“El pueblo de Dios –algunos en las celdas de las cárceles, otros escondidos en ignorados escondrijos
de bosques y montañas– invoca aún
la protección divina, mientras que por todas partes compañías de hombres armados, instigados por legiones de
ángeles malos, se disponen a
emprender la obra de muerte. Entonces, en la hora de supremo apuro, es cuando el Dios de Israel intervendrá para librar a
sus escogidos. El Señor dice:
‘Vosotros tendréis canción, como en
noche en que se celebra pascua; y alegría de corazón, como el que va… al
monte de Jehová, al Fuerte de Israel. Y Jehová
hará oír su voz potente, y hará
ver el descender de su brazo, con furor de rostro, y llama de fuego consumidor; con dispersión, con
avenida, y piedra de granizo’ (Isaías 30:29, 30)” –El Conflicto
de los Siglos, pág. 693.
RESURRECCIÓN PARCIAL
1.....Además de traer liberación a sus hijos probados, ¿qué generará la voz de
Dios que se escucha durante la séptima plaga?
Daniel 12:1, 2.- “Y en
aquel tiempo se levantará Miguel, el
gran Príncipe que está por los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente
hasta entonces; mas en aquel tiempo será
libertado tu pueblo, todos los que se hallaren escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de
la tierra serán despertados, unos
para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”.
Isaías 49:24, 25.- “¿Será
quitada la presa al valiente? ¿Libertaráse
la cautividad legítima? Así empero dice
Jehová: Cierto, la cautividad
será quitada al valiente, y la
presa del robusto será librada; y
tu pleito yo lo pleitearé, y yo salvaré a tus hijos”.
“En rápida sucesión se produjeron señales y
prodigios. Todo parecía haberse
desquiciado. Cesaron de fluir
los ríos. Aparecieron densas y
tenebrosas nubes que entrechocaban unas con otras. Pero había un claro de persistente esplendor de
donde salía la voz de Dios como el sonido de muchas aguas estremeciendo los
cielos y la tierra. Sobrevino un
tremendo terremoto. Abriéronse
los sepulcros y los que habían muerto teniendo fe en el mensaje del tercer
ángel y guardando el sábado se levantaron, glorificados, de sus polvorientos lechos para escuchar el pacto de paz que Dios iba a hacer con quienes habían
observado su ley” –Primeros Escritos, pág. 285.
2.....¿Qué declarará Dios Padre a su pueblo y cuándo?
Marcos 13:32.- “Empero de
aquel día y de la hora, nadie sabe; ni
aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”.
“El firmamento se abría y cerraba en
violenta conmoción. Las montañas
se agitaban como cañas batidas por el viento, arrojando peñascos por todo el derredor. El mar hervía como una caldera y lanzaba
piedras a la tierra. Al declarar Dios el día y la hora de la
venida de Jesús y conferir el sempiterno pacto a su pueblo,
pronunciaba una frase y se detenía mientras las palabras de la frase
retumbaban por toda la tierra. El Israel de Dios permanecía con la mirada fija en lo alto, escuchando las
palabras según iban saliendo de
labios de Jehová y retumbaban por toda la tierra con el estruendo de horrísonos
truenos. Era un espectáculo pavorosamente solemne. Al final de cada frase los santos exclamaban: ‘¡Gloria! ¡Aleluya!’. Estaban sus semblantes iluminados por la
gloria de Dios, y refulgían como
el rostro de Moisés, al bajar del Sinaí. Los malvados no podían mirarlos porque los ofuscaba el resplandor.
Y cuando Dios derramó la sempiterna bendición sobre quienes le habían honrado santificando
el sábado, resonó un potente grito de victoria sobre la bestia y su imagen” –Primeros
Escritos, págs. 285, 286.
EL REGRESO DEL SEÑOR
3.....¿Cuál será el acontecimiento más grande de todos los tiempos que
entonces tendrá su maravilloso cumplimiento?
Apocalipsis 19:11-16.- “Y vi el
cielo abierto: y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre
él, era llamado Fiel y Verdadero,
el cual con justicia juzga y pelea.
Y sus ojos eran como llama de fuego,
y había en su cabeza muchas diademas;
y tenía un nombre escrito que ninguno entendía
sino Él mismo. Y estaba vestido de
una ropa teñida en sangre, y su
nombre es llamado EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos,
vestidos de lino finísimo, blanco y limpio. Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las gentes. Y Él los regirá con vara de
hierro; y pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene
escrito este nombre: REY DE REYES
Y SEÑOR DE SEÑORES”.
Lucas 21:27.- “Y entonces
verán al Hijo del Hombre, que
vendrá en una nube con potestad y majestad grande”.
“Pronto apareció la gran nube blanca sobre la
que venía sentado el Hijo del hombre. Al vislumbrarse a la distancia,
parecía muy pequeña. El ángel dijo que era
la señal del Hijo del hombre. Cuando se
acercó a la tierra, pudimos
contemplar la excelsa gloria y majestad de Jesús al avanzar como vencedor.
Una comitiva de santos ángeles ceñidos
de brillantes coronas le escoltaban en su camino. No hay lenguaje capaz de describir la magnificencia esplendorosa del
espectáculo. Se iba acercando la viviente nube de insuperable gloria y
majestad, y pudimos contemplar claramente
la hermosa persona de Jesús. No
llevaba corona de espinas, sino que ceñía su frente santa una corona de gloria.
Sobre sus vestidos y muslo aparecía
escrito el título de Rey de reyes y Señor de señores. Su aspecto era tan brillante como el sol
de mediodía; sus ojos como llama
de fuego; y sus pies parecían de
fino bronce. Resonaba su voz como un concierto armónico de instrumentos
músicos. La tierra temblaba delante de
Él; los cielos se apartaron como
arrollado pergamino, y las montañas e islas se descuajaron de su asiento” –Primeros
Escritos, pág. 286.
4.....¿Quiénes recibirán al Hijo de Dios en su segunda venida?
Apocalipsis 14:1.- “Y miré, y he
aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el Nombre de su Padre escrito en
sus frentes”.
Isaías 25:9.- “Y se dirá en
aquel día: He aquí este es
nuestro Dios, le hemos esperado,
y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos
alegraremos en su salud”.
“He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos
esperado, y nos salvará;… nos
gozaremos y nos alegraremos en su salvación’.
“¡Jesús viene! Pero no para escuchar los ayes de la
humanidad ni para oír la confesión de los pecados del pecador culpable, ni
para dirigirle palabras de perdón; porque el
caso de cada uno ya habrá sido decidido para vida o para muerte. Los que hayan vivido en pecado continuarán siendo
pecadores para siempre. Los que hayan
confesado sus pecados a Jesús en el santuario, que lo hayan hecho su amigo y
hayan amado su venida, tendrán el perdón escrito por todos sus pecados,
y después de haber purificado sus almas
‘mediante la obediencia a la verdad’,
permanecerán puros y santos para siempre”
–Exaltad
a Jesús, pág. 373.
EL CASTIGO DE LOS IMPÍOS
5.....¿Qué pasa con los impíos a la venida de nuestro Salvador y Señor
Jesucristo?
Apocalipsis 6:15-17.- “Y los reyes
de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y
todo siervo y todo libre, se
escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes. Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la
cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero. Porque el gran día de su ira es venido, ¿y quién podrá estar
firme?”.
2 Tesalonicenses 1:8, 9.- “En llama de
fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
Los cuales serán castigados de eterna
perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia”.
“Los que poco antes hubieran exterminado de
la tierra a los fieles hijos de Dios, presenciaban
ahora la gloria de Dios que sobre éstos reposaba. Y en medio de su terror, los impíos oían las voces de los santos que
en gozosas estrofas decían: ‘He
aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará” –Primeros
Escritos, pág. 287.
“El Rey de reyes desciende en la nube,
envuelto en llamas de fuego. El cielo se recoge como un libro que se
enrolla, la tierra tiembla ante su presencia,
y todo monte y toda isla se mueven de sus lugares. ‘Vendrá nuestro Dios, y no callará: fuego consumirá delante de él, y en derredor suyo habrá tempestad grande.
Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo’ (Salmo
50:3, 4)” –El Conflicto de los Siglos, pág. 699.
LA RESURRECCIÓN GENERAL
DE LOS JUSTOS
6.....¿Qué otro extraordinario
acontecimiento se lleva a cabo? ¿Qué rumbo emprenderán ahora los salvados junto
a su Redentor?
1 Tesalonicenses 4:16, 17.- “Porque el
mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los
muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados
en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con
el Señor”.
Juan 17:24.- “Padre,
aquellos que me has dado, quiero que
donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi gloria que me has dado; por cuanto me has amado
desde antes de la constitución del mundo”.
“Entre las oscilaciones de la tierra, las
llamaradas de los relámpagos y el fragor de los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida a los
santos dormidos. Dirige una
mirada a las tumbas de los justos, y levantando luego las manos al cielo, exclama: ‘¡Despertaos, despertaos, despertaos, los
que dormís en el polvo, y levantaos!’. Por toda la superficie de la tierra, los muertos oirán esa voz; y los que la oigan vivirán. Y toda la tierra repercutirá bajo las pisadas
de la multitud extraordinaria de todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos.
De la prisión de la muerte sale
revestida de gloria inmortal gritando: ‘¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?’ (1 Corintios 15:55). Y los justos vivos unen sus voces a las de
los santos resucitados en prolongada y alegre aclamación de victoria” –El Conflicto
de los Siglos, pág. 702.
EL CÁNTICO DE MOISÉS Y
DEL CORDERO
7.....Una vez redimidos, ¿cuál es el privilegio de los 144.000? ¿Qué deseas
hacer para que otros también anhelen formar parte de ese grupo?
Apocalipsis 15:2, 3.- “Y vi así como un mar de vidrio mezclado con fuego; y los que habían alcanzado la victoria
sobre la bestia, y su imagen, y su señal, y el número de su nombre, estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de
Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y
verdaderos son tus caminos, Rey de los santos”.
“Delante del trono, sobre el mar de cristal,
–ese mar de vidrio que parece revuelto
con fuego por lo mucho que resplandece con la gloria de Dios– hallase reunida la compañía de los que
salieron victoriosos ‘de la bestia, y de su imagen, y de su señal, y del número
de su nombre’. Con el Cordero en
el monte de Sión, ‘teniendo las
arpas de Dios’, están en pie los
ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los hombres; se oye una voz, como el estruendo de
muchas aguas y como el estruendo de un gran trueno, ‘una voz de
tañedores de arpas que tañían con sus arpas’. Cantan ‘un cántico nuevo’ delante del trono, un cántico que
nadie podía aprender sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero, un
canto de liberación. Ninguno sino
los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues es el cántico de su experiencia, –una
experiencia que ninguna otra compañía ha conocido jamás–. Son ‘éstos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere’.
Habiendo sido trasladados de la tierra,
de entre los vivos, son contados por ‘primicias para Dios y para el Cordero’
(Apocalipsis
15:2, 3; 14:1-5)” –El Conflicto de los Siglos, págs. 706, 707.
LA GRAN MULTITUD GOZOSA
Y TRIUNFANTE
8.....Además de los 144.000, ¿qué sabemos acerca de los otros redimidos que
gozarán de la vida y de la gloria de Dios?
Apocalipsis 7:9.- “Después de
estas cosas miré, y he aquí una
gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas las gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en presencia
del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos”.
“Inmediatos al trono se encuentran los
que fueron alguna vez celosos en la causa de Satanás, pero que, cual tizones arrancados del fuego,
siguieron luego a su Salvador con
profunda e intensa devoción. Vienen
después los que perfeccionaron su carácter cristiano en medio de la mentira y
de la incredulidad, los que honraron
la ley de Dios cuando el mundo cristiano la declaró abolida, y los millones de todas las edades que fueron
martirizados por su fe. Y más
allá está la ‘grande muchedumbre, que
nadie podía contar, de entre todas las naciones, y las tribus, y los pueblos, y
las lenguas... de pie ante el trono y delante del Cordero, revestidos de
ropas blancas, y teniendo palmas en sus manos’ (Apocalipsis 7:9, V.M.). Su lucha terminó; ganaron la victoria. Disputaron el premio de la carrera y lo alcanzaron.
La palma que llevan en la mano es
símbolo de su triunfo, la
vestidura blanca, emblema de la justicia perfecta de Cristo que es ahora de
ellos” –El
Conflicto de los Siglos, pág. 723.
PARA MEDITAR
1 Corintios 1:18, 24; Tito 3:5-7; 1 Pedro 2:9, 10; Apocalipsis
1:5, 6.
“Se echará de ver que Aquel cuya sabiduría es infinita no hubiera podido
idear otro plan para salvarnos que el del sacrificio de su Hijo. La compensación de este sacrificio es la
dicha de poblar la tierra con seres rescatados, santos, felices e inmortales. El
resultado de la lucha del Salvador contra las potestades de las tinieblas es
la dicha de los redimidos, la cual contribuirá a la gloria de Dios por
toda la eternidad. Y tal es el valor
del alma, que el Padre está satisfecho con el precio pagado; y Cristo mismo, al considerar los
resultados de su gran sacrificio, no lo está menos” –El Conflicto
de los Siglos, pág. 710.
“Por la fe miremos el arco iris
que rodea el trono,… es una
seguridad que se da a cada alma humilde, contrita y creyente, de que su
vida es una con Cristo,… La ira de
Dios no caerá sobre una sola alma que busca refugio en Él. Dios mismo
ha declarado: ‘Y veré la sangre, y pasaré de vosotros’ (Éxodo 12:13)” –Testimonios
para los Ministros, pág. 157.
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