viernes, 8 de mayo de 2015

Lección 19 | El aceite como símbolo del Espíritu Santo


Las lámparas representan la Palabra de Dios. El salmista dice: ‘Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino’ (Salmos 119: 105). El aceite es un símbolo del Espíritu Santo. Así se representa el Espíritu en la profecía de Zacarías…
“Así los seguidores de Cristo han de verter luz sobre las tinieblas del mundo. Por medio del Espíritu Santo, la Palabra de Dios es una luz cuando llega a ser un poder transformador en la vida del que la recibe. Implantando en el corazón los prin­cipios de su Palabra, el Espíritu Santo desarrolla en los hombres los atributos de Dios. La luz de su Gloria –su carácter– ha de brillar en sus seguidores. Así ellos han de glorificar a Dios, han de iluminar el camino a la casa del Esposo, a la ciudad de Dios, a la cena de bodas del Cordero” Palabras de Vida del Gran Maestro, págs. 336, 341.

TODAS ESPERANDO, MÁS NO PREPARADAS
1.....¿Qué parábola presentó Je­sús para ilustrar la necesidad constante del Espíritu Santo?
Mateo 25:1-2.- (1) Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. (2) Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
Muchos siguen sus propios caminos y acarician sus pasiones pecamino­sas, mientras que a la vez profesan ser discípulos de Cristo. Nunca han rendido sus corazones a Dios. Como las vírgenes insensatas, no llevaron consigo aceite en sus vasijas para sus lámparas. Mis hermanos, os digo que un gran número de los que profesan creer, y hasta enseñar la verdad, son esclavos del pecado. Las bajas pasio­nes contaminan la mente y corrom­pen el alma. Algunos que viven en la iniquidad más vil han usado la librea del cielo para poder servir a Satanás de una manera más eficaz…
Los que están despojados de la sabi­duría celestial y del poder vivo de Dios, no son competentes para dirigir el barco evangélico entre témpanos de hielo y tempestades. La iglesia está pa­sando por severos conflictos, pero en su peligro, muchos quisieran confiarla a manos que la harían zozobrar. Nece­sitamos un piloto a bordo ahora; por­que nos estamos acercando al puerto. Como pueblo, debiéramos ser la luz del mundo. Pero cuántos son como vírgenes fatuas, que no tienen aceite en sus vasos ni en sus lámparas. ¡Que el Señor de toda gracia, abundante en misericordia y perdón, se compa­dezca de nosotros y nos salve, para que no perezcamos con los impíos”! Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, pág. 203, 104.

2.....¿En qué diferentes formas se prepararon las vírgenes para la venida del novio?
Mateo 25:3-4.- (3) Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; (4) más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, junta­mente con sus lámparas.
El origen de tal entusiasmo e inspira­ción no es celestial. Son cosas entera­mente de esta tierra. Los ángeles del cielo contemplan tristemente el olvi­do de los seres por quienes Cristo ha hecho tanto. Cuando la enfermedad y la muerte sobrevienen a quienes han vivido meramente para su placer, des­cubren demasiado tarde que no tie­nen aceite en sus lámparas, y que son completamente ineptos para cerrar la historia de su vida”. –Mensajes para los Jó­venes, pág. 275.
Una experiencia religiosa que es ge­nuina, se desarrolla y se intensifica. El avance continuo, el conocimiento cre­ciente de la Palabra de Dios y su aplica­ción con poder, son los resultados na­turales de una conexión viva con Dios. La luz del amor santo va en aumento hasta llegar al pleno día. El hermano P tuvo el privilegio de tener una experien­cia como ésta; pero no tenía el aceite de la gracia en su lámpara, y su luz se ha estado apagando. Si no cambia de­cididamente pronto, se encontrará en un lugar donde ni las amonestaciones ni los ruegos podrán alcanzarlo. Su luz se extinguirá en las tinieblas, y quedará abandonado a la desesperación”. –Testi­monios para la Iglesia, Tomo 5, pág. 389.

TOMADAS POR SORPRESA
3.....¿Qué hicieron las vírgenes cuando a medianoche oyeron el grito: ¡Aquí viene el esposo!?
Mateo 25:5-7.- (5) Y tardándose el espo­so, cabecearon todas y se durmieron. (6) Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! (7) Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
Ningún alma puede prosperar sin tiempo para orar e investigar las Escrituras; y todos debieran, hasta donde sea posible, tener el privile­gio de asistir al culto público. Todos necesitan mantener el aceite de la gracia en los receptáculos que lle­van con sus lámparas. Los obreros que deben relacionarse con la gen­te mundana, sobre todos los de­más, debieran mantener a Jesús en alto frente a ellos, para que puedan contemplar al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Los ele­mentos impíos a los que están ex­puestos hacen indispensable que se haga trabajo personal en favor de ellos. Consejos Sobre la Salud, pág. 419.
Los miembros de la iglesia de Cris­to deberían reunir los rayos divinos de luz de Jesús y reflejarlos sobre otros, dejando en el mundo una senda brillante hacia el cielo. De­berían ser como las vírgenes pru­dentes, y tener sus lámparas en­cendidas y provistas, revelando el carácter de Cristo ante el mundo. No deberíamos satisfacernos con nada inferior a esto. No deberíamos satisfacernos con nuestra propia justicia, ni contentarnos sin los pro­fundos móviles del Espíritu de Dios”. Hijos e Hijas de Dios, pág. 328.

4.....¿Qué terrible sorpresa afronta­ron las vírgenes que no tenían reserva de aceite? ¿Qué les pi­dieron a sus compañeras?
Mateo 25:8.- Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Cerca de la casa de la novia se ha­llan diez doncellas vestidas de blanco. Cada una lleva una lámpara encendi­da y una pequeña vasija para aceite. Todas están esperando con ansie­dad la aparición del esposo. Pero se produce una demora. Transcurre una hora tras otra, y las que están espe­rando se cansan y se duermen. A la media noche se oye un clamor: ‘He aquí, el esposo viene; salid a recibir­le’. De repente se despiertan las que dormían y saltan sobre sus pies. Ven la procesión que avanza, alumbra­da por las antorchas y alegrada por la música. Oyen la voz del esposo y de la esposa. Las diez vírgenes toman sus lámparas y comienzan a acondi­cionarlas, apresurándose a marchar. Pero cinco de ellas no habían llenado sus vasijas de aceite. No presumieron que habría una demora tan larga, y no se habían preparado para la emer­gencia. Afligidas, se dirigieron a sus compañeras más prudentes, dicien­do: ‘Dadnos de vuestro aceite; por­que nuestras lámparas se apagan’”. Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 335.
Todas sabían bien que debían pre­pararse para la venida del esposo, y todas, sin ninguna excepción, ha­bían adquirido un conocimiento de la verdad. No había ninguna diferen­cia aparente entre las prudentes y las insensatas... sin embargo, las insen­satas no se habían previsto para esta emergencia... Habían descuidado el prepararse para recibir al esposo” (Review and Herald, September 17, 1895).

ASEGURANDO RESERVAS MIENTRAS HAYA TIEMPO
5.....¿Tenían las vírgenes pruden­tes reservas suficientes para compartir un poco de su acei­te? Si no tenemos el Espíritu Santo en plenitud, ¿Podemos esperar recibir más en el últi­mo momento?
Mateo 25:9.- Más las prudentes res­pondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
“Pero las otras cinco, con sus lámpa­ras recién aderezadas, habían vaciado sus vasijas. No tenían aceite de sobra, y respondieron: ‘Porque no nos falte a nosotras y a vosotras, id antes a los que venden, y comprad para vosotras’”. – Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 335.
“Al leer esta parábola uno no puede más que tener lástima por las vírgenes insensatas, y hacer la pregunta, ¿Por qué es que las vírgenes prudentes no compartieron su suministro de aceite? Pero a medida que hacemos la aplica­ción espiritual de la parábola, podemos ver la razón. No es justo para aquellos que tienen fe y gracia compartir su su­ministro con los que no lo tienen. No es justo para aquellos que han hecho un trabajo de corazón a fondo, im­partir el beneficio de esto a los que han hecho una obra superficial. Esta parábola está diseñada para señalar el peligro de hacer una obra superfi­cial... ¿Estamos construyendo sobre la roca?... No debemos aliviar nuestras conciencias en espera de los cielos, cuando no seguimos las característi­cas distintivas de la vida cristiana. Pablo dice, ‘Examinaos a vosotros mismos…’” (Review and Herald, September 17, 1895).

6.....¿Qué sucedió cuando las vír­genes no preparadas fueron a comprar aceite? ¿Con qué sor­presa se encontraron cuando regresaron?
Mateo 25:10-11.- (10) Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. (11) Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
El mensaje de Laodicea se aplica a todos los que profesan guardar la ley de Dios, y sin embargo no son hace­dores de ella. No debemos ser egoís­tas en nada. Cada fase de la vida cris­tiana es como una representación de la vida de Cristo. Si no es así, escu­charemos las terribles palabras, ‘No os conozco’(Comentario Bíblico Adventis­ta del Séptimo Día, tomo 7, pág. 974).
Hay algunos en el ministerio que han recibido gran luz y un conocimiento de la verdad que no serán vencedores. No controlan sus apetitos y pasiones ni se niegan ellos mismos por amor a Cristo. Muchos de los desechados, aun los publicanos y pecadores, echarán mano de la esperanza presentada ante ellos por medio del evangelio y entra­rán en el reino de los cielos primero que los que han gozado de grandes oportunidades y gran luz, pero que han estado andando en tinieblas. En el gran día final muchos dirán: ‘Se­ñor, Señor, ábrenos’. Pero la puerta se cerrará, y su llamada será en vano”. Testimonios para la Iglesia, Tomo 8, pág. 82.

7.....¿Qué respuesta se les dio a su súplica? ¿Qué tan importante lección aprendemos en esta ilustración acerca de la nece­sidad del Espíritu Santo?
Mateo 25:12, 13.- (12) Más él, respondien­do, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. (13) Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
Las más tristes de todas las palabras jamás escuchadas por oídos mortales son las que constituyen la sentencia: ‘No os conozco’. El compañerismo del Espíritu, que vosotros habéis des­preciado, es lo único que podría iden­tificaros con la gozosa multitud en la fiesta nupcial. No podéis participar en esa escena. Su luz caería sobre ojos cegados, su melodía en oídos sordos. Su amor y su gozo no haría vibrar nin­guna cuerda de alegría en el corazón entumecido por el mundo. Sois ex­cluidos del cielo por vuestra propia falta de idoneidad para habitar en él”. –Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 340.
Dios en su gracia nos concede un día de prueba, un tiempo de prueba. Nos extiende la invitación: ‘Buscad a Je­hová mientras puede ser hallado, lla­madle en tanto que está cercano’”. Maranata, pág. 56.
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“¿Por qué ha demorado tanto el Señor su venida? Toda la hueste del cielo espera que se cumpla la última obra en favor de este mundo perdido, y no obstante la tarea sigue inconclusa. Se debe a que los pocos que profesan tener el aceite de la gracia en sus vasijas juntamente con sus lámparas, no se han convertido en antorchas para arder y resplandecer en el mundo. Se debe a que los misioneros son pocos”… Maranata, pág. 57.
Los hijos de Dios han de manifestar su gloria. En su vida y carácter han de revelar lo que la gracia de Dios ha hecho por ellos”. Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 342.
Hoy llama la voz de la misericordia, y Jesús atrae a los hombres con las cuerdas de su amor; pero va a llegar el día cuando Jesús se va a ataviar con ropajes de venganza... La maldad del mundo crece cada día, y cuando llegue a ciertos límites, se cerrarán los registros y se ajustarán las cuentas. No habrá más sacrificio por el pecado. El Señor viene. Por mucho tiempo la misericordia ha extendido una mano de amor, de paciencia y tolerancia, hacia un mundo culpable”. Maranata, pág. 56.







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