“En
esto es glorificado mi Padre, en que
llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos” (Juan 15:8).
BUSCANDO FRUTOS
1.....¿Qué sintió el Maestro mientras iba en camino
de Betania a Jerusalén?
Mateo 21:17, 18.- Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y posó allí. Por
la mañana, volviendo a la ciudad,
tuvo hambre.
“Durante un corto tiempo Jesús permaneció en el
templo, mirándolo con tristeza.
Luego se apartó con sus discípulos y
volvió a Betania. Cuando la gente le
buscó para ponerlo sobre el trono, no pudo hallarle. Toda aquella noche
Jesús la pasó en oración, y por
la mañana volvió al templo. Mientras
iba, pasó al lado de un huerto de higueras. Tenía hambre…” (El Deseado de Todas las Gentes, pág.
534).
2.....¿Que observó al lado del camino? Viendo esto,
¿cuál fue su deseo natural?
Mateo 21:19, primera parte.- Y viendo una higuera cerca del
camino.
NADA MÁS QUE HOJAS
3.....¿Qué tan grande fue Su decepción al mirar las
hojas? ¿Hubiera sido justificado esto si no hubiera sido la temporada adecuada?
Mateo 21:19, segunda parte.-…vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas
solamente; y le dijo.
Marcos 11:13.- Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas,
pues no era tiempo de higos.
“No era tiempo de higos maduros, excepto en ciertas localidades; ya cerca de las tierras altas que
rodean a Jerusalén, se podía decir con acierto: ‘No era tiempo de higos’. Pero en el huerto al cual Jesús se
acercó había un árbol que parecía más adelantado que los demás. Estaba ya cubierto de hojas. Es natural en la higuera que aparezcan los
frutos antes que se abran las hojas. Por
lo tanto, este árbol cubierto de hojas prometía frutos bien desarrollados.
Pero su apariencia era engañosa. Al revisar sus ramas, desde la más baja
hasta la más alta, Jesús no ‘halló sino hojas’. No era sino engañoso follaje, nada más” (El Deseado de Todas las
Gentes, pág. 534).
4.....¿Qué severa sentencia pronunció Él sobre el
árbol cuando sólo encontró follaje, una apariencia bonita pero falta de contenido?
¿Fue esto normal para el amante Jesús?
Mateo 21:19, 20, tercera parte.- Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Viendo
esto los discípulos, decían maravillados:
¿Cómo es que se secó en seguida la
higuera?
Marcos 11:14, 20, 21.- Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti.
Y lo oyeron sus discípulos.Y pasando por la mañana, vieron que la
higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro,
mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
“El acto de Cristo, al maldecir la higuera,
había asombrado a los discípulos. Les pareció muy diferente de su
proceder y sus obras. Con frecuencia le
habían oído declarar que no había venido para condenar al mundo, sino para que el mundo pudiese ser salvo
por él. Recordaban sus palabras: ‘El Hijo del hombre no ha venido para
perder las almas de los hombres, sino para salvarlas’. Había realizado sus obras maravillosas para restaurar, nunca para
destruir. Los discípulos le habían conocido solamente como el Restaurador, el Sanador. Este acto era único. ¿Cuál era su propósito? se preguntaban. “Dios
‘es amador de misericordia’. ‘Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no quiero la muerte
del impío’. Para él la obra de
destrucción y condenación es una ‘extraña obra’. Pero, con misericordia
y amor, alza el velo de lo futuro y revela a los hombres los resultados de una
conducta pecaminosa” (El Deseado de Todas las Gentes, pág.
535).
LA HIGUERA ES UNA LECCIÓN
OBJETIVA
5.....Así como la profecía de la viña, ¿a quién
representa la higuera que sólo tenía hojas?
Isaías 5:1, 2, 5-7.- Ahora cantaré por mi
amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía
mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas;
había edificado en medio de ella una
torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
Os
mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida;
aportillaré su cerca, y será hollada.
Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el
cardo y los espinos; y aun a las
nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la
casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba
juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.
“La maldición de la higuera era una parábola llevada a los hechos. Ese árbol estéril, que desplegaba su follaje ostentoso a la vista
de Cristo, era un símbolo de la
nación judía. El Salvador
deseaba presentar claramente a sus discípulos la causa y la certidumbre de la
suerte de Israel. Con este propósito invistió al árbol con cualidades
morales y lo hizo exponente de la verdad divina. Los judíos se distinguían de todas las demás naciones porque profesaban
obedecer a Dios. Habían sido
favorecidos especialmente por Él, y aseveraban tener más justicia que los demás
pueblos. Pero estaban
corrompidos por el amor del mundo y la codicia de las ganancias. Se jactaban de su conocimiento, pero
ignoraban los requerimientos de Dios y estaban llenos de hipocresía. Como el árbol estéril, extendían sus
ramas ostentosas, de apariencia exuberante y hermosas a la vista, pero no daban
sino hojas. La religión judía,
con su templo magnífico, sus altares sagrados, sus sacerdotes mitrados y ceremonias
impresionantes, era hermosa en su apariencia externa, pero carente de humildad,
amor y benevolencia” (El Deseado de Todas las Gentes, pág.
535).
¿QUÉ SE ESPERA DE NOSOTROS?
6.....¿Qué espera el Señor de cada árbol? ¿Qué le
pasará al árbol que no produzca fruto?
Lucas 13:6-9.- Dijo
también esta parábola: Tenía
un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no
lo halló. Y dijo al viñador:
He aquí, hace tres años que vengo a
buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué
inutiliza también la tierra? Él
entonces, respondiendo, le dijo: Señor,
déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si
diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.
“La parábola de la higuera, pronunciada antes de la visita de Cristo
a Jerusalén, está en relación directa con la lección que enseñó al maldecir el
árbol estéril. En el primer caso, el
jardinero de la parábola intercedió así: ‘Déjala aún este año, hasta que la excave y estercole. Y si hiciere fruto, bien; y si no, la
cortarás después’. Debía
aumentarse el cuidado al árbol infructuoso. Debía tener todas las ventajas posibles. Pero si permanecía sin dar fruto, nada
podría salvarlo de la destrucción. En la parábola, no se indicó el
resultado del trabajo del jardinero. Dependía de aquel pueblo al cual se
dirigían las palabras de Cristo. Los
judíos estaban representados por el árbol infructuoso, y a ellos les tocaba decidir su propio
destino. Se les había concedido toda
ventaja que el Cielo podía otorgarles, pero no aprovecharon sus acrecentadas bendiciones. El acto de Cristo, al maldecir la
higuera estéril, demostró el resultado. Los judíos habían determinado su propia
destrucción” (El Deseado de Todas las Gentes,
pág. 537).
7.....¿Qué consejo inspirador se nos da para llevar
frutos?
Juan 15:5.- Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Mateo 7:21.- No
todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos.
“Un ejemplo piadoso
dirá más por la verdad que la mayor elocuencia sin la compañía de una vida bien
ordenada. Preparad la lámpara del alma,
y llenadla con el aceite del Espíritu. Buscad de Cristo la gracia,
que clarifica la comprensión, lo que os permitirá realizar un trabajo
exitoso.Aprended de Él lo que
significa trabajar por aquellos por quienes Él dio su vida. El trabajador más talentoso puede hacer
poco a menos que Cristo sea formado en su interior, la esperanza y la
fuerza de la vida. El árbol en sí
tiene que ser bueno con el fin de producir buenos frutos” (Australasian Union Conference Record, July
15, 1902).
PARA MEDITAR
“La amonestación que dio Jesús por medio
de la higuera es para todos los tiempos. El acto de Cristo, al maldecir
el árbol que con su propio poder había creado, se destaca como amonestación a todas las iglesias y todos los cristianos.
Nadie puede vivir la ley de Dios sin
servir a otros. Pero son muchos los
que no viven la vida misericordiosa y abnegada de Cristo. Algunos de los que se creen excelentes
cristianos no comprenden lo que es servir a Dios… Obran solamente con referencia a sí mismos. El tiempo tiene para ellos
valor únicamente en la medida en que les permite juntar para sí. Este es su
objeto en todos los asuntos de la vida. “No
obran para otros, sino para sí mismos. Dios los creó para vivir en un mundo
donde debe cumplirse un servicio abnegado. Los destinó a ayudara sus semejantes de toda manera posible.
Pero el yo asume tan gran desproporciones que no pueden ver otra cosa. No están en contacto con la humanidad. Los que así viven para sí son como la
higuera que tenía mucha apariencia, pero no llevaba fruto. Observan la forma de culto, pero sin
arrepentimiento ni fe. Profesan
honrar la ley de Dios, pero les falta la obediencia. Dicen, pero no hacen. En la sentencia pronunciada sobre la
higuera, Cristo
demostró cuán abominable es a sus ojos esta vana pretensión” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 536).
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