“Desde
la niñez hasta la madurez, Cristo enseñó que ‘el reino de Dios no
es comida ni bebida; sino la justicia,
la paz y el gozo en el Espíritu Santo’. Él era la Verdad. El Espíritu
de Dios estaba sobre él. ¿Por qué? Porque, no se separó de Dios ni por un acto de desobediencia. La gracia de Dios estaba sobre él,
y creció en favor de Dios y el hombre.
Vivió una vida de incesante humillación
y, a través de todo, su carácter era
encantador. La paz de Dios
estaba con él, y esta paz no se interrumpió. En las penas de los demás, siempre
podía hablar paz al alma; porque su
paz era el resultado de la suprema rectitud y lealtad, y era completamente suya. Nadie
podría darla; nadie podría llevársela” (The Youth’s
Instructor, 8 de septiembre 1898).
ESENCIA DEL REINO
DIVINO
1.....Explique algunas de las
diferencias entre la naturaleza de las instituciones humanas y el reino de
Dios. ¿Qué lo hace una realidad muy especial?
Romanos 14:17.- Que
el reino de Dios no es comida ni
bebida, sino justicia, paz y gozo
por el Espíritu Santo.
“El Señor llama a hombres del minuto, hombres que estén preparados para pronunciar
palabras a tiempo y fuera de
tiempo, que atraerán la
atención y convencerán el corazón. El reino de Dios no consiste en un
espectáculo exterior. La luz no se
recibirá siguiendo planes egoístas, sino mirando a Jesús, siguiendo
las indicaciones de Cristo, no las suposiciones de los hombres. El reino de Dios es justicia, paz y gozo
en el Espíritu Santo” (Testimonies to
Ministers and Gospel Workers, pág. 497).
2.....Por lo tanto, ¿qué
ocupará el primer lugar en todos nuestros intereses? ¿Qué es genuino y eterno
sobre la justicia del reino de Dios?
Mateo 6:33; 5:6.- (6:33) Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas. (5:6) Bienaventurados los que
tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
1 Timoteo 6:11.- Pero
tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y corre en busca de la justicia,
la piedad, la fe, el amor, la
paciencia y la mansedumbre.
Romanos 1:17.- Porque
en el evangelio la justicia que viene
de Dios se revela de fe en fe, como está escrito: El justo vivirá por la fe.
“Las promesas son: ‘Te daré un corazón nuevo’; ‘Pondré mi Espíritu dentro de ti’. Esta provisión es para nosotros por el
mérito de la justicia de Cristo:
“‘Y el efecto de la justicia será paz;
y la labor de justicia, reposo y seguridad para siempre.’
Isaías 32:17. Los que hayan
experimentado la transformación mencionada en estas palabras hallarán que sus inquietudes y
preocupaciones desaparecen y encontrarán
reposo para sus almas en Cristo. Los méritos y la justicia de Cristo son imputados al alma creyente y
éste obtiene paz y gozo interior por
el Espíritu Santo” (The Youth’s
Instructor, 18 de mayo 1893).
“Los discípulos de Cristo debían buscar una
justicia diferente de la justicia de los fariseos, si querían entrar en
el reino de los cielos. Dios les
ofreció, en su Hijo, la
justicia perfecta de la ley. Si querían abrir sus corazones para recibir
plenamente a Cristo, entonces la
vida misma de Dios, su amor,
moraría en ellos, transformándolos
a su semejanza; así, por el don
generoso de Dios, poseerían la
justicia exigida por la ley” (El Discurso
Maestro de Jesucristo, pág. 50).
3.....¿Cómo podemos recibir
esa justicia que abre la puerta del reino del Señor?
Romanos 3:21, 22; 5:17.- (3:21) Pero ahora, aparte de toda ley, la
justicia de Dios se ha manifestado respaldada por la ley y los profetas;
(3:22) la justicia de Dios por
medio de la fe en Jesucristo, para todos
los que creen en él. Porque no hay diferencia. (5:17) Porque, si por el delito de uno
reinó la muerte, mucho más
reinarán en vida por uno solo, por Jesucristo,
los que reciben la abundancia de la gracia y del don gratuito de la justicia.
Efesios 2:8.- Porque
por gracia habéis sido salvados por
la fe. Y esto no proviene de vosotros,
sino que es el don de Dios.
“Es precioso el pensamiento de que la justicia de Cristo nos es
imputada, no por ningún mérito de nuestra parte, sino como don gratuito de Dios. El enemigo de Dios y del hombre no
quiere que esta verdad sea presentada claramente; porque sabe que si la gente la recibe plenamente, habrá perdido su poder sobre ella.
Si consigue dominar las mentes de
aquellos que se llaman hijos de Dios, de modo que su experiencia esté formada de duda, incredulidad y tinieblas,
logrará vencerlos con la tentación.
Esta fe sencilla, que acepta al pie de la letra lo que Dios dice,
debe ser estimulada. El pueblo de
Dios debe poseer la clase de fe que se ase del poder divino; ‘porque por gracia sois salvos por la fe;
y esto no de vosotros, pues es don de
Dios.’ Aquellos que creen que por amor de Cristo, Dios ha perdonado sus
pecados, no deben, por causa de la tentación, dejar de seguir peleando la buena
batalla de la fe. Su fe debe volverse
cada vez más fuerte hasta que su vida
cristiana, como sus palabras, declare: ‘La sangre de Jesucristo... nos limpia de todo pecado’” (Obreros Evangélicos, pág. 169).
PAZ TRAS LA
VICTORIA SOBRE EL PECADO
4.....¿Cuál es el origen de
una paz verdadera y duradera? ¿Qué destruye nuestra propia paz y nuestra
relación con los demás?
2 Crónicas 20:30.- Y
el reino de Josafat tuvo paz,
porque su Dios le dio reposo por todas
partes.
Isaías 66:12, primera parte.- Porque así dice el Eterno: Yo extiendo sobre ella paz como un río...
“Los hombres y las mujeres tienen que vigilarse; han de estar constantemente en guardia,
no permitiéndose palabra o acto que podría ser causa de que se hablase mal de
su conducta. El que profesa
seguir a Cristo debe vigilarse, mantenerse
puro y sin contaminación en sus pensamientos, palabras y actos. Su influencia
sobre los demás debe ser elevadora. Su vida ha de reflejar los brillantes
rayos del Sol de justicia... La
eterna vigilancia es el precio de la seguridad.
“El pecado ha destruido nuestra paz. Mientras el yo no está subyugado, no podemos hallar descanso. Las pasiones predominantes en el corazón no
pueden ser regidas por facultad humana alguna. Somos tan impotentes en
esto como los discípulos para calmar la rugiente tempestad. Mateo 8:23-27. Pero
el que calmó las olas de Galilea
ha pronunciado la palabra que puede
impartir paz a cada alma. Por
fiera que sea la tempestad, los que claman
a Jesús... hallarán
liberación. Su gracia... calma las contiendas de las pasiones humanas,
y en su amor el corazón descansa” (La Maravillosa
Gracia de Dios, pág. 101).
5.....Para tener paz en
nuestros corazones y con los demás, ¿en qué relación debe haber armonía primero?
Si deseamos regocijarnos en el reino de paz de Dios, ¿cuán importante es luchar
por la paz aquí y ahora?
Romanos 5:1, 2.- (1) Así, habiendo sido
justificados por la fe, estamos
en paz con Dios, por medio de
nuestro Señor Jesucristo. (2) Por medio de él tenemos también acceso por la fe a esta gracia, en la
cual estamos firmes. Y nos alegramos en la esperanza de la gloria de Dios.
Hebreos 12:14.- Seguid la paz con todos, y la santidad, sin
la cual nadie verá al Señor.
“Pero aun aquí los cristianos pueden tener el
gozo de la comunión con Cristo; pueden
tener la luz de su amor, el perpetuo
consuelo de su presencia. Cada
paso de la vida puede acercarnos más a Jesús, puede darnos una experiencia más profunda de
su amor y acercarnos más al
bendito hogar de paz” (La Fe por la
Cual Vivo, pág. 123).
“El creer produce paz y gozo en el Espíritu Santo. El creer
produce paz, y la confianza en Dios produce gozo. ‘¡Crea, crea -dice mi alma- crea!’ Descanse en Dios. Él es
poderoso para guardar lo que usted le ha confiado. La hará más que vencedora por medio de aquel que la amó” (Testimonios para la Iglesia, tomo 2, pág. 286).
GOZO EN EL SEÑOR
6.....¿Cuál ha sido siempre el
deseo del Señor para todos sus seguidores, incluso ahora?
Juan 16:24.- Hasta
ahora nada habéis pedido en mi Nombre.
Pedid, y recibiréis, para que vuestro
gozo sea completo.
1 Pedro 1:8.- A
quien, sin haberlo visto, lo amáis; y sin verlo por ahora,
creéis en él, y os alegráis con gozo inefable y glorioso.
“El Señor quiere que todos sus hijos e hijas sean felices, llenos de paz y obedientes....” (La Fe por la cual Vivo, pág. 123).
“Somos nosotros los que nos abrimos las esclusas de la desgracia o
las del gozo. Si permitimos que
las dificultades y trivialidades de la tierra embarguen nuestros pensamientos, nuestro corazón se llenará de incredulidad, lobreguez y presentimientos. Si fijamos nuestros afectos en las cosas de
lo alto, la voz de Jesús hablará
a nuestro corazón, las murmuraciones
cesarán, y los pensamientos
afligentes se transformarán en alabanzas a nuestro Redentor. Los que se espacian en las grandes misericordias de
Dios, y que no se olvidan de sus
beneficios menores, se ceñirán
de alegría, y habrá en su
corazón melodías para el Señor. Entonces disfrutarán de su trabajo. Permanecerán firmes en sus puestos del deber. Tendrán un genio plácido, un espíritu
confiado” (Consejos para los Maestros,
Padres y Alumnos, p á g. 222).
7.....¿Cuándo se puede decir
que el gozo es parte del reino de Dios?
Filipenses 4:4.- ¡Regocijaos en el Señor siempre!
Repito: ¡Regocijaos!
Romanos 12:12.- Gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación,
constantes en la oración.
Salmos 5:11, 12.- (11) Pero alégrense todos los que
en ti confían: den siempre voces
de júbilo, porque tú los defiendes. (12) En ti se regocijen los que aman tu Nombre. Devuélveme el gozo de tu salvación, y sosténme con un espíritu dispuesto.
“Pablo no se desanimó mientras permanecía preso. Por el contrario,
una nota de triunfo resonaba en las cartas que escribía desde Roma a las
iglesias. ‘Gozaos en el Señor siempre—escribió
a los filipenses, —otra vez digo: Que os gocéis.... Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y
ruego, con hacimiento de
gracias. Y la paz de Dios,
que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
entendimientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo
lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si alguna
alabanza, en esto pensad’” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 386).
“La felicidad que se procura por motivos egoístas fuera de la senda del deber, es desequilibrada, espasmódica y transitoria;
pasa y deja el alma vacía y triste;
mas en el servicio de Dios hay gozo y
satisfacción; Dios no abandona
al cristiano en caminos inciertos; no
lo abandona a pesares vanos y contratiempos. Si no tenemos los placeres
de esta vida podemos aun gozarnos mirando a la vida venidera” (La Fe por la cual Vivo, pág. 123).
ESTUDIO ADICIONAL
“El
gran cambio que se observa en la vida del pecador después de la conversión no
es producido por ninguna bondad humana...
“El
que es rico en misericordia nos ha impartido su gracia. Que la alabanza y la
acción de gracias asciendan entonces hacia él, porque ha llegado a ser nuestro Salvador.
Que su amor, al llenar nuestros corazones y mentes, fluya de nuestras vidas en
ricas corrientes de gracia. Cuando estábamos muertos en delitos y pecados, nos
vivificó para vida espiritual. Trajo gracia y perdón, y llenó el alma de vida nueva.
De este modo el pecador pasa de la muerte a la vida. Asume sus nuevos deberes
en el servicio de Cristo. Su vida llega a ser real y fuerte, llena de buenas obras.
‘Porque yo vivo—dijo Cristo—también viviréis’” (La Maravillosa Gracia de Dios, pág. 319).
“Todos
los que eligen el reino de amor, justicia y paz de Cristo, y consideran sus
intereses superiores a todo lo demás, están vinculados con el mundo celestial y
poseen toda bendición necesaria para esta vida. En el libro de la providencia divina
o volumen de la vida, se nos da a cada uno una página. Esa página contiene todo
detalle de nuestra historia. Aun los cabellos de nuestra cabeza están contados.
Dios no se olvida jamás de sus hijos” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 280).
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