“Jesús era ya la luz de su pueblo, la luz del Mundo, antes
de venir a la tierra en forma humana. El
primer rayo de luz que penetró la lobreguez en que el pecado había envuelto al
mundo, provino de Cristo. Y de Él ha
emanado todo rayo de resplandor celestial que ha caído sobre los habitantes
de la tierra. En el plan de la
redención, Cristo es el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo” (La Maravillosa Gracia, pág. 43).
CRISTO PARA SALVACIÓN DE CADA ALMA
1. ¿Qué significa la Palabra que presenta a Jesús como “el principio y el
fin” de nuestra salvación? Romanos 10:9-11; 1 Pedro 1:9; Apocalipsis 22:13.
Que si confesares con tu boca que Jesús es el
Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el
corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación. Pues la Escritura dice: Todo
aquel que en él creyere, no será avergonzado. Obteniendo el fin de vuestra
fe, que es la salvación de vuestras almas. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el
último.
“No
presente nadie la idea de que el hombre tiene poco o nada que hacer en la gran obra
de vencer, pues Dios no hace nada para el hombre sin su cooperación.
Tampoco se diga que después de que habéis hecho todo lo que podéis de vuestra
parte, Jesús os ayudará. Cristo ha
dicho: ‘Separados de mí nada podéis hacer’ (Juan 15: 5). Desde el principio hasta el fin, el
hombre ha de ser colaborador con Dios. A menos que el Espíritu Santo actúe sobre el corazón humano,
tropezaremos y caeremos a cada paso. Los
esfuerzos del hombre solo no son nada sino inutilidad, pero la cooperación con Cristo significa victoria. Por
nosotros mismos, no tenemos poder para arrepentirnos del pecado. A menos que aceptemos la ayuda divina,
no podemos dar el primer paso hacia el Salvador. Él dice: ‘Yo soy el Alfa y la
Omega, el principio y el fin’ (Apoc. 21:6) en la salvación de cada
alma” (Mensajes Selectos, tomo
1, págs. 446, 447).
CRISTO EN NUESTRAS IGLESIAS
2. ¿Glorificamos a nuestro Salvador en la congregación y le concedemos el primer
lugar en los servicios religiosos? Salmo 111:1; Malaquías 3:16, 17.
Alabaré a Jehová con todo el
corazón. En la compañía y congregación de los rectos. Entonces los que temían a Jehová hablaron
cada uno a su compañero; y Jehová
escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen
a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro,
ha dicho Jehová de los ejércitos, en
el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo
que le sirve.
“Por consiguiente, jamás digamos que podemos arrepentirnos por nosotros mismos, y
entonces Cristo perdonará. No, por cierto. Es la gracia de Dios la que perdona. Es el favor de Dios lo que nos conduce mediante su poder al
arrepentimiento. Por lo tanto,
todo proviene de Jesucristo, todo pertenece a Él, y uno quiere simplemente
dar gloria a Dios. ¿Por qué no responden más cuando se encuentran los unos con
los otros en las reuniones?
¿Por qué no
manifiestan la influencia vivificante del Espíritu de Dios cuando el amor de Jesús
y su salvación les son presentados? Es
porque no perciben que Cristo es primero y postrero y supremo, el Alfa y la
Omega, principio y fin, el mismísimo Autor y Consumador de nuestra fe. No comprenden esto, y por ende permanecen
en sus pecados. ¿Por qué sucede esto? Porque Satanás está aquí luchando y batallando por las almas de los hombres.
El arroja su sombra diabólica
precisamente a través de nuestro camino, y lo único que uno puede ver es al
enemigo y su poder” (Fe
y Obras, págs. 73, 74).
CRISTO EN NUESTRAS VIDAS
3. ¿Qué experiencia del apóstol Pablo harán todo aquellos que heredarán el reino
eterno? Gálatas 2:20.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el
cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
“Cuando
sus palabras de instrucción han sido recibidas y han tomado posesión de nosotros,
Jesús es para nosotros una presencia
permanente que gobierna nuestros pensamientos, ideas y acciones. Somos imbuidos de la instrucción del
mayor Maestro que el mundo conoció jamás. Un sentido de responsabilidad
humana y de influencia humana da carácter a nuestros puntos de vista con
respecto a la vida y a los deberes diarios. “Cristo Jesús lo es todo para nosotros; el primero, el último, el
mejor en todas las cosas. Jesucristo,
su espíritu, su carácter, da color a todas las cosas; es la trama y la
urdimbre, la misma textura de nuestro ser entero. Las palabras de Cristo son espíritu y son vida. No podemos, pues, concentrar nuestros
pensamientos en el yo; no somos ya nosotros los que vivimos, sino que
Cristo vive en nosotros, y Él es la esperanza de gloria. El yo está muerto y Cristo es un Salvador vivo. Al continuar
mirando a Jesús reflejamos su imagen hacia todos los que nos rodean. No podemos
detenernos a considerar nuestros desalientos, o aun a hablar de ellos, pues un
cuadro más agradable atrae nuestra vista: el precioso amor de Jesús. Él vive en
nosotros por la palabra de verdad” (Testimonios
para los Ministros, págs. 395, 396).
4. ¿Por qué es tan importante contar con la aprobación del Señor en todo lo
que hacemos? Colosenses 3:23, 24; Efesios 6:6-8.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón,
como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque
a Cristo el Señor servís. no
sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos
de Cristo, de corazón
haciendo la voluntad de Dios; sirviendo
de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno
hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
“Cristo no
nos exime de la necesidad de esforzarnos, pero nos enseña que en todo le hemos de dar a Él el primer lugar, el
último y el mejor. No debemos
ocuparnos en ningún negocio ni buscar placer alguno que pueda impedir el
desarrollo de su justicia en nuestro carácter y en nuestra vida. Cuanto hagamos debe hacerse sinceramente,
como para el Señor” (El
Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 84).
CRISTO EN EL HOGAR
5. ¿Qué lugar debemos conceder a Jesús, sí deseamos su bendición en nuestro
hogar? Efesios 5:2, 22, 25; 6:1; 1 Timoteo 5:8.
Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a
sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella. Hijos,
obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Porque si
alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la
fe, y es peor que un incrédulo.
“Vuestro afecto
podrá ser tan claro como el cristal, arrobador en su pureza, y sin embargo,
podría ser superficial por no haber sido probado. Dad a Cristo, en todas las cosas, el lugar primero, el último y el
mejor. Contempladle
constantemente, y vuestro amor por Él, en la medida en que sea probado, se hará cada día más profundo y más
fuerte. Y a medida que crezca
vuestro amor por Él, vuestro amor mutuo aumentará también en fuerza y
profundidad” (Joyas Testimonios, tomo
3, pág. 96).
CRISTO EN LA EDUCACIÓN
6. ¿Quién, solamente, debe ser nuestro Maestro como fuente de toda
sabiduría? Apocalipsis 1:11, primera parte, 17; 1 Corintios 1:24.
Que decía: Yo
soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre
mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último.
Mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y
sabiduría de Dios.
“En el
Maestro enviado de Dios halla su centro toda verdadera obra educativa. De la obra de hoy, lo mismo que de la que
estableció hace mil ochocientos años, el Salvador dice: ‘Yo soy el primero y el último’. ‘Yo soy
el Alfa y la Omega, el principio y el fin’ (Apoc. 1:17; 21:6).
“En
presencia de semejante Maestro, de
semejante oportunidad para obtener educación divina, es una necedad buscar una educación
fuera de Él, esforzarse por ser sabio, aparte de la Sabiduría; ser
sincero, mientras se rechaza la
Verdad; buscar iluminación aparte de la Luz, y existencia sin la Vida;
apartarse del Manantial de aguas vivas,
y cavar cisternas rotas que no pueden contener agua” (Consejos para los Maestros, Padres y Alumnos, pág. 18).
CRISTO EN LA OBRA MISIONERA
7. ¿Cuál debe ser el tema de toda enseñanza y evangelismo en pro de la
salvación de las almas? Romanos 10:13-15; 1 Corintios 2:2; 1:23.
Porque todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo. ¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?
Como está escrito: ¡Cuán hermosos son
los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste
crucificado. Pero nosotros
predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y
para los gentiles locura.
“Cristo
crucificado, Cristo resucitado, Cristo ascendido al cielo, Cristo que va a
volver, debe enternecer, alegrar y llenar de tal manera la mente del predicador,
que sea capaz de presentar estas
verdades a la gente con amor y profundo fervor. Entonces el predicador se perderá
de vista y Jesús quedará manifiesto” (El
Evangelismo, pág. 139).
“Todas
las grandes verdades de las Escrituras se centralizan en Cristo; debidamente comprendidas todas conducen a
Él. Preséntese a Cristo como el
alfa y la omega, el principio y el fin del gran plan de redención. Presentad a la gente temas tales que
fortalezcan su confianza en Dios y en su Palabra y la induzcan a investigar sus
enseñanzas por sí misma. Y a medida que los hombres avancen paso a paso en
el estudio de la Biblia, estarán mejor preparados para apreciar la hermosura y
la armonía de estas preciosas verdades” (El
Evangelismo, pág. 354).
MEDITACIÓN
“Cuando
los estudiantes de la profecía se dediquen de corazón a conocer las verdades del
Apocalipsis, se darán cuenta de cuánta importancia tiene esa búsqueda. Cristo Jesús es el Alfa y la Omega, el
Génesis del Antiguo Testamento y el Apocalipsis del Nuevo Testamento. Ambos se reúnen en Cristo. Adán y Dios son reconciliados por la
obediencia del segundo Adán, quien cumplió la obra de vencer las
tentaciones de Satanás y de reparar el vergonzoso fracaso y caída de Adán” (Comentario Bíblico Adventista, tomo
6, pág. 1092).
ESTUDIO PERSONAL
“Cada
mensajero debería sentir la preocupación de exponer la perfección de Cristo.
Cuando no se incluye el don gratuito de
la justicia de Cristo, los discursos resaltan secos e insípidos; y como
resultado las ovejas y los corderos no son alimentados. Pablo dijo: ‘Ni mi
palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de poder’ (1 Cor. 2: 4). En el Evangelio hay sustancia y fecundidad.
Jesús es el centro viviente de todas las cosas. Poned a Cristo en cada sermón. Espacios en las excelencias, la
misericordia y la gloria de Jesucristo hasta que Cristo se forme interiormente
como la esperanza de la gloria” (El
Evangelismo, pág. 140).
“El
que quiera transformarse en un hermoso edificio para el Señor, debe cultivar
cada actitud de su ser. Únicamente empleando debidamente los talentos
es posible desarrollar armoniosamente el carácter. Así ponemos como fundamento
lo que en la Palabra se representa como oro, plata, piedras preciosas: material
que resistirá la prueba de los fuegos purificadores de Dios. Cristo es nuestro
ejemplo en nuestra edificación dehttp://iglesiadetrujillo.blogspot.com/l carácter” (La Conducción del Niño, pág. 152).
No hay comentarios:
Publicar un comentario