“En los días de Cristo, muchos oyeron el
Evangelio, pero sus mentes estaban
oscurecidas por las falsas enseñanzas, y no reconocieron en el humilde Maestro de Galilea al Enviado de Dios.
Más después de la ascensión de Cristo, su entronización en el reino de la
mediación fue señalada por el descenso del Espíritu Santo. En el día de Pentecostés fue dado el Espíritu. Los testigos de Cristo proclamaron el poder
del Salvador resucitado. La luz
del cielo penetró las mentes entenebrecidas de aquellos que habían sido
engañados por los enemigos de Cristo. Al presentar los apóstoles la
gloria del Unigénito del Padre, tres mil
almas se convencieron”. Palabras de Vida del Gran Maestro,
pág. 90.
ESPERANDO LA PROMESA
1.....¿Qué instrucción dio Jesús a sus discípulos justo antes
de su ascensión?
Lucas 24:49.- He aquí, yo enviaré la promesa de mi
Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de
Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
Hechos 1:4-5.- (4) Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén,
sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo,
oísteis de mí. (5) Porque Juan ciertamente bautizó con agua,
más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos
días.
“Después de la crucifixión y resurrección de Jesús, los Judíos, sacerdotes y gobernantes de
este mundo esperaban ver a los discípulos de Cristo abatidos y desanimados
porque su Señor había sido condenado a
muerte. Los discípulos podrían haber pensado que estaban en peligro, y que
sería mejor salir de Jerusalén; algunos podrían haber dicho, ‘No os quedéis
ahí, pero si os vais a quedar, no mencionéis el nombre de Cristo; porque es
considerado como impostor.’ Pero Cristo
había dicho: ‘Quedaos en la
ciudad de Jerusalén hasta que os hayáis investidos de poder desde lo alto.’
Después del derramamiento del
Espíritu Santo, iban a comenzar
su obra en Jerusalén, y extenderse
desde esta ciudad hasta los confines de tierra” (Review and Herald,
April 22, 1890).
“En obediencia a la orden de Cristo, aguardaron en Jerusalén la promesa del Padre, el derramamiento del Espíritu.
No aguardaron ociosos. El relato
dice que estaban ‘de continuo en el
templo, alabando y bendiciendo a Dios’. También se reunieron para presentar sus pedidos al Padre en el nombre de Jesús.
Sabían que tenían un Representante en
el cielo, un Abogado ante el trono de Dios”. Los Hechos de los
Apóstoles, pág. 29.
2.....¿Cómo esperaron los discípulos el cumplimiento de la promesa?
Hechos 1:12-14.- (12) Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama
del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.
(13) Y entrados, subieron al aposento alto,
donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé,
Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. (14) Todos éstos perseveraban unánimes en
oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus
hermanos.
“Mientras los discípulos esperaban el cumplimiento de la promesa, humillaron sus corazones con verdadero
arrepentimiento, y confesaron su incredulidad. Al recordar las palabras que Cristo les había
hablado antes de su muerte, entendieron
más plenamente su significado. Fueron traídas de nuevo a su memoria
verdades que habían olvidado, y las repetían unos a otros. Los discípulos oraron con intenso fervor pidiendo capacidad para
encontrarse con los hombres, y en
su trato diario hablar palabras que pudieran guiar a los pecadores a Cristo.
Poniendo aparte toda diferencia,
todo deseo de supremacía, se unieron en estrecho compañerismo
cristiano. Se acercaron más
y más a Dios, y al hacer esto, comprendieron
cuán grande privilegio habían tenido al poder asociarse tan estrechamente con
Cristo. La tristeza llenó sus
corazones al pensar en cuántas veces le habían apenado por su tardo
entendimiento y su incomprensión de las lecciones que, para el bien de
ellos, estaba procurando enseñarles”. Los Hechos de los Apóstoles, págs.
29, 30.
3.....Recordando el mandato dado por su Maestro, ¿qué pensamiento
ocupaba las mentes de los discípulos?
Lucas 24:46-48.- (46) Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el
Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; (47) y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando
desde Jerusalén. (48) Y vosotros
sois testigos de estas cosas.
Hechos 1:8.- Pero recibiréis poder, cuando
haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra.
“Durante la era patriarcal, la influencia del Espíritu Santo se había
revelado a menudo en forma señalada, pero nunca en su plenitud. Ahora, en obediencia a la palabra del Salvador, los discípulos ofrecieron sus súplicas por este don, y en
el cielo Cristo añadió su intercesión. Reclamó el don del Espíritu, para
poderlo derramar sobre su pueblo”. –Los Hechos de los Apóstoles, pág.
30.
“Jesús dice: ‘Vosotros
recibiréis poder, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, y seréis mis testigos.’ Es la unión del Espíritu Santo y el
testimonio del testigo viviente que advertirá al mundo. El obrero de Dios es el agente a
través del cual se da la comunicación
celestial, y el Espíritu
Santo da autoridad divina a la palabra de verdad” (Review and Herald,
April 4, 1893).
CUMPLIMIENTO DE LA PROMESA
4.....¿Cuánto tiempo tuvieron que esperar para que se cumpliera
la promesa? ¿De qué maravillosa manera se cumplió esta promesa de Jesús en el
día de Pentecostés?
Hechos 1:5.- Porque Juan ciertamente bautizó con agua,
más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos
días...
Hechos 2:1-3.- (1) Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. (2) Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio
que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; (3) y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos...
“Sobre los discípulos que esperaban y oraban vino el Espíritu con una
plenitud que alcanzó a todo corazón. El Ser Infinito se reveló con poder a su iglesia. Era como si durante siglos esta influencia
hubiera estado restringida, y ahora el
Cielo se regocijara en poder derramar sobre la iglesia las riquezas de la
gracia del Espíritu. Y bajo
la influencia del Espíritu, las palabras de arrepentimiento y confesión se
mezclaban con cantos de alabanza por el perdón de los pecados. Se oían palabras de agradecimiento y de
profecía. Todo el Cielo se inclinó para contemplar y adorar la sabiduría
del incomparable e incomprensible amor. Extasiados
de asombro, los apóstoles exclamaron: ‘En esto consiste el amor’ Se asieron del don impartido. ¿Y qué siguió? La espada del Espíritu, recién afilada con el poder y bañada en los
rayos del cielo, se abrió paso a través de la incredulidad. Miles se convirtieron en un día”. Los Hechos de los
Apóstoles, pág. 31.
RESULTADOS DEL DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU
5.....¿Qué les sucedió a los discípulos después del
derramamiento especial del Espíritu Santo? ¿Cuántas personas se convirtieron
en ese día glorioso?
Hechos 2:4-8, 41.- (4) Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron
a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
(5) Moraban entonces en Jerusalén judíos,
varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. (6) Y hecho este estruendo, se juntó la
multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia
lengua. (7) Y estaban
atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos
que hablan? (8) ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada
uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?… (41)...Así que, los que recibieron su palabra
fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
“Bajo la instrucción de Cristo, los
discípulos habían sido inducidos a sentir su necesidad del Espíritu. Bajo la enseñanza del Espíritu,
recibieron la preparación final y salieron a emprender la obra de su vida.
Ya no eran ignorantes y sin cultura. Ya
no eran una colección de unidades independientes, ni elementos discordantes y
antagónicos. Ya no estaban sus esperanzas cifradas en la grandeza
mundanal. Eran ‘unánimes’, ‘de un
corazón y un alma’ (Hechos 2:46; 4:32). Cristo llenaba sus pensamientos; su
objeto era el adelantamiento de su reino. En mente y carácter habían llegado a ser como su Maestro, y
los hombres ‘conocían que habían estado con Jesús’ (Hechos 4:13)”. –Los Hechos de los
Apóstoles, pág. 37.
“Bajo la influencia de esta iluminación celestial, las escrituras que Cristo había
explicado a los discípulos resaltaron delante de ellos con el brillo de la
verdad perfecta. El velo que
les había impedido ver hasta el extremo de lo que había sido abolido, fue
quitado ahora, y comprendieron
con perfecta claridad el objeto de la misión de Cristo y la naturaleza de
su reino. Podían hablar con poder
del Salvador; y mientras exponían a sus oyentes el plan de la
salvación, muchos quedaron convictos y
convencidos. Las tradiciones y
supersticiones inculcadas por los sacerdotes fueron barridas de sus mentes,
y las enseñanzas del Salvador fueron aceptadas”. Los Hechos de los
Apóstoles, pág. 36.
6.....¿Qué seguridad tenían los discípulos? ¿Qué responsabilidad
sintieron?
Hechos 2:32,36.- (32) A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos
nosotros somos testigos. (36) Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este
Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo….
Hechos 4:20.- Porque no podemos dejar de decir lo
que hemos visto y oído.
Hechos 4:29-31.- (29) Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que
con todo denuedo hablen tu palabra, (30) mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el
nombre de tu santo Hijo Jesús. (31) Cuando hubieron orado, el lugar
en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del
Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
“El día de Pentecostés les trajo la iluminación celestial. Las verdades que no podían entender
mientras Cristo estaba con ellos quedaron aclaradas ahora. Con una fe y una seguridad que nunca habían
conocido antes, aceptaron las enseñanzas de la Palabra Sagrada. Ya no era más para ellos un asunto de fe
el hecho de que Cristo era el Hijo de Dios. Sabían que, aunque vestido
de la humanidad, era en verdad el
Mesías, y contaban su
experiencia al mundo con una confianza que llevaba consigo la convicción de que
Dios estaba con ellos... Sus
corazones estaban sobrecargados con una benevolencia tan plena, tan profunda,
de tanto alcance, que los impelía a ir hasta los confines de la tierra, para
testificar del poder de Cristo. Estaban llenos de un intenso anhelo de
llevar adelante la obra que él había comenzado. Comprendían la grandeza de su deuda para con el cielo, y la responsabilidad de su obra. Fortalecidos por la dotación del Espíritu
Santo, salieron llenos de celo a extender los triunfos de la cruz”. Los Hechos de los
Apóstoles, pág. 37.
7.....Convertidos por el gran poder del Espíritu, ¿Cómo vivieron
y crecieron los miembros de iglesia en esos días increíbles?
Hechos 2:42-47.- (42) Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en
la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las
oraciones. (43) Y sobrevino temor a toda persona; y
muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. (44) Todos los que habían creído estaban
juntos, y tenían en común todas las cosas; (45) y vendían sus propiedades y sus bienes,
y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. (46) Y perseverando unánimes cada día en el
templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez
de corazón, (47) alabando a
Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la
iglesia los que habían de ser salvos...
Hechos 4:32.- Y la multitud de los que habían creído
era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de
lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
“Cada cristiano veía en su hermano una revelación del amor y la
benevolencia divinos. Un
solo interés prevalecía, un
solo objeto de emulación hacía olvidar todos los demás. La ambición de los creyentes era revelar
la semejanza del carácter de Cristo, y trabajar para el engrandecimiento de su reino”. –Los Hechos de los
Apóstoles, pág. 39.
“Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia primitiva,
los hermanos se amaban unos a otros. ‘Comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo gracia con
todo el pueblo. Y el Señor
añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos’ (Hechos
2:46, 47). Los cristianos
primitivos eran pocos en número, y no tenían riquezas ni honores; sin
embargo, ejercieron una poderosa
influencia. La luz del mundo
resplandecía por medio de ellos. Aterrorizaban
a los que hacían mal, dondequiera que se conocían su carácter y sus doctrinas.
Por esta causa, eran odiados de los
impíos, y perseguidos aun hasta la muerte”. Testimonios para la
Iglesia, Tomo 5, pág. 222.
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“Es con ferviente anhelo que anticipo el
tiempo cuando se repetirán los sucesos del día de Pentecostés aun con mayor poder que en esa ocasión.
Juan dice: ‘Vi a otro ángel descender
del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria’ (Apocalipsis
18:1). Entonces, como en el
momento del Pentecostés, la
gente oirá la verdad que será presentada a cada, hombre en su propio idioma”. Comentario Bíblico
Adventista 6:1055 (1886); Eventos de los Últimos Días, pág. 173.
“El
derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue el comienzo de la
lluvia temprana, y gloriosos fueron los resultados. Hasta el fin del tiempo, la presencia del Espíritu ha de morar con
la iglesia fiel”. Los Hechos de los Apóstoles, 45 (1911); Eventos de
los Últimos Días, pág. 158.
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