“El Espíritu Santo busca morar en cada
alma. Si se le da la
bienvenida como a un huésped honrado, los que lo reciban serán hechos completos en Cristo. La buena obra
que ha sido comenzada, será terminada; pensamientos
santos, afectos celestiales y acciones semejantes a las de Cristo reemplazarán
a los pensamientos impuros, los sentimientos perversos y los actos rebeldes”
(Eventos de los Últimos Días, pág. 160).
SOMETIMIENTO A LA VOLUNTAD DE DIOS
1.....¿Qué es estrictamente necesario para que el Espíritu Santo pueda obrar en el corazón y la mente de una persona?
Hebreos 12:9.- Por otra parte, tuvimos a nuestros padres
terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué
no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
“Ante los creyentes se presenta la maravillosa posibilidad de llegar a
ser semejantes a Cristo, obedientes
a todos los principios de la ley de Dios. Pero por sí mismo el hombre es absolutamente incapaz de alcanzar esas
condiciones. La santidad, que según la Palabra de Dios debe poseer antes de
poder ser salvo, es el resultado del trabajo de la gracia divina sobre el que
se somete en obediencia a la disciplina y a las influencias refrenadoras del
Espíritu de verdad… “Si permanecemos
en Cristo, si el amor de Dios habita en el corazón, nuestros sentimientos, pensamientos y
acciones estarán de acuerdo con la voluntad de Dios. El corazón santificado está en armonía con los preceptos de su ley…
El Señor desea que todos sus hijos sean
felices, llenos de paz y obedientes. Mediante
el ejercicio de la fe el creyente llega a poseer esas bendiciones.
Mediante ella puede ser suplida cada deficiencia del carácter, cada
contaminación purificada, cada falta corregida, cada excelencia desarrollada” (Hechos de los
Apóstoles, págs. 421, 450).
2.....¿Qué ejemplo de las Sagradas Escrituras ilustra cómo el corazón del hombre es moldeado por el Espíritu de Dios?
Jeremías 18:6.- ¿No podré yo hacer de vosotros como este
alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como
el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano,
oh casa de Israel.
“El Señor Jesús actúa mediante el Espíritu Santo, pues éste es su representante. Por su medio infunde vida espiritual en
el alma, avivando sus energías
para el bien, limpiándola de la
impureza moral y dándole idoneidad para su reino. Jesús tiene grandes
bendiciones para otorgar, ricos dones para distribuir entre los hombres. Es el Consejero maravilloso, infinito en
sabiduría y fuerza, y si queremos
reconocer el poder de su Espíritu y someternos a ser amoldados por él,
nos haremos completos en él. ¡Qué
pensamiento es éste! En Cristo ‘habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad, y vosotros estáis completos en él’ (Colosenses 2:9, 10). El corazón humano nunca conocerá la
felicidad hasta que se someta a ser amoldado por el Espíritu de Dios. El
Espíritu conforma el alma renovada al modelo, Jesucristo. Mediante la
influencia del Espíritu, se transforma
la enemistad hacia Dios en fe y amor, el orgullo en humildad. El alma percibe
la belleza de la verdad” (Maravillosa Gracia de Dios, pág. 196).
3.....¿Qué cambio ocurre en la vida de una persona cuando se somete
a Él?
2 Corintios 5:17.- De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.
“No podéis cambiar vuestro corazón, ni dar por vosotros mismos sus afectos a Dios; pero podéis escoger servirle. Podéis darle vuestra voluntad, para que
Él obre en vosotros tanto el querer como el hacer, según su voluntad.
De ese modo vuestra naturaleza entera
estará bajo el dominio del Espíritu de Cristo, vuestros afectos se concentrarán en Él y vuestros pensamientos se
pondrán en armonía con Él… “Por medio del debido ejercicio de la
voluntad, puede obrarse un cambio completo en vuestra vida. Al dar vuestra voluntad a Cristo, os unís con
el poder que está sobre todo principado y potestad. Tendréis fuerza de lo
alto para sosteneros firmes, y rindiéndoos así constantemente a Dios seréis
fortalecidos para vivir una vida nueva, es a saber, la vida de la fe” (El Camino a
Cristo, págs. 47, 48).
SINCERIDAD
4.....¿Cómo obra la influencia del Espíritu Santo en un alma
convertida?
Salmos 139:23-24.- (23)
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos; (24) Y ve si hay en mí camino de perversidad,
y guíame en el camino eterno.
“Él [Cristo] es la fuente de todo buen impulso. Es el único que puede implantar en el corazón enemistad contra el
pecado. Todo deseo de verdad y
pureza, toda convicción de
nuestra propia pecaminosidad evidencian que su Espíritu está obrando en nuestro
corazón” (El Camino a Cristo, pág. 26).
“Los que caminan y conversan con Dios practican la mansedumbre de
Cristo. En sus vidas, la
paciencia, la mansedumbre y el dominio propio están unidos al santo fervor y a
la diligencia. A medida que avanzan hacia el cielo, se borran los rasgos
duros de su carácter y se deja ver la santidad. El Santo Espíritu, lleno de gracia y poder, obra en la mente y el
corazón. “El corazón en el cual
Cristo hace su morada será vivificado, purificado, guiado y gobernado por el
Espíritu Santo, y el agente humano hará enérgicos esfuerzos para poner su
carácter en armonía con Dios. Evitará
todo lo que sea contrario a la voluntad revelada y a la opinión de Dios”
(La Maravillosa Gracia de Dios, pág. 206).
5.....¿Qué anhela una persona que desea ser transformada progresivamente?
Filipenses 4:8.- Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo
lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad.
1 Pedro 1:13-16.- (13)
Por tanto, ceñid
los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por
completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;
(14) como hijos obedientes, no os
conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; (15) sino, como aquel que os llamó es santo,
sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; (16) porque escrito está: Sed santos,
porque yo soy santo.
“La obra de transformación de la impiedad a la santidad es continua.
Día tras día Dios obra la
santificación del hombre, y éste debe cooperar con él, haciendo esfuerzos perseverantes a fin
de cultivar hábitos correctos. Debe
añadir gracia sobre gracia; y mientras el hombre trabaja según el plan de
adición, Dios obra para él según el plan
de multiplicación. Nuestro Salvador
está siempre listo para oír y contestar la oración de un corazón contrito,
y multiplica para los fieles su gracia y paz. Gozosamente derrama sobre ellos
las bendiciones que necesitan en sus luchas contra los males que los acosan (Hechos Apóstoles,
pág. 424).
“Dios no se propone
llevar a cabo en lugar de nosotros el querer ni el hacer. Su gracia es dada para obrar en nosotros el querer y el hacer, pero
nunca como sustituto de nuestro esfuerzo. Nuestro
ser debe ser despertado a este trabajo de cooperación. El Espíritu Santo actúa en nosotros para que podamos trabajar en
nuestra propia salvación. Esta es la lección práctica que el Espíritu
Santo se esfuerza por enseñarnos. ‘Porque
Dios es el que obra en vosotros, tanto el querer como el hacer, por su buena
voluntad’” (The Youth’s Instructor, 20 de agosto 1903) (Mensajes para los Jóvenes,
pág. 102).
UN CARÁCTER TRANSFORMADO
6.....¿Qué gran privilegio tienen aquellos que viven con Dios?
¿Qué ejemplo muestran las Escrituras de un corazón transformado por la influencia
regeneradora del Espíritu Santo?
1 Juan 4:13.- En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha
dado de su Espíritu….
1 Juan 3:24.- Y el que guarda sus mandamientos,
permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que
él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
“Aun Juan, el discípulo amado, el que más plenamente llegó a reflejar
la imagen del Salvador, no
poseía por naturaleza esa belleza de carácter. No sólo hacía valer sus
derechos y ambicionaba honores, sino que era impetuoso y se resentía bajo las injurias. Sin embargo,
cuando se le manifestó el carácter
divino de Cristo, vio su propia
deficiencia y este conocimiento le humilló. La fortaleza y la
paciencia, el poder y la ternura, la majestad y la mansedumbre que vio en la vida diaria del Hijo de Dios,
llenaron su alma de admiración y amor. De
día en día su corazón era atraído hacia Cristo, hasta que en su amor por su Maestro perdió de vista su propio yo. Su genio rencoroso y ambicioso cedió al
poder transformador de Cristo. La
influencia regeneradora del Espíritu Santo renovó su corazón. El poder del amor de Cristo transformó su
carácter. Tal es el seguro resultado de la unión con Jesús. Cuando Cristo mora en el corazón, la
naturaleza entera se transforma. El
Espíritu de Cristo y su amor enternecen el corazón, subyugan el alma y
elevan los pensamientos y deseos a Dios y al cielo” (El Camino a
Cristo, pág. 73).
7.....¿Cómo podemos transformar nuestro carácter? ¿Cómo
alienta el apóstol Juan a los creyentes?
2 Corintios 3:18.- Por tanto, nosotros todos, mirando
a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor.
1 Juan 2:28-29.- (28) Y ahora, hijitos, permaneced en él,
para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su
venida no nos alejemos de él avergonzados. (29) Si sabéis que él es justo, sabed también
que todo el que hace justicia es nacido de él.
Preguntaréis tal vez:
“¿Cómo permaneceremos en Cristo?”
Pues, del mismo modo en que le recibisteis al principio. “De la manera, pues, que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así
andad en él.” “El justo...
vivirá por la fe.”12 Os entregasteis a Dios para ser completamente suyos,
para servirle y obedecerle, y aceptasteis a Cristo como vuestro Salvador. No podíais por vosotros mismos expiar
vuestros pecados o cambiar vuestro corazón; pero habiéndoos entregado a Dios, creísteis que por causa de Cristo
el Señor hizo todo aquello por vosotros. Por la fe llegasteis a ser de Cristo, y por la fe tenéis que crecer
en Él, dando y recibiendo. Tenéis que
darle todo: el corazón, la
voluntad, la vida, daros a Él para
obedecerle en todo lo que os pida; y debéis
recibirlo todo: a Cristo, la plenitud de toda bendición, para que more en
vuestro corazón, sea vuestra fuerza, vuestra justicia, vuestro eterno
Auxiliador, y os dé poder para obedecer (El Camino a Cristo, pág. 69).
*******
“El que vive conforme a los principios de la
religión bíblica, no será hallado débil en poder moral. Bajo la influencia ennoblecedora del
Espíritu Santo, los gustos e
inclinaciones se volverán puros y santos. Nada se posesiona tan
fuertemente de los afectos, nada penetra tan hondamente en los motivos más
profundos de la acción, nada ejerce tan
potente influencia sobre la vida, ni da tan grande firmeza y estabilidad al
carácter como la religión de Cristo. Impulsa
a su seguidor siempre hacia arriba, inspirándole nobles propósitos,
enseñándole dignidad de porte e impartiendo conveniente dignidad a toda nación”
(La Maravillosa Gracia de Dios, pág. 206).
“La fe obra por el amor y purifica el
alma. Mediante la fe, el
Espíritu Santo obra en el corazón para producir allí la santidad. Pero esto no puede hacerse, a menos que el
instrumento humano colabore con Cristo. Sólo podremos ser hechos idóneos para el cielo mediante la obra del Espíritu Santo en el corazón, pues
debemos tener la justicia de Cristo como nuestro salvoconducto si hemos de
tener acceso al Padre. A fin de que tengamos la justicia de Cristo, necesitamos ser transformados diariamente
por la influencia del Espíritu para ser participantes de la naturaleza divina.
La obra del Espíritu Santo es elevar los gustos, santificar el corazón,
ennoblecer a todo el hombre” (Mensajes Selectos, Tomo 1, pág.
439).
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