“Se nos presentan
importantes lecciones en este incidente de Elías. Cuando estuvo en la cima del monte Carmelo y ofreció oración suplicando
lluvia, su fe fue probada, pero perseveró
en hacer conocer su pedido a Dios. Seis
veces oró fervientemente, sin
señal de que su petición fuera concedida, pero con una fe fuerte continuó suplicando al trono de la gracia.
Si se hubiera desanimado la sexta vez, su oración no hubiera recibido
respuesta, pero él perseveró hasta que
llegó la contestación. Tenemos un
Dios cuyo oído no está cerrado a nuestras peticiones; y si probamos su palabra, honrará nuestra fe.
Desea que todos nuestros intereses
estén entretejidos con los suyos, y entonces puede bendecirnos con toda
seguridad; porque no nos adjudicaremos la gloria al recibir la bendición, sino
que tributaremos toda la alabanza a Dios.” –Hijos e Hijas de
Dios, pág. 208.
EL MENSAJE DEL SEÑOR PARA EL REY
1.....¿Qué había declarado el profeta Elías al apóstata rey
Acab cuando ningún otro medio había llevado a cabo el arrepentimiento y
conversión de él y del pueblo de Israel?
1 Reyes 17:1.- Entonces Elías,
el tisbita, que era uno de los habitantes de Galaad, dijo a Acab: «¡Vive
Jehová, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío
en estos años, hasta que mi boca lo diga!»
“Sólo
había un remedio para el castigado Israel, y consistía en que se apartase de los pecados que habían atraído sobre
él la mano castigadora del Todopoderoso, y que se volviese al Señor de todo su corazón. Se le había hecho esta promesa: “Si
yo cerrare los cielos, que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que
consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi
pueblo, sobre los cuales mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro,
y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2 Crónicas 7:13, 14. Con el
fin de obtener este resultado bienaventurado, Dios continuaba privándolos de rocío y lluvia hasta que se produjese
una reforma decidida.” –Profetas y Reyes, pág. 93.
LA SEQUÍA SE VUELVE CRÍTICA
2.....Sin lluvia en ninguna parte de la tierra, ¿cuán difícil
se les hacía encontrar pasto para el ganado después de tres años?
1 Reyes 17: 7.- Pasados algunos días, se secó el arroyo,
porque no había llovido sobre la tierra.
1
Reyes 18:3, 5.- (3) Acab llamó a Abdías,
su mayordomo. Abdías era muy temeroso de Jehová. (5) Dijo, pues, Acab a
Abdías: —Ve por el país a todas las fuentes de aguas y a todos los arroyos,
a ver si acaso encontramos pasto con que conservar con vida a los
caballos y a las mulas, para que no nos quedemos sin bestias.
“Durante
los largos años de sequía y hambre, Elías rogó fervientemente que el corazón de Israel se tornase de la
idolatría a la obediencia a Dios. Pacientemente
aguardaba el profeta mientras
que la mano del Señor apremiaba gravosamente la tierra castigada. Mientras veía multiplicarse por todos
lados las manifestaciones de sufrimiento y escasez, su corazón se
agobiaba de pena y suspiraba por el poder de provocar una presta reforma. Pero Dios mismo estaba cumpliendo su plan,
y todo lo que su siervo podía hacer era seguir orando con fe y aguardar el
momento de una acción decidida.” –Profetas y Reyes, pág. 97.
“Israel
había tenido abundantes ocasiones de regocijarse. La tierra a la cual el Señor le había llevado fluía leche y miel.
Durante las peregrinaciones por el
desierto, Dios le había asegurado que lo conducía a un país donde nunca
necesitaría sufrir por falta de lluvia. ‘Esto era lo que le había
dicho: “La tierra a la cual entras para poseerla… ‘es tierra de montes y de
vegas; de la lluvia del cielo ha de beber las aguas….’ “La promesa de una abundancia de lluvia les había sido dada a condición
de que obedeciesen.” –Profetas y Reyes, pág. 99.
ELÍAS BUSCADO POR TODAS PARTES
3.....¿Dónde buscaban a Elías sin resultado? Finalmente, ¿qué
tarea recibió Elías de Dios? ¿Qué mensaje de esperanza fue incluido en el aviso
dado a Acab?
1
Reyes 18:10.- ¡Vive
Jehová, tu Dios!, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no
haya enviado a buscarte, y cuando respondían: “No está
aquí”, hacía jurar a reinos y a naciones que no te habían hallado.
1
Reyes 18:1.- Pasó
mucho tiempo, y tres años después, llegó palabra de Jehová a Elías, diciendo:
«Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra.»
“La
predicción de Elías recibía un cumplimiento terrible. Durante tres años, el mensajero que
había anunciado la desgracia fue buscado de ciudad en ciudad y de nación en
nación. A la orden de Acab, muchos
gobernantes habían jurado por su honor que no podían encontrar en sus dominios
al extraño profeta. Sin embargo, la
búsqueda había continuado; porque Jezabel y los profetas de Baal aborrecían a
Elías con odio mortal, y no
escatimaban esfuerzo para apoderarse de él. Y mientras tanto no llovía.” –Profetas y Reyes,
pág. 100.
“Obedeciendo
a la orden, “fué pues Elías a mostrarse a Acab.” Más o menos cuando
el profeta emprendió su viaje a Samaria, Acab había propuesto a Abdías,
gobernador de su casa, que hiciesen una cuidadosa búsqueda de los manantiales y
arroyos, con la esperanza de hallar pasto para sus rebaños hambrientos. Aun en la corte real se hacía sentir
agudamente el efecto de la larga sequía. El rey, muy preocupado por lo que esperaba a su casa, decidió unirse personalmente a su siervo
en busca de algunos lugares favorecidos donde pudiese obtenerse pasto.”
–Profetas y Reyes, pág. 100.
APELACIÓN AL PUEBLO APÓSTATA
4.....¿Con quién se encontró Elías primero y qué se le indicó
hacer? ¿Cuán poderoso fue el mensaje que el profeta le dio al rey que el pueblo
se reunió en el Monte Carmelo?
1
Reyes 18:15, 16, 19-21.- (15) Elías le dijo: ¡Vive
Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy!, que hoy me presentaré ante
él. (16) Entonces Abdías
fue a encontrarse con Acab, le dio el aviso, y Acab fue a encontrarse
con Elías. (19) Manda, pues, ahora a que todo Israel se
congregue en el monte Carmelo, con los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal
y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de
Jezabel. (20) Acab convocó
a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo.
(21) Entonces Elías,
acercándose a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo vacilaréis vosotros
entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; si Baal, id en
pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
“Con
asombro mezclado de terror, el rey oyó el mensaje enviado por el hombre a quién
temía y aborrecía, a quien había
buscado tan incansablemente. Bien sabía
que Elías no expondría su vida con el simple propósito de encontrarse con él.
¿Sería posible que el profeta
estuviese por proclamar otra desgracia contra Israel? El corazón del rey se sobrecogió de
espanto. Recordó cómo se
había desecado el brazo de Jeroboam. Acab no podía dejar de obedecer a
la orden, ni se atrevía a alzar la mano contra el mensajero de Dios. De manera
que, acompañado por una guardia de
soldados, el tembloroso monarca se fué al encuentro del profeta. “Este y el rey se hallan por fin frente
a frente. Aunque Acab rebosa de
odio apasionado, en la presencia de Elías parece carecer de virilidad y de
poder. En las primeras palabras que alcanza a balbucir: “¿Eres tú el que
alborotas a Israel?” revela inconscientemente los sentimientos más íntimos de
su corazón. Acab sabía que se debía a la
palabra de Dios que los cielos se hubiesen vuelto como bronce, y sin embargo procuraba culpar al profeta
de los gravosos castigos que apremiaban la tierra… “Es natural que el que obra mal tenga a los
mensajeros de Dios por responsables de las calamidades que son el seguro
resultado que produce el desviarse del camino de la justicia. Los que se colocan bajo el poder de
Satanás no pueden ver las cosas como Dios las ve.” –Profetas y Reyes,
pág. 102.
EL ANUNCIO DE LA LLUVIA INMINENTE
5.....Confiando plenamente en el mensaje de Dios, ¿qué le dijo Elías
al rey? ¿Qué oración sincera presentó el profeta al Señor por la lluvia?
1
Reyes 18:41, 42.- (41) Entonces Elías
dijo a Acab: «Sube, come y bebe; porque ya se oye el ruido de la lluvia.»
(42) Acab subió a
comer y a beber. Pero Elías subió a la cumbre del Carmelo y,
postrándose en tierra, puso el rostro entre las rodillas.
“Elías
se humilló a sí mismo, hasta que estuvo en una condición tal que no se atribuiría
la gloria a sí mismo. Esta es la
condición bajo la cual Dios oye la oración, porque entonces le daremos a él la alabanza... Únicamente Dios es digno de ser glorificado.”–Nuestra Elevada Vocación,
pág. 135.
“El
que Elías pudiese invitar confiadamente a Acab a que se preparase para la
lluvia no se debía a que hubiese evidencias externas de que estaba por llover. El profeta no veía nubes en los cielos; ni oía truenos. Expresó simplemente las palabras que el
Espíritu del Señor le movía a decir en respuesta a su propia fe poderosa. Durante todo
el día, había cumplido sin vacilar la voluntad de Dios, y había revelado su confianza
implícita en las profecías de la palabra de Dios; y ahora, habiendo hecho todo
lo que estaba a su alcance, sabía que el Cielo otorgaría libremente las
bendiciones predichas. El mismo Dios
que había mandado la sequía había prometido abundancia de lluvia como
recompensa del proceder correcto; y ahora Elías aguardaba que se derramase la
lluvia prometida. En actitud humilde,
“su rostro entre las rodillas,” suplicó a Dios en favor del penitente Israel.
–Profetas y Reyes, pág. 114.
CONFIANZA EN LA RESPUESTA DEL SEÑOR
6.....Estando seguro de que el mensaje del Señor se cumpliría,
¿qué le dijo Elías a su siervo cuando aún no había señal de lluvia? ¿Qué
ocurrió en cumplimiento de la palabra de Dios?
1
Reyes 18:43-45.- (43) Luego dijo a su
criado: —Sube ahora y mira hacia el mar. Él subió, miró y
dijo: —No hay nada. Pero Elías le ordenó de nuevo: —Vuelve
siete veces. (44) A la séptima vez el criado dijo:
—Veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube
del mar. Elías dijo: —Ve y dile a Acab: “Unce tu carro y
desciende, para que la lluvia no te lo impida.” (45) Entre tanto,
aconteció que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo un gran
aguacero. Subió a su carro Acab y se fue a Jezreel.
“Seis
veces el siervo volvió diciendo que no había señal de lluvia en los cielos que
parecían de bronce. Sin
desanimarse, Elías le envió
nuevamente; y esta vez el siervo regresó con la noticia: ‘Yo veo una pequeña nube como la palma de la
mano de un hombre, que sube de la mar.”’ “Esto bastaba. Elías
no aguardó que los cielos se ennegreciesen. En esa pequeña nube, vio por fe una lluvia abundante y de acuerdo a esa
fe obró... Mientras oraba, su fe
se aferraba a las promesas del Cielo; y perseveró en su oración hasta que sus
peticiones fueron contestadas. No aguardó hasta tener la plena
evidencia de que Dios le había oído, sino que estaba dispuesto a aventurarlo todo al notar la menor señal del favor
divino. Y sin embargo, lo que él
pudo hacer bajo la dirección de Dios, todos pueden hacerlo en su esfera de
actividad mientras sirven a Dios...” –Profetas y Reyes,
pág. 115.
UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE
7.....¿Qué tan bien conocido es este evento? ¿Qué enseña acerca
de la fe y la oración?
Santiago 5:17, 18.- (17) Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las
nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no
llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. (18) Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia
y la tierra produjo su fruto.
“Una
fe tal es lo que se necesita en el mundo hoy, una fe que se aferre a las promesas
de la palabra de Dios, y se niegue
a renunciar a ellas antes que el Cielo oiga. Una fe tal nos relaciona estrechamente con el Cielo, y nos imparte
fuerza para luchar con las potestades de las tinieblas. Por la fe los hijos de Dios “ganaron
reinos, obraron justicia,
alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos,
evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes
en batallas, trastornaron campos de extraños.” Hebreos 11:33, 34. Y por la
fe hemos de llegar hoy a las alturas del propósito que Dios tiene para
nosotros. “Si puedes creer, al que
cree todo es posible.” Marcos 9:23. –Profetas y Reyes,
pág. 115.
MEDITACIÓN
- ¿Qué es esencial para obtener la victoria cuando enfrentamos la oposición más fuerte?
- ¿Es posible para Dios ayudarnos, incluso con el uso de la naturaleza cuando la apostasía debe ser enfrentada?
- ¿Qué gran promesa se hace a aquellos que piden de acuerdo a la voluntad de Dios y para su honra?
ESTUDIO ADICIONAL
La Educación, pág. 151; Profetas y Reyes, pp.
115, 116.
“El Señor aborrece la indiferencia y la deslealtad en tiempo de
crisis para su obra. Todo el universo
contempla con interés indecible las escenas finales de la gran controversia
entre el bien y el mal. Los hijos
de Dios se están acercando a las fronteras del mundo eterno; ¿qué
podría resultar de más importancia para ellos que el ser leales al Dios del
cielo? A través de los siglos, Dios
ha tenido héroes morales; y los tiene ahora en aquellos que, como José, Elías y
Daniel, no se avergüenzan de reconocerse como su pueblo particular. La bendición especial de Dios acompaña las
labores de los hombres de acción que no se dejan desviar de la línea recta ni
del deber, sino que con energía divina preguntan: “¿Quién es de Jehová?”
Éxodo 32:26. Son hombres que no se conforman con hacer la pregunta, sino que
piden a quienes decidan identificarse con el pueblo de Dios que se adelanten y revelen
inequívocamente su fidelidad al Rey de reyes y Señor de señores. Tales hombres subordinan
su voluntad y sus planes a la ley de Dios. Por
amor hacia él, no consideran preciosa su vida. Su obra consiste en recibir
la luz de la Palabra y dejarla resplandecer sobre el mundo en rayos claros y
constantes. Su lema es ser fieles a Dios.” –Profetas y Reyes, pág.
108.
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