“Yo ciertamente había creído mi deber hacer
muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret” Hechos 26:9.
COMPLEJIDAD HUMANA
1.
¿Cómo se presentó Pablo a sí mismo en una ocasión? ¿Qué elementos mencionó
para ser mejor identificado? Hechos 22:27, 28; 22:3.
Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano
romano? El dijo: Sí. Respondió el tribuno: Yo con una gran suma
adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.
Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero
criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente
conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos
vosotros.
“Siendo ciudadano
romano, nacido en una ciudad gentil; siendo judío, no
sólo por descendencia, sino por educación, celo patriótico y fe religiosa
de toda una vida; y habiendo sido educado en Jerusalén por los
rabinos más eminentes, e instruido en todas las leyes y tradiciones de
los padres, Saulo de Tarso compartía en toda su intensidad, el orgullo y los
prejuicios de su nación. Cuando aún era joven, llegó a ser un honrado miembro
del Sanedrín. Se lo tenía por hombre promisorio, y celoso defensor
de la antigua fe” (Conflicto y Valor, pág. 339).
2.
De acuerdo a sus propias palabras, ¿qué había hecho? Hechos 26:9-11.
Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas
contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré
en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de
los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. Y
muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y
enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades
extranjeras.
“A
semejanza de muchos actualmente, antes de su conversión Pablo tenía mucha
confianza en una piedad hereditaria, pero su confianza se fundaba en una
falsedad. Era una fe sin Cristo porque confiaba en
formas y ceremonias. Su celo por la ley estaba separado de
Cristo y no tenía valor. Su jactancia consistía en que él era
impecable en su realización de las obras de la ley, pero rechazaba al Cristo
que daba valor a la ley. Confiaba en su propia justicia:
‘Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de
Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a
muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes;
y cuando los mataron, yo di mi voto’ (Hech. 26:9, 10). Durante un tiempo, Pablo hizo una
obra muy cruel, pensando que estaba realizando el servicio de Dios,
pues dice: ‘Lo hice por ignorancia, en incredulidad’ (1 Tim. 1:13). Pero
su sinceridad no justificó su obra ni convirtió el error en verdad”
(M.S.,
t. 1, pág. 406).
DE PERSEGUIDOR A PREDICADOR
3.
Cuando Saulo perseguía a los cristianos, ¿qué cambio su vida y actitud?
Hechos 9:3-5.
Mas yendo por el camino, aconteció que al
llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de
luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó
una voz que le decía: Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor?
Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú
persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
“Un
general muerto en la batalla es una pérdida para su ejército, pero su
muerte no da fuerza adicional al enemigo. Más cuando un hombre eminente se une
al adversario, no solamente se pierden sus servicios,
sino
que aquellos a quienes él se une obtienen una decidida ventaja. Saulo
de Tarso, en el camino a Damasco, podría fácilmente
haber sido muerto por el Señor, y se hubiera restado mucha fuerza al
poder perseguidor. Pero Dios en su providencia no sólo le perdonó la vida, sino que lo
convirtió, transfiriendo así un campeón del bando del enemigo al bando de
Cristo. Como elocuente orador y crítico severo, Pablo,
con su firme propósito y denodado valor, poseía precisamente las cualidades que se
necesitaban en la iglesia primitiva” (Hechos de los Apóstoles, pág.
102).
4.
¿Qué decisión tomó Saulo, después de oír la voz de Dios? Hechos 9:4, 5, 20,
21.
En seguida predicaba a Cristo en las
sinagogas, diciendo que éste era el Hijo
de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos,
y decían:
¿No
es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso
vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes?
“Jesús
puso en contacto con su iglesia al perplejo judío, para que recibiera
información acerca de su deber. Cristo llevó a cabo la obra de revelación y la
convicción; y ahora el penitente estaba en condiciones de aprender de aquellos
quienes Dios había ordenado que enseñaran su verdad. De
ese modo Jesús sancionó la autoridad de su iglesia organizada, y puso a Saulo
en contacto con sus representantes en la tierra. La
luz de la iluminación celestial privó de vista a Saulo, pero Jesús,
el gran Sanador, no se la restauró inmediatamente. Todas
las bendiciones proceden de Cristo, pero Él ha establecido ahora una
iglesia que es su representante en la tierra, y a ella le corresponde
la obra de conducir al pecador arrepentido por el camino de la vida. Los
mismos hombres a quienes Saulo se había resuelto destruir, iban a ser sus
instructores en la religión que había despreciado y perseguido” (Historia
de la Redención, págs. 283, 284).
OBRA Y CONSTANTE PROGRESO
5.
¿Por qué camino fue guiado en su conversión de odioso y degradado criminal
a eminente predicador de la Palabra de Dios? Hechos 9:17, 18, 22.
Fue entonces Ananías y entró en la casa,
y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús,
que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas
la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al
momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la
vista; y levantándose, fue bautizado. Pero Saulo
mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco,
demostrando que Jesús era el Cristo.
“Saulo
posó en la casa de un tal Judas en Damasco, dedicando el tiempo al ayuno y
la oración. Allí se probó la fe de Saulo. Tres
días estuvo en tinieblas mentales con respecto a lo que se requería de él,
y otros
tantos estuvo ciego. Se le había dicho que fuese a Damasco, porque allí
se le diría lo que debía hacer. Estaba en la incertidumbre, y clamaba
fervorosamente a Dios” (Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág.
394).
“Saulo
de Tarso, uno de los enemigos acérrimos del Evangelio, fue el que se transformó
en Pablo, el ministro consagrado de Cristo. Bajo
una apariencia de odio y desprecio, aun de crimen y de degradación, puede
ocultarse un alma a la que la misericordia de Cristo rescatará y que relucirá
como gema en la corona del Redentor” (Discurso Maestro de Jesucristo,
pág. 110).
6.
¿Cómo se desarrolló Pablo en su servicio a Dios? Hechos 9:26-29.
Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los
discípulos; pero todos le tenían miedo, no
creyendo que fuese discípulo. Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a
los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor,
el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el
nombre de Jesús. Y estaba con ellos en Jerusalén;
y entraba y salía, y hablaba denodadamente en el nombre del
Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle.
“A medida
que Pablo
continuaba instando a sus asombrados oyentes a ‘que se arrepintiesen y se
convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento’
(Hech. 26:20), mucho más se esforzaba, y confundía a los Judíos que moraban en
Damasco, afirmando que éste es el Cristo’.
Pero muchos
endurecieron sus corazones y rehusaron responder a su mensaje; y pronto
su asombro por la conversión de Saulo se trocó en intenso odio, como
el que habían manifestado para con Jesús” (Hechos de los Apóstoles, págs.
102, 103).
7. ¿Cómo continuó actuando Pablo a pesar de la
oposición que encontraba? Hechos 9:29-31.
Y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. Cuando
supieron esto los hermanos, le llevaron
hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso. Entonces las iglesias tenían paz
por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el
temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el
Espíritu Santo.
“Pablo
estaba inclinado a quedarse en Jerusalén, donde podría arrostrar la oposición.
Le
parecía un acto cobarde la huída, si quedándose podía convencer a
algunos de los obstinados judíos de la verdad del mensaje evangélico, aunque el
quedarse le costara la vida. Así que respondió: ‘Señor, ellos saben que
yo encerraba en cárcel, y hería por las sinagogas a los que creían en ti; y
cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo también estaba
presente, y consentía a su muerte y guardaba las ropas de los que lo mataban’.
Pero no estaba de acuerdo con los designios de Dios que su siervo expusiera
inútilmente su vida; y el mensajero celestial replicó: ‘Ve, porque yo te tengo que
enviar lejos a los Gentiles’ (Vers. 19-21)” (Hechos de los Apóstoles,
pág. 106).
MEDITACIÓN
“Cristo mismo nos llama la atención al crecimiento del
mundo vegetal como una ilustración de la operación de su Espíritu en el
sostenimiento de la vida espiritual. La savia de la vid, ascendiendo desde la
raíz, se difunde por las ramas, y provee al crecimiento y a la producción de
flores y fruto. Así el poder vivificador del Espíritu
Santo, que procede del Salvador, llena el alma, renueva los motivos
y afectos, y pone hasta los pensamientos en obediencia a la voluntad de Dios,
capacitando al que lo recibe para llevar los preciosos frutos de acciones
santas” (Hechos de los Apóstoles, pág. 230).
Lección 10 - Obra y desarrollo personal
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