“El Señor no nos exige que hagamos
alguna cosa penosa para obtener el perdón de nuestros pecados. No necesitamos hacer largas y cansadoras
peregrinaciones, ni ejecutar duras penitencias, para encomendar nuestras
almas al Dios de los cielos o para expiar nuestras transgresiones, sino que todo aquel que confiese su pecado y se
aparte de él alcanzará misericordia” El Camino a Cristo,
pág. 37.
UN PROBLEMA UNIVERSAL
1......¿Puede alguien pensar que está libre de pecado? De
hacerlo, ¿qué es lo cierto a este respecto y qué está diciendo esa persona
acerca de Dios?
Romanos
3:23.- Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios.
1 Juan
1:8, 10.- (8) Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. (10) Si decimos que no hemos
pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
“Se me mostró que los que reclaman triunfalmente estar sin
pecado, manifiestan por medio
de su misma jactancia que se encuentran lejos de estar sin mancha de pecado.
Cuanto más claramente el hombre caído
comprenda el carácter de Cristo, tanto menos confianza tendrá en sí mismo, y más imperfectas aparecerán sus obras a sus ojos, en contraste con
aquellas que distinguieron la vida del inmaculado Redentor. Pero los que están lejos de Jesús,
aquellos cuya percepción espiritual está
tan nublada por el error que no pueden comprender el carácter del gran
Ejemplo, lo consideran a Él como si
fuera sencillamente uno de ellos, y se atreven a hablar de la perfección de su
propia santidad. Mas están
lejos de Dios; se conocen poco a
sí mismos, y conocen mucho menos a Cristo” (Notas Biográficas
de Elena G. de White, pág. 92).
EL ESCONDERLO NO LO SOLUCIONA
2......¿Podemos esconder del Señor nuestro pecado? ¿Qué pasará
si tratamos de ocultarlo?
Números
32:23.- Mas si así no lo hacéis, he
aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará.
Salmos
32:3-5.- (3) Mientras callé, se envejecieron mis
huesos en mi gemir todo el día. (4) Porque de
día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. (5) Mi pecado te declaré, y
no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré
mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
“Nunca tratéis de ocultar el pecado,…” (Mensajes Selectos,
tomo 1, pág. 445).
“Aun antes de que se hubiese dictado la
sentencia divina contra David, éste ya había comenzado a cosechar el fruto de su transgresión. Su conciencia no tenía paz. En el salmo 32 presenta la agonía que su
espíritu soportó entonces… “… el
rey de Israel relató todo lo concerniente a su pecado, su arrepentimiento, y su esperanza de perdón por la misericordia de
Dios. En vez de procurar
ocultar la culpa, quiso que otros se instruyeran por el conocimiento de la
triste historia de su caída” (Patriarcas y Profetas, págs. 784,
785).
UNA INVITACIÓN PARA TODOS
3......¿A qué invita el Señor a cada uno? Incluso, a quien tenga
multitud de pecados y completamente manchada su vestidura espiritual, ¿qué
seguridad le da Jesús?
Jeremías
3:13 pp.- Reconoce, pues, tu maldad, porque contra
Jehová tu Dios has prevaricado.
1 Juan
1:9.- Si confesamos nuestros pecados, él es fiel
y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Isaías
1:18.- Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros
pecados fueren como la grana, como
la nieve serán emblanquecidos; si fueren
rojos como el carmesí, vendrán a
ser como blanca lana.
“Jesús fue tentado en todos los aspectos como nosotros somos tentados.
De ese modo sabría cómo socorrer a
los que iban a ser tentados. Su
vida es nuestro ejemplo. Con
su obediencia siempre dispuesta nos
muestra que el hombre puede guardar la ley de Dios y que la transgresión de la ley, no su
obediencia, lo lleva a la esclavitud. El Salvador estaba lleno de compasión y amor; nunca desdeñó al penitente sincero por grave que fuera su
pecado aunque siempre denunció cualquier
tipo de hipocresía. Conoce
los pecados de los hombres, sabe
todas sus acciones y lee sus motivos más secretos; aun así, no se aparta de
ellos, a pesar de sus iniquidades. Suplica
y razona con el pecador y, en cierto sentido, porque Él mismo sufrió las debilidades de la
humanidad, se pone a su mismo
nivel. ‘Venid luego, dice Jehová, y
estemos a cuenta: Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve
serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como
blanca lana’ (Isaías 1:18)” (Testimonios para la Iglesia, tomo 4,
pág. 289).
4......¿Qué actitud se nos invita a tener en la relación con
nuestros hermanos? ¿Con qué rapidez deberíamos confesar nuestros pecados y
también perdonar a los demás?
Santiago
5:16.- Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad
unos por otros, para que seáis
sanados. La oración eficaz del
justo puede mucho.
Hebreos
3:13.- Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se
dice: Hoy; para que ninguno de vosotros
se endurezca por el engaño del pecado.
Efesios
4:32.- Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo.
“Confesad vuestros pecados a Dios, el único que puede perdonarlos,
y vuestras faltas unos a otros.
Si has dado motivo de ofensa a tu amigo
o vecino, debes reconocer tu falta, y es su deber perdonarte con buena
voluntad. Debes entonces
buscar el perdón de Dios, porque
el hermano a quien ofendiste pertenece a Dios, y al perjudicarle pecaste
contra su Creador y Redentor. El caso es
presentado al único y verdadero Mediador, nuestro gran Sumo Sacerdote, que ‘ha sido tentado en todo punto, así como nosotros, más sin
pecado’, quien puede ‘compadecerse de
nuestras flaquezas’ y limpiarnos de toda mancha de pecado. Hebreos
4:15” (El Camino a Cristo, pág. 37).
CONSIDERAD BUENOS EJEMPLOS
5......¿Quién está listo a escuchar nuestra confesión si caemos
en pecado? ¿Cuál es una de las confesiones mejor conocida que ha obrado el
Espíritu Santo?
1 Juan
2:1.- Hijitos míos, estas cosas os escribo
para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a
Jesucristo el justo.
Lucas
15:18, 21.- (18) Me levantaré e iré a mi
padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti. (21) Y el hijo
le dijo: Padre, he pecado contra
el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
“… no basta que el pecador crea en Cristo para
el perdón de sus pecados; debe,
mediante la fe y la obediencia, permanecer en Él. ‘Porque si pecáremos voluntariamente después de
haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el
pecado, sino una horrenda
esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios’ (Hebreos 10:26, 27)” (Patriarcas y Profetas, pág. 554).
“Son ilimitadas las concesiones de Dios en nuestro favor. El
trono de la gracia reviste la atracción más elevada, porque lo ocupa Aquel que
nos permite llamarle Padre. Pero Jehová
no consideró completo el plan de la salvación mientras estaba solamente investido
de su amor. Colocó en su altar a
un Abogado revestido de su naturaleza. Como nuestro intercesor, el cargo de Cristo consiste en presentarnos a Dios como sus hijos e
hijas. Intercede en favor de los
que le reciben. Con su propia
sangre pagó su rescate. En
virtud de sus propios méritos, les da poder para ser miembros de la familia
real, hijos del Rey celestial. Y el
Padre demuestra su amor infinito hacia Cristo recibiendo como a sus amigos, a
los amigos de Cristo y dándoles la bienvenida. Está satisfecho con la
expiación hecha. Queda glorificado por la encarnación, la vida, la muerte y la
mediación de su Hijo” (Consejos para los Maestros, pág. 15).
6......¿Qué forma parte de una confesión verdadera cuando se ha
causado daño o se ha herido a alguien? ¿Qué ejemplo encontramos en la Biblia de
un arrepentimiento, confesión y restitución de corazón?
Éxodo
22:1.- Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes,
y por aquella oveja cuatro ovejas.
Números
5:6, 7.- (6) Di a los
hijos de Israel: El hombre o la mujer
que cometiere alguno de todos los pecados con que los hombres prevarican
contra Jehová y delinquen, (7) aquella
persona confesará el pecado que cometió, y compensará enteramente el daño, y añadirá sobre ello la quinta parte,
y lo dará a aquel contra quien pecó.
Lucas
19:8, 9.- (8) Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He
aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo
devuelvo cuadruplicado. (9) Jesús
le dijo: Hoy ha venido la
salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
“Zaqueo declaró: ‘Si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado’ (Lucas 19:8). Por lo menos pudo usted haber hecho algún
esfuerzo para corregir sus acciones de injusticia hacia su prójimo. No puede corregir todos los casos, ya
que algunas de las personas a quienes causó daño han bajado a la tumba y la
cuenta está registrada en contra suya. En estos casos, lo mejor que puede hacer es presentar una ofrenda de
expiación ante el altar del Señor, y él lo aceptará y perdonará. Pero hasta
donde sea posible, debe compensar a los hermanos perjudicados” (Testimonios para
la Iglesia, tomo 5, pág. 318).
LA CONFESIÓN SINCERA ES RECOMPENSADA
7......¿Qué ocurre cuando alguien confiesa sinceramente sus pecados? ¿Qué
bendición espiritual le espera?
Salmos
32:1, 2.- (1) Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido
perdonada, y cubierto su pecado. (2) Bienaventurado
el hombre a quien Jehová no culpa de
iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.
Proverbios
28:13.- El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el
que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
“David fue perdonado de sus transgresiones porque humilló su corazón
ante Dios, con arrepentimiento y contrición de alma, y creyó que se cumpliría la promesa de
perdón de Dios. Confesó su
pecado, se arrepintió y se reconvirtió. En el arrobamiento de la seguridad del perdón, exclamó: ‘Bienaventurado aquel cuya transgresión
ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en
cuyo espíritu no hay engaño’. Se
recibe la bendición gracias al perdón; se recibe el perdón por la fe en que el
pecado que se ha confesado, y del
cual uno se ha arrepentido, lo carga Aquel que lleva todos los pecados.
Así fluyen de Cristo todas nuestras
bendiciones. Su muerte es un
sacrificio expiatorio por nuestros pecados. Él es el gran intermediario por medio de quien recibimos la
misericordia y el favor de Dios. Es
sin duda el originador y el autor, así como el consumador de nuestra fe”
(Comentario Bíblico Adventista, tomo 3, pág. 1164).
PARA UN ESTUDIO ADICIONAL
“Ellos
[Adán y Eva] sustituyeron esa
vestimenta celestial cosiendo delantales de hojas de higuera. “Esta es la cobertura que han usado los
transgresores de la ley de Dios desde los días de la desobediencia de Adán y
Eva. Han cosido hojas de higuera
para cubrir su desnudez causada por la transgresión… Cuando el Señor
llama la atención de los hombres y mujeres a la verdad, comienza la confección
de delantales de hojas de higuera para ocultar la desnudez del alma. Pero no se cubre la desnudez del pecador.
Todos los argumentos reunidos en forma de remiendos por todos los que se han
interesado en esa costura endeble quedarán en nada” (Comentario Bíblico
Adventista, tomo 1, pág. 1098).
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