“Contemplé a Jesús en el huerto con sus
discípulos. Con profunda
tristeza les mandó orar para que
no cayesen en tentación. Sabía él que su
fe iba a ser probada, y frustrada
su esperanza, por lo que necesitarían
toda la fortaleza que pudieran obtener por estrecha vigilancia y ferviente oración. Con copioso llanto y gemidos, oraba Jesús diciendo: ‘Padre,
si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya’. El Hijo de Dios oraba en agonía. Gruesas gotas de sangre se formaban en su rostro y caían al
suelo. Los ángeles se cernían sobre
aquel paraje, presenciando la
escena; pero sólo uno fue comisionado para ir a confortar al Hijo de
Dios en su agonía… porque el plan estaba
trazado, y debía cumplirse” (Primeros Escritos, pág. 166).
JUNTOS EN ORACIÓN
1.....¿A dónde fue Jesús con los discípulos después de la
última cena y su última conversación? ¿Por qué Él fue allí?
Juan 18:1.- Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió
con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos.
Lucas 22:39.- Y saliendo, se fue, como
solía, al monte de los Olivos;
y sus discípulos también le siguieron.
Mateo 26:36.- Entonces llegó Jesús con
ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos
aquí, entre tanto que voy allí y oro.
“Jesús y los discípulos iban hacia Getsemaní, al pie del monte de las Olivas, lugar apartado que él había visitado con frecuencia para meditar y orar. El Salvador había estado explicando a
sus discípulos la misión que
le había traído al mundo y la
relación espiritual que debían sostener con él” (El Deseado de todas las gentes, pág. 628).
“Por encima del trono se destaca la cruz; y como en vista panorámica aparecen las escenas de
la tentación, la caída de
Adán y las fases sucesivas del gran plan de redención. El humilde nacimiento del Salvador;
su juventud pasada en la sencillez y
en la obediencia; su bautismo
en el Jordán; el ayuno y la
tentación en el desierto; su ministerio
público, que reveló a los
hombres las bendiciones más preciosas del cielo; los días repletos de obras de amor y
misericordia, y las noches
pasadas en oración y vigilia en la soledad de los montes; las conspiraciones de la envidia, del odio y de la malicia con
que se recompensaron sus beneficios; la
terrible y misteriosa agonía en Getsemaní, bajo el peso anonadador de los pecados de todo el mundo;…” (El conflicto de los siglos, pág.
647).
ORANDO POR OTROS
2.....¿Cuál fue la preocupación del Salvador en ese momento?
¿Qué pidió Él que hiciesen sus discípulos en ese momento particularmente
doloroso?
Mateo 26:37, 38.- (37) Y tomando a Pedro, y a los
dos hijos de Zebedeo, comenzó a
entristecerse y a angustiarse en gran manera. (38) Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
“En el desierto de la tentación, en el huerto de Getsemaní y en la cruz, nuestro Salvador cruzó armas con el príncipe de las tinieblas. Sus heridas llegaron a ser los trofeos
de su victoria en favor de la
familia humana. Mientras Cristo
pendía agonizante de la cruz, mientras los malos espíritus se regocijaban, y los hombres impíos le escarnecían, su calcañar fue en verdad herido por Satanás. Pero ese mismo acto aplastaba la cabeza de la
serpiente. Por la muerte
destruyó ‘al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, al diablo’ (Hebreos 2:14). Este acto decidió el destino del jefe de
los rebeldes, y aseguró para
siempre el plan de la salvación. Al
morir, Cristo venció el poder de
la muerte; al resucitar,
abrió para sus seguidores las puertas
del sepulcro. En esa última gran
contienda vemos cumplirse la
profecía: ‘Esta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar’ (Génesis 3:15)” (Profetas y Reyes, pág. 517).
ELIGIENDO ENTRE LA VOLUNTAD HUMANA Y LA VOLUNTAD DE DIOS
3.....¿En qué posición oró Él? Haciendo frente a la copa
amarga de las consecuencias del pecado humano, ¿qué le pidió Él a su Padre? Sin
embargo, ¿qué estaba Él dispuesto a aceptar?
Mateo 26:39.- Yendo un poco adelante, se
postró sobre su rostro, orando
y diciendo: Padre mío,
si es posible, pase de mí esta copa;
pero no sea como yo quiero, sino como
tú.
Marcos 14:35, 36.- (35) Yéndose un poco adelante, se
postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella
hora. (36) Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para
ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
Lucas 22:41, 42.- (41) Y él se apartó de ellos a
distancia como de un tiro de piedra; y puesto
de rodillas oró, (42) diciendo: Padre, si quieres,
pasa de mí esta copa; pero no
se haga mi voluntad, sino la tuya.
“Dios conoce el fin desde el principio. Conoce el corazón de todo hombre. Lee todo secreto del alma. Sabe si aquellos por quienes se hace oración podrían o no soportar las
pruebas que les acometerían si hubiesen de sobrevivir. Sabe si sus vidas serían bendición o maldición para sí mismos y para
el mundo. Esto es una razón
para que, al presentarle encarecidamente
a Dios nuestras peticiones, debamos
decirle: ‘Empero no se haga mi
voluntad, sino la tuya’ (Lucas 22:42). Jesús añadió estas palabras de sumisión a la sabiduría y la voluntad
de Dios cuando en el huerto de
Getsemaní rogaba: ‘Padre mío,
si es posible, pase de mí este vaso’ (Mateo 26:39). Y si estas palabras eran apropiadas para
el Hijo de Dios, ¡cuánto más
lo serán en labios de falibles y finitos mortales!” (El Ministerio de Curación, pág.
175).
“En el huerto de Getsemaní Cristo sufrió en lugar del hombre
y la naturaleza humana del Hijo de
Dios vaciló bajo el terrible horror de la culpa del pecado, hasta que de sus labios pálidos y temblorosos surgió
el clamor agonizante: ‘Padre mío,
si es posible, pase de mí esta copa’... La naturaleza humana hubiera muerto en ese momento, allí
mismo, bajo la horrible sensación de
pecado, si no hubieran venido
ángeles del cielo para fortalecerlo a fin de que pudiera soportar la agonía... Cristo
estaba sufriendo la pena de muerte que fue la sentencia del transgresor de la
ley de Dios” (La maravillosa gracia de Dios, pág. 168).
UN CONSEJO IMPORTANTE
4.....Cuando Él regresó para buscar consuelo de parte de los
discípulos, ¿qué encontró? ¿Qué seria instrucción les dio para que no cayesen
en la hora de tentación?
Mateo 26:40, 41.- (40) Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? (41) Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil.
“Levantándose con penoso esfuerzo, fue tambaleándose adonde
había dejado a sus compañeros. Pero ‘los
halló durmiendo’. Si los
hubiese hallado orando, habría
quedado aliviado. Si ellos hubiesen
estado buscando refugio en Dios para que los agentes satánicos no pudiesen prevalecer sobre ellos, habría quedado consolado por su firme fe.
Pero no habían escuchado la amonestación
repetida: ‘Velad y orad’…
No comprendían la necesidad de velar y
orar fervientemente para resistir la tentación” (El Deseado de todas las gentes, pág. 639).
“El único camino seguro lo señaló Jesús en su amonestación: ‘Velad y orad’. Mateo 26:41. Hay necesidad de vigilancia. Nuestros propios corazones son engañosos; estamos rodeados de todas las debilidades y
flaquezas humanas, y Satanás está decidido a destruir. Nosotros podremos no estar en guardia,
pero nuestro adversario nunca está
ocioso. Conociendo su infatigable vigilancia, no durmamos, como lo hacen otros, antes ‘sed, pues, sobrios, y velad en oración’ (1 Pedro 4:7; 5:8). Hay que hacer frente al espíritu y la
influencia del mundo, pero no debiera permitirse que éstos se posesionen
de nuestra mente y corazón” (Testimonios para la iglesia, tomo 5, pág. 386).
5.....¿Eran los discípulos conscientes de cuán seria era la
situación? Mientras el Señor buscaba otra vez contacto directo con su Padre,
¿qué hacían los discípulos somnolientos?
Mateo 26:42, 43.- (42) Otra vez fue, y oró por segunda vez,
diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin
que yo la beba, hágase tu voluntad. (43) Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de
sueño.
Marcos 14:40.- Al volver,
otra vez los halló durmiendo,
porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué
responderle.
“Cuando se puso en manos del Salvador la copa
del sufrimiento en el jardín del Getsemaní, un pensamiento acudió a su
mente: ¿Bebería de esa copa o
abandonaría al mundo para que se perdiera en sus pecados? Su sufrimiento sobrepujaba la comprensión
humana. Cuando le sobrevino la
agonía, ‘era su sudor como
grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra’ (Lucas
22:44). La copa misteriosa tembló en sus manos” (Cada día con Dios, pág. 47).
AYUDA PARA BEBER LA COPA
6.....Cuando los discípulos fueron incapaces de suplir consuelo
o ayuda, ¿quién vino a alentar a Jesús en aquella hora más difícil? ¿Cuán
intensa fue la agonía mientras conversaba con su Padre? Comparte tus opiniones
sobre cuán difícil imaginas que fue para el Salvador dar su vida en beneficio
de la humanidad.
Lucas 22:43, 44.- (43) Y se le apareció un ángel del
cielo para fortalecerle. (44) Y estando en agonía,
oraba más intensamente; y era
su sudor como grandes gotas de sangre
que caían hasta la tierra.
“En medio de esa crisis terrible, cuando todo estaba en juego, el ángel poderoso que permanece junto a la presencia de Dios acudió al
lado de Cristo, no para retirar la copa que tenía en la mano sino para fortalecerlo a fin de que la
bebiera, dándole la seguridad
del amor del Padre.
“Cristo bebió la copa, y por esto los pecadores pueden acudir a Dios para encontrar perdón y gracia.
Pero los que participen de la gloria de Cristo también deben participar de sus
sufrimientos...” (Cada día con Dios,
pág. 47).
“Este es un camino de abnegación. Y cuando pensamos que el camino es demasiado estrecho, que se exige
demasiada abnegación en esta senda estrecha; cuando decimos: ¡Cuán
duro es renunciar a todo!, hagámonos
la pregunta: ¿A cuánto renunció
Cristo por mí? Esto ensombrece
cualquier actitud que nosotros llamemos abnegación. Contemplemos a Jesús en el huerto, mientras suda grandes gotas de sangre. Un ángel solitario es enviado del cielo
para fortalecer al Hijo de Dios. Seguid a Cristo camino del tribunal,
mientras lo ridiculiza, escarnece e insulta la muchedumbre enfurecida.
“…Contempladle colgado de la cruz durante aquellas espantosas horas de
agonía hasta que los ángeles
velan sus rostros para no ver la horrible escena, y el sol oculta su luz, rehusando contemplarla. Pensad en estas cosas y preguntaos: ‘¿Es demasiado estrecho el camino?’
No, no” (Testimonios para la iglesia, tomo 1, pág. 219).
ORACIÓN POR FORTALEZA
7.....Los discípulos no dieron a Jesús consuelo ni aliento a
través de la oración cuando podrían haberlo hecho. ¿Lo hicieron después cuando
el peligro se intensificó? ¿Cómo podría su experiencia haber sido muy diferente
si hubiesen permanecido despiertos y orando con su Maestro?
Mateo 26:44-46.- (44) Y dejándolos, se fue de nuevo,
y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. (45) Entonces vino a sus discípulos
y les dijo: Dormid ya, y
descansad. He aquí ha llegado
la hora, y el Hijo del Hombre es
entregado en manos de pecadores. (46) Levantaos, vamos; ved, se
acerca el que me entrega.
Lucas 22:45, 46.- (45) Cuando se levantó de la
oración, y vino a sus discípulos,
los halló durmiendo a causa de la
tristeza; (46) y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en
tentación.
“El Salvador del mundo se levantó y buscó a sus discípulos,
y, por tercera vez, los halló
durmiendo. Los miró tristemente.
Sus palabras, sin embargo, los
despertó…” (Spirit of Prophecy,
tomo 3, pág. 102).
“De nuevo Cristo buscó a sus discípulos, y otra vez los encontró durmiendo. Si ellos hubieran permanecido despiertos, velando
y orando con su Salvador, habrían
recibido fuerzas para la prueba que los aguardaba. Al perder esto, no
dispusieron de fortaleza cuando más la necesitaban” (La Única Esperanza, pág. 97).
“Si hubiesen permanecido en vela, no habrían perdido su fe al contemplar al Hijo de Dios muriendo
en la cruz. Esta importante
vigilia nocturna debía
destacarse por medio de nobles
luchas mentales y oraciones que los habrían robustecido para presenciar la
indecible agonía del Hijo de Dios.
Los habría preparado para que, mientras contemplaban sus sufrimientos en la cruz,
comprendieran algo de la naturaleza
de la angustia abrumadora que él soportó en el huerto de Getsemaní. Y habrían quedado mejor capacitados
para recordar las palabras que les había dirigido con referencia a sus
sufrimientos, muerte y resurrección; y en
medio de la lobreguez de aquella hora terrible y penosa, algunos rayos de
esperanza habrían iluminado las tinieblas y sostenido su fe” (Testimonios para la iglesia, págs.
185, 186).
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
¿Alguna
vez alguien ha hecho una experiencia como la que Jesús ofreció en el Getsemaní?
Piensa
en las veces que recibiste fuerza para enfrentar las situaciones más difíciles
de la vida.
¿Qué
lección podemos aprender de la gran perseverancia de Jesús en la oración?
¿Qué
actitudes necesitamos cambiar?
PARA UN ESTUDIO ADICIONAL
“Es
terrible para el pecador impenitente caer en las manos del Dios vivo. La prueba
de esto es la destrucción del mundo antiguo por el diluvio, y el relato del
fuego que cayó del cielo para destruir a los habitantes de Sodoma. Pero nunca
esto había sido probado con tanta amplitud como en la agonía de Cristo, el Hijo
del Dios infinito, cuando soportó la ira de Dios por un mundo pecador. Como
consecuencia del pecado, la transgresión de la ley de Dios, el jardín del
Getsemaní ha llegado a ser el lugar preeminente del sufrimiento por un mundo
pecaminoso. Ninguna pena, ninguna agonía pueden compararse con las que soportó el
Hijo de Dios” (La maravillosa gracia
de Dios, pág. 168).
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