gozo indecibles. El poder suavizador y sojuzgador del Espíritu Santo cambiaba los
corazones, pues sus bendiciones eran dispensadas abundantemente sobre los
fieles creyentes”. C. Siglos, pág. 454.
GERMINACIÓN, CRECIMIENTO Y MADURACIÓN
1.....¿Qué parábola explica cómo el poder de Dios produce
germinación, crecimiento y fructificación?
Marcos 4:26-29.- (26) Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre
echa semilla en la tierra; (27) y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y
crece sin que él sepa cómo. (28) Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego
espiga, después grano lleno en la espiga; (29) y cuando el fruto está maduro, en seguida
se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
1 Corintios 3:6.- Yo planté, Apolos regó; pero el
crecimiento lo ha dado Dios.
“La parábola de la semilla revela que Dios obra en la naturaleza.
La semilla tiene en sí un principio
germinativo, un principio que
Dios mismo ha implantado; y, sin embargo, si se abandonara la semilla a sí misma, no tendría poder para brotar.
El hombre tiene una parte que
realizar para promover el crecimiento del grano. Debe preparar y abonar el terreno y arrojar en él la simiente. Debe arar el campo. Pero hay un
punto más allá del cual nada puede hacer. No
hay fuerza ni sabiduría humana que pueda hacer brotar de la semilla la planta
viva. Después de emplear sus
esfuerzos hasta el límite máximo, el
hombre debe depender aún de Aquel que ha unido la siembra a la cosecha con eslabones
maravillosos de su propio poder omnipotente”. Palabras de Vida
del Gran Maestro, pág. 43.
AISLAMIENTO Y PROTECCIÓN
2.....¿Qué elemento es absolutamente esencial para el crecimiento
y maduración de una planta? ¿Qué poder es también esencial para que crezcamos
en Cristo?
Deuteronomio 11:14.- Yo daré la lluvia de vuestra tierra a
su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano,
tu vino y tu aceite.
Juan 20:22.- Y habiendo dicho esto, sopló, y
les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
“La germinación de la semilla representa el comienzo de la vida
espiritual, y el desarrollo de
la planta es una figura del desarrollo del carácter. No puede haber vida sin crecimiento.
“La planta crece, o muere. Del mismo modo que su crecimiento es silencioso,
imperceptible pero continuo, así
es también el crecimiento del carácter. En cualquier etapa del desarrollo, nuestra vida puede ser perfecta;
sin embargo, si se cumple el
propósito de Dios para con nosotros, habrá un progreso constante.
“La planta crece porque recibe lo que Dios ha provisto para mantener
su vida. Del mismo modo se logra
el crecimiento espiritual por medio de la cooperación con los agentes divinos.
Así como la planta se arraiga en el
suelo, nosotros debemos arraigarnos en Cristo. Así como la planta recibe la luz del sol, el
rocío y la lluvia, nosotros debemos recibir el Espíritu Santo”. La Maravillosa
Gracia de Dios, pág. 197.
3.....¿Qué provee el Señor constantemente en el mundo natural
para la vida? ¿Cómo proporcionan la lluvia temprana y la tardía elementos
esenciales para la vida?
Isaías 55:10-11.- (10) Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve,
y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y
producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, (11) así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino
que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la
envié.
Joel 2:23.- Vosotros también, hijos de Sion,
alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la
primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia
temprana y tardía como al principio.
“En el Oriente la lluvia temprana cae en el tiempo de la siembra.
Es necesaria para que la semilla germine.
Gracias a la influencia de estas
precipitaciones fertilizantes, aparecen los tiernos brotes. La lluvia tardía, que cae hacia el fin de
la temporada, madura el grano y lo prepara para la siega. El Señor emplea estos fenómenos
naturales para ilustrar la obra del Espíritu Santo. Así como el rocío y la lluvia caen al principio
para que la semilla germine, y luego para que la cosecha madure, se da el Espíritu Santo para que lleve
a cabo a través de sus etapas el proceso del crecimiento espiritual. La
maduración del grano representa la terminación
de la obra de la gracia de Dios en el alma. Mediante el poder del Espíritu Santo se ha de
perfeccionar en el carácter la imagen moral de Dios. Debemos ser
totalmente transformados a la semejanza de Cristo”. Testimonios para
Ministros, pág. 506.
EL ESPÍRITU SANTO EN FORMA DE LLUVIA
4.....¿Qué necesitamos pedir al Señor constantemente? ¿Qué representan
la lluvia temprana y tardía?
Zacarías 10:1.- Pedid a Jehová lluvia en la estación
tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba
verde en el campo a cada uno.
“Bajo la figura de la lluvia temprana y tardía que cae en los países
orientales al tiempo de la siembra y la cosecha, los profetas hebreos predijeron el derramamiento
de la gracia espiritual en una medida extraordinaria sobre la iglesia de Dios.
El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fué el comienzo de
la lluvia temprana, y gloriosos fueron los resultados. Hasta el fin del tiempo, la presencia del Espíritu ha de morar con
la iglesia fiel.
“Pero acerca del fin de la siega de la tierra,
se promete una concesión especial de gracia espiritual, para preparar a
la iglesia para la venida del Hijo del hombre. Este derramamiento del Espíritu se compara con la caída de la lluvia
tardía; y en procura de este poder adicional, los cristianos han de elevar sus
peticiones al Señor de la mies ‘en la sazón tardía’ (Zacarías
10:1). En respuesta, ‘Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante’
‘Hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía’ (Joel 2:23)”. Los Hechos de los
Apóstoles, pág. 44, 45.
5.....Al igual que el agricultor que suplica al Señor por
lluvia para que sus plantas crezcan y los frutos maduren, ¿qué tenemos que
hacer para recibir el Espíritu Santo?
Santiago 5:7.- Por tanto, hermanos, tened
paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera
el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que
reciba la lluvia temprana y la tardía.
Efesios 6:18.- Orando en todo tiempo con toda oración
y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia
y súplica por todos los santos.
“‘Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía’. No os conforméis con la idea de que la
lluvia va a caer a su debido tiempo. Pedidla.
El crecimiento y la maduración de la
semilla no dependen del agricultor. Sólo Dios puede madurar la cosecha. Pero se requiere la cooperación del hombre.
La obra de Dios en favor de nosotros
demanda la actividad de nuestra mente, y que ejerzamos fe. Debemos
requerir sus favores con todo el corazón si deseamos que las lluvias de gracia
desciendan sobre nosotros. Debiéramos
aprovechar toda oportunidad de ubicarnos en el canal de bendición. Cristo dijo: ‘Donde están dos o tres congregados en
mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos’. Las convocaciones de la iglesia, tales como las asambleas generales, las reuniones de la iglesia local, y todas
las oportunidades en que se trabaja
personalmente por las almas, son las ocasiones
señaladas por Dios para dar la lluvia temprana y la tardía”. Testimonios para
los Ministros, pág. 508.
ESPERANDO LAS LLUVIAS DE BENDICIONES DEL ESPÍRITU
6.....¿Por qué poder necesitamos orar? ¿Nuestra participación
en las reuniones de la iglesia es suficiente para que el Señor nos dé su
Espíritu Santo?
Judas 20-21.- Pero vosotros, amados, edificándoos
sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos
en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor
Jesucristo para vida eterna.
Salmos 119:1-3.- (1) Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley
de Jehová. (2) Bienaventurados los que guardan sus
testimonios, y con todo el corazón le buscan; (3) Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos.
“Pero nadie piense que por asistir a esas reuniones su deber ya está
cumplido. El asistir solamente a
todas las reuniones que se realizan, no implicará bendición para el alma…
Por lo tanto, no debemos escatimar la súplica. No debemos confiar en la forma en que comúnmente actúa la providencia.
Debemos orar para que Dios abra las
fuentes de las aguas de vida. Y nosotros
mismos debemos recibirlas. Oremos
con corazón contrito y con el mayor fervor para que ahora, en el tiempo de la
lluvia tardía, los aguaceros de la gracia caigan sobre nosotros. Cada vez que asistamos a una reunión, deben
ascender nuestras plegarias para que en ese mismo momento Dios imparta calor y
humedad a nuestras almas. Al buscar
a Dios para que nos conceda el Espíritu Santo, él producirá en nosotros mansedumbre, humildad de mente, y una
consciente dependencia de Dios con respecto a la lluvia tardía que trae
perfección. Si oramos con fe por esa
bendición, la recibiremos tal como Dios lo ha prometido”. Testimonios para
los Ministros, pág. 509.
7.....¿La promesa del Espíritu Santo es para todos los
creyentes en general? ¿Quién tendrá el privilegio de recibir el cumplimiento
de esta promesa?
Amós 4:7.- También os
detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover
sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una
parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó.
“Sólo los que estén viviendo a la altura de la luz que tienen,
recibirán más luz. A menos que estemos
avanzando diariamente en la ejemplificación de las virtudes cristianas activas,
no reconoceremos las manifestaciones
del Espíritu Santo en la lluvia tardía. Podrá estar derramándose en los corazones de los que están en torno de
nosotros, pero no lo percibiremos ni lo recibiremos.
“Podemos estar seguros
de que cuando el Espíritu Santo sea
derramado, los que no recibieron
y apreciaron la lluvia temprana no verán ni entenderán el valor de la lluvia
tardía”. Testimonios para los Ministros, pág. 507, 399.
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“Hay vida en la semilla, hay poder en el terreno; pero a menos que se ejerza día y noche el poder
infinito, la semilla no dará frutos. Deben
caer las lluvias para dar humedad a los campos sedientos, el sol debe impartir calor, debe comunicarse
electricidad a la semilla enterrada. El
Creador es el único que puede hacer surgir la vida que él ha implantado.
Cada semilla crece, cada planta se
desarrolla por el poder de Dios”. Palabras de Vida del Gran Maestro,
pág. 44.
“Cuando
las iglesias lleguen a ser iglesias vivientes y laboriosas, se les dará el Espíritu
Santo en respuesta a su sincero pedido…. Entonces se abrirán las ventanas del
cielo para los aguaceros de la lluvia tardía” (Eventos de los
Últimos Días, pág. 165).
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